¡Yooooo…! Debería estar repasando los huesos y en cambio me pongo a escribir. Lo siento, es que no resisto mucho sin esto T_T y tengo tantas ideas ya listas para más fics de GaLe :C Así que trataré de terminar éste lo más rápido posible.
(SPOILER. Odié. Sí. ODIÉ. El capítulo del manga del viernes pasado u.u [Y nunca había odiado ninguno]. No digo que Natsu me caiga mal ni que no sea poderoso —es muy fuerte en realidad—,…pero creo que Mashima exageró con eso de vencer a Sting y a Rogue sin usar el Dragon Force [¿Eran tan débiles entonces o qué?]. Además de que no apareció Gajeel u.u Sé que Natsu es el principal, pero también debió poner a pelear a Gajeel, se lo merecía, ¡es un Dragon Slayer después de todo! Tanto él como Wendy. Si quería que luchar, hubiera metido a Natsu solo a la batalla u.u En fin, estoy desilusionada).
Disclaimer: Todo lo relacionado a Fairy Tail es propiedad del ya no tan magnífico Hiro Mashima.
Algunas aclaraciones antes de empezar:
1.- Ubicación: Antes de los Grandes Juegos Mágicos.
2.- —Diálogos—
3.- Pensamientos.
4.- Las palabras que estén solas en cursiva,son las resaltadas en la historia.
5.- Separador para escenas: -o-o-o-
6.- Fanfic centrado en Gajeel y Levy. También aparecerán otros personajes.
A ver qué sale u.u
Una cita con el desastre
—Llevas aquí más de una hora. Sólo ve y pregúntale.
—No —respondió dando un largo sorbo a una taza metálica.
—Bueno, supongo que querrás que le comente qu-
—¡Cállate! —le espetó mirándolo con rabia—. Le digo después.
—Ahora.
Gajeel le dirigió una mirada asesina a su gato, maldiciendo entre dientes. Lily sólo sonreía con burla y el Redfox bufó con ira.
—Ahora o… —repitió.
—¡Está bien, maldita sea!
Echó un vistazo a la maga, que se encontraba en una mesa, leyendo con avidez uno de sus libros. Respiró profundamente y se levantó de la barra, llevando con él su taza y caminando hacia la peli azul.
—Mierda. ¡Mierda! Ese condenado gato me las pagará…¿cómo demonios me metí en esto?
Lo estaba manipulando. ¿Cómo podía ser eso posible? ¡¿Cómo era posible que un gato lo amenazara?! ¡Su gato! ¡A él, Gajeel Redfox, el poderoso Dragon Slayer de Hierro! ¿Cómo pudo caer tan bajo? Sentía su orgullo por los suelos. Y todo por esas endemoniadas cuatro palabras, que para colmo, Lily tuvo que escuchar.
-o-o-o-
Flashback
Era muy tarde cuando Pantherlily regresaba al apartamento que compartía con el pelinegro. Fue a visitar a sus compañeros Exceed y el viaje le resultó agotador. Ahora lo único que quería era descansar. Las luces del lugar estaban apagadas, por lo que supo que Gajeel ya se había ido a dormir. Entrando en silencio, se dirigió a la cocina para beber algo, después subió las escaleras en dirección al dormitorio de ambos. En el pasillo, percibió algunos ruidos y abrió la puerta con rapidez.
—¿Gajeel? —inquirió entrando al cuarto.
—Te partiré el rostro, maldito bastardo —habló en un murmuro.
—Con que hablas dormido —se burló Lily—. Y hasta sueña con peleas.
Suspiró y se dirigió hacia su pequeño cojín-cama que se encontraba en una esquina de la habitación, dispuesto a recostarse. Cerró los ojos y se cobijó con una manta, cuando la voz del Redfox lo sorprendió.
—Sí, me gusta la enana, ¿y? ¿Tienes algún problema, idiota?
¿Qué? ¿Había oído bien? El Exceed abrió los ojos con desmesura mientras levantaba la cabeza. Miró hacia su dueño, que seguía profundamente dormido y murmurando otras cosas ininteligibles. ¿Acaso Gajeel había confesado que le gustaba Levy?
