N/A: Bueno, pues aquí mi segundo fic de Once Upopn a Time. Para otro reto.

Disclaimer: Ni Once Upon a Time ni los personajes son mios y con gran pena digo que no nago nada al subir esto.

Aviso: Este fic participa en el reto La otra cara de la moneda del foro Bienvenidos a Storybrooke.


Vas caminando por el castillo como si lo conocieras de toda la vida. Bueno, tal vez te hayas perdido un par de veces, pero eso no lo sabe nadie dado que estás tu sola en él.

Caminas con elegancia. Dando pasos seguros y firmes, haciendo notar tu presencia a las paredes del castillo que son tu único público. Y después de varias vueltas consigues llegar a tu destino.

Una gran habitación con vistas al jardín, repleto de perfumes, joyas, vestidos y muebles de todos los tipos y tamaños.

¡Qué desperdicio!

No es que no te guste nada de eso, en el fondo eres muy coqueta y te encantan ese tipo de cosas. Pero nunca has tenido la oportunidad de poder disfrutar de ello, hasta ahora.

Vas al armario y cojes el primer vestido que ves, te va un poco grande y sonríes al saber que a pesar de haber nacido primero y no ser la favorita, tienes una talla menor que ella. Luego vas al espejo y buscas entre los distintos frascos hasta que encuentras uno que te gusta. Te lo pones detrás de las ojeras y con un dedo te lo pasas por el escote. Aún sabiendo que nadie va a verte así vestida.

Luego te sientas en en la silla y te miras en el gran espejo de plata. Tu largo pelo pelirrojo es lo único que puede dar envidia, si el pelirrojo fuera tu color de pelo natural.

Lo que te repugna más que nada en este mundo es tu color de piel, que te recuerda a cada instante lo tonta que fuiste por sentir celos de alguien que está tan loco como para lanzar una maldición para que todos se olviden de ella y ser querida por aquellos a los que ha dado caza.

Todo es por su culpa. Sabes que el algún momento la maldición se romperá, y cuando llegue ese momento, será tu turno de mover ficha y acabar con esa hermana pequeña tuya que ha hecho de tu vida un infierno mientras disfrutaba del cariño de tu madre.


Siempre me ha dado un poco de pena Zelina por eso de ser la mayor y ver como su hermana pequeña se lleva lo bueno, yo también lo he sufrido, sniff sniff jejeje.