Transformers Prime, le perteneces a sus respectivos dueños y todo eso. Se hace esto sin fines de lucro y con el fin de hacer una gran injusticia.

No fue una simple noche de borrachera

Por: Himp

Jack se despertó al escuchar cómo se encendía el purificador de aire en la base Autobot, el sonido normalmente molesto ahora le resultaba lo más reconfortante del mundo. No recordaba cuando había regresado a la base o en qué condiciones lo había logrado, su cabeza le dolía un poco, nada intolerable mientras estuviese en calma por unas horas… ¡Calma! ¿A quién quería engañar? Al final de la mañana tendría una migraña épica por cortesía de Miko y de Fowler.

Con un suspiro trató de levantarse sin éxito, había algo pesado sobre su brazo derecho lastrándolo a la cama. Dio otro empujón cuando un gemido vino de la misma dirección, en ese instante los ojos de Jack se abrieron como platos mientras su mente volvía a la realidad.

Mujer definitivamente mujer ¿Pero quién?

Parpadeó algunas veces hasta que sus ojos finalmente se ajustaron a la oscuridad del lugar, dio un rápido vistazo al techo, reconocía los tres ductos de ventilación que se encontraban en su habitación, por lo menos no se metió en la cama de otra persona, eso sería una segunda humillación de la cual no se olvidaría jamás, la primera vez fue un error a los once años en un campamento de verano, había terminado en la cama de una monitora bastante hermosa, de la cual Vince estaba enamorado, desde aquel día entró con honores al primer puesto de la lista de gente a la cual Vince odiaba, las chicas lo miraron con desprecio absoluto durante el resto de aquel año como si fuera algún degenerado y su madre le dio "la charla" usando una banana cubierta de sirope y una rosquilla de azúcar como ayudas visuales, desde entonces no ha podido ver fijamente ninguno de los dos convites sin que se le revuelva el estomago.

Su corazón latía con más fuerza mientras se decidía a levantar la sabana, ya imaginaba lo que se encontraría debajo pero igual no podía evitar sentir como se lo comían los nervios.

Con la mano izquierda cogió la sabana, respiró hondo y conteniendo el aliento levantó la sabana de un jalón, Cuando miró el bulto que tenia encima le costó mucho tratar de ahogar un grito.

—¡Miko! —gritó, dejando que la sabana de deslizase entre sus dedos.

¡Idiota! Se insinuó mentalmente el nervioso motorista, que estaba ya resignado al más inhumano castigo que los padres han inventado en lo que va de la historia, prohibición de salir de casa, la variante Darby incluye el siguiente anexo, "hasta la siguiente edad de hielo Jack ¿me oíste?". Y sin duda tratar con Miko era un ejercicio de futilidad, se le hacia un hueco en el estomago de pensar de los cientos de chantajes y extorciones de los que sería victima en los meses siguientes o quizás años. Hamburguesas jumbo gratis que en realidad salían de su sueldo, más practicas de la banda y los trabajos de la escuela, su futuro era la esclavitud a manos de una colegiala japonesa hiperactiva.

Jack cerró los ojos nuevamente y contó hasta diez, necesitaba controlar su imaginación o terminaría creando una tormenta en un vaso de agua. Piensa, piensa se repetía mentalmente pero no llegaba a nada, sin duda a causa del agotamiento y de la migraña que ya le estaba causando Miko.

¿Pero a que le temes? Ya has dormido con ella antes.

Bueno no exactamente, ellos, incluyendo a Raf habían compartido la misma sabana en la enfermería luego de un encuentro desastroso en África, los bots fueron malheridos y ellos ayudaron a Ratchet en todo lo que les fuese posible, luego de una noche de duro trabajo pudieron estabilizar a sus amigos y tomar unas cuantas horas de sueño, los tres despertaron más tarde, Miko había usado a Raf de muñeco de felpa, y él había rodeado a Miko con sus brazos, Ratchet se había aprovechado para sacar una imagen, si Miko no dejaba de entrar en el almacén de herramientas de la base, la foto iría directo a su estúpido Facebook. Sobra decir que alguien ha evitado el almacén desde entonces como si estuviera repleto de desechos tóxicos o de tareas de algebra.

Es más tareas de algebras, ella amaría los desechos tóxicos.

