¡Hola mis queridos lectores! El día de hoy les traigo una pequeña historia KaiAo. Este pequeño relato se me ocurrió cuando una astilla se clavó en mi dedo. Espero que les guste ya que es mi primer fic de esta pareja.
"Para mi querida roxelanali, he aquí el fic que te prometí hace un tiempo, disfrutalo"
Disclaimer: Los personajes ocupados no me pertenecen, son propiedad del fantastico Gosho Aoyama, yo tan solo los ocupo para divertirme.
Advertencia: Faltas de ortografía que se me hayan pasado.
Rose
Por MichBelen
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Llevaba horas practicando aquel truco de magia que tanto le gustaba a su amiga, hacer aparecer una rosa en su mano. Apesar de que era un truco sencillo quería que fuera perfecto. Lo intento una vez más y el resultado no fue el esperado, nuevamente había fallado. No entendía que sucedía, hace unos días podía hacerlo pero ahora... solo conseguía que la rosa cayera de su escondite y eso era lo que más frustraba al pequeño niño. Se sentó en el suelo sosteniendo la rosa entre sus manos y se la quedo mirando, era muy similar a la que le entrego a Aoko.
"Aoko... "
Cada vez que pensaba en ella recordaba su hermosa sonrisa, ¿Quién diría que una niña de 7 años tuviera tan linda sonrisa? Aquella pequeña que conoció hace meses y que tiempo después descubrió que era su vecina; siempre estaba jugando en el parque junto a Keiko. Él siempre la observaba jugar, mientrás pasaba por aquel lugar. Le gustaba ver su sonrisa cuando se divertía y era la misma que le dedicaba cuando la invitaba a los espectaculos de magia que realizaba su padre.
¡Eso era! Su padre podía ayudarle con el truco. Se levantó rápidamente y fue a buscarlo. Recorrió toda la casa en busca de la persona que lo ayudaría, pero no lo encontró y decidió regresar al patio de su casa.
Cuando llego allí, se encontró una pequeña sorpresa. Era Aoko y lo estaba esperando; entonces lo recordó. Le había dicho que viniera a su casa para jugar. Aoko sostenía una pequeña pelota de color azul que tiempo atrás el pequeño aprendiz de mago le había regalado.
Se acercó a ella e hizo su último intento y esta vez si salió como quería, aunque hubo un pequeño inconveniente:
—¡Auch! —Una pequeña espina se clavó en uno de sus dedos.
—¿Kaito?, ¿Estás bien? —Tomó el dedo herido del niño y pudo ver la espina clavada sobre él, —¿Te duele? — Kaito asintió.
Se quedo mirando atentamente la herida, solo tenia enterrada la punta de la espina que fácilmente podría ser sacada con los dedos o incluso con los dientes. Sin tener más opción, acerco su boca hasta el dedo y tiro de la culpable de la molestia en el pequeño mago. Un leve sonrojo pintó las mejillas de Kaito, no entendía muy bien lo que hacía su amiga hasta que sintió que su dedo ya no dolía más.
—Iré por una vendita, esperame, ¿sí? —Caminó hasta la puerta, —ya regreso.
—S-si... —Se quedo de pie, mirando su dedo con sus mejillas sonrojadas.
Podría ser que el truco no resultara como él quería, pero había conseguido algo; la atención de Aoko y todo por una simple rosa.
¡Y eso es todo! Espero que te haya gustado tu regalo roxelanali. Lamento que sea corto. Nos leemos pronto.
"Goodbye my dear readers..."
