Disclaimer: Ni Jake, ni Emmett son míos. El drabbe si. Notas: Regalo para MC. Babe, espero que te guste, siento la tardanza, exámenes universitarios, honey, tú me entiendes…
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Pura Competición
*~JacobEmmett~*
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Un día normal. Nubes en el cielo. Vampiros de caza. Y cierto chico de piel morena en casa de los Cullen.
Emmett se divierte jugando a su videoconsola, mientras Jake intenta, de todas las maneras posibles, llamar la atención del vampiro. Ni pensamientos —aunque hacia Emmett no sirvieran de mucho—, ni gruñidos enfurecidos, ni golpes secos contra la pared pudieron distraer al vampiro de sus labores lúdicas.
"Maldito vampiro aburrido. Ni siquiera se le ocurre pensar en los demás" gruñó Jacob para sus adentros mientras cruzaba los brazos sobre su pecho cubierto por una blanca camiseta de tirantes. "Seguro que si Edward hubiera estado aquí, o incluso Seth, hubieran cogido las indirectas".
El lobo gruñó, dando a entender su disconformidad con la situación. A todo el mundo le gusta que le presenten atención, más si está solo con vampiro cuyo cuerpo parece esculpido por un dios. Pero qué narices estaba pensando, solo era pura competición. Jacob descruzó los brazos con una sonrisa decidida en los labios, mientras que sus ojos brillaban de la emoción.
"A la mierda las indirectas"
La camiseta que cubría la parte superior del cuerpo de Jake terminó justo encima de la cabeza de Emmett, quién se volvió con una velocidad impresionante hacia el causante de su pérdida en la partida que estaba jugando. Jacob lo miró con el ceño fruncido, y Emmett no pudo soportar que alguien chulease de tal forma dentro de su casa. Así que, con la misma furia que contenía en su interior, prácticamente se arrancó la camiseta del cuerpo, dejando a la vista su bien formado pectoral. Compitiendo con el de Jacob.
—Vaya, por fin me honras con tu atención —Jacob lo miró de forma socarrona mientras sus palabras estaban impregnadas de sarcasmo—. Y veo que quieres competir.
— ¿Competir? —sonrió Emmett de forma divertida—. Tú y yo somos tan diferentes como el agua y el aceite, y compararte a ti conmigo es como comparar un chuletón a la brasa con un simple trozo de jamón. Y yo soy el chuletón, obviamente —la frase estuvo acompañada de un alzamiento de cejas por parte del vampiro y una sonrisa que escondía algo.
—Bien, en ese caso comprobémoslo.
Después de la frase se escuchó un golpe seco. Y otro. Los cuerpos de ambos chocando a toda velocidad. Peleando, queriendo dominar la situación. Todo empezó como una competición, pero terminó en un verdadero enfrentamiento carnal.
Las manos de Jake buscaban el cuerpo de Emmett, mientras el vampiro sonreía con cierta malicia. Labios expertos, pero a la vez novatos en esos encuentros furtivos mientras todos no están en la casa, chocaban provocando que la temperatura ambiental subiera hasta niveles insospechados. Cuerpos bien formados que quierían dominar la situación y ninguno de los dos quiería dar su brazo a torcer, uniéndose en un enfrentamiento por saber quién es el más fuerte.
Violencia, pero pasional. Enfrentamiento, pero carnal. Nadie les hubiera dicho que una simple competición por ver quién era más fuerte terminaría llevándolos a rozar el mismísimo cielo con la yema de sus dedos, y que fuera a dejarlos tan agotados como para quedarse tumbados sobre el suelo, boca arriba, gruñendo y bufando como nunca en sus vidas.
Quien iba a decirles que una competición iba a terminar en pecado.