Con eso en mente Jack terminó por calmarse. Aquella vez, él fue temió que Miko le recriminara por haberla abrazado estado dormida pero ella sonrió y le dio las gracias, en ese instante se dio cuenta que los tres necesitaban ese contacto físico para superar la incertidumbre al saber que no estaban solos en las malas, ya que los bots estuvieron sobre sus propios pies fue que ella atormentó a Raf. Miko simplemente atrajo al muchacho y lo enterró entre sus pechos, le dijo que debía sentirse honrado de que con solo doce años ya hubiese pasado la noche recostado en esos de la mano de una hermosa mujer como ella, el pobre niño se sonrojo tanto que sus mejillas copiaron el mismo tono de rojo que la armadura de Optimus Prime, luego ella le dio un beso en la frente y le pidió que le trajera algo de beber, los dos soltaron una risita mientras miraron a Raf moviéndose y diciendo incoherencias como un zombi de camino a la cocina, después de que se alejara lo suficiente, ella volteó y le dio un guiño cómplice mientras tarareaba una canción en japonés.

Sin darse cuenta de que estaba bastante encariñado con aquella memoria, Jack decidió que lo mejor y más educado era levantarse de la cama, tirarse en un sofá por lo que resta de noche y hablarlo luego cuando ella se levante.

Es lo más sano no tentar a la suerte. Dando un respingo Jack sacó su pierna izquierda de entre las sabanas, cuando sintió el aire frío que llegaba hasta su entrepierna su corazón dio un brinco dentro de su pecho, estaba desnudo, estaba desnudo en la cama con una chica, estaba desnudo en una cama con Miko Nakadai.

¡Estoy tan jodido!

La fresca habitación de pronto se había vuelto agobiante para él, ya no quedaba nada del estupor matutino dentro de sí, su mente funcionaba a todo gas, de pronto aquella idea obvia pero escurridiza a causa de su agotamiento tomó cuerpo al igual que una gota de agua sobre una hoja, ¿acaso lo habían hecho? Jack evitó pronunciar la palabra como si fuera un tabú, no porque le desagrade la idea, si no por las consecuencias que traía a su edad una acción tan irresponsable como aquella.

Ya sabes lo que debes hacer ¡Hazlo! Se recriminaba mentalmente.

Contando hasta tres, el motorista de preparó lo mejor que pudo para lo que venía. Miko estaba recostaba sobre su brazo derecho, rodeándolo firmemente a piernas y brazos, como si tratara de evitar que se escapara en cualquier momento, su rostro despojado de toda su travesura habitual mostraba a una chica con una sonrisa inocente, sus delicados labios eran una invitación constante a besarla, recorriendo su cuerpo con la mirada Jack se recreó en cada curva del pequeño cuerpo de Miko, sus pechos estaban apretados firmemente contra su brazo creando una sensación realmente placentera, además podía sentir como latía su corazón a través del mismo, era tan… reconfortante y esa palabra generalmente tenía una connotación nula cuando se trataba de la chica hiperactiva, Jack se dejo llevar por la oleada de sensaciones placenteras que experimentaba en ese instante, por un momento pensó en mandarlo todo al diablo, colocarse la sabana encima, acurrucarse en Miko y disfrutar del calor de sus cuerpos, pero tan rápido como vino esa idea la desechó, Jack Darby fue criado para ser responsable, en lo bueno y en lo malo.

— Miko.

En ese instante tuvo que aguantar las ganas de reír, había susurrado el nombre tan bajo que apenas podía escucharlo el mismo.

— Miko, despierta, tenemos que hablar —repitió esta vez con más energía mientras empujaba suavemente del hombro con su mano izquierda.

— Cinco minutos más mamá —replico automáticamente la chica mientras se acurrucaba aun más fuerte en él.

¡Maldición! Era tan placentero y tan simple dejarse llevar por sus hormonas, su propio cerebro se revelaba en su contra, cada movimiento del cuerpo de Miko, llegaba individualmente, categorizado y se imprimía en sus memorias al instante. ¡Pequeño traidor!

Y por más que le tentaran los cinco minutos de vida extra, los poderes facticos del universo se lo cobrarían con cinco meses de sufrimiento o cinco años.

— Miko, despierta, soy yo, Jack. ¡Vamos!

— ¡Ya!, ¡ya!, ¡ya! —gruño la chica japonesa mientras se separaba de sus brazos sin abrir los ojos —.Espero que sea algo importante o…

¿O qué? Miko no terminó la frase. Jack se estremeció instintivamente, el tornado estaba sobre él, listo para destruir todo a su paso.

