CAPITULO 1
Había pasado un año de su desaparición cuando por fin la encontramos.
Fue una madrugada que, desde un teléfono público recibí una llamada. Al principio nos costó reconocer la voz, pero, en seguida nos dimos cuenta que era la voz de Teru.
Sin duda ella había visto uno de los carteles de "desaparecida" donde estaba su foto y adjuntos, justo debajo, se encontraban el número del celular de Tasuku y el mío.
La encontramos bastante cerca de casa. Cuando llegamos la vimos sentada en la vereda.
Tasuku estaba muy feliz de encontrarle y yo también pero… tuve un mal presentimiento.
No había crecido para nada pero se notaba más desarrollada. También vestía diferente, con unos vaqueros gastados y una camisa beige que le quedaba demasiado corta.
Pero lo importante era que la habíamos encontrado y ya no correría ningún peligro… Que ingenuos fuimos.
Inmediatamente la llevamos al hospital a hacerle diferentes estudios, no sabíamos que le podría haber pasado.
Todos habían llegado a la sala de espera después de que los médicos consideraros que la revisión debía ser urgente.
Cuando uno de los doctores llegó a hablar con nosotros, Tasuku se adelantó.
-¿Ella está bien? ¡¿Por qué no la sueltan de una vez?!- preguntó el rubio muy preocupado. Yo sabía toda la carga de culpa que tuvo que soportar ese año, todo el trabajo que hizo investigando el secuestro de la joven. También sabía que esta carga no terminaría y peor aún, se agravaría si descubríamos que algo le había ocurrido.
-Cálmate, con esa actitud no ayudarás a Teru- le increpó al jefe mientras lo tomaba por los hombros. Tasuku se dejaba hacer sin verdaderas fuerzas para luchar. El médico habló
-Tenemos que hacerle diferentes exámenes y decidimos que es preferible que la joven Kurebayashi se quede hasta que tengamos los resultados. También necesitamos exámenes psicológicos, exámenes de posibles enfermedades provocadas por alguna infección debido a las perforaciones, entre otros que…-
-¿Perforaciónes?- pregunté yo, algo me decía que no me gustaría la respuesta.
-Sí, ella tiene piercing hechos recientemente y en zonas muy delicadas. Si el ambiente en que se los hizo no fue un lugar estéril, ella pudo haber contraído cualquier enfermedad.
No me atreví a mirar la cara del rubio, quien se encontraba sentado a unos pasos detrás de mí, pero sabía que estaba tan shokeado como yo.
No sabía que responder, a veces nos cambiábamos de ropa juntas y sabía que ella no usaba esas cosas. Desee que nuestros peores pensamientos no se hicieran realidad.
-Podemos continuar la conversación en privado si le parece- dijo el doctor como si me leyera la mente
-Por favor- respondí.
Mientras me retiraba a una habitación privada, miré hacia atrás. Kurosaki sudaba frío, él no la había visto desnuda, pero conocía lo suficiente a la joven como para saber que ella no haría eso por su cuenta ¿Verdad?
Durante casi una semana se le hicieron diferentes pruebas, ella estaba físicamente bien. Talvez por suerte o porque estuvo bien cuidada no presentó ningún síntoma de desnutrición o alguna enfermedad.
Aunque, lo que pasara por su cabeza, nadie lo sabía y ella no parecía querer contarlo.
Terminó siendo dada de alta, pero con la condición de que una vez a la semana, iría a consulta con un psicólogo.
Un mes después la rutina no había cambiado. Teru regresó al colegio, cosa que ella misma decidió. Kurosaki la llevaba todos los días para no dejarla sola. Y aunque él notaba que algo andaba mal cuando ella no le dirigía la palabra más que para un "gracias", no era como si ella estuviera molesta con él. Ella sonreía, pero parecía que había un paredón entre ellos.
Después de eso todo parecía ser aparentemente normal.
Ese día mi alarma no había sonado y yo tenía un compromiso importante. Desperté a solo media hora del ya mencionado.
Maldije por lo bajo y fui corriendo al baño a aprontarme.
Al abrir la puerta, veo a Teru saliendo de la ducha.
"Así que al final era cierto" pensé tristemente. Teru me miraba, seguramente porque entré sin avisar.
