"When disaster strikes on a daily basis... I'm looking for wisdom in all teh wrong places... But still wanna laugh in dissapointed faces... You can't help me, I'm blinded by these."

"Heroes and thieves at my door... I can't seem to tell them apart anymore... just when I've figured it out... Darling is with you I'm without"

Jeje... sorry... n/n es q me guasta mucho esa canción jeje n.n

Pus aqui les traigo una nueva historia, esta vez dentro de YU-GI-OH!

Enjoy it!

ADVERTENCIA!!

El contenido de esta historia contiene Yaoi (RELACIÓN DE HOMBRE CON HOMBRE)
Si NO les gusta este tipo de historias, POR FAVOR salgase ahora.
Ya ha sido suficiente advertido, por lo que comentarios homofobicos NO seran aceptados.

Gracias. OwO


Suspiro por decima vez en la noche, estaba realmente agotado

Suspiro por decima vez en la noche, estaba realmente agotado. Salió del amplio salón que anteriormente se había encontrado repleto de importantes ejecutivo y personas influyentes en dirección a su habitación; mantener esa expresión tranquila, con una ligera curvatura en los labios mostrando lo que parecía una sonrisa, manteniendo sus cejas cafés ligeramente arqueadas con expresión de gozo, había sido realmente agotador, pero al menos ya podía quitarse esa mascara y podía relajar sus músculos faciales.

Observaba como todos los sirvientes se movían aprisa por la mansión Kaiba mientras recogían y limpiaban los restos de aquella fiesta, alguno se detenían cuando pasaban junto a él para darle una reverencia y seguir con su trabajo, le gustaba ver como todos le mostraban ese respeto y hasta admiración y en su defecto miedo, después de todo él era el gran Seto Kaiba, dueño de Kaiba Corporation, la mas grande empresa de desarrollo de tecnologías en todo Japón y gran competencia contra las empresas del resto del mundo, además de ser un negociante fiero, frio, calculador, sin escrúpulos, con un talento para tratar a las demás personas y siempre lograr su cometido; por supuesto que tenia que infundir respeto.

Soltó un undécimo suspiro al ver como una de las encargadas de limpieza se le había quedado mirando con una sonrisa boba y un sonrojo, asunto que resolvió mirándola con unos orbes azules y fríos. Siguió su camino cuando la mujer hubo vuelto a sus deberes con apremio al no querer perder su empleo. Sus azulinos ojos se desviaron a una de las ventanas del pasillo y se encontró con su reflejo, un rostro sumamente atractivo, además de sereno, cabello castaño con un corte parejo con varios mechones cayendo por su frente, un cuerpo bien formado debido al constante ejercicio, cosa que se podría apreciar con lujo ya que se había retirado la corbata, desfajado la camisa blanca y con los primeros cuatro botones de la misma desabrochados, bastante bien para sus 26 años; pero noto que su reflejo era ligeramente distorsionado y por primera vez en toda la noche se dio cuenta de que llovía a cantaros.

Siguió su camino hasta que se topo con un hombre que probablemente tenia alrededor de 60 años, alto, con el cabello grisáceo con toques blancos algo largo amarrado en una sencilla coleta, ojos cafés oscuros llenos de experiencia, delgado, una expresión tranquila en su, ligeramente arrugado, rostro, que portaba un uniforme que consistía en un pantalón formal negro, una camisa blanca con una corbata de moños, un chaleco negro con botones dorados y zapatos negros bien lustrados.

-Jack.- Llamo el castaño, dejando escuchar su masculina y grave voz.

El peli blanco se giro y miro al hombre con una pequeña y amable sonrisa. -Buenas noches, señor Seto.- Si, señor Seto... así es como lo decía, era el único en toda la mansión que le podía decir así, para los demás era señor Kaiba o simplemente señor. ¿La razón? Bastante sencilla, Jack Hirazagua ha estado a servicio de los Kaiba desde que tenia prácticamente 18 años, además de que había estado con Seto prácticamente desde su nacimiento y el CEO lo consideraba como parte de su familia, que no era muy grande por cierto, solo él y su hermano menor Mokuba, y Jack por supuesto, quien se había ganado la confianza del castaño a lo largo de los años, hasta llegar convertirse en el jefe de los de servicio, chofer personal y consejero de Kaiba. -¿En que puedo ayudarlo?-

-¿Has visto a Taiyo y Kage?- Pregunto mientras miraba la tormenta que se azotaba contra la mansión Kaiba.

