Dilema.
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—Quiero operarme los pechos.
Ese fue el saludo que Shino recibió de la muchacha de cabellos rosados. Y aunque ella no era difícil de comprender, ese día lo había tomado completamente por sorpresa. Confundido y con las cejas ligeramente ceñidas por el acertijo que intentaba descifrar. —
Hola —murmuró apenas. —¿Por qué?
No pudo evitar la pregunta. Ella se sentó frente a él, luciendo muy seria y comenzó a hablar, rememorando su día.
—¿Qué prefieres: culo o tetas? —preguntó.
Sasuke levantó la mirada del libro que sostenía; Kiba arrojó la soda por la nariz y soltó una fuerte carcajada; Naruto se sonrojó y miró avergonzado a unas muchachas que iban pasando. Juugo la miró unos momentos, como si fuera un bicho extraño. Kimimaro tosió un poco y tragó con dificultad un bocado de emparedado.
—¿Qué?
—Me tomé la libertad de preguntarle a algunas personas...
—Está bien…
—... y todos respondieron que preferían las tetas, así que quiero operarme.
Shino se quitó los lentes y se masajeó los ojos, soltando un extraño sonido de resignación. —¿Y qué te motivó a hacer esa encuesta?
—¡Que tu jamás me tocas! —dijo molesta, señalándolo con el dedo desde el otro lado de la mesa.
Kimimaro y Juugo se levantaron, seguidos por Sasuke que fingió demencia demasiado bien. Las risas mal disimuladas de Kiba le llegaron a los oídos y sus labios se volvieron una fina línea recta. Miró a Tayuya fijamente, antes de negar y bajar la mirada a la mesa. Vaya dilema en el que esa muchacha lo había metido, estaba consiente de lo sensibles que las mujeres se volvían al tratarse de su cuerpo... y no intentaba meterse en líos. Se quitó los lentes y la miró, completamente serio.
—Tayuya, el respeto a una mujer es algo que no debe tirarse por la borda, no solo un hombre debe respetar tu cuerpo, tu también debes hacerlo...
Ahí vamos, pensó con pesar, al tiempo que rodaba la mirada. Recargó el rostro en su mano y miró aburrida su dedos tamborilear la mesa.
—... esto es parte importante de una relación, no porque alguien sea tu pareja...
Como que se me está antojando algo dulce... pensó, mirando hacia la máquina expendedora que había en la cafetería.
—... cuando una persona te quiere, no va a obligarte-
—Shino.
Él guardó silencio y ella se frotó el rostro, desesperada; separó los labios, preparándose para hablar.
—Me gusta tu cuerpo, tal y como está, no considero necesario que le cambies algo.
Las palabras se atoraron en su garganta y miró a un costado, a la figura femenina que se había acercado unos momentos atrás; Hinata fingía que no los había escuchado y no dejaba de palmearle con suavidad el hombro a Kiba, completamente sonrojada y al parecer las palabras se le habían atorado en la garganta también.
Incómoda, juntó las cejas, sonrojándose apenas un poco. —¡Ok, ya entendí! No tienes que hacer tanto escándalo, mierda...
Publicación original: Miércoles, 18 de Junio de 2014
Edición publicada: Sábado, 06 de octubre de 2018.