—Vaya, vaya —sonrió con malicia mientras volvía a acostarse—. Creo que mis sospechas acaban de confirmarse. Pero nunca creí que me lo dirías de esta manera, querido Gajeel.
Y Lily se quedó dormido.
-o-o-o-
A la mañana siguiente, el Redfox se levantó unos minutos después del felino. Bajó las escaleras con pesadez mientras se desperezaba y encontró a su gato sentado sobre la mesa de la cocina.
—Buenos días, Gajeel —saludó alegremente el Exceed.
—Días, Lily —contestó el pelinegro mientras le daba la espalda y abría el refrigerador.
Tomó una botella de cerveza fría y comenzó a beber. Se sentó a lado de su compañero a la vez que subía los pies a la mesa.
—¿Buena noche? —comenzó a decir Pantherlily.
—¿Eh? —arqueó una ceja—. Supongo que sí.
—Es bueno saber que hablas dormido —murmuró empezando a leer un periódico.
—¿Qué? ¿De qué demonios hablas?
—Ah de nada, sólo que hablas mientras duermes. Anoche dijiste varias cosas —sonrió de lado.
—¿Cómo qué? —cuestionó Gajeel mientras fruncía el ceño.
—No lo sé. Supongo que algo relacionado con lo que soñabas en ese momento. No creo que sea nada importante.
—Escúpelo, gato —demandó al no recordar.
—Bueno, mencionaste algo de pelear y partirle la cara a alguien.
—¿Y eso qué? —el Dragon Slayer entrecerró los ojos.
—Nada, nada —dio vuelta a la página mientras el pelinegro volvía a tomar de su botella—. También dijiste algo sobre Levy.
—¿Sobre la enana? Estás loco —y siguió bebiendo.
Gajeel puso los ojos como platos al recordar su sueño. Bajó los pies de la mesa con brusquedad, casi cayendo de la silla mientras escupía el último trago que había dado.
—Oh, parece que ya sabes a lo que me refiero —volvió a sonreír.
—¡¿Qué?! ¡No sé de qué rayos me hablas! —profirió con tosquedad.
—Yo pienso que sí —se burló Lily—. Si quieres, puedo decírselo a todo Fairy Tail.
—¡Ja! Hazlo, no me importa —el Redfox se cruzó de brazos—. Nadie te va a creer.
—Oh, ¿eso crees? Yo opino lo contrario.
Lily tenía razón. No había motivo para que no le creyeran, por más descabellada que la idea le sonara a algunos. Tragó saliva, viendo a su gato con locas ansias de estrangularlo. ¿Decírselo a todo el gremio? No sería capaz…¿o sí?
—Sólo fue un maldito sueño —aclaró Gajeel.
—Ajá —respondió con sarcasmo—. Sobre todo porque soñaste con ella. Y mejor aún, porque me dijiste sin ninguna dificultad que te gusta.
—¡Qué estupidez! ¡La enana no me gusta!
Pantherlily lo miró con socarronería.
—Ella. No. Me. Gusta —repitió haciendo énfasis en cada palabra.
—Ah bueno, entonces no tendrás problema alguno en que se lo diga.
El Dragon Slayer abrió la boca para responder pero la cerró al segundo. Decírselo. Retumbaba en su cabeza. Se quedó mirándolo fijamente. De verdad quería matar a su gato en ese momento.
—¿Qué? —cuestionó Lily con inocencia—. Supongo que si Levy no te gusta, no debe haber inconveniente si se lo comento. Ambos nos reiremos del asunto.
—No lo hagas —le ordenó entre dientes.
—Oh, entonces será que ella sí te gu-
—¡Cierra la boca, gato!
Pantherlily sonrió. No se la pondría tan fácil.
—Te propongo algo Gajeel. No diré nada al resto del gremio si admites que Levy te agrada mucho —dijo esto último haciendo comillas con los dedos.
El Redfox rechinó los dientes. Inspiró hondamente y murmuró algo con rapidez.
—¿Qué? No te entendí.
—La enana me gusta —repitió más fuerte—. Ya. Ahora cállate.
—Gihi —se burló el Exceed—. Ya lo sabía —aclaró triunfante.