-No, señor.- Respondió desviando su mirada igualmente hacia la ventana. -Al empezar la fiesta los sacamos al patio pero empezó a llover y ya no los encontramos ¿Quiere que mande buscarlos?- Regreso su mirada hacia el señor de la casa.

-No.- Comenzó a caminar. -Yo mismo los buscare.- Se dirigió hacia una de la puertas que daban al jardín trasero de la mansión.

-Como usted guste señor.- Hizo una reverencia antes de retirarse.

El castaño se detuvo y miro nuevamente la tormenta, otro suspiro, tomo su gabardina negra, se la puso y se coloco el gorro de la misma antes de salir por la puerta y que la lluvia lo empapara en tan solo un instante. Comenzó a caminar mientras que su cuerpo tiritaba ligeramente por el frio y su vista era bloqueada por la oscuridad de la noche y la cortina de lluvia; no iba a ser tan fácil encontrar a aquel par canino.

-Taiyo! Kage!- Grito mientras miraba en varias direcciones. -Taiyo! Kage!- Grito nuevamente pero al no encontrar respuesta lanzo varias maldiciones como simples murmullos. Siguió caminando por el vasto jardín de su mansión sin éxito, pasaron los minutos y la lluvia no cesaba ni un minuto. -Taiyo! Kage!- Grito una tercer vez, pero a diferencia de las anteriores dos veces, esta vez recibió un ladrido por respuesta. -Taiyo!- Grito al reconocer el timbre alegre y eufórico del ladrido. Dejándose guiar por su buen oído avanzo desde donde escucho el ladrido.

Un segundo ladrido se dejo escuchar, pero este era algo más grave y si no fuera porque sonaba algo agitado hubiera dado miedo. Noto como el ladrido se hacia mas fuerte y no tardo mucho en ver una silueta moviéndose en su dirección. -Kage!- Llamo el castaño al reconocer a su Doberman negro. -Así que aquí estas...- Acarició la cabeza del canino. -¿Dónde esta Taiyo?- Pregunto por inercia, era más que obvio que Kage jamás le iba a contestar, pero como respuesta obtuvo a un perro jalándole de la manga de la gabardina para después echarse a correr en la dirección contaría de la que venia. -Kage!- Lo llamo pero no tuvo mas opción que salir corriendo tras él.

Después de unos minutos de persecución, los ojos azules se dieron cuenta de que un bulto castaño con negro y otro completamente negro se mantenían parados en medio de la lluvia concentrando su vista atención en algo. -Kage! Taiyo!- Llamo a ambos perros pero ninguno pareció hacerle caso. Con un poco de molestia se acerco a ellos con la intención de meterlos como fuese pero sus ojos se abrieron enormemente y su boca se abrió de par en par. -¿Pero qué...?-

Un joven rubio se hallaba tirado e inconsciente en medio de su jardín bajo una recia lluvia, realmente era algo difícil de creer al principio. Cuando por fin reacciono se apresuro junto al joven y por inercia coloco su mano sobre la frente del rubio notando una alta, por no decir altísima, temperatura. Un sensación de preocupación cubrió su pecho y lo tomo en brazos sin pensarlo mas y se apresuro a su mansión al paso mas veloz que podía, pero para su alivio el rubio no pesaba casi nada.

Abrió la puerta de golpe haciendo sobresaltar a varios empelados. -Jack!- Llamo con voz firme mientras se dirigía hacia su propia habitación siendo seguido por Taiyo y Kage. -Jack!- Llamo por segunda vez. Abrió su habitación con un pie y se adentro hasta dejar al empapado rubio sobre la cama, fue hasta ese momento que noto la respiración agitada del joven.

