Amor terco.

No era que detestaba salir al centro comercial o estar cerca de él, sino que no había mucho que hacer; no era una fanática de las tiendas de ropa, tampoco disfrutaba el inquietante ambiente que tenía el lugar gracias a bebés llorando por algún dulce o helado. También el hecho de que sea tan grande la hacía tener pereza en tan solo pensar sobre las posibilidades de perderse o perder a alguien.

Con un suspiro cansado, se recargó en el hombro del joven de cabello plateado, haciéndolo tensar al sentirla casi dormir en él. Chasqueó sus dedos en frente de la pálida cara de Naminé con una mirada firme y estoica, constantemente moviendo su hombro a los lados para despertarla antes de que cayera dormida.

"Oye… despierta…"

La artista rodó sus ojos turquesas con enfado, separándose de él y volteando a ver a su malhumorado amigo que la estaba mirando, soltando un suspiro profundo. Ella murmuró unas cuantas palabras que no entendió él mientras acomodaba su cabello, ya que tenía unos cuantos mechones en su cara y le molestaban. Mucho.

"Ya, ya… Riku, ¿nos podemos ir ya? Sora y Kairi ya no van a venir—"

"¡Oigan! ¡Por aquí!"

Naminé se vio interrumpida por dos voces que ella y el otro chico reconocieron al instante; Kairi y el famoso Sora ya habían llegado, y al parecer no dudaron en ser más ruidosos que nunca. Ambos voltearon sus cabezas y se acomodaron en sus asientos incómodamente, sintiendo la hiperactividad que la pareja irradiaba.

"Perdón por llegar tarde," Una risita nerviosa se escapó de los labios de la pelirroja mientras se sentaba en frente de su mejor amiga. "Nos quedamos viendo una película y sin saberlo ya teníamos que estar aquí…"

"Si, ¡lo sentimos!" Sora se sentó al lado de su queridísima novia poniendo su brazo alrededor de sus hombros con una sonrisa que mostraba algo de pena. "¿Hace cuánto llegaron? Digo, no creo que hayan llegado aquí hace mucho tiempo, tal vez unos cuantos minutos—"

"Casi exactamente una hora," Naminé contestó enojada, obteniendo unas palmaditas en la espalda por parte de Riku para que se calmara. "Pero bueno, lo que importa es que ya están aquí. ¿Para qué nos llamaron?" Trató de esconder la curiosidad que se derramaba de sus palabras, pero fracasó.

"Nada en especial. ¿Es que no puedo ver a mi mejor amiga y a… Riku?"

Dicho joven bufó silenciosamente, soplando un mechón plateado de su cara enfadado por la actitud de Kairi. No la odiaba ni tenía nada contra ella, simplemente a veces sus palabras no podían ser las más indicadas con un hombre como él. Por eso, ella estaba mejor con el infantil castaño.

"Vamos Riku, no te enojes…"

"Tch, no estoy enojado. Solo me molestó ser llamado por una razón tan estúpida como esa, eso es todo."

La chica de cabello carmesí le lanzó una mirada fulminante, tratando de matarlo con sus ojos pero lo ignoró después de unos segundos. Sora rio nerviosamente mientras que Naminé miraba a las personas pasar.

"Naminé, ¿quieres acompañarme a la tienda de ropa? ¡Escuché que tienen un gran descuento!" Una sonrisa brillante se pintó en su cara mientras tomaba su bolso rosa, levantándose de su asiento bruscamente, sobresaltando a la pobre rubia que se había perdido en sus pensamientos.

"¿Uh? Oh… Eh… No, gracias Kairi."

"¿Y eso? ¿Ya no te gusta estar conmigo?" Naminé sabía que su pregunta no era verdadera, pero aun así decidió abrir la boca, solo para ser interrumpida por su amiga. "Solo bromeo, querida."

"Tranquila, eso lo sé."

"Iré por helado, ¿alguien quiere uno?" Sora preguntó mientras se levantaba con una sonrisa larga por el hecho de tan solo pensar en su helado favorito. "Riku, ¿quieres venir?"

"No tengo muchas ganas, me quedaré aquí…" Contestó este, recargándose hacia atrás en su asiento con pereza mientras cerraba un ojo, dejando uno abierto. "Yo cuido de la rubiecita, ustedes vayan a comprar, ¿entendido?" Ambos asintieron y se despidieron con sus manos, caminando para direcciones opuestas.

"En verdad eres un flojo," Murmuró Naminé en voz baja pero Riku, siendo lo ágil que era, pudo escucharla a pesar de todo el ruido que otras personas causaban. "De hecho, yo pensaba ir a comprar algunas pinturas para mi clase…"

"Ah, cierto… tienes una clase de pintura, ¿no?"

Ella asintió levemente a su pregunta; en efecto, ella daba clases a niños pequeños que les interesaba el arte del dibujo y pintura en un pequeño estudio que tenía. Gracias a que enseñaba muy bien, ganaba suficiente dinero de los padres para mantenerse. Hasta a veces hasta le sobraba y podía darse ese pequeño lujo de consentirse un poco.

"Exacto, supongo que Sora te dijo." Respondió ella, levantándose lentamente de su asiento y extendiéndole su mano con un leve suspiro. "Se un caballero y acompáñame, ¿quieres?" Bromeó con una sonrisa que lo hizo sonrojar, parándose por su cuenta mientras dejaba que sus cabellos cubrieran su cara avergonzada.

"Yo siempre soy un caballero…"

Sin pensarlo, la rubia tomó su mano que era más grande que la suya y lo jaló hacia enfrente, siendo ella la que sabía por dónde quedaba la tienda que buscaba. El joven bufó sonrojado y miró a otro lado avergonzado, pidiendo que la tierra se lo tragara.


Tarareando una canción, el castaño sonrió mientras lamía su helado de chocolate que tanto adoraba. Mirando a los lados en busca de algo que le llamara la atención, logró ver los rubios cabellos de un chico que él conocía; Roxas. Y a decir verdad, él no era alguien que le encantara ir al centro comercial.

"Ah, ¡Roxas!"

Dicho joven volteó confundido y una ola de pánico recorrió su cuerpo entero; ¿¡Qué hacía Sora aquí!? Eso no iba acorde el plan… Ni por un segundo cruzó por su mente la idea de él en ese lugar, y Roxas sabía que no podría librarse de él fácilmente. Era como una especie de goma de mascar pegada en su zapato.

"Hola…" Murmuró el rubio en voz baja, mirando el suelo y escuchando los pasos rápidos de Sora que lamentablemente se dirigían hacia él. "No esperaba verte aquí…"

"Yo también digo lo mismo, pero ya sabes cómo es Kairi."

Al mencionar el nombre de la pelirroja, sintió su cuerpo tensar un poco, pero decidió mostrarse lo más calmado y desinteresado posible para no levantar algunas falsas sospechas por parte de Sora. Una risa nerviosa salió de sus labios sin saber cómo contestarle, desviando su mirada hacia otras tiendas.

"¿Y Ventus? Siempre está contigo…" Sora se paró en la punta de sus pies y comenzó a buscar al hermano gemelo de Roxas entre la multitud con la esperanza de encontrarlo. "Hm…"

"Ah, ¿él?" Por fin contestó Roxas, saliendo de sus pensamientos que siempre lo distraían. "No lo sé, lo perdí hace unos minutos y no pienso ir a buscarlo. Ya está bastante grande para que se pierda en un estúpido centro comercial."

"Supongo que sí, pero este lugar es muy grande… no lo culparía si fuera así."

"Dejemos de hablar de ese idiota, ¿quieres?" Masculló cansado él, metiendo sus manos en sus bolsillos con una expresión aburrida en su rostro que pudo ser notada por Sora. "Bueno, me encantaría seguir hablando contigo pero creo que es hora de que busque a Xion. La perdí de vista y ahora debo de buscarla."

"Oh, tu noviecilla, ¿eh? Ya veo, Romeo se siente solo y quiere ir en una aventura en busca de su Julieta… ¡Debería de escribir una novela! Bueno, lo haría si supiera escribirlas…"

Su voz sonaba más bien burlona, haciendo ruborizar las mejillas de Roxas en un leve color carmesí; su respuesta de ir a por la pelinegra no era verdad, pero tampoco era mentira— quería asegurarse que no se había ido sin él, eso era todo lo que le preocupaba, ya que ella si se atrevía a hacerlo.

"No, no deberías… Como sea, te veré luego. Si por si acaso ves a Xion o a Ventus, me mandas un mensaje o qué sé yo…"

"De acuerdo, buena suerte Romeo."

Roxas rodó sus ojos a la extraña despedida del joven de cabello chocolate, murmurando un lento 'Adiós' mientras se dirigía a ningún lugar en específico, dejando a Sora solo con su pobre helado que por suerte todavía no se había derretido; el clima no estaba tan caliente, más bien estaba un poco frío.

"Hm, Roxas ya no habla tanto como lo hacía antes…"


De: ¿?
Para:
¿?
Oye, ¿Dónde diablos estas? Esto me está cansando.

De: ¿?
Para: ¿?
No puedo salir a buscarte. Estoy en medio de algo importante.

De: ¿?
Para:
¿?
¿Al menos me puedes decir dónde estás?

De: ¿?
Para: ¿?
Nope.

De: ¿?
Para:
¿?
¿Por qué no? Va a ser más rápido así.

De: ¿?
Para: ¿?
¿No te gustan los retos? ¡A mí sí!

De: ¿?
Para: ¿?
Púdrete.

De: ¿?
Para: ¿?
¡Gracias!