—Bien, ahora mantén tu boca cerrada y no se lo digas a nadie.
—A nadie excepto a Levy —continuó leyendo el periódico.
—¿Qué? —Gajeel se quedó estupefacto—. Pero-
—Yo te dije que no le diría nada al resto del gremio —recalcó—. Y ese resto no incluye a Levy.
—¡¿Qué?! ¡Maldito gato, te voy a matar! —dijo convirtiendo uno de sus brazos en una vara metálica.
—Inténtalo —sonrió Lily con arrogancia.
El Dragon Slayer estaba hirviendo en ira. Sabía que si estallaba en una pelea, terminaría destruyendo la casa. Aparte de que Lily le diría su secreto ya no tan secreto a la McGarden sin importar lo que hiciera. Así que a regañadientes, decidió ceder.
—¿Qué quieres? —preguntó volviendo su brazo a la normalidad.
—¿Uh?
—Algo tramas. ¿Qué diablos quieres que haga para que te quedes con la boca cerrada?
—Me alegra que lo menciones, mi estimado Gajeel. De hecho, estaba pensando en algo que te será muy divertido. Y en cierta parte, también te favorecerá.
—Habla —le dijo de brazos cruzados.
—Piensa en esto. Tú le preparas una cena a Levy y yo no digo nada.
—¿Una cena? —frunció el entrecejo—. ¡¿Y eso por qué?!
—Porque yo quiero —contestó Lily con sencillez—. Y porque si no lo haces, le comentaré a tu querida Levy tu pequeña confesión.
—¿Me estás amenazando? —preguntó acercándosele intimidatoriamente.
—¿Qué? ¿Yo? —había sarcasmo en su tono—. Para nada. Sólo es un pequeño trato por mi silencio.
Gajeel apretó la mandíbula. Sí, le gustaba la enana. ¿Para qué negarlo ya? Pantherlily ya lo había oído. Pero, ¿prepararle una cena? Eso ya era demasiado. ¿Cómo quería Lily que hiciera eso? Además, no sabía si la peli azul aceptaría.
—¿Y si la enana no quiere venir?
—¿Estás bromeando? —cuestionó el Exceed con incredulidad—. Gajeel, creo que eres más idiota de lo que pensaba.
—¡¿Qué?!
—Es obvio que no te has dado cuenta —continuó Lily.
—¿Darme cuenta de qué?
El felino se golpeó la frente con su pata delantera.
—Si será… —se lamentaba—. Olvídalo. Hay que irnos. Tienes mucho que hacer.
—¡Pero yo ni siquiera sé cocinar!
—Te compraré un recetario. Ya te las arreglarás.
—¿Me las arreglaré? Oh no, gato. Tú me ayudarás.
—De acuerdo, de acuerdo, pero vámonos ya.
Y Lily comenzó a caminar hacia la puerta.
—Te asesinaré cuando estés dormido —dijo Gajeel lo más bajo que pudo mientras se ponía de pie y lo seguía.
Fin del flashback.
-o-o-o-
Y ahora se encontraba ahí, caminando en dirección a la McGarden. A punto de pedirle una…cita. Sí, una cita. Aunque el término le produjera náuseas.
—¿En qué me he metido? —se preguntaba el Redfox.
Levy se hallaba en extremo concentrada en el texto y no se dio cuenta de que Gajeel se había sentado frente a ella. Comenzó a llamarla tratando de captar su atención, en vano.
—¡Oi, enana! —gritó el moreno por cuarta vez.
La maga bajó su libro, saliendo de su trance y dirigió su mirada al Dragon Slayer. Se sonrojó al no saber cuánto tiempo llevaba ahí.
—Gajeel, buenos días —saludó sonriente—. ¿Qué sucede?
—Eh, me preguntaba… —se rascó la nuca con torpeza, dejando su taza por un lado.
—¿Café? —intervino Levy viendo el líquido oscuro—. ¿Desde cuándo tomas café?
—¿No puedo hacerlo o qué? —respondió con tosquedad.
—Lo siento. Y-Yo, quiero decir, bueno, es que normalmente pides alguna cerveza o sólo agua.
—¿Y cómo sabes eso?