Jack Darby, murió joven, discutiblemente virgen, sin salir con una porrista y empleado en un local de hamburguesas de mala muerte, buen hijo, ayudante de Autobot en entrenamiento y asesinado con una chica japonesa hiperactiva ¿katana quizás?

— Jack.

— ¿Jack?

— ¡Jack!

De la confusión, a la duda y al pánico, las tres fases previas a un brote psicótico letal, para él. Jack se mantuvo con la mirada fija en los ojos de Miko, ella parecía tan ¿asustada? , no era que pudiese culparla por estarlo, él mismo estaba al borde de un ataque de pánico hace menos de cinco minutos.

— No lo sé Miko, desperté poco antes de llamarte —dijo Jack tratando de mantenerse lo más exacto posible — No recuerdo como regresamos a la base o cuando, no estamos en la enfermería, así que no nos paso nada grave, creo.

— ¿Le llamas a esto nada grave? — le gritó Miko enojada, sus mejillas estaban enrojecidas y las lagrimas se asomaban en sus ojos.

— Yo…

— ¡Tú nada! — De un jalón se apoderó de la sabana, dejando a Jack completamente expuesto, este trató de cubrirse con las manos cuando una almohada impactó en su entrepierna — ¡Idiota!

Jack seguía doblado por el impacto, era una simple almohada y se sentía como le hubiera pegado una bala de cañón en las bolas. Material gubernamental barato — se dijo mientras se acostumbraba al dolor. Tragó algo de saliva mientras miraba a Miko, era casi imposible entender como ella pensaba o sentía las cosas, además de que él no tenía experiencia alguna en como pensaban o sentían otras mujeres, era la gran pega de ser… él.

Pero no por ello soy un maniquí, ¿no? Las chicas hablan mucho de la primera vez, de cómo debe ser perfecta con el hombre de sus sueños. Cosa que le acabo de robar y ni siquiera me acuerdo de cómo pasó.

— Asumiré la culpa de todo.

— ¡Idiota!, ¡idiota!, ¡idiota! —gritó Miko de forma intempestiva, terminando con una fuerte bofetada que calló a Jack de inmediato — ¡Tú! , no tienes porque echarte la culpa, y no, siquiera eres un patán para echarte la culpa y odiarte.

Miko se limpió las lágrimas, luego una pequeña sonrisa cubrió su rostro.

— Jack, eres un buen hombre, y yo soy una idiota por meterte en esto —dijo tímidamente —. De entre todos los que conozco y alguna vez pudiese conocer, se que eres la mejor opción para esto… Para gastar el ticket.

¿Espera dije eso?, Sus mejillas se enrojecieron de inmediato al pensar en lo que había dicho, no deseaba que él la creyera desesperada por sexo o peor, que fue víctima de una emboscada. Ella tenía su orgullo de mujer, y él estaba encandilado con aquella porrista, era algo que no ocurriría al menos que tuviese que usarlo en caso de un escenario del fin del mundo, morir virgen no era su idea de una buena muerte.

— ¿Es así como vez esto, un ticket? — murmuró Jack de forma monótona y amenazante — ¿Tan poco te respetas a ti misma Miko?, siempre me ha costado entenderte y ahora no se qué demonios piensas…

Miko vio como Jack apretaba los puños mientras le hablaba, esa expresión de pocos amigos mezclada con indignación era tan linda, como a un niño a quien le dicen que no puede quedarse con el perrito que le siguió a casa, ella solo comenzó a reírse como una hiena.

— ¿Qué?

— Te ves muy tierno cuando estas enojado, solo te falto inflar tus mejillas para ser más lindo— Jack solo se sonrojo en desconcierto — Mi ticket es el dorado, como el de Willy Wonka, debes sentirte honrado porque solo hay uno y tú te llevaste el premio mayor.

— ¡Miko! — gritó el aun más desconcertado que antes.

— Lo siento, es demasiado fácil molestarte —dijo ella mientras reía como una maniaca — Por eso me gusta andar contigo.

Luego de limpiarse las lagrimas, le acarició en donde le había golpeado antes.

— Espero no haberte dado muy fuerte, yo… yo recuerdo algo más de cómo llegamos acá, solo que estaba asustada al despertar de repente, ya sabes, desnuda, contigo.

