Tema: Drama, romance, humor y obviamente MÍA, sé original y NO copies.
Personajes: Sakura Haruno & Sasuke Uchiha.
Contenido: Lemon, lenguaje obsceno.
Disclaimer: Los personajes NO me pertenecen si no al gran Mashashi Kishimoto.
Edad mínima (lectores): 17+
NOTA DEL AUTOR:
Inesperadamente los padres de Sakura salen de viaje por motivos de negocio, y ella como es la niña de sus ojos, no ven mejor opción que dejarle al cuidado de ciertos hermanos Uchiha.
Y desde ese momento, empezará el juego peligroso…trayendo ciertas consecuencias.
Si eres lector nuevo ten en cuenta lo siguiente: "[...]" si ves esto en la historia, está dando a entender los cambios de escenas o tiempos (no hallé otra forma, pues se borra en el editor de la web) tengo entendido que los puntos suspensivos y los paréntesis da entender que se ha suprimido una parte del texto, pero en este caso no es así...simplemente lo estoy usando para separar y dar entender los cambios de escenas y tiempos en la historia. Gracias por entender. Disfruta de tu lectura y espero que sea de tu agrado.
PENSAMIENTOS Y/O RECUERDOS: CURSIVA.
"Más allá de la inocencia"
By
MoonBlue24
Capítulo I: La tentación se revela
Eran aproximadamente las dos de la tarde, caminaba descalza por su habitación con mucha prisa pues se le había hecho algo tarde, gruñó ligeramente porque no encontraba el otro par de sus zapatillas. Buscó una vez más debajo de la cama y bingo, la había encontrado, con prisa se la puso, revisó su mochila asegurándose que no olvidara nada. Cerró su chamarra lila y enroscó alrededor de su cuello una bufanda gris, vio su imagen reflejada en el espejo constatando si había logrado una buena combinación en su vestimenta.
Realmente no quería ir, quizás con anterioridad no había mucho problema o drama que digamos, las cosas eran diferentes él había vuelto de Londres, había salido de vacaciones, afirmación que había salido de la propia boca de su amiga. Pues era el hermano mayor de Kaori Uchiha. Ella se encontraba sumamente feliz porque no había visto a su hermano cerca de dos años, le emocionaba tenerlo en casa.
Pero en el caso de Sakura era totalmente diferente, ella y Kaori siempre habían sido mejores amigas desde niñas. Por tal razón siempre se la pasaba en casa de la familia Uchiha o viceversa Kaori se la pasaba en casa de la familia Haruno. La chica pelirosada había tenido un inocente enamoramiento con Sasuke. Siempre le había parecido atractivo y guapo, intentó hasta el cansancio llamar su atención de diferentes formas. Inclusive en su inocencia de niñas, su amiga le había ayudado a escribir una carta donde le confesaba su amor, lamentablemente no había servido mucho que digamos, porque el chiquillo de aquellos años jamás la había aceptado mucho menos leído.
Pasaron los años y Sakura había crecido, en ese entonces ostentaba sus dulces 15 años, aquel enamoramiento de infancia no se había esfumado. Realmente estaba enamorada del joven, pese que le llevaba como 6 años de diferencia de edad, igual no le importaba. Intentó olvidarlo de mil formas y maneras, salía con otros chicos, se esforzaba pero esos esfuerzos eran en vano. Nadie despertaba ese sentimiento como él lo hacía, nadie hacía palpitar su corazón, como cuando lo veía leer en la biblioteca o en casa de su amiga. Nadie despertaba esos sentimientos, esas emociones como él lo hacía. Lo más triste es que al parecer no era correspondido, él simplemente se limitaba a ignorarla.
