El día era nublado, Arnold se sentía deprimido pero como no estarlo si los seres que mas amaba quienes lo habían cuidado toda la vida y habían ocupado el sagrado lugar de sus cuidadores y protectores ya no estaban mas con el.

Las personas que lo terminaron de criar que le brindaron todo su cariño y amor le dieron un hogar, comida, refugio educación.

Ellos se fueron.., Él ya sabía que ellos algún día partirían pero no conto que casi al mismo tiempo lo harían pero asi era la vida y no habia nada mas que se pudiera hacer para cambiarlo…

Todo empezó con su abuela… una mujer llena de energía loca llena de vida… al menos eso pensaba el… pero los años cobran lo suyo.. Comenzó poco a poco esa extrovertida mujer fue apagándose con el tiempo dejo se dar saltos por toda la casa…. Dejo de trepar paredes y triples mortales… lo siguiente fue que dejo de hacer las labores más simples de la casa ya no podía estar de pie por mucho tiempo…

Las residentes comenzaron a ayudar a la simpática anciana con los labores de la casa.. la mujer ahora solo podía sentarse en una mecedora desde donde solía pelar verduras o leer libros, Arnold nunca pensó en la vida ver a su loca abuela sentada como una abuela normal meciéndose lado a lado pero estaba claro que la llama de alegría en ella no desaparecería tan fácilmente, ella seguía diciendo disparates y hablaba a su nietecito para platicar con el … Arnold disfrutaba de platicar con su abuela.. pero pronto ella cambio esa mecedora por una cama … una solitaria cama muchos inquilinos que consideraba su familia pasaban a verla debes en cuando pero ellos debían seguir con sus vidas… de pie frente a ella fue quizás la primera vez que la vio dormida…. y en ese momento sintió su corazón ser aplastado… había caído en cuenta lo mayor que era su abuela…

La puerta se abrió a sus espaldas… sintió a alguien entrar pero el solo seguía con la mirada puesta sobre su abuela.

La mano de aquella persona se poso en su hombro..

-chaparrito… podrías dejarme a solas un rato con la abuela…

-claro abuelo. Contesto el joven con un tono de voz apagado, miro por última vez hacia a tras, alcanzo a ver al abuelo acercarse con cuidado a la mujer y se sentó al borde de la cama tomo su mano lo que hiso que ella se despertara… le pareció ver rodar algunas lagrimas por el rostro de su abuelo la mano de ella se poso en su mejilla lo que hiso que el abriera los ojos y se encontró con la tierna mirada de la anciana.. Ellos se miraron a los ojos con eterna ternura .. Entonces Arnold decidió dejarlos solos y abandono la habitación

Esa misma noche una tormenta se desato … esa misma noche alguien se despidió y en esa misma noche la muerte los separo..

A las pocas semanas todo empeoro… Arnold comenzaba a sentirse preocupado por su abuelo.. Aquella perdida le había afectado demasiado..

Todo el dia su viejo abuelo estaba deprimido… y simplemente mantenía la mirada a la nada mientras algunas lagrimas rodaban por sus mejillas

Camino hasta aquella vieja mecedora y la acaricio con su mano mirándola con ternura… y se sentó en ella

Paso horas días y semanas Susy se acercaba a él con un plato de sopa pero el anciano solo la ignoraba y seguía con su mirada perdida… el dolor lo consumía… la mujer se resigno y dio la vuelta para dejarlo solo.

La mañana llego… los rayos del sol bañaban la fachada de aquel viejo edificio. La casa de huéspedes…

Sentado en el pórtico Arnold miraba el sol salir…era como si los rayos intentaran apaciguar el dolor de su corazón y miraba aquel amanecer melancólicamente…

Atrás de si donde estaba aquella vieja mecedora escuchaba muy bien la gente ir y venir.

Lo último que vio antes subir las escaleras hacia su cuarto fue un carruaje funerario aproximarse

….

Estaba parado fuera de esa gran casa. Miro una vez más a sus espaldas tratando de imaginar qué pasaría con ella ahora que no había nadie en ella para hacerse cargo. Nadie en ella para… hacerse cargo de él. Y con sus padres desaparecidos se había quedado completamente solo. Si antes no le gustaba ser llamado así ahora estaba convencido… era ahora nada más que un triste huérfano.

Cuando sus abuelos murieron todo simplemente se desbarato. Su frágil y humilde vida se disolvió por primera vez sintió ese niño optimista en su interior morir.

La casa quedo a la deriva sin un propietario. Todos los inquilinos fueron desalojados y Arnold solo tenía aun la esperanza de poder reclamar la propiedad cuando fuera adulto. Solo esperaba que para cuando cumpliera la mayoría de edad la casa no hubiera sido tomada por el gobierno como es de costumbre.