Jack asintió mientras Miko se detuvo parecía perdida en sus pensamientos.

— Creo que luego de eso debería pedirte que me perdones, por lo que recuerdo no creo que quieras hacerlo.

— ¿A qué te refieres? —preguntó Jack.

Por primera vez Miko sintió una punzada de pavor en su estomago, desde que conoció a los Autobots no se había asustado con la idea de la guerra interestelar, por el contrario la idea de participar en algo tan grande era genial. Por el contrario estaba Jack, siempre preocupándose de las consecuencias de la guerra, de cómo ellos eran un lastre para los Bots, o de las horribles formas en las cuales ellos y los Bots pudieran ser malheridos o muertos en acción. Por eso era que siempre trataba de mantenerlos a salvo, siempre corría tras de ella para tratar, con énfasis en tratar de controlarla o de hablar a los Bots para que no actuaran imprudentemente, o como aquella vez en el tren cuando estaban seguros de que iban a morir, ella no pudo decirle nada que le reconfortase, pero él ya tenía un plan, estúpido pero plan al fin, ese brillo en sus ojos le dijo que planeaba algo suicida para mantenerla a salvo, aunque no cambiase el resultado final, él lo haría por ella, porque en su mente era lo correcto.

Y eso es a lo que le temes, una cosa es que te crea estúpida o imprudente en tu búsqueda por la adrenalina y otra que te crea una perra manipuladora, porque eso si lo lastimaría por dentro. Es oficial, él te importa.

— Veras, tengo destellos de memorias en Tokio y algunas en la base, ¿me sigues?

— Si— respondió Jack interesado.

— Muy bien, recuerdo que en Tokio nos contactamos por teléfono con el subastador, te hiciste pasar por el hijo de un petrolero con gustos exóticos.

— ¡Ya recuerdo, también me conseguiste un deportivo y ropa costosa!, por cierto ¿Cómo pagaste por eso?

— Fowler…

— ¡Oh!

Miko tuvo que aguantarse el impulso de reír, Jack se veía apenado por haber preguntado aquello.

— ¿Y luego? —inquirió él deseoso por más respuestas.

— Bueno, nosotros no éramos los únicos tras él. Su vehículo explotó antes de completar el intercambio, vio o sospecho algo dentro y salió corriendo sin decirnos nada, luego ¡bum!

— ¿Y cómo es que no estamos malheridos?

— Eso es simple, apenas lo vimos salir corriendo nos dimos la vuelta, cuando exploto, te pusiste detrás de mí, la onda expansiva nos arrojo lejos. De alguna manera me atrapaste en pleno vuelo y te colocaste de colchón. Estrellaste tu cabeza contra una banqueta.

— Bueno, ya entiendo porque desperté con dolor de cabeza. ¿Sabes? Esta es la primera migraña que no me has causado.

— ¡¿Qué? — Exclamó indignada Miko — ¡Cretino!, retiro todas las cosas amables que dije de ti.

Para sorpresa de Miko esta vez fue Jack quien rió, una risa corta y sincera, lo que dijo después sacudió algo dentro de ella.

— La tristeza no va contigo Miko, quería asegurarme de que estuvieras normal antes de seguir con la historia, te ves mejor con tu personalidad avasallante encendida.

Esta vez le toco a ella inflar sus mejillas para expresar su descontento, Jack sonrió mientras empujaba con los dedos para desinflarlas.

— Nunca eres, tan abierto.

— Lo sé, pero me siento de humor para ello, soy todo lo que ves al frente, aunque me cuesta relajarme.

— Si te relajases más fuera de las misiones no se acabaría el mundo ¿sabes?

— Supongo, es algo que no puedo evitar —murmuró mientras masajeaba su adolorida cabeza — ¿Qué ocurrió luego de la explosión?

Un incomodo silencio se formó entre los dos jóvenes, Miko respiró profundo y se quedo en blanco por unos instantes, cuando Jack pensaba en preguntarle que ocurría, Miko se apresuro a responder a su pregunta.

— Te lleve a una discoteca cercana, pensé en conseguir hielo para tu cabeza y una ambulancia — dijo ella recelosa por su posible reacción — Luego al entrar, los vi a mi novio con otra chica, ella era una compañera de clases antes de mudarme a América, estaban besándose en medio de la pista de baile. En ese instante me perdí Jack, yo simplemente salí corriendo y te deje tirado.