-¡Riko, lo siento! No me acordé que debías levantarte temprano y necesitabas la ducha. Solo me bañé unos minutos así que hay mucha agua caliente. Se te está haciendo tarde Rik… ¿eh?-
Su palabrería nerviosa fue cortada porque, simplemente, no pude evitar abrazarla. Obviamente a ella le extrañaba la situación, pero verla así…
-Teru ¿esto te lo hiciste tú sola?- simplemente no pude evitar hacerle la pregunta.
Ella separó el abrazo y al verme a los ojos, se notaba algo avergonzada.
La respuesta que me dio me dejó congelada.
-Emmm… Akira me ayudó con varios, a él le gustaba verme con ellos- respondió Teru.
En ese momento tendría que haberle prestado más atención a la corazonada que me invadió. Ella estaba seria, pero tenía un aire nostálgico. Momentos después la vi proseguir- Riko san… Solo esperen un poco más – sin mediar más palabra, se envolvió en una toalla y salió.
Me di cuenta que se me hacía tarde y me dispuse a darme una ducha.
Con la lluvia cayéndome encima, el calor del vapor y el perfume del jabón, las preguntas invadieron.
No eran solo la belleza vulgar que ahora adornaba su cuerpo, producto de los piercing esparcidos en el mismo. No, era la forma en la que ella se refirió a su secuestrador. El mismo que yo vi en el cementerio aquel día, el mismo que, al parecer, consiguió doblegar a Teru.
O talvez no ¿Qué pasó durante el tiempo que ella estuvo desaparecida?
Días después nos reunimos en el Ohanabatake. Estaba todos, e excepción de Teru, que no sabía nada de esta reunión. No era que no confiáramos en ella, pero pensamos que lo mejor sería no involucrarla. No sabíamos lo que pudo haber pasado y no queríamos tocar algún tema delicado frente a ella. Por ahora lo mejor sería darle un poco de estabilidad y evitarle oírnos hablar de esto o cualquier cosa que se relacionara con la misión que nos auto impusimos. Ella ahora tiene una vida normal y no sabía que seguíamos investigando.
Una vez sentados en una mesa del local, el cual se había cerrado para nuestra comodidad, miré a todos los presentes. Tasuku, Andou, el jefe, nuestro compañero de hace unos meses Kiyoshi, ninguno de nosotros estábamos de humor para nada. Debido a que yo tampoco estaba para rodeos, decidí ir al grano.
-Tenemos que encontrar a Akira y llevarlo a las autoridades. El secuestró a Teru y...- paré un momento, no sabía si debía decirles todo, así que decidí no ser muy detallista –la usó para su diversión- Tasuku estaba muy exaltado cuando interrumpió
-¿Cómo sabes eso?-
-¿De verdad quieres saberlo?- pregunté, arrepintiéndome al instante. No quería que él se sintiera aún más culpable por lo que le haya ocurrido a la joven. El rostro del rubio cambió a una expresión de arrepentimiento.
"Se le está haciendo costumbre poner esa cara" pensé.
-Dilo- dijo quedamente el rubio, con un gesto de temor.
Olvidé no ser detallista y conté lo sucedido en el baño. No quería que Tasuku se sintiera peor, pero no podía tomar como algo irrelevante el tono en el que ella había mencionado a Akira. Llevábamos varios minutos en silencio cuando el jefe habló.
-Entonces eso quiere decir que Kurebayashi tiene alguna especie de síndrome de Estocolmo. En contra de mis principios, lamento decir que eso nos puede llegar a ser útil- concluyó pensativo.
A veces realmente me asombraba la frialdad que tenía Masuda en momentos como este, pero justamente por eso era que ese hombre se encargaba de cuidar al terrible hacker "Daisy".
-¿Eh?- dijimos al unísono. Antes de que dijéramos algún comentario fuera de lugar, el mencionado prosiguió.
-Riko, dijiste que ella pareció hablar con naturalidad de Akira, hasta que su expresión cambió. Tal vez solo estoy sacando hipótesis, pero creo que lo que le tiene en silencio no es el trauma de su propia experiencia, sino algo que le pudo haber ocurrido a el. Es una forma de protegerse mentalmente de la situación del secuestro-
Todos quedamos en estado de shock. La explicación de Masuda parecía muy lógica.
