Acción e intriga.
Los personajes no me pertenecen.
AVISO : No se cuantos de vosotros habréis visto ya la serie al completo, pero antes de leer debéis saber que en este fic se hacen alusiones a muchos capítulos incluyendo los del final.
La acción se narra desde el punto de vista de Hiei (H) y luego pasa al punto de vista imparcial del narrador (N) así sucesivamente.
UN CAMBIO EN EL TIEMPO.
Capítulo 1 : Una propuesta tentadora.
(H)
No sé por que había decidido ir al encuentro del remitente de aquella carta. Solo era un anónimo que alguien había enviado al castillo de Mukuro, un anónimo muy estúpido, en el un desconocido me aseguraba que podía ayudarme a recuperar a mi madre.
Pero mi madre había muerto hacía años ¿o quizás no? ¿Me habría mentido aquella koorime? ¿Y como sabía el remitente de aquella carta algo tan personal?
Supongo que si en aquel momento me encontraba ya frente a aquel caserón en ruinas, era única y exclusivamente por curiosidad, quería saber quien se atrevía a entrometerse en mi vida de aquel modo y desde luego matarle si es que era una broma.
Una trampa, eso era lo mas probable, era también lo que me había asegurado Mukuro que sería cuando se lo conté, incluso se ofreció a acompañarme, me sorprendió, pero aun así rechacé su oferta. Fuese quien fuese el estúpido que me había enviado semejante carta era algo que iba a solucionar yo solo.
La puerta estaba entreabierta, por un momento creí que no había nadie, pero luego pude detectar un ki algo débil al final del pasillo, me dirigí hacia allí y entré en un gran salón un tanto extraño, un anciano me esperaba sentado en un amplio trono.
(N)
Cronos se levantó al ver a Hiei, haciendole señal de que se acercase. Este después de asegurarse de que allí no había trampa alguna se acercó al anciano.
Te esperaba – dijo este – tengo algo que ofrecerte que creo aceptaras con gusto.
Y ¿por qué motivo? ¿qué me vas a pedir a cambio?
El hombre sonrió y asintió.
Tú siempre tan desconfiado, ya me lo esperaba – dijo – el motivo no es asunto tuyo y no quiero nada a cambio.
Hiei se aseguró por tercera vez de que ambos estaban solos. Algo no acababa de gustarle de aquel entorno, a pesar de que no había nada que amenazase su seguridad.
En tú carta hablabas de mi madre.
Si, - afirmó Cronos - así es.
¿Cómo te atreves? – Amenazó Hiei dirigiendo su mano hacia la katana.
Me atrevo por que lo que dije era verdad – contestó el hombre, su voz se hizo mas dura – y guardate de sacar tu espada jovencito por que podrías perder la oportunidad de recuperarla.
Hiei dejó que la espada se quedase donde estaba y le hizo señal al hombre para que continuase hablando.
Este caserón que ves a tu alrededor es solo una pobre representación de lo que aquí en verdad se esconde. – Comenzó a decir el hombre señalando ostensiblemente paredes y techo. – El poder que aquí se acumula puede cambiar el destino de muchas personas...
Hiei comenzaba a impacientarse, él no veía poder alguno por ninguna parte y comenzaba a creer que aquel hombre estaba loco.
Oye tú – le espetó al viejo – no tengo tiempo para perder contigo.
Cronos rió.
Tiempo es precisamente lo que ahora tienes jovencito.
Al ver que Hiei comenzaba a pasar de la impaciencia al cabreo le dijo :
Si se te diese la oportunidad de volver al pasado, evitar que te arrojasen al río y que tu madre se suicidase ¿aceptarías?
Ahora Hiei si estaba del todo sorprendido.
¿Cómo? – preguntó - ¿es una broma?
No muchacho, no lo es – aseguró el anciano, se acercó a Hiei hasta casi echarle el aliento encima y preguntó con voz ronca - ¿aceptas?
Hiei le agarró por la solapa de la túnica y le zarandeó.
Como te estés burlando de mi te mato aquí mismo. – Gritó.
El anciano hizo un movimiento ondulante con la mano y una gran burbuja de color dorado pálido apareció ante ellos. Hiei le soltó y Cronos se acercó a la burbuja, en esta comenzaron a definirse algunos perfiles, que finalmente Hiei pudo reconocer como la isla de las koorime.
¿A cambio de que? – Preguntó Hiei.
De nada – contestó el hombre – tienes un minuto para decidirte, una vez dentro tendrás veinticuatro horas para cambiar lo que quieras de tu pasado y luego volver a tu tiempo original, es decir a este, a través de la misma burbuja dorada.
Hiei observó la isla de su infancia, a pesar de su natural desconfianza la propuesta era demasiado tentadora para dejarla pasar.
Te quedan veinte segundos para decidirte – informó el anciano.
Hiei lo miró, buscando la trampa por alguna parte, verdaderamente parecía la isla de las koorime.
Diez segundos. – dijo Cronos.
Decidió arriesgarse, no parecía que hubiese mucho a perder y en cambio si mucho a ganar.
*************************
Bueno, aquí está mi segundo fic, totalmente diferente del primero, pero espero que os guste igual. Como creo que sucede siempre, la paranoia mental completa saldrá en el segundo capítulo. Y como no he podido evitarlo y tengo el segundo ya escrito pues lo he subido a la vez que el primero, así os podéis hacer una idea mas completa de que va todo.