Esperaba el característico sarcasmo Darby, quizás una variación de "eso fue irresponsable Miko" o un ¿En qué pensabas Miko?

— Entiendo, no te culparé por ello, esas cosas pasan en el peor momento —Jack suspiró era obvio que Miko se sentía culpable por lo que ocurrió en la discoteca, pero él no era quien para reclamarle algo por ello.

— ¿Jack?

— Oye, no te culpes. Los Bots entenderán lo que paso, Optimus no nos culpará por perder el artefacto y si trabajamos un mes o dos limpiando conductos de energon y moviendo cajas en el almacén todo quedara pago.

Miko abrió los ojos como platos, Jack no recordaba haber recuperado el artefacto mientras ella hacia su numerito. Ahora su corazón se le encogía dentro de su pecho, aquella contusión pudo ser mucho peor.

— Tú recuperaste el artefacto, por lo que dijeron los Bots, se lo arrebataste en un callejón y luego les rescataron de unos mafiosos quienes fueron los que pusieron la bomba en su carro.

— Sacado de la loca academia de policías —dijo Jack con una sonrisa, para luego reír de lleno, en algunos días su vida parecía una de esas viejas películas de humor que su madre veía con el de pequeño, donde al protagonista le pasaba hasta lo imposible para salir bien al final, luego de ser rescatado por la persona menos esperada, normalmente el que hacia el papel de payaso.

Apenas terminó de reír, Jack levantó la mirada y vio el mismo gesto sombrío de hace rato en la cara de Miko, ¿acaso ocurrió algo más? Bueno aparte que los dos terminaron enganchados en sexo adolescente irresponsable.

— El artefacto está seguro, yo…

— ¡No hace falta que me lo recuerdes Jack! —Gritó enfurecida Miko — ¿Quieres saber cuál fue mi último recuerdo antes de despertar?, Soy yo bajándote los bóxers con la boca en aquella pared, mientras te usaba mis manos para acariciarte las bolas.

"Pantallazo azul de la muerte"

Con la cara completamente roja y su boca haciendo la "O" más perfecta posible, la parte racional del cerebro de Jack se había reventado mientras las hormonas montaban un desembarco digno de Normandía, la escena en su mente contaba con su propia música barata de peli porno y su imaginación rellenaba los espacios con imágenes más carnales, el Nirvana era el limite.

Un sollozo sacó a Jack de sus fantasías, rápidamente su lado responsable reasumió el control de su excitada imaginación. Miko estaba hecha un mar de lágrimas, mientras Jack maldecía su falta de autocontrol, era tiempo de hablar de su noche, si ellos dos tuvieron sexo y al menos que en su frenesí Miko se hubiera acordado del preservativo, las posibilidades de un embarazo eran altas.

Y por una noche de descontrol pudiste arruinar su vida con A mayúscula, bien hecho Darby.

— No llores más por favor, yo pude negarme, yo pude detenerte, pero no lo hice, esto es tanto culpa mía como tuya.

Sin embargo, ella enterró la cara entre sus manos y continuó llorando.

— Miko, mírame por favor —le suplicó Jack, apenado no solo por su lapsus de imbecilidad hormonal, sino por no saber que más decir o hacer para mejorar las cosas.

Un impacto en medio del pecho mando le mando de espaldas, antes de que pudiera imaginar lo que había ocurrido, vio a Miko montada sobre él golpeándole repetidamente mientras murmuraba incoherencias. ¿Podía culparla por reaccionar tan violentamente? No, esa era la respuesta, ¿era culpa de él por no resistirse? Tampoco. Y esa fue la revelación que tanto necesitaba, los que sucedió aquella noche fue como una tormenta perfecta, cedieron al chantaje del dolor físico y emocional, buscaron una distracción para atenuarlo y confortarse.

El resto fue historia, y las consecuencias deben ser asumidas.

Con eso en mente Jack supo qué hacer, con el mayor cuidado posible rodeo a Miko entre sus brazos y la jalo hacia su pecho, él sentía como su cabello le hacía cosquillas en el cuello, ella temblaba y sus puños se levantaban en el pequeño espacio libre entre sus cuerpos pero no importaba ya. El solo la acariciaría como a una niña pequeña asustada del mundo, ningún monstruo la lastimaría, ella estaría bien.

— Si quieres seguir golpeándome está bien —le aseguró Jack — Hasta que te sientas mejor.