"Es completamente lógico que una persona que pasa por este tipo de situación, termine protegiendo a su secuestrador. Todo producto de su deseo de protegerse de la situación. Aunque la idea de que ella se entristeciera por otro antes que por ella misma, es algo más bien natural en ella" pensé. Como si el jefe leyera mi mente, prosiguió.
-O talvez, simplemente pasó algo entre ellos dos que realmente esté fuera de nuestro entendimiento. Si o si, necesitamos que ella nos lo diga-
-Talvez ella necesita desahogarse, pero no lo hará con nosotros, y los doctores tampoco han conseguido nada- dijo Andy
-Dentro de poco será su cumpleaños número 18, podríamos aprovechar para regalarle un diario íntimo- concluyó Masuda.
-Esperen ¿están diciendo que lo mejor que se nos ocurre es que la incitemos a expresar su dolor en un cuaderno privado para luego revisarlo?- dije poniéndome de pie. No sé si por el disgusto frente a la idea de usar un método tan bajo como ese, o por sentir que se nos estaba escapando algo, pero me sentía impotente.
-Riko san, tu misma le has preguntado y ella no quiere hablar al respecto. No queremos presionarla, pero por lo poco que sabemos de Akira, está metido con gente que puede afectar a un país entero. No podemos esperar a que Teru hable o ese muchacho logrará ocultarse nuevamente- Andou tenía razón, pero eso no quitaba que me parecía un método rastrero.
-¿Cómo se supone que saber el sufrimiento de Teru se nos hará más fácil atrapar a Akira? ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?- dije apresurada, intentando persuadirlos de esa idea.
-Para eso necesitamos tu ayuda Riko. No debemos saberlo todo con lujo de detalles, solo lo que nos pueda llevar hacia él. Necesitamos saber cómo fue tratada ella, donde estuvo, para así hacernos de un perfil que nos pueda ayudar a predecir qué hará a continuación- Dijo el jefe
-Hasta ahora lo único que sabemos de él es que parece tener un comportamiento irregular. Antes del secuestro, el parecía querer arruinarnos la existencia. Ya sabemos todo lo que ocurrió. En cambio luego, técnicamente desapareció. Seguramente tampoco está del todo bien de la cabeza, así que no podemos descartar ninguna hipótesis sobre el porqué secuestró a Teru y la mantuvo un año encerrada hasta que ella pudo escapar- dijo Andy
-Si es que Teru escapó- dijo Tasuku, quien después del shock debido a lo que le conté, se había mantenido al margen.
-¿Qué quieres decir con eso Kurosaki?- increpé
-Si ella sufría cierta dependencia hacia ese mocoso…- noté la expresión de asco del rubio al hablar de Akira –…entonces tranquilamente él pudo haberla dejado ir pidiéndole algo en específico- concluyó
-¿Tú dices que él puso haber secuestrado a Teru para ponerla en nuestra contra? Ahí estamos hablando de que él se pudo haber tomado un año para lavarle el cerebro- pausé pensativa- eso es muy rebuscado, pero tomando en cuenta que la señorita Mori también desapareció junto con el prometido de Rena, no sé ya que pensar- dije finalmente. Hace tiempo que descubrimos que Morizono estaba aliado con la ex enfermera del colegio, pero antes de poder hacer algo la pareja sus maletas y desapareció del mapa.
Después de hablar un par de temas más orientados a la investigación en sí, decidimos que no le diríamos nada a Teru, y que, pondríamos el plan del diario íntimo en marcha.
Terminada la reunión salimos del Ohanabatake. Cada cual se fue por su propio camino a excepción del rubio, quien se fue junto con Andy hacia el colegio. Yo estaba consciente de que él tenía pensado irse cuando Teru se graduara. Seguramente, siendo ya una adulta, se mudaría junto con Kurosaki, quien probablemente ya se le habría declarado. Se convertirían en pareja pero…
Pero ahora ella estaba un año retrasada en sus estudios y Kurosaki no tenía la intención de dejarla sola. Además, tengo el presentimiento de que la relación de ellos está completamente rota en lo que respecta a términos románticos.
Todo por culpa de ese crío demente que se obsesionó con Teru.
Teru había quedado con Rena para desayunar y de paso, conocer al prometido de la rubia. Pero este se ausentó excusándose con que tenía un "compromiso importante".