Los personajes no me pertenecen.
AVISO : No se cuantos de vosotros habréis visto ya la serie al completo, pero antes de leer debéis saber que en este fic se hacen alusiones a muchos capítulos incluyendo los del final.
La acción se narra desde el punto de vista de Hiei (H) y luego pasa al punto de vista imparcial del narrador (N) así sucesivamente.
UN CAMBIO EN EL TIEMPO.
Capítulo 1 : Una propuesta tentadora.
(H)
No sé por que había decidido ir al encuentro del remitente de aquella carta. Solo era un anónimo que alguien había enviado al castillo de Mukuro, un anónimo muy estúpido, en el un desconocido me aseguraba que podía ayudarme a recuperar a mi madre.
Pero mi madre había muerto hacía años ¿o quizás no? ¿Me habría mentido aquella koorime? ¿Y como sabía el remitente de aquella carta algo tan personal?
Supongo que si en aquel momento me encontraba ya frente a aquel caserón en ruinas, era única y exclusivamente por curiosidad, quería saber quien se atrevía a entrometerse en mi vida de aquel modo y desde luego matarle si es que era una broma.
Una trampa, eso era lo mas probable, era también lo que me había asegurado Mukuro que sería cuando se lo conté, incluso se ofreció a acompañarme, me sorprendió, pero aun así rechacé su oferta. Fuese quien fuese el estúpido que me había enviado semejante carta era algo que iba a solucionar yo solo.
La puerta estaba entreabierta, por un momento creí que no había nadie, pero luego pude detectar un ki algo débil al final del pasillo, me dirigí hacia allí y entré en un gran salón un tanto extraño, un anciano me esperaba sentado en un amplio trono.
(N)
Cronos se levantó al ver a Hiei, haciendole señal de que se acercase. Este después de asegurarse de que allí no había trampa alguna se acercó al anciano.
Te esperaba – dijo este – tengo algo que ofrecerte que creo aceptaras con gusto.
Y ¿por qué motivo? ¿qué me vas a pedir a cambio?
El hombre sonrió y asintió.
Tú siempre tan desconfiado, ya me lo esperaba – dijo – el motivo no es asunto tuyo y no quiero nada a cambio.
Hiei se aseguró por tercera vez de que ambos estaban solos. Algo no acababa de gustarle de aquel entorno, a pesar de que no había nada que amenazase su seguridad.
En tú carta hablabas de mi madre.
Si, - afirmó Cronos - así es.
¿Cómo te atreves? – Amenazó Hiei dirigiendo su mano hacia la katana.
Me atrevo por que lo que dije era verdad – contestó el hombre, su voz se hizo mas dura – y guardate de sacar tu espada jovencito por que podrías perder la oportunidad de recuperarla.
Hiei dejó que la espada se quedase donde estaba y le hizo señal al hombre para que continuase hablando.
Este caserón que ves a tu alrededor es solo una pobre representación de lo que aquí en verdad se esconde. – Comenzó a decir el hombre señalando ostensiblemente paredes y techo. – El poder que aquí se acumula puede cambiar el destino de muchas personas...
Hiei comenzaba a impacientarse, él no veía poder alguno por ninguna parte y comenzaba a creer que aquel hombre estaba loco.
Oye tú – le espetó al viejo – no tengo tiempo para perder contigo.
Cronos rió.
Tiempo es precisamente lo que ahora tienes jovencito.
Al ver que Hiei comenzaba a pasar de la impaciencia al cabreo le dijo :
Si se te diese la oportunidad de volver al pasado, evitar que te arrojasen al río y que tu madre se suicidase ¿aceptarías?
Ahora Hiei si estaba del todo sorprendido.
¿Cómo? – preguntó - ¿es una broma?
No muchacho, no lo es – aseguró el anciano, se acercó a Hiei hasta casi echarle el aliento encima y preguntó con voz ronca - ¿aceptas?
Hiei le agarró por la solapa de la túnica y le zarandeó.
Como te estés burlando de mi te mato aquí mismo. – Gritó.
El anciano hizo un movimiento ondulante con la mano y una gran burbuja de color dorado pálido apareció ante ellos. Hiei le soltó y Cronos se acercó a la burbuja, en esta comenzaron a definirse algunos perfiles, que finalmente Hiei pudo reconocer como la isla de las koorime.
¿A cambio de que? – Preguntó Hiei.
De nada – contestó el hombre – tienes un minuto para decidirte, una vez dentro tendrás veinticuatro horas para cambiar lo que quieras de tu pasado y luego volver a tu tiempo original, es decir a este, a través de la misma burbuja dorada.
Hiei observó la isla de su infancia, a pesar de su natural desconfianza la propuesta era demasiado tentadora para dejarla pasar.
Te quedan veinte segundos para decidirte – informó el anciano.
Hiei lo miró, buscando la trampa por alguna parte, verdaderamente parecía la isla de las koorime.
Diez segundos. – dijo Cronos.
Decidió arriesgarse, no parecía que hubiese mucho a perder y en cambio si mucho a ganar.
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Bueno, aquí está mi segundo fic, totalmente diferente del primero, pero espero que os guste igual. Como creo que sucede siempre, la paranoia mental completa saldrá en el segundo capítulo. Y como no he podido evitarlo y tengo el segundo ya escrito pues lo he subido a la vez que el primero, así os podéis hacer una idea mas completa de que va todo.
