Por Victoria Guerra
I know I stand in line
Until you think
You have the time
To spend an evening with me
Lily sabía que no era la única chica detrás de él. Por el contrario, él era el chico más popular de Hogwarts... habían toneladas de chicas detrás de él.
De vez en cuando, cuándo él no tenía prácticas de quidditch, otra cita, o algún trabajo que hacer y al mismo tiempo ella estaba en las mismas condiciones... salían. Algo casual.
And if we go
Some place to dance
I know that there's a chance You won't be leaving with me"Lily es una chica... muy querida por aquí" pensó James, alzando las cejas.
La había invitado para el baile de Navidad. "Qué dilema fue aquello" pensó.
Aunque él la había invitado, ella había bailado prácticamente con todos los chicos de Hogwarts esa noche.
Él no tenía derecho a estar celoso y lo sabía. Había sido otra cita de aquellos montones que ambos de ellos tenían a cada momento, a veces entre ellos, y otras tantas con otras personas.
James siguió caminando por el corredor, pensando en aquello.
Vio un cabello rojo ondeando. Imposible no saber quien era, especialmente si se estaba pensando justo en ella...
Se acercó a la chica, viendo cómo ella pestañeaba en exceso y se movía delicadamente, mientras hablaba con aquél chico de Hufflepuff, Amos Diggory.
James se puso en un rincón con sombra, para no ser visto.
"Aquí es cuando te tragas el orgullo por una chica" pensó, mientras la miraba con las cejas levantadas.
Diggory se fue unos momentos después, dejando a la chica sola. Ella se recostó en la pared a su espalda, abrazando con fuerza sus libros a su pecho. Tenía expresión aburrida.
- Lily – saludó él, saliendo de su escondite.
- ¿Qué tal, James?
- Aquí, pasando el rato – dijo él, encogiéndose de hombros. Luego apoyó la espalda en la misma pared que ella, quedando lado a lado -. ¿Qué tal te suena ir a Hogsmeade mañana?
- Nada mal – dijo Lily con una sonrisa.
- Nos vemos a las siete en la sala común, ¿te parece?
- Genial – respondió ella. Los dos se quedaron en silencio, simplemente disfrutando de la compañía del otro. En un momento, la chica vio su reloj -. Oh, James... es hora de la cena. De hecho, la hora de la cena está a punto de acabar.
- Oh. No lo había notado – dijo él -. Bien... nos vemos mañana.
- Correcto. Hasta entonces – la chica le dio un beso en la mejilla y se fue.
James se quedó ahí un momento, con la mente en blanco.
Luego se sonó los dedos, estirándose – cual recién despertado. Se paró derecho, se metió las manos en los bolsillos de la túnica y caminó hacia el Gran Comedor.
James llegó al lugar, que estaba totalmente desierto. Ni le extrañaba, ni le molestaba.
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Lily sonrió para sí misma, acostada boca arriba en su cama, en el dormitorio de chicas Gryffindor de séptimo año.
- Niña... qué linda se ve esa sonrisa en tu cara – dijo una de sus mejores amigas, de cabello rubio enrulado y ojos azul verdoso. Arabella Figg.
- No es tan raro que sonría... ¿o sí? – dijo Lily sonriendo aún más profundamente, sin mover otro músculo aparte de los de la boca.
- Es cierto. Sonríes todo el tiempo – dijo su otra mejor amiga, de cabello rojo oscuro y corto(totalmente distinto al de Lily, rojo vivo y hasta los codos) y ojos grises. Sarah Daniels.
- Pero esta es una sonrisa de "amo mi vida" – Arabella intentó parecer seria, aunque obviamente ocultaba un ataque de risa.
- Cosa nada usual en ti – terminó Sarah, y las tres rieron. Un momento después, volvió a hablar -. Sólo tienes esa sonrisa cuando cierto chico te invita a salir. Un chico cuyo nombre empieza por J y su apellido termina en R – sonrió malévolamente.
- ¿James Potter? – preguntó Lily, con expresión inocente.
- ¿Te invitó, no es cierto? – preguntó Arabella, que no era muy admiradora del suspenso.
Lily se incorporó lentamente, quedando sentada al estilo indio. Sus dos amigas dieron un brinco hacia su cama, poniéndose frente a ella con expresión impaciente.
Lily las miró a ambas. Luego asintió lentamente, de manera solemne.
Sarah sonrió, con esa sonrisa tan... suya. Embriagaba el alma de dulzura. Sus ojos, fieles compañeros de cada gesto de su cara, brillaban cada vez que sonreía. Lily y Arabella no pudieron evitar sonreírle también.
- ¿Qué te dijo? – le preguntó Arabella a Lily, aún impaciente.
Lily se los contó, mientras se enrollaba el pelo inconscientemente, haciéndola parecer una niña pequeña.
- Ustedes dos tienen una relación enferma, ¿sabes? – comentó Sarah al terminar Lily, mientras negaba con la cabeza.