Entonces una persona toco su hombro tratando de ser confortable –todo estará mejor pronto.

El miro a la mujer adulta frente a él. Era una trabajadora social que había llegado hay por ordenes del estado y la sociedad protectora infantil.

Lo subió a un carro y sentado en la parte trasera abrazaba entre sus brazos una mochila con algunas de sus pertenencias. La mayoría de sus cosas se habían quedado atrás. Pero las mas valiosas para el aun las conservaría. Con la mirada baja pensaba en lo mucho que le hubiera gustado despedirse de sus amigos. Pero… es que todo había pasado tan rápido que no tuvo tiempo de nada. Paso fugazmente frente a la casa de Gerald quien casualmente parecía estar saliendo de su hogar para dirigirse a la escuela. Y sus miradas se cruzaron. Para Arnold solo hubo tiempo de una señal con la mano. Un adiós fugas y silencioso. Pudo ver la cara de Gerald congelada en el tiempo inexpresiva tratando de entender lo que ocurría al tiempo que el balón que llevaba era olvidado para botar lejos de él hacia la calle y hay en el horizonte la imagen de su mejor amigo se desvaneció. También paso frente a la casa de Helga G pataki. Y miro el lugar como abandonado. Suspiro al recordar el sombrío dia en el que se enteraron de que Helga había sido separada de sus padres. Por supuesta negligencia infantil. El suspiro sintiéndose culpable. Sabia que los padres de Helga no eran los mejores… pero nunca pensó que estaría tan mal. Pero … mirando en retrospectiva la desmejorada apariencia de Helga lo confirmaba. Se sintió un poco culpable al no comprender que esa era la razón del mal carácter de ella. Solo le quedaba desear que el destino de ella fuese bueno. No había sabido nada de ella en meses…

El auto se detuvo frente a una gran institución donde le darían alimento y un lugar donde dormir, obviamente ese lugar era una especie de orfanato

Llego hasta la evitación que le habían asignado, coloco sus pocas pertenencias bajo la cama y se sentó en la modesta cama.

Estuvo así en silencio mirando a la pared, los pensamientos comenzaron finalmente a precipitarse en su mente, recuerdos, miedo, tristeza, y su nueva realidad como huérfano oficialmente, hundió su cara en sus rodillas y dejo el llanto correr en silencio.

Después de calmarse un poco camino hasta el la puerta de la habitación donde se apoyo en el marco para tratar de pensar

Aquellos gritos lo sacaron de sus pensamientos

Abrió los ojos en sorpresa, el conocía esa voz

Corrió por los pasillos tratando de dar con el origen de los gritos

Venían del patio, parecía estarse armándose un alboroto

Pero esa voz él la conocía,

Se congelo al ver la escena que se desarrollaba frente a él,

Helga estaba siendo sujeta por un dos hombres, uno era un trabajador social de la institución y el otro un sicólogo,

Del otro lado otro señor trataba de recibirla en brazos pero Helga pateaba reusándose a ceder, y tras él una mujer observaba muy preocupada mientras la trabajadora social trataba de calmarla.

La rubia llevaba una mochila en su espalda, y gritaba furiosa,

- quiero volver a casa, odio todo esto

Quiero irme a casa, déjenme sola! Solo quiero volver a estar sola!

Volveré a escapar hasta que me dejen sola.

La mujer hablaba

-Helga, pequeña, por favor vuelve con nosotros

Prometemos que todo estará bien, nosotros cuidaremos de ti

-no necesito que nadie cuide de mi,

Lagrimas comenzaban a corren por los ojos de la chica que aun era sostenida por los señores,

Tenia tanta fuerza que apenas podían contenerla

Me las he arreglado sola siempre. Déjeme SOLA!

SOLAAAAAAAAAAA!

Arnold intervino corriendo hacia ella,

Al verlo ella se detuvo en seco dejando de gritar, dejando de forcejear, solo miraba a el chico parado frente a ella,

-Helga… está bien, tranquilízate, ellos solo quieren ayudarte,

Arnold no estaba seguro porque pero en esos momentos ella pareció rendirse. Ella lo miro y las lagrimas corrían por sus mejillas

Movió sus manos trato de taparse la cara,

Parecía no querer que la viera,

El tomo una de sus manos y trato de calmarla,

-todo estará bien lo prometo, solo cálmate

Ella miraba en otra dirección con el seño fruncido y la cara mojada de lágrimas.

Aquellos adultos observaban la escena sorprendidos al ver como la presencia de ese niño había detenido todo ese espectáculo.

