- Entonces, ¿esta es la noche del Walpurgis?

- Sí, así es.

Dos jóvenes se encontraban en una sala inundada por incómodo silencio.

- Rose dijo que tendríais que unir vuestras fuerzas para derrotar a esa bruja... Y que es muy fuerte -dijo el moreno, sin mirar al otro directamente, mientras se acomodaba las gafas.

El chico que se encontraba delante suya respondió levantando la cabeza hacia él, mirándole tras los cristales de sus oscuras gafas de sol. El moreno retrocedió un paso instintivamente.

- La ciudad está en peligro -contestó al fin el rubio, rompiendo el silencio-. Walpurgis no tiene una barrera tras la que esconderse. Al parecer es mierda seria, causará miles de muertes.

- Entonces... ¡tendremos que vencerla! -el chico levantó la mirada con una chispa de esperanza- Eres el único capaz; con Rose muerta... sólo tú tienes ahora poderes. Por lo tanto...

- Estaré bien. Yo lucharé con esa bruja sin importar el qué. Puede que Rose necesitara mi ayuda, pero yo soy mucho más fuerte que ella. No te voy a dejar meterte en una pelea que no tiene nada que ver contigo, John.

- ¡No es sólo tu asunto!- intentó imponer John, levantando la voz y apretando los puños con fuerza- No te creo... Dave, dejarte ir significa perderte -repuso sollozando-. Eres mi amigo. Eso significa que debo ayudarte. No voy a dejar que acabes como Rose o como Jade- las lágrimas empezaron a deslizarse por sus mejillas y miró a Dave- ¡Sólo tengo que hacer el contrato y convertirme en un chico mág-

Dave dio un paso hacia él y sin dudarlo un instante lo rodeó con los brazos hasta apretar tanto que pensó que le dolería. John, sorprendido, no pudo acabar su frase; pero aceptó el abrazo. Dave tenía que decir algo que se había estado guardando para sí mismo mucho tiempo. Y esta vez no iba con intenciones irónicas.

- Yo no soy de este tiempo -susurró, muy serio.

John abrió mucho los ojos. Normalmente la gente no habría creído algo como eso tan a la ligera, pero John sabía que en sus palabras no había mentiras.

- Yo... te he conocido una y otra vez en distintas cronologías- siguió explicando Dave, aún sin liberarlo de sus brazos-. Te he visto morir tantas veces que todo ha dejado de tener sentido. Desde que te he conocido no he hecho otra cosa que cagarla. Lo siento -aun con sus gafas de sol, John sabía que estaba llorando. Pero Dave nunca mostraría sus ojos llorosos, así que ahogó su rostro en el cuello de John.

- Eso… significa que…- intentó contestar, dudoso.

A John le latía el corazón como si se sintiera culpable, o asustado. No lo entendía, pero explicaba muchas cosas. Todo lo que había vivido con Dave, y el haber soñado antes con él… Encajaba a la perfección y a la vez era muy confuso.

- Mientras que para ti soy sólo un estudiante nuevo de tu clase...- siguió Dave- Para mí... tú eres…- apenas encontraba las palabras.

- Dave...-susurró John sin saber qué decir-

- Yo juré salvarte. Y no voy a dejar que te vayas otra vez. Nadie me va a arrebatar una vez más a John Egbert.

Hizo una pausa mientras se aclaraba la voz y se separaba de John. Lo miró fijamente después de hacer desaparecer sus lágrimas casi incontenibles, recuperando la compostura.

- Está bien si no lo entiendes... o si no quieres creerlo. Pero déjame pedirte un último favor - John le observó curioso mientras Dave se quitaba las gafas, dejando al descubierto sus decididos ojos rojos-. Déjame protegerte.