— ¿Por qué? — le susurró Miko mientras reposaba sobre su pecho.

— ¿Um?

— ¿Por qué no me culpas de esto? — Le cuestionó ella con más fuerza — ¿Por qué no peleas conmigo como siempre?, deberías estar molesto conmigo por lo que te hice, deberías odiarme…

Miko se detuvo en seco cuando sintió como uno de los dedos de Jack se deslizaba suavemente entre una de sus coletas, era un ritmo lento y gentil, si ella fuese un gato estaría ronroneando de placer por la suave caricia, más que eso su corazón latía con una renovada y acogedora intensidad, relajó los puños y los dejo reposar bajo su pecho, estaba exhausta por la tormenta de emociones que rabiaba en su cabeza, solo quería una respuesta honesta, por una vez que Jack dejase de protegerla y que le dijese lo que tenia dentro de su cabeza, que le dijese que lo había decepcionado como lo había hecho con sus padres.

— Esto es un poco cliché Miko, pero nunca te odiaría, mucho menos por esto —respondió un decidido Jack — Nosotros hicimos esto juntos, es un poco barato lo que diré, pero tuve algo como una revelación ¿sabes?

Un simple "oh" fue toda la respuesta que necesitaba para seguir.

—Ambos cometimos un error, grave o no, no importa. No enfrentamos a un día que nos sobrepaso a ambos, somos dos chicos que nos resquebrajamos a la presión y terminamos en la cama para compartir el dolor. También puede ser que… Qué hoy dejásemos salir algo que estaba dentro de nosotros, curiosidad o una atracción de escuela, tú eres especial para mí, pero no tengo la experiencia para decirte, te quiero, te amo con pasión o estás aquí dentro como una hermana. ¿Me entiendes?

— Si. Y si no fuera porque apestas al hablar con las mujeres y lo estúpido que suena tu gran revelación, diría que llevabas planeando este discurso por un tiempo.

— ¡Hey! Es una profunda reflexión hecha con una contusión en menos de treinta segundos, dame crédito por ello y para cerrar mi caso, lo estúpido nos ha salvado la vida antes ¿no? —respondió Jack fingiendo indignación, para terminar con un falso puchero.

Miko soltó una carcajada seguida por Jack, aquel sentimiento de pánico que embargaba la mente de los dos jóvenes se desvaneció a medida que se reconciliaban con sus sentimientos, rieron hasta más no poder.

Por primera vez en todo el rato Miko se atrevió a mirar a Jack a los ojos, sin sentirse desvalida ante él, ahora sabia que eran iguales, desde el principio. Ahora tenía motivos para sonreír, Jack reconoció de inmediato aquella diabólica sonrisa que Miko usaba cuando planeaba una de sus fechorías, hizo lo que cualquiera en su posición, sentir un escalofrío en la columna y comenzar a sudar.

De repente Jack sintió como los labios de Miko se unieron a los suyos y de cómo su lengua se abría paso dentro de su boca, esta vez Jack se dejó llevar sin culpabilidad alguna, regresó el beso y cada segundo era una deliciosa eternidad.

Miko empujo uno de sus dedos entre los labios de Jack deteniendo el beso, luego con un guiño seductor se paso la lengua entre los labios, rematando con el más obsceno y erótico gemido que hubiese escuchado en sus quince años de vida.

Algo se movía debajo de la almohada que cubría su decencia o falta de ella.

¡Oh, oh! Que no se dé cuenta, que no se dé cuenta.

Pudo ser la mirada hambrienta en sus ojos, o quizá la sonrisa de tiburón que enorgullecería al mismísimo Megatron en persona. Juntas era una extraña combinación que pondría a cualquier hombre de rodillas a que hiciera las paces con el Dios o el panteón de su preferencia, para él sencillamente era algo que lo excitaba a más no poder, todos los hombres tienen defectos, y el suyo parecía ser que amaba a las mujeres dementes.

Tampoco es que Miko esté en la misma liga de Airachnid, así que no estoy tan loco…

Un fuerte jalón lo sacó de sus pensamientos, Miko estaba ya de pie, él la seguía por inercia. Cuando estuvo de pie ella le obsequio la sonrisa más impactante de su vida, tenía toda la energía, la picardía y la tenacidad que la hacían ser Miko Nakadai. Las piernas de Jack temblaron por un instante, sus mejillas se tornaron rojas mientras y sus manos sudaban por los nervios. Y era tan distinto a cuando intentaba hablar con Sierra, su timidez y falta de experiencia le hacían sentir torpe, sin recursos. Ahora con Miko al frente, sentía las mismas mariposas en el estomago ya que el nerviosismo estaba presente, pero también se sentía feliz y más desenvuelto con ella.