Aunque Rena se encontraba algo molesta por la irresponsabilidad de Morizono, decidió no cancelar la cita con su amiga.
Teru estaba esperando el ascensor que la llevaría al piso donde se encontraba el restaurante del hotel, cuando vio una sombra de reojo.
Desde ese día, pasó alrededor de un año en que, Teru fue secuestrada y recluida en alguna parte por Akira.
Saber cuáles fueron las razones que haya tenido para hacer eso y donde la mantuvo recluida es muy importante para encontrarlo y entregarlo a las autoridades.
Era la mañana del día de su cumpleaños cuando decidí despertarla. Entré a su cuarto y vi que ella, parecía dormida.
Iba a retirarme y dejarla dormir un poco más, pero cuando me estaba girando para salir escucho soltar quejidos. Me doy la vuelta y me aproximo unos pasos. Ahí noto como una lagrima solitaria de deslizaba por su mejilla. Pensé que lo mejor sería dejarla un rato y mientras me disponía a retirarme escucho que Teru hablaba.
-N…no…..hum….no-decía entre sueños agitada
"Así que al final si estas más afectada de lo que creía. Así eres tú, intentado siempre ser fuerte ¿Qué cosas pudo haberte hecho ese infeliz para que estés asi?" pensé con tristeza y odio. De pronto la oigo decir algo más.
-A… ki… raa… estoy… aquí…-
Mis oídos no podían creer lo que oían y mis pensamientos cambiaron rápidamente, ahora más que nada deseaba poder saber…
¿Qué pudo hacer pasado en ese año entre ellos?
Un rato después decidí que debía despertarla de una vez, sino se perdería todo su cumpleaños.
Ella se levantó y se metió en la ducha, no mencionó que había soñado nada particular. Tampoco le pregunté.
Luego de cambiarnos, cosa que me dio lugar a fijarme que ella no se había quitado ninguno de los piercings, decidimos salir de compras.
Caminábamos por la calle entre todos los comercios mientras conversábamos. Yo me sentía aliviada de que la antigua Teru no se haya perdido del todo. Al menos en este momento, ella estaba siendo la misma de siempre.
-Enserio Riko, no es necesario que hagas esto por mí, la ropa aún me queda- dijo Teru con toda franqueza.
-Ese no es el punto, ya tienes 18 y me gustaría que te pusieras una ropa más adulta-
-Pero no quiero molestar…- no la dejé terminar, esto era demasiado…
-¡No molestas para nada! Sabes que me gusta hacer esto por ti, me siento como una hermana mayor para contigo y sería un orgullo para mí ayudarte a transformar de a poco esta niña en una verdadera mujer- concluí indicando con mi voz que este era el final de la discusión, mientras le daba suaves palmadas en la cabeza. Yo tenía los ojos cerrados en una expresión de regaño y al abrirlos para mirar a Teru y dedicarle una sonrisa, noto su mirada perdida.
-¿Estas bien? ¿No te molestó lo que dije?-
-No, para nada- dijo la hermana menor de mi difunta pareja.
"Ah Souichirou, cuanto nos haces falta en este momento. Ni yo ni nuestros amigos podemos lidiar con lo que le ocurre a tu pequeña".
Llegando a una tienda de ropa femenina decidimos entrar y fijarnos lo de la temporada.
Teru se perdió enseguida entre gran cantidad de perchas y prendas con olor a nuevo…
Cuando todos la vieron entrar al Ohanabatake, quedaron pasmados. Ninguno parecía caer en cuenta de que realmente era la pequeña Teru quien estaba ahí en frente. Se veía muy diferente de la joven que todos cuidamos. Pude notar la expresión de confusión en el rostro de Tasuku, pero eso no quito que un sonrojo le sobre pobló las mejillas, al fin y al cabo, él la amaba incluso así.
Lo cierto es que no elegí su ropa ni la maquille, aun así se veía bien, talvez él le ordenaba que se arreglara seguido.
Llevaba puesto un vestido sobrio color azul, casi negro, un rodete en su cabeza y los labios color rojo. Algo muy sencillo y elegante.
-¿Verdad que se ve muy bien?- digo a los presentes.