-quien es el pequeño? Pregunto la mujer a la trabajadora social,

-es un niño que vivía en el mismo vecindario que Geraldine,

Deben haberse conocido desde muy pequeños, lamentablemente sus abuelos murieron y él se quedo solo.

El es más tranquilo que Geraldine así que esperamos que encuentre una familia más fácilmente. La mujer dirigió su mirada hacia Arnold

Quien seguia tomando la mano de Helga

Finalmente lograron subir a Helga al auto,

La niña se acomodo en el asiento trasero y hundía su cara entre sus rodillas

La mujer cerró la puerta cuando el rubio se acerco

-ella está bien?

–si pequeño,

sonrió la mujer mirando al interior del auto para ver a Helga.

-ténganle paciencia, ella es una buena persona en el fondo. Solo necesita tiempo,

La mujer sonrió tristemente al chico, claro que tendremos paciencia,

Sabíamos que esto no sería fácil pero no nos rendiremos con ella,

Gracias por lo que hiciste haya atrás, nos sorprendió como lograste calmarla,

…pequeño…-dudo la mujer en hablar, -tú conocías a Geraldine?

-Nosotros… éramos compañeros de escuela, solíamos jugar junto con los demás niños del vecindario,

-eso debió ser divertido,

-lo era, sonrió Arnold. Extrañare a muchos de ellos, no pude despedirme de nadie, decía el mirando sus manos tristemente.

Cree que pueda despedirme de Helga?

- Claro pequeño, dijo la mujer abriendo la puerta pero algo insegura de la reacción que podría tener Helga.

Arnold subió al carro y observo a Helga quien no había cambiado su postura en todo ese tiempo,

El no sabía que hacer. Pero decidió hablar.

-Helga…

Fuera del auto la pareja observaba tristemente a los niños en el interior del carro. El hombre rodio a su mujer con su brazo y ella lo miro con tristeza. Crees que sería lo correcto?

Crees que podamos tomar este reto?

El la miro pensando.

-algo en mi interior me dice que es la decisión correcta a pesar de todo.

-en el interior del carro-

-Helga, yo se que nunca fuimos muy buenos amigos, pero estos años juntos deben de significar algo,

No? Dijo tocando el hombro de la niña la cual tembló ante el toque

-vete ya,,, dijo con su voz áspera.

-De acuerdo, lo siento. Dijo decepcionado mientras bajaba del auto.

-espero que todo mejore Helga, te deseo lo mejor.

Y cerrando la puerta se quedo allí parado mirándola de lejos.

Noto que el matrimonio no estaba cerca, solo se encontraban un par de hombres seguramente vigilando a Helga.

El avanzo hasta su habitación donde se tumbo en su cama mirando al techo. Suspiro. No sabía cuánto tiempo más estaría en el albergue Y Helga… estaba seguro que despedirse de cualquiera de sus amigos hubiera sido mejor que Helga. Incluso Harold no hubiera sido tan seco.

Suspiro y se coloco de lado mirando hacia la puerta, metió la mano bajo su cama donde se encontraban su maleta,

Un pequeño portafolio algo antiguo, lo abrió y entre las pocas cosas saco un viejo diario.

Lo miro tristemente. Las esperanzas de encontrar a sus padres se desvanecieron.

Abrazo el viejo libro y se quedo recostado en silencio,

-tu eres Arnold, verdad?

El alzo la mirada para encontrarse con el señor que habia tiempo antes vigilando a helga,

Vamos, tienes que irte. Ya te están esperando…

-como? -respondio el rubio sin saber a que se refería,

Fue tomado de la muñeca y se dejo dirigir de regreso hasta donde se encontraba aquel auto con helga en su interior.

Los señores estaban parados fuera del observándolo llegar, el hombre todo la pequeña maleta de Arnold y la mujer toco su hombro, -estarás bien con nosotros, lo prometemos,

Y abrió la puerta del carro para que se sentara junto a Helga.

La chica alzo la mirada observando casi asustada a Arnold, miro a su alrededor dándose cuenta de lo que estaba pasando.

Sujeto fuertemente sus cosas y enterró su mirada en el suelo del carro.

-lo siento,, susurro Arnold. Mirando por la ventana tratando de mantenerse lo más distante de la chica para no incomodarla

Aparentemente ahora vivirían bajo el mismo techo.