Jack le sonrió de vuelta y se dejo guiar por la visión frente a él, Miko apoyó su mano izquierda contra sus caderas y con la derecha señalo su cuerpo de abajo hacia arriba, ella no era nadie que se detuviera por la modestia.

— No soy una voluptuosa porrista americana, simplemente soy todo lo que ves al frente Jack — dijo una sonriente Miko — Si estás de acuerdo hagámoslo, aquí y ahora, tú me gustas, y no quiero vivir con arrepentimientos, viviré a mi modo. Si no me consideras tu ideal solo…

Jack puso un dedo entre sus labios.

— Eres hermosa Miko, y he soñado con esto algunas veces —dijo Jack avergonzado por la repentina confesión — Muchos en la escuela matarían por estar en mi posición, creo que los intimidas.

Ella lo rodeo con sus brazos y dio otro beso, ya satisfecha por la respuesta, quedaba otro asunto por aclarar y con la torpeza de Jack era mejor que lo abordase ella.

— Antes de que preguntes cualquier cosa que te haga ver como un idiota —dijo Miko entre risas —Tomo la píldora desde los doce, y sé que tienes preservativos en tu cartera, así que quítate esa almohada y muéstrame lo que tienes.

Miko parpadeó un par de veces mientras murmuraba algo entre dientes, Jack solo se llevó las manos a la cara y se enrojeció por la vergüenza.

— Bueno ya sabes lo que dicen, lubricación es la clave de todo. Has un buen trabajo y todo entrara sin problemas.

— ¡Miko!

— ¡Rodará sin fricción! —agregó Miko, disfrutando de la cara de desesperación de Jack, por un momento pensó en tirar de su repertorio de puyas, pero en verdad él solo mostraba preocupación en no lastimarla y eso era más de lo que se esperaría de un adolescente hormonal de quince años, nunca pensó ser ella la que tomase la iniciativa en guiar a un hombre en el sexo, pero era como ser una cougar sin ser una anciana — ¿Quieres que te guie Jack?

— Por supuesto, quiero que sea especial para ti y que siempre lo recuerdes con una sonrisa.

Miko atrajo de nuevo a Jack entre sus brazos y le dio otro beso más largo e intenso, el pobre chico parecía haberse quedado sin oxigeno su cara era un poema, entre sorpresa, el deseo y la vergüenza.

— Muy bien Darby, esta noche voy a volar tu cerebro en mil pedazos. Cuando acabe contigo terminaras hablando incoherencias y adorándome como a tu diosa —le susurro al oído Miko, con una voz alegre y seductora, esta era Miko Nakadai entregando todo su ser en una sola causa, viviendo sin arrepentimientos y Jack conocería como aman las mujeres Nakadai, ningún hombre que se han propuesto conquistar ha escapado de ellas.

Adiós porrista no fue un placer conocerte, y ahora ni Arcee o la robo acosadora tomaran esto para ellas — pensó ella sonriendo.

Jack solo asintió intimidado por aquella rapaz sonrisa que solo le avizoraba una noche como ninguna otra en su vida, en el fondo de su corazón él deseaba esto y sabía que disfrutaría cada segundo de este delicioso tormento.

Notas del autor

Si, por algún motivo el escenario de sexo por borrachera y la boda de escopeta encaja a la perfección con esos dos. En mi mente las peleas, las provocaciones y poner su vida en riesgo es un placer culpable para Jack, para Miko es una forma de escapar de su vida anterior y ella solo desea atraer a sus amigos a la aventura, por eso veo factible que un caso como este ella se despoje de su forma de ser y muestre el miedo que normalmente tiene encarcelado dentro de sí. Aunque este fic o serie de ellos son más para el lado suave de la vida, en las siguientes entregas iré armando mejor el viaje a Tokio pero deseo dejar cierto nivel de duda sobre que paso o como pasaron las cosas como mucho el resumen de Miko cubre todo lo importante.

