El día de la ceremonia de propuesta Maxon, Kriss y yo nos encontrábamos sobre tres tronos sobre una tarima situada en el gran salón. Por obvias razones yo estaba completamente destrozada pues no sabía cómo había podido arruinar todo.
En el momento en el cual Maxon debía de declararse, lo único que era capaz de hacer era sonreír y parpadear para evitar llorar. Cuando Maxon se acercó a Kriss y le propuso matrimonio de alguna mágica forma logre no llorar, pero claro por dentro fue como si una bomba explotara en mi interior.
Lo que paso después de esto apenas soy capaz de recordarlo pues al Maxon (príncipe y futuro heredero de Ilea) haber anunciado semejante noticia todos los presentes se les acercaron pues querían saber todos los detalles de su "épico romance" y felicitarlos por su compromiso, además de que querían saber por toso lo que habían pasado para llegar hay (como si Kriss se hubiera que tenido que enfrentar a muchos obstáculos).
La verdad me hizo muy feliz (bueno lo más feliz que se podía estar) que nadie se fije en mí y que por consecuencia de ello que nadie se dé cuenta de lo destrozad que estoy me hace aún más feliz ver que Celeste si se dé cuenta de cómo me siento realmente y que por lo tanto se acerque a Kriss y a Maxon los felicite para luego girar su cabeza hacia mí para hacerme una seña para que la siga por lo que decido pararme felicitar a Maxon y a Kriss para después seguirla fuera de la sala.
Cuando nos encontramos fuera de ahí la sigo hasta llegar a mi cuarto donde ambas estamos y cuando nos encontramos solas y con la puerta cerrada es que yo me derrumbo.
Espero que les guste la historia que es otro final para la elegida (todos los personajes pertenecen a Kierra Cass) y que la sigan leyendo, gracias.
Marisa Herondale