La McGarden se puso por completo roja y desvió la mirada. Comenzó a desesperarse. ¿Qué podía decirle? ¿Que siempre estaba al pendiente de lo que hacía, mirándolo desde lejos?
—Etto…b-bueno, y-yo…
Para su salvación, Natsu apareció por un lado del pelinegro, interrumpiendo la conversación.
—¡Gajeel, pelea conmigo! —gritó chocando sus puños.
—¡Ahora no Salamander! ¡Estoy ocupado!
De inmediato le arrojó el café caliente a la cara.
—¡Ah, idiota! ¡¿Qué te pasa?! —exclamó el peli rosa con las manos sobre su rostro—. ¡Ayuda! ¡Me quemo!
—Y eso que su magia es de fuego —murmuró observándolo con indiferencia.
Volteó hacia la chica, que lo veía con curiosidad, y recuperó el hilo de la charla.
—¿Te gustaría ir a tomar una copa? —preguntó finalmente.
—¿Una copa? —cuestionó la peli azul algo confundida—. Siempre y cuando no me la eches encima…
—¿Qué? —miró hacia el Dragneel que seguía corriendo en círculos—. ¡Ja! Claro que no. Bueno, es más bien una especie de…¿cena? Eh, Lily se preguntaba si quisieras ir a cenar con…nosotros. Tal vez, hoy por la noche.
Levy abrió mucho los ojos. No daba crédito a lo que había escuchado. Sin embargo, así fue. ¡Gajeel la había invitado a salir! —Junto con Lily—. Pero no le importaba. Estaba tan feliz y también desconcertada. Pensó en la mínima posibilidad de que el Redfox sintiera algo por ella y se ruborizó. Aún así, también pasó por su mente que todo había sido idea del Exceed y Gajeel solo terminara yendo porque su gato lo había obligado. Hizo ese pensamiento a un lado, tratando de animarse por el puro hecho de pasar un poco de tiempo con él.
—¿Enana? —cuestionó el pelinegro al ver que ella no respondía.
—¿Eh? —levantó el rostro, saliendo de sus reflexiones.
—¿Quieres ir o no? —preguntó con impaciencia.
—Y-Yo…¡claro! —contestó feliz recogiendo el libro contra su pecho.
El Dragon Slayer exhaló con ligereza, en cierta parte aliviado.
—A las 7 en mi apartamento —le dijo simplemente—. ¿Sabes dónde vivo?
La McGarden asintió con la cabeza.
—A las 7 —repitió—. De acuerdo. Ahí estaré. ¡Gracias Gajeel! —y contenta, salió corriendo del gremio.
—¿En qué me he metido? —se repitió el Redfox.
Pantherlily apareció por un lado, con una amplia sonrisa.
—Eso estuvo bien. A excepción con lo de invitarle una copa. Tal vez pensó que querías emborracharla…
—¡Cállate Lily! —exclamó recuperando su malhumor—. ¡Tú me metiste en esto y tú me vas a sacar!
—¿Ah, sí? ¿Y yo por qué?
Gajeel apretó la mandíbula, tratando de contenerse de meterle un puñetazo en el rostro.
—Tranquilo, ya te dije que te ayudaría —indicó el felino—. Pero será mejor que regresemos al departamento. Tienes que aprender a cocinar algo para hoy.
—Cállate.
—Ve el lado bueno. Ya no tendré que decirle a Levy tu pequeño secretito —se burló—. Y claro que yo no los acompañaré. Pasarás una noche a solas con ella —dijo con picardía.
—Maldito gato —murmuró el Redfox—. Será mejor que revises los pescados que te comes de hoy en adelante, no vaya a ser que uno te haga daño—pensó mientras se ponía de pie y emprendía el camino de regreso a su casa.
Continuará…
¡Yuhu! Terminé un fic en medio de la escuela C': Bueno no, no lo terminé. Escribí la mitad. Pero eso ya es algo, ¿no? Como vieron, será un two-shot. Espero actualizar pronto. No pierdan la paciencia si me tardo mucho por favor. Y mañana saldrá Fairy Tail. Espero que esté mejor que el capítulo pasado ¬¬ En fin, me despido. ¡Gracias! ¿Reviews? (:
