Ella estaba hablando con sus amigas en el fondo del comedor, sonreía a todo lo que le decían ¿Cómo lo hacía? Sus hoyuelos aparecían al costado de su hermosa y clara sonrisa cada vez que su amiga, Quinn Fabray, le dirigía la palabra.

He fantaseado muchas veces con estar en el lugar de Quinn.. Quisiera ser una de las personas a las que iba dirigida esa hermosa sonrisa, a la que le hablara con aquella voz dulce y ronca y con la que pudiera sentirse así de confiada.

En cambio, no he hablado mucho con ella.. Solo unas cuantas palabras cojas respecto al tema que debatíamos en las juntas, nunca se me ocurría nada bueno para decir así que nunca me atrevía a molestarla con alguna metida de pata.

La otra razón de por qué nunca hablábamos fue porque ella era bastante tímida, cuando alguien que no era de su círculo social le dirigía una palabra, ella tartamudearía y se ajustaría sus lentes con nerviosismo, su vista se dirigiría al piso y jugaría con un mechón suelto de su morena cabellera.

''Es una menopáusica insoportable ¿Me entiendes?'' Sacudí la cabeza y aparte la mirada de Santana y la pose en mi amiga, Rachel, tratando de disimular mi pequeño desliz. Intente acordarme del tema en que lo habíamos dejado.

''¿Sugar está en su menopausia?'' Traté de recordar, ella rió.

''Brittany, estaba hablando de Sue'' corrigió '' ¿Acaso estabas escuchando una palabra de lo que decía?'' me encogí de hombros sonriéndole, tratando de que capte mi disculpa. ''No importa ¿Qué estaba pensando esa cabecita tuya?'' sonrió tocándome la frente unas cuantas veces con su dedo índice ''¿Qué fue tan importante como para decidir ignorar mi asombrosa historia sobre el horrible destino que nos depara a las mujeres al llegar a una edad adulta?''

Tome un pequeño sorbo de mi soda y sin querer dirigí mi vista hacia donde estaban hablando Quinn y Santana. Rachel repitió mis acciones, pero al parecer su vista fue mas allá de donde se dirigió la mía, pues la de ella se poso en un muchacho rubio.

''¿Piensas volver con Sam Evans!?'' Volví a apartar rápidamente mi vista de aquellas dos chicas, casi escupiendo mi soda en el rostro de Rachel. Al parecer había elevado su tono de voz, pues los chicos que estaban en nuestras mesas dirigieron sus miradas hacia nosotras dos. Le tape la boca a Rachel.

''Shh'' dije dándole una agradable sonrisa a los que nos miraban ''No es cierto, está menopáusica'' dije tranquila, ellos solo elevaron una ceja y volvieron a sus asuntos. Suspire.

No me había dado cuenta de que mi mano seguía en la boca de Rachel hasta que ésta me la lamio.

''Ewwwwwwwwww''

''Eso fue en protesta a favor de la libre expresión'' recito ''Tienes suerte de que esté cuidando mis dientes para ir al dentista hoy'' se sacudió un mechón que le caía en la cara. Ella suspiro y volvió a mirarme.

''Así que Sam Evans, picarona..'' susurro sugestivamente. Le dí un golpe en el brazo y ella comenzó a frotarlo. Miré a Sam Evans y volví a mirarla a ella.

''No volveré con Sam Evans, es un compañero de trabajo, nada más'' murmure acercándome a ella.

''Ajá, y yo soy la Reina de Inglaterra'' murmuró también ella frotándose el brazo. Le dirigí una mirada de muerte y ella tragó saliva. ''Umm.. Creo que Bailey pregunta por mí en recepción'' dijo juntando rápidamente su almuerzo y caminando rápidamente hacia la salida''

''¡Sí, es mejor que corras, cobarde!'' le grité.

Aproveche a estar sola para volver a dirigir mi vista en Santana, pero para mi mala suerte, ella se había ido.. En cambio, me encontré con la mirada de Quinn Fabray, quien elevo una de sus cejas suspicaz para luego posarla en su almuerzo. Tosí.

''Se los solicita a todo el personal en la sala de conferencias y a los médicos internos con los residentes'' Fruncí el ceño. No me gustaba como sonaba eso.

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''¿Alguien podría decirme por qué los llamé aquí?'' preguntó Sue en el estrado del gran escenario de la sala de conferencias, miré a mi alrededor solo para ver que estaba abarrotada de gente.