-¿Qué sucede señor Seto?- El siempre servicial Jack hizo acto de presencia en la habitación del CEO, pero sus ojos se abrieron de par en par al notar al joven sobre la cama del castaño. -Oh! Por Ra...-

-Tiene muy alta fiebre, quiero que llames al doctor ahora mismo y de paso manda traer algo de medicina o lo que sea que ayude a bajarle la fiebre.- Noto como la cara del peli plata esta marcada con la confusión. -No es momento de explicaciones Jack! - Su voz sonó fría y ligeramente molesta.

El mayor reacciono. -Si, enseguida señor, solo póngale un paño húmedo en la cabeza, eso lo ayudara.- Sin mas se retiro a cumplir su más reciente orden.

El CEO se apresuro al baño que conectaba con la habitación, mojo una pequeña toalla, la exprimió y se dirigió de nuevo a la habitación para colocarla sobrela frente del rubio.

Un poco más calmado, el castaño se quito la empapada gabardina y la dejo en una silla y se regreso al baño por una toalla para secarse. Noto como los perros miraban constantemente al rubio, como si estuvieran preocupados por el rubio. -Curioso...- Soltó en un susurro ante ese pensamiento.

Una vez un poco más seco arrastro una silla hasta que quedo junto a la cama y se sentó para poder apreciar al rubio un poco más; no pasaba de los 22 años, cabello rubio que caía por su cara debido a la lluvia, rasgos ligeramente finos y bien delineados, una piel morena, y aparentemente un cuerpo bien formado, algo que se podía apreciar ligeramente gracias a que la camisa blanca que llevaba se transparento un poco mostrando un abdomen plano pero ligeramente marcado. Estiro la mano la mano para acomodar los cabellos rubios que le impedían la completa apreciación del rostro del joven.

-En verdad eres tu...- Un pequeño susurro y una ligera sonrisa salieron de Kaiba al notar quien era el que dormía en su cama en esos momentos. Era ese hermoso y atractivo rubio que había visto anteriormente en su fiesta, si, era él... de eso estaba completamente seguro. ¿Cómo lo sabia? Fácil, nunca dejo de observarlo durante toda la velada, desde que lo vio parada en medio del gentío atrajo su atención por completo, jamás había visto ser humano más perfecto, según el castaño, ese rubio era un ángel que había caído del cielo y que para su bendita suerte cayo en su mansión. No podía decir bien que era lo que sentía, realmente no lo sabia, pero lo que si sabia es que se había obsesionado con ese rubio con tan solo verlo, sin embargo justo cuando se decidió a hablarle, este desapareció... aun se preguntaba como había llegado a su jardín, descartaba la idea del alcohol ya que nunca lo vio tomar ni una gota de una bebida alcohólica, sin embargo, no le molestaba tener que cuidar a ese rubio ya que quizá... podría conocerlo mejor. Poso su intensa mirada azul sobre los labios del rubio y pasó su dedo gordo por ellos pero lo retiro enseguida algo molesto consigo mismo ¿Cómo se le ocurría hacer eso? Bien, admitía que el rubio era en verdad apetecible pero él era Seto Kiba, tenia que tener auto control y no podía simplemente violarlo allí mismo y...

Mala idea... ciertas imágenes cruzaron la mente del castaño por lo que rápidamente sacudió su cabeza, todo esto bajo las curiosas miradas caninas. Decidió pensar en otras cosas y se dedico a mirar como aparentemente la fiebre bajaba, sonrió un poco al verlo, le parecía que ese rubio era como... como un... como un travieso, juguetón y alegre... -Cachorro.- Pensó en vos alta. No sabia porque había sacado esa idea pero simplemente le pareció que así era el rubio, que era un curiosos -Cachorro...- Soltó en otros murmullo, no podía evitarlo, le encantaba decirle así.


"Well I'm stubborn and wrong but at least I know it... I keep moving along until i can get through this... but maby this song is the best i can do it... so I'm patiently wating on these."

Jeje... n/n

DEJEN RR!!

SilveR WolF