Con un leve encogimiento de hombros, el castaño continuó su camino mientras se terminaba su helado, dejando su servilleta en el bote de basura. Seguía pensando en la extraña actitud de su amigo; era más reservado que antes y él respetaba su espacio, pero aun así era algo extraño.

"¡Sora!"

Se detuvo por un momento y lentamente miró hacia atrás, encontrándose a una cierta chica de cabello color azabache y ojos azules. Ella tenía una bolsa de ropa en sus manos y una expresión de preocupación en su cara, corriendo hacia Sora rápidamente con ambas manos en dicha bolsa, cuidando de no soltarla.

"Qué bueno que te encuentro aquí…" Pudo soltar la joven a pesar de su ruidosa respiración agitada, limpiando una pequeña gota de sudor de su frente.

"Ah, hola Xion. No creí que estarías aquí…"

Todos parecían estar encontrándose hoy.

"Ya sabes que yo no salgo mucho, especialmente aquí… Bueno, como sea. ¿Has visto a Roxas? Lo tenía a mi lado hace unos minutos y en un abrir y cerrar de ojos desapareció—"

"De hecho, acabo de hablar con él. No estoy muy seguro de a dónde se fue…"

La chica suspiró cansadamente, cerrando sus ojos con una expresión de mostraba lo preocupada que estaba por su rubio novio que no podía quedarse en un solo maldito lugar.

"Pero si quieres puedo ayudarte a buscarlo," Sora ofreció casualmente, guardando sus manos en los bolsillos de sus pantalones despreocupadamente. Los ojos de ella se abrieron rápidamente llenos de un poco de esperanza que hizo al castaño fruncir el ceño por su actitud.

"¡Sí! ¡Gracias, gracias! ¿Por dónde podremos comenzar?"

"No lo sé, ¿la tienda de música? Escuché que quería una nueva guitarra…"

Ambos asintieron y caminaron hacia el lugar lleno de instrumentos musicales, entrando y buscándolo con sus miradas pero fallando miserablemente, haciendo que la paciencia de Xion se agotara con cada segundo que pasaba, sintiendo que un minuto era una eternidad para ella.

"No parece estar aquí… Huh, que extraño… Pero no te preocupes Xi, todavía podemos buscar en otras tiendas, ¿no?" Sonrió nerviosamente, dándole unas palmaditas consolantes en la espalda a la pobre chica. Xion suspiró profundamente, irradiando depresión con cada paso que daba en busca de Roxas.

De un momento a otro, una idea apareció en la mente de Sora.

"¡Lo tengo!"

"¿Eh?"

"Roxas me había dicho: 'Si ves a Xion, me mandas un mensaje', así que eso es lo que debo de hacer." Contestó entusiasmado por su 'brillante' idea mientras sacaba su celular azul de su bolsillo, buscando a Roxas en la lista de sus contactos mientras que ella lo observaba detenidamente con una mirada perdida.

"¡Anímate, Xion! No me gusta verte así."

"Lo lamento, pero es que… no quiero arruinar tus esperanzas, pero ya intenté la idea de llamar y mandar mensajes. Soy más inteligente de lo que crees…"

"Ah…"

Sin más que decir, guardo su celular después de mirar la pantalla por una cantidad de tiempo ridículamente larga, sacudiendo su cabeza y regalándole a Xion una sonrisa que pedía que lo disculpara aunque él no tenía la culpa de que Roxas fuera tan 'tonto'. Ella trató de sonreír de vuelta, pero fue más bien una mueca lo que salió de sus labios.

"¿Y si mejor caminamos un rato para aclarar nuestras mentes? Estoy seguro de que Roxas va a aparecer en el momento menos esperado."

"Si, tienes razón…"


De: ¿?
Para:
¿?
Me rindo, no te puedo encontrar. Esto me recuerda a '¿Dónde esta Wally?'

De: ¿?
Para: ¿?
Wow, los viejos tiempos, ¿no?
Como sea, no puedes soportar un maldito reto.
Lo siento, pero no te diré.

De: ¿?
Para:
¿?
¿Estamos juntos y no me tienes la suficiente confianza para decirme? Muy mal.

De: ¿?
Para: ¿?
Nunca dije que no confiaba en ti. Solo quiero darte un pequeño reto y si lo logras, obtendrás un premio;)

De: ¿?
Para:
¿?

Acepto el reto.


Hahahakillmepls
Les juro que trato de hacer esto interesante, en serio. Digo, esto solo es el primer capítulo y tengo otras ideas en mente para esta cosa que no sé si siquiera puedo llamarla fic.
Tampoco estoy segura de continuarlo—espero no perder inspiración, aunque lo dudo.
Y si alguien es tan amable de dejar un review lo agradecería… pls. Si no, no sabré si debo de continuar esta… cosa.
Así que… ¿Review? :)
PD: wow este capítulo es muy corto... sorry