Posiblemente Airachnid o Arcee se interesen más en las actividades reproductivas humanas, Arcee duerme bajo el cuarto de Jack, así que pasar una noche insomne por una pareja de adolescentes teniendo sexo va a ponerla de malas o celosa… y Airachnid dada su forma de ser capaz que encuentre toda la idea demasiado buena como para no darle un tiro, Sierra la pobre chica es odiada por todo el mundo y es una pizarra en blanco, las porristas merecen amor también.

Omake: La tarde después

Jack y Miko escucharon como el agente Fowler preguntaba por ellos, con toda la destrucción que dejaron en Tokio. Si Miko no hubiera visto a su ex novio y a su mejor amiga besándose en aquella arcada hubieran atrapado al traficante de antigüedades mucho antes de que los Cons llegaran a la ciudad.

— Creo que dormí lo suficiente Miko, iré con Fowler —dijo él mientras miraba a la chica japonesa devorarse una bolsa de papas de un kilo como si nada —. Si quieres puedes descansar otro rato.

Ella levantó la cara de la bolsa de papas y dijo algo incomprensible por la cantidad que tenía en la boca. Jack suspiró mientras esperaba a que Miko terminase de tragar.

— Te dije que si en mi habitación o en la tuya, ¿o ya te quieres deshacer de mi?

Jack se enrojeció por el tono seductor en la voz de Miko, la chica soltó una carcajada mientras se levantaba de la mesa.

— Es broma, es broma. Vamos con Fowler, si le hacemos esperar más su cabeza explotara y luego tendremos que limpiar su cerebro de la pared y del chasis de Optimus.

Solo movió la cabeza de un lado para otro, aunque era más por culpa que por otra cosa, era él quien sugirió eso la primera vez que conoció al agente especial, luego se había dado cuenta que en el fondo era tipo decente, un mandón pero decente al fin.

— ¡Miko!

— ¿Qué? — Preguntó ella mientras ahogaba una risita.

Jack no dijo nada mientras abrían la puerta que separaba la zona de los "humanos" del área de reuniones.

— ¡Con ustedes dos quería hablar! —gritó el agente desde el otro lado de la pasarela.

— Agente Fowler — replicó calmadamente Optimus, tratando de conciliar la situación.

— Prime, no digas nada, junto con las quejas y exigencias de retribución del gobierno japonés me llegó un acta matrimonial de estos dos.

Los ojos de Optimus se iluminaron con la nueva información mientras los dos adolescentes miraban al agente como si le hubiera crecido una segunda cabeza.

— ¡¿Qué? —Gritaron los dos al unísono.

— Bueno, luego de lo que ocurrió allá no los culpo, pero me hubiera gustado que tuvieran la decencia de invitarme.

El agente levantó una ceja mientras parecía tratando de recordar algo.

— Bueno continuaremos la reunión luego Prime, creo que deberíamos celebrar esto de forma apropiada y luego discutir la cosas con más calma—. Dijo el agente con una voz jovial.

— Nos vemos luego señor y señora Darby.

Optimus hizo el equivalente de arquear una ceja, nunca había visto al agente de tan buen humor, aunque giro en su conducta habitual se debía a los niños. Matrimonio, era algún tipo de ritual para parejas consolidadas, definitivamente esto era un suceso importante para los seres humanos, eso explicaría el acercamiento físico entre los dos, el apareamiento venia del matrimonio, o el matrimonio venia del apareamiento, quizás debería averiguar más de ese tema.

— Bueno creo que es importante para los dos, acomodaremos una habitación para ustedes dos, con el aislamiento sónico adecuado.

— ¿Casados? ¿Aislamiento sónico? —dijo Jack su mente seguía en blanco por la noticia.

— Si — respondió Optimus, su ritual de apareamiento causó vibraciones audibles por toda la base, con el recubrimiento apropiado, evitaremos que esta violación a su privacidad se repita.

Miko tuvo un repentino sonrojo al comprender las implicaciones del comentario de Optimus.

— Nos escucharon mientras cogíamos, ¡los Autobots lo oyeron todo! —Gritó con una punzada de vergüenza, algo que nunca sintió antes en su vida.

— Y estamos casados Miko.

Jack y Miko cruzaron sus miradas sin poder decir una palabra, solo algo pasaba por sus mentes en ese preciso instante ¿Casados? Ahí fue que los dos cayeron al piso desmayados por la impresión.

— ¿Niños? —Optimus suspiró, tendrían unos días bastante estresantes en el futuro cercano.