Escuché algunos susurros y al parecer Sue decidió cortarlos.

''Éramos unos de los mejores hospitales de la ciudad, nunca estuvimos fuera de los 5 mejores ¿Saben en qué posición estamos ahora?'' preguntó elevando su voz. Era una pregunta retorica ''DOCE! Estamos en los 12'' concluyo frustrada '' Hemos perdido dos pacientes en trauma hoy ¡Dos paciente que podríamos haber salvado!''

Miré a Mercedes Jones, sabía que ese era su especialidad, su vista estaba dirigida al suelo y tenía el ceño fruncido mientras jugueteaba con sus manos.

''Bueno, he decidido que habrá algunos cambios aquí'' dijo, llamando la atención de todos '' Me he dado cuenta de la mediocridad de algunas personas, además he estado observando que los residente e internos se pasean por el hospital como si fuera un hotel de 3 estrellas… Hemos aceptado enseñarles para ser los mejores, no para lloriquear por no estar en el sector de su preferencia. Desde ahora los internos no tendrán voz ni voto para elegir en que especialidad de su agrado quisieran trabajar, se les será asignado por día.. Y no quiero escuchar ninguna queja''

Se escucharon algunas protestas en la sala, pero obviamente Sue dio como finalizado el tema. Algunos comenzaban a tomar sus cosas para salir de la sala, yo me preparé para levantarme hasta que por el rabillo del ojo vi a Quinn Fabray levantándose de su asiento para dirigirse a Sue Silvester, dejando sola a Santana, quien anotaba unas cuantas cosas en un cuaderno viejo.

Santana llego aquí hace más de once meses, ella fue seleccionada como residente de Quinn Fabray junto con Lexie y O'Malley, mientras que a mí me asignaron como Embajadora Asiática, pues me cedieron a Tina Cohen Chang y a -su-hermano-perdido-en-negación- Mike Chang junto con Sunshine Corazón. No me quejo, son muy buenos aprendices cuando no discuten acerca de cuál emperador japonés fue el más influyente.

Una ardilla camuflayada de cabellera me distrajo de mis pensamientos. Noah Puckerman.. O Fuckerman para quienes lo conocíamos bien.

Era el hombre más detestable del planeta, era un engreído sexual que no era capaz de darse cuenta que sus coqueteos repelían a las mujeres en vez de atraerlas. Desde que tuvimos un encuentro no-tan-agradable en mi primer año nos odiamos a muerte.

Me sorprendí al darme cuenta de a donde se dirigía.. Santana.

Apreté mis puños y sentí mi mandíbula tensa, tomo asiento junto a Santana, quien esperaba paciente a que Quinn terminara su plática con Sue. El se recostó por el reposa brazos, invadiendo el espacio de Santana quien no le hacía mucho caso, él le susurro algo a su oído.

''Invítala a salir o acércate a ella, o me temo que te encontrare siempre así de nerviosa'' murmuro Kurt saliendo de la nada, exaltándome. Le lance una mirada para luego volver a posarla en aquellos dos, mientras veía que Puck se alejaba dándole un papel a una desconcertada Santana.

''Sabes que no puedo hacerlo, purpurina'' resoplé dándole una mirada cansada. Justo en ese momento Noah venía hacia nosotros.

''Miren a quién tenemos aquí, si no es más ni menos que la frígida de Brittany S. Pierce'' dijo con una sonrisa falsa y arrogante, me daban ganas de darle un puñetazo.

''¿Molestando a los residentes, Fuckerman? ¿Necesitas acaso un arreglo? ¿Es algo que debería informar a la policía? No queremos otro arresto domiciliario, como sabes, Sue dijo que teníamos bastante trabajo como para perder una mano aquí'' le respondí con una inocente sonrisa, haciendo que la de él se le borrara del rostro.

''Bueno, es mejor que no te preocupes tanto por arreglarme o saldré igual que tu matrimonio fallido, ¿Cómo está Sam después de todo? ¿Le podrías preguntar la dirección del club de streeteas dónde frecuentaba cuando estaban casados? Ya sabes, sola para divertirme un poco.''

''Oh claro que podría preguntarle, así por lo menos ayudare a que veas a una mujer semidesnuda por primera vez en tu vida'' sonreí.

''Bueno, Dr Puckerman es mejor que nos vayamos, recibí la orden de pasar por Mercedes Jones en trauma'' interrumpió Kurt, tratando de ayudar a disipar nuestra furia.

''Oh, está bien, he terminado aquí después de todo'' se dirigió a Kurt '' Adiós, Pierce. Espero que nuestro próximo encuentro sea contigo en la morgue'' dijo yéndose lentamente de allí con su sonrisa arrogante.

''Oh, Dios, jamás he visto tanta disputa y drama como en las Kardashian'' murmuró Kurt ''Nos vemos por ahí Brittany'' se despidió.

Me quede parada en el pasillo de la sala de conferencias viendo como Santana se disponía a juntar sus cosas para salir, me toque el cabello con una mano, suspirando. Di un paso hacia donde estaba, dispuesta a ayudarla, hasta que negué con la cabeza y salí de la habitación.

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''¡Te lo estoy diciendo, jamás he visto algo tan traumático en mi vida, Brittany!'' exclamo Rachel paseándose por nuestra sala nerviosamente ''Es decir, era como si hubieran engendrado a Goliat en esa panza'' me miró nerviosa ''Hubieras visto la sangre que salía de esa mujer, parecía como si hubieran multiplicado su periodo a la máxima potencia dividida por seno y coseno''

''Eso ni siquiera tiene sentido, Rachel'' murmuré tocándome las sienes con los pulgares tratando de controlar mi dolor de cabeza. Estaba acostada en el sofá con una copa de vino en la mesita de al lado, tratando de superar mi cansancio.

''No importa, cuando sea una doctora descartare la obstetricia como especialidad'' finalizo con una asentimiento de cabeza y juntando las manos.

''Ser doctor implica mucha sangre Rachel'' dije tomando un sorbo de vino.

''Duh, por supuesto, tonta. Pero no todas las especialidades se basan en tocar la sangre de la vagina de otras personas'' replico. Negué divertida con la cabeza. ''Todo es por culpa de Sue, si no hubiera puesto esa tonta regla de que no podíamos elegir en que especialidad trabajar todos los días no hubiera tenido que ir junto con la psicóloga del hospital después de mi turno''

''Bueno, ya era hora de que decidieras visitar un psicólogo, estaba preocupada por ti. Espero que puedan arreglarte'' finalice mi oración solo para ser recibida por un almohadazo en la cara, abrí los ojos rápidamente solo para percibir el fuerte dolor de cabeza. ''Oh Dios''

''Tampoco fue para tanto, llorona'' se cruzo de brazos. Negué con la cabeza y me levante para sentarme recta en el sofá.

''No es eso, solo es el dolor de cabeza que me está matando'' suspire.

''Oh ¿Quieres que te consiga una aspirina?'' pregunto compasiva, asentí con la cabeza.

''Eso sería genial''

Ella dejó la sala para entrar en su habitación, escuche que rebuscaba en unas cuantas cosas, hasta que volvió a salir con una tableta de aspirinas para dirigirse a la cocina, prendió la llave del fregadero y volvió con un vaso de agua y me la dio para que la tomara.

''Oh Santo Dios ¿Qué haría sin ti?'' murmure luego de dejar el vaso sobre la mesa, cerrando los ojos.

''Bueno, tal vez estarías muerta.. Pero ¿quién sabe?'' respondió juguetonamente, sonreí.

Estuvimos en silencio un par de minutos, ninguna de las dos hablaba, cada una pensando en diferentes cosas. Hasta que ella saco el tema a colación.

''Hmm.. Sam Evans..''

''Rachel, basta'' La reprendí.

''No tendría nada malo'' me respondió, ignorándome.

''Por supuesto que no, solo que todo el mundo sabía que me ponía los cuernos con Kitty Wilde y se reían a mis espaldas, pero nada más ¿No?'' replique enojada. Sam y yo llevábamos menos de un año de casados, después de haber pasado más de 6 años conociéndonos. El era tierno, amable y caballeroso, jamás hubiera pensado que me engañaba con una de sus residentes.

''¿Hablabas en serio cuando me decías que no volverías con él? ¿Nada de sentimientos encontrados entonces?'' preguntó.

''Rachel, los únicos sentimientos que tengo cuando lo veo son las ganas de darle una patada en sus bolas'' respondí ya cansada de hablar del tema.

''Uy, eso me suena a reconciliación'' dijo divertida. Le lance el cojín que me había tirado pero lo esquivo rápidamente.

''¿Intestaste matarme!?'' me gritó indignada.

''Bueno, claro, si un cojín fuera un arma asesina'' respondí y me levante para dirigirme a mi habitación. ''Es mejor que no me denuncies a no ser que quieras que te eche de la casa'' le dije antes de cerrar la puerta de mi habitación.

''¡Sí, señora!'' escuché antes de tirarme en la cama de dos plazas. Negué con la cabeza divertida antes de caer en un profundo sueño.

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Me senté en el comedor, con una bandeja de frutas y yogur y me dispuse a desayunar. Rachel hoy descansaba ya que por la noche estaría con su médico interno, Finn Hudson. Por lo que estaba sola en la gran mesa del comedor.

Comía tranquila hasta que sentí a alguien tomar asiento junto a mí. Moví mi rostro hacia Kurt Hummel mientras masticaba mi manzana. Conocí a Kurt hace un año, antes de un mes de mi divorcio. Nos hicimos grandes amigos cuando lo pusieron como mi residente, hasta que Sue decidió cambiarlo. Fue el único que se dio cuenta de mis miradas hacia una de las residentes recién llegadas, Santana López. No solo lo sorprendió a él, sino también a mí misma, no sabía que tenía un gusto hacia las mujeres, y me confundía, trataba de reprimir esos sentimientos diciéndome a mi misma que eran solo por unos delirios a causa del divorcio, pero con el pasar del tiempo esos supuestos delirios jamás desaparecieron. Cuando escuchaba su nombre me exaltaba, cuando estábamos en la hora del almuerzo siempre la seguía con mis ojos y cuando hablaba con sus amigos no podía reprimir el placer que me hacía sentir su dulce voz. No estaba dispuesta a aceptar en voz alta mi preferencia hacia las mujeres.. O al menos, especialmente hacia una mujer. ¿No sería muy raro haber salido de un matrimonio con un hombre para encarrilarme a las dulces curvas de una mujer? Además, no tenía la seguridad de saber si Santana tenía los mismos pensamientos.

''¿Me estas escuchando?'' Kurt me dio una mirada acusadora. Negué con la cabeza. ''Has estado por las nubes mucho tiempo'' Sonreí tomando un sorbo de mi yogurt y encogiéndome de hombros.

Sentí a alguien sentándose frente a mí por el rabillo del ojo, y encontré nada más que a Quinn Fabray con una bandeja de desayuno.

''Buenos días'' murmuro tomando un bocado de un emparedado de maní y jalea, mientras nos lanzaba una mirada a Kurt y a mí. Al mismo tiempo, Tina, Mike y Sunshine tomaban asiento junto a mí.

''¿Es está alguna clase de emboscada?'' pregunté. Esto era muy raro. Todos se encogieron de hombros.

''Sólo venimos a desayunar en paz y tranquilidad'' sonrió Tina. Dudé. Bajé mi manzana en la bandeja y me cruce de brazos.

''Escúpanlo'' exigí.

Todos comenzaron a hablar a la vez excepto Quinn que veía la escena con una ceja alzada y una media sonrisa. Los hice callar a todos, hasta que le di la palabra a Tina.

''Uhm, sólo pensamos en venir a decirte que estás asombrosa y me encanta trabajar contigo y-''

''Okay, Basta. ¿Qué está pasando Kurt?'' corte la adulación de Tina, ya que pareciera que no me diría lo que pasaba. Sabía que me ocultaban algo.

''Odio ser el vocero, pero al parecer todo el hospital está contento de que por fin el Dr Sam Evans y la residente Kitty Wilde por fin consumaran su amor en el Santo matrimonio'' dijo tranquilo. Intente ocultar lo mucho que me afectaba, además ni siquiera sabía por qué me sentía así, estaba claro que Sam Evans no me gustaba. Le sonreí a todos.

''¿Es por eso que lucen como si esto fuera una intervención?'' les pregunte a mis internos, ellos se miraron y se encogieron en sus asientos. ''Bueno, entiendo que hayan venido aquí solo para decirme eso..¿Pero tú?'' dije señalando a Quinn. Ella se encogió de hombros.

''Solo pensaba en venir a hablar contigo y creo que fue en el mejor momento, ya que tuve un grandioso espectáculo de la versión asiática de Ed, Edd y Eddy'' dijo refiriéndose a Tina, Mike y Sunshine. Fruncí el ceño y abrí la boca para responderle, pero ella me corto tratando de llamar a la persona que con solo la pronunciación de su nombre lograba cortar la circulación de mi sangre. Santana López.

¡Déjame saber qué piensas!