Disclamer:
Cualquier aspecto conocido pertenece a Rick Riordan, el resto es parte de mi ridícula imaginación. Por favor no publiquen sin autorización.
"Don't you worry your pretty little mind people throw rocks at things that shine but they can't take what's ours"
Ours - Taylor Swift
Ours
Prefacio
By: Ary Hyuga
Leo:
Voy camino a casa.
Reyna:
¡Genial! ¿Cómo te sientes?
Leo:
Como si me hubiera arrollado un auto.
Reyna:
Ya estas bromeando, eso quiere decir que estas mejor.
Leo:
Así que ¿Qué haces?
Reyna:
Charlo con alguien que me gusta.
Leo:
Pero que malvada, hablando con él y conmigo a la vez ¡Que rudeza!
Reyna:
Idiota.
Leo:
Así que… ¿Te gusto?
Reyna:
No quiero discutir eso con mensajes de texto
Leo:
Bien, entonces ven a casa y hablaremos un poco.
Reyna:
Está bien, llego en 10.
Miré a mi teléfono y sonreí en el último mensaje. Decidí tomar una ducha antes de que Reyna llegara.
Unos minutos después de eso, me estaba secando el pelo cuando mi mamá me gritó desde el otro extremo de la casa después de escuchar el timbre, suponiendo que era Reyna una vez más.
-¡Leo! Creo que Reyna está aquí ¿Puedes abrir la puerta?
Las comisuras de mis labios se elevaron en una sonrisa. Sólo vestía mi bóxer y una toalla alrededor de la cadera. De cualquier manera, me dirigí a abrir la puerta.
La puerta se abrió y Reyna entró en la casa, tan distraída con su teléfono que ni siquiera me miró; ella entró y cerró la puerta.
-Hey Leo yo... -Comenzó, apartando la mirada de su teléfono y volteando hacia mí, al verme solo en toalla y mi ropa interior se sonrojó.
Sonreí ante sus mejillas rojas; cerró los ojos y se dio la vuelta, avergonzada.
-¡LEO! -ella me regañó. Yo no podía dejar de reír y rodar mis ojos.
Todavía estaba riendo cuando llegué a mi habitación para ponerme el resto de mi ropa. Ella me esperó fuera hasta que estuve totalmente vestido.
-Estoy listo, puedes entrar ahora. -Le dije una vez que me puse los pantalones y estaba a punto de abotonar mi camisa.
Entró en la habitación y me miró, su mirada viajo directamente a mis abdominales.
Debo admitir que no estaba tan trabajado como Percy o Jasón, aun así tenía uno abdomen muy bien marcado. Mi punto fuerte eran definitivamente mis brazos.
Y a juzgar por la expresión de Reyna y la forma en que sus ojos volaron, se dio cuenta de ello rápidamente.
-¿Estás bien? -Le pregunté cuando sus ojos recorrieron mi cuerpo rápidamente. Ella parpadeó dos veces y luego sus mejillas tornaron aún más rojas... algo que sinceramente no pensé que podría ser posible en este momento.
-Sí... deberías haberte vestido antes Valdez –Bromeó ella y me reí en voz baja.
Fue entonces cuando algo extraño pasó.
Allí estaba ella, Reyna Avila-Ramirez, con su cabello castaño cayendo como una cascada sobre sus brazos, sus mejillas sonrojadas, sus labios de color rosa, y sus cautivadores ojos marrones.
Y además, no sé si yo ya había mencionado las curvas perfectas de su cuerpo, el hermoso color de su piel suave, su encantador aroma dulce...
Bueno, bueno supongo que entienden mi punto.
Yo no era consciente de lo que estaba haciendo solamente comencé a acortar la distancia entre nosotros.
Sus ojos se llenaron de confusión cuando la empujé hacia la puerta con mi cuerpo, pero no trató de alejarme.
Mis ojos captaron sus ojos chocolate y antes de que me pudiera dar cuenta, sentí sus labios tocar los míos, mientras se movía hacia mí.
Dejé mis manos descansar sobre su esbelta cintura y sus manos volaron a mi pecho desnudo, con los botones de mi camisa aun abiertos…
N/A:
Hace mucho tiempo que quería traducir esta historia: ya la publique en ingles y quise darle una oportunidad en español.
¡Espero que les guste!
Con amor,
Ary Huyga