- Lo sé – respondió ella, suspirando -. Pero no sé qué hacer para cambiar eso – posó su cabeza en sus manos, quedando un poco más baja-. Y no creo que le guste mucho, en todo caso – miró hacia abajo.
Sus dos amigas se miraron entre sí. Sonrieron.
- Lils, tienes tan poco tacto – dijo Arabella, su voz suavizándose. La susodicha alzó la vista, esperando a que siguiera -. Ya lo creo que le gustas. Te mira cada vez que puede. Eres la única persona en el colegio a la que no le ha hecho alguna broma... – Lily rió. Era cierto. Y eso, de James Potter, era mucho pedir -. Además de que es especialmente amable contigo. Siempre te saluda, aunque sea con una sonrisa...
- Bien, entendí el punto. Le gusto – dijo Lily, agitando las manos, como diciendo "basta" -. ¡Por todo lo que dices se podría pensar que me está acosando! – las tres rieron.
La puerta se abrió con cuidado, dejando pasar a una chica alta y esbelta, de pelo negro y ojos color miel. Empezó a caminar con los ojos cerrados y de puntillas.
- Señorita Nicole Adams, ¿qué hace usted llegando a estas horas de la noche? – interrogó Sarah, cruzando los brazos y fingiendo estar molesta.
La chica paró el seco, abriendo los ojos. Luego relajó el cuerpo.
- Remus – admitió, viendo a sus amigas con una mirada pícara. Luego vio la cara soñadora de Lily -. ¿Tú?
- James – admitió ella por su parte, sonriéndole.
Las cuatro se quedaron calladas un momento.
- Merodeadores – dijeron todas al mismo tiempo. Sarah, Lily y Nicole entre suspiros y Arabella negando con la cabeza.
Se miraron unas a otras.
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- James Potter ama a Lily Evans – cantó en tono burlón Sirius Black en la habitación de chicos.
- No molestes – dijo el susodicho, volteando la mirada.
- Sirius tiene razón. La Amas. Piensas en ella todo el tiempo. No la puedes sacar de tu cabeza. La quieres sólo para ti... – dijo Peter Pettigrew. No pudo terminar, debido a que James y Sirius se habían levantado al mismo tiempo, y le había dado cada uno un golpe.
- Por Dios, Peter – dijo Sirius, negando la cabeza -. Hablas como una chica.
- Necesitas una escoba, y una buena práctica de quidditch – asintió James. Luego se dirigió a Sirius -. Creo que esto es lo que pasa cuando vives solamente con tu madre.
- Pobre niño – dijo Sirius dándole unas palmadas a Peter en la cabeza.
- ¿Saben que los puedo oír? – preguntó Peter, haciendo énfasis en las últimas tres palabras.
- Estamos conscientes de eso, sí – dijo James.
- ¿Qué hace Remus fuera a esta hora? Que yo sepa, no es luna llena – comentó Peter, cambiando abruptamente el tema de conversación.
- Creo que tenía una cita con la chica Adams – dijo Sirius despreocupadamente -. Tu sabes, la amiga de nuestro querido chico enamoradooooo – terminó cantando Sirius.
- ¿Acaso quieres ser un chico golpeadooooo? – preguntó James, cantando en el mismo tono.
- Oh, vamos, Jamsie, ¡admite que te gusta! – insistió Sirius, alzando las cejas y sonriendo.
- Tú admite que te gusta Sarah Daniels – dijo James mordazmente.
- ¿Has visto a Sarah Daniels? – preguntó Sirius riendo -. ¡Es una pre-cio-si-dad! ¡Claro que me gusta! – terminó. Por su expresión, se podría decir que era tan obvio como "el agua es mojada".
- A... – James abrió la boca, emitiendo sonidos incompletos. En ese momento entró Remus Lupin.
- Te salvó mi curiosidad, James... – dijo Sirius como una advertencia, mientras se volteaba a ver a Remus -. ¿Qué hubo? ¿Cómo te fue con Adams?
Remus cerró la puerta. Luego miró a Sirius.
- Chismoso – dijo simplemente, mientras alzaba una ceja.
- Oh, eso dolió – Sirius se llevó las manos al pecho, fingiendo dolor -. Como sea. Ya que ni Jamsie ni Remsie me dirán nada acerca de sus muy sexys chicas... no tengo nada que hacer despierto – se fue a su cama -. Adiós.
James y Remus se miraron. Luego se encogieron de hombros, y cada uno fue también a su cama.
James se acostó y cerró sus cortinas.
"Nos veremos mañana, Lily" pensó ."Nos veremos mañana". El chico sonrió, y se durmió en ese instante.
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¿Qué les pareció? ¿Lo continúo? ¿Piensas que cómo se me ocurre dañar esa canción tan bella con esa trama tan horrible? Dejen REVIEWS y díganme qué opinan.
Espero que les haya gustado!
Se despide:
Victoria E. Guerra S.
vickitoriaguerra@hotmail.com