No supo cuando tiempo pasaron en ese auto,

No dijo nada, no sabía que decir, hasta el momento en que la mujer se dirigió hacia él,

Esperamos que te sientas cómodo con nosotros, haremos todo lo posible para que estés bien,

Si quieres puedes contarnos cuál es tu comida favorita o las películas que te gusta ver,

Henry puede conseguirlas para ti, -claro que lo hare, de hecho compre varias para que vean en casa,

-muchas gracias, dijo Arnold tímidamente,

Miro a su izquierda donde Helga parecía dormir, y aprovechando el momento pregunto,

Helga ya había estado viviendo con ustedes?

La mujer cambio su semblante a tristeza,

-sí, ha estado viviendo con nosotros los últimos meses, sabíamos que no sería fácil adoptar pero no nos importaba.

Lamentablemente no lo hemos hecho muy bien porque ella decidió escapar, gracias a Dios las autoridades la encontraron y la llevaremos devuelta a casa.

Arnold dirigió la mirada hacia ella quien pareció retorcerse en su lugar,

Parecía que ella después de todo estaba despierta, y el sintió un miedo por un momento.

Llegaron finalmente a una casa del otro lado de la ciudad

La mujer abrió la puerta para Arnold y el hombre se dirigió hacia Helga quien aparentemente seguía dormida,

Al tratar de tomarla en brazos la chica reacciono empujando al hombre,

-YO PUEDO SOLA !,

El hombre retrocedió algo confuso,

Mientras el rubio solo podía sentirse mal por lo sucedido.

Helga solo tomo sus cosas y entro a la casa pasando de largo a la mujer que ya esperaba con la puerta abierta.

Arnold coloco sus cosas en la sala mientras la pareja observaba preocupada como Helga subía las escaleras,

La mujer la siguió mientras el hombre dirigía su atención a Arnold quien no pudo evitar ponerse algo nervioso

Te llevare a tu habitación, espero que no te moleste ayudarme a organizar un poco, nosotros, sinceramente no esperábamos agrandar nuestra familia tan pronto, dijo riendo nervioso y frotando su cuello,

Pero estamos felices de haberte encontrado

Entraron a una habitación que estaba justo enfrente de la habitación que aparentemente pertenecía a Helga,

Volvió su atención para ver a el hombre, el sonreía

-Pequeño, eres Arnold verdad? Yo soy el señor Henry pero puedes llamarme solo Henry si te sientes cómodo con eso,

Decía mientras movía barias cajas dejando desocupado un colchón, -por ahora no hay mucho pero trataremos de dejar esto muy agradable para ti,

-no se preocupe por eso, estoy seguro que cualquier cosa que me den estará bien,

El adulto lo miro y sonrió con una mezcla entre melancolía y alivio

-eres un buen chico, la que me preocupa ahora es ella,

Hemos hecho todo lo posible para hacerla sentir acogida pero

Al parecer no será fácil.

-la vida de Helga nunca ha sido fácil,

miro bastante interesado en lo que Arnold decía

-crees que puedas decirnos lo que sabes respecto a Helga,

Quizás eso pueda ayudarnos a comprenderla mejor,

-yo, se que sus padres siempre descuidaron de ella. El señor Bob siempre estaba enojado y su madre estaba como… creo que ella…

-Si, eso lo sabemos, cuando la adoptamos la trabajadora social nos dejo en claro todo eso, pero… como su amigo imagino que tu debes saber otras cosas sobre ella, cosas que quizás nunca habla con los adultos…

-Yo… penso mirando al suelo –yo casi nunca hablaba con ella..

Porque? Pregunto curioso el hombre,

-por alguna razón ella… siempre me odio.

El hombre se sorprendió un poco ante esa información

Frunció el seño preocupado

-siempre me molestaba y atormentaba.

-tu no pareces ser el tipo de chico que la gente puede odiar..

-si pero no se enoje con ella. Generalmente ella es así con todos.

-la mirada de preocupación no dejo la cara de Henry

-averiguaremos que es lo que ocurre... –regreso su atención a Arnold –por ahora deberías tratar de descansar, mañana Helga iniciara la escuela creo que sería bueno que también vinieras con nosotros para inscribirte.

-está bien, respondió Arnold metiéndose en la cama y acomodándose para descansar.

Henry lo miro desde la puerta antes de encender una pequeña lámpara que había sacado de una caja, la lámpara bañaba las paredes de la habitación con suaves y cálidas estrellas y antes de cerrar hecho un vistazo a Arnold quien estaba acurrucado y sonrió suavemente antes de salir.

La mirada de Arnold estaba fija en la pared, observaba aquellas estrellas que unos segundos atrás habían trasformado esas oscuras paredes y esa fría habitación en un lugar cálido, el solo hecho de que esas estrellas brillaran solo para él le hizo sentir la calidez de ser bienvenido y querido en ese desconocido hogar.

Y con esa calidez se quedo dormido.