Después de cenar y hacer un rato de sobremesa, trajimos un pequeño, pero apetitoso pastel y le cantamos.
-Toma esto es de parte mía y de Rena- dijo Kiyoshi mientras le alcanzaba un paquete envuelto en papel de regalo a Teru. Ella, cuando regresó tuvo la grata sorpresa de saber que Kiyoshi y Rena estaban saliendo oficialmente, ella sabía que ambos encajaban a la perfección.
-Muchas gracias- le oí contestar a la vez que observaba una sincera sonrisa en su rostro.
Al abrirlo, se encontró con unos elegantes zapatos, casi transparentes y con un taco aguja de apenas cinco centímetros, pero que destacaban por la gran cantidad de correas que llegaban hasta la perfectamente hasta la mitad de la ante pierna.
-Son perfectos ¿puedo probármelos?- pregunto Kurebayashi emocionada.
-Por supuesto- respondí –pero espera a ver los otros regalos-
Después de que todos habíamos entregado los regalos excepto yo, que la había llevado a comprarlos hoy temprano, faltaba el regalo de Tasuku.
-¿Es un diario íntimo?- preguntó Teru con un aire divertido.
-Sí, pensábamos que te podría gustar. Es muy bueno para escribir lo que uno piensa y las cosas que le ocurren en el día a día. Incluso es muy útil para hacer un buen seguimiento de proyectos- Respondí yo. No quería que a Tasuku se le escapara alguna emoción poco conveniente o alguna frase como "es para que escribas todo lo que te ocurrió". Mientras hable del diario, Teru se puso de pie.
-Chicos, muchas gracias. Siento que cualquier cosa que haya sucedido antes es poco importante junto a ustedes- todos estábamos muy conmovidos por las palabras de nuestra compañera- creo que, si me esfuerzo lo suficiente, mi mente se llenará de recuerdos hermosos que hagan que olvide ciertas cosas… ciertos recuerdos no gustosos- hizo una pausa cuando noté que estaba sollozando. Se cubrió los ojos con una manga para secar las lágrimas. –lo siento, es que… los extrañaba-
Luego de un rato donde bebimos, bailamos y reímos, yo caí en un estado de ebriedad que apenas me dejaba ponerme de pie. Kurosaki no me podía llevar porque estaba casi como yo, pero tomamos un taxi junto con Teru y ella me ayudó a subir las escaleras, mientras el rubio intentaba subir por su cuenta.
Aquí está bien, le dije como pude para que me dejara en mi cama. Noté como subía mis piernas y yo, me dormí al instante.
Me desperté al mediodía del día siguiente, agradeciendo que no tuviera nada para hacer. Me hubiera quedado unos minutos más en la cama de no ser porque el gusto salobre y la resaca hacían del intento de volver a dormir, una autentica travesía.
Me levanté y fui a darme una ducha refrescante en el baño. Al salir con la intención de prepararme un té helado que me ayudara a recuperar parte del agua que había perdido ayer, escucho un sonido de la habitación de Teru.
Inmediatamente pensé lo peor. Talvez realmente ella había escapado y Akira la había encontrado, talvez ahora estaba ese crío en el mismo cuarto que ella intentando llevársela, talvez…
"No, debo calmarme y entrar como quien no sabe nada. Si no ocurre nada solo vamos a levantar sospechas con esta actitud y por ahora Teru no debe saber que estamos buscando a Akira"
Respiré profundamente e intenté parecer calmada antes de aproximarme a la puerta y abrirla lentamente.
-Hola Riko, pensé que dormirías más tiempo- dijo Teru como un gesto de bienvenida. Su sonrisa adornada su cara y se hallaba sentada en la cama con el diario en manos. Sentí que el peso del mundo haría sido removido de mis hombros.
-Ah, veo que estás estrenando el diario, es extraño ver a alguien escribiendo en la mañana ya que normalmente se escribe en la noche-
-Sí, es que anoche estaba muy cansada para escribir y quería relatar mi cumpleaños- dijo Teru tímidamente.
-Bueno, cuando termines avísame así desayunamos algo juntas, más tarde iremos a molestar un poco a Kurosaki- dije casi a las risas
-Bueno, pero dejémoslo dormir un rato primero, no quiero que se moleste- respondió seriamente, ajena a la broma. Pero luego, como entendiendo las circunstancias, sonrió.
Salí del cuarto con una sonrisa, ella siempre fue lenta con respecto a las intenciones de los demás y por ello siempre pensaba que el rubio no sentía nada por ella pese a todas las señales que el daba.
"A Tasuku solo le faltaba ponerse un traje rojo con corazones y bailar frente a ella con una linterna baliza en cada mano jajajajajaj"
Mientras me preparaba el té, caí en cuenta de algo. Teru empezó a escribir en el diario que le regalamos, eso quiere decir que dentro de una semana yo lo extraería y le sacaría una copia para que la examinemos. Además se me dio permiso para leer antes que el resto, ya que el grupo estaba de acuerdo en que no era necesario que todos supiéramos la vida privada de la chica. Lo importante era la información general que pudiera anotar Teru en el diario que pudiera llegar a ayudar con la investigación.
Los días transcurrieron y el momento de recoger lo sembrado llegó. Había que robar el diario. Para ello esperé a que Teru estuviera en el colegio e ingresé en su cuarto, asegurándome de no mover más de lo necesario abrí el cajón donde sabía que se encontraba el diario.
Me sentí un poco culpable, pero luego pensé que esto era por una causa mayor. Extraje el diario para luego cerrar el cajón cuidadosamente y salir de la habitación.
Antes de siquiera revisarlo fui a mi cuarto y saqué las copias. Inmediatamente deje el diario donde estaba, dejando todo impecable para no levantar sospechas.
Luego de ello regresé a mi habitación con un té helado en mano y me encerré para dar paso a la lectura.
…
11/3/2010
Querido diario… emm, no tengo idea sobre cómo empezar esto. Supongo que debería presentarme. Soy Kurebayashi Teru! Ayer cumplí dieciocho años.
Riko me llamó temprano en la mañana ¡Quería llevarme de compras! Yo simplemente me sentí muy feliz aunque hubiera deseado que se guardara ese dinero, al fin y al cabo, ella me está cuidando y con eso para mí es suficiente.
Más tarde nos fuimos a almorzar a un local cercano a las tiendas, comí muchas porciones de diferentes pasteles y no pude evitar sentirme algo culpable por lo anterior mencionado. Desearía algún día pagarle a ella y a todos mis amigos por lo que han hecho por mí.
…..
Dejé de leer un momento, en parte alegre por los cálidos pensamientos que guardaba Teru en su corazón. Por otro lado, sentía dudas de poder encontrar algo útil de lo que buscábamos utilizando este método.
"Y francamente tampoco me siento muy cómoda leyendo los pensamientos privados de alguien más"
Aun así me vi obligada a seguir, las circunstancias lo requerían.
….
Por otro lado sentí cierta nostalgia para con el variado sabor de los pasteles. Ahí, en una pastelería, sentada en una mesa, mantenía la vista baja. Solo por un momento quería fantasear tontamente con que, si levantaba la vista, encontraría los ojos de Akira viéndome fijamente mientras hablaba sin parar sobre el pastel de menta que se comió en una pastelería no muy lejos de donde estaban. O que era la primera vez que se comía un pastel de fresa tan bueno.
De eso hablaba, de lo que pasaba en el momento, si estábamos comiendo pasteles hablábamos de pasteles, si estábamos en una tienda de videojuegos, hablaba de videojuegos. Era una persona asombrosamente sencilla y a veces me daba la impresión de hablar con un niño de 10 años, cosa que se respaldaba con el sonrojo alegre de sus mejillas y la extrañeza con la que miraba al mundo, como si fuera la primera vez que estaba allí.
…..
Un sonrojo pobló mis mejillas al imaginarme ese momento. Me había sentido algo triste por creer que, en ese momento Teru estaba en su mundo porque no podía borrar el dolor. Pero el pensar que ella tiene momentos alegres que recordar de cuando estuvo con Akira, me hace pensar que, talvez pese a la primera impresión que me dio el muchacho, no deberíamos sacar conclusiones apresuradas.
Después todo lo que leí fue completa rutina. Teru no escribió todos los días, sino que lo hizo tres días de esta semana, su cumpleaños, el examen de matemáticas que tuvo y para un accidente que tuvo producto de un pelotazo en el rostro en su clase de educación física.
Nada fuera de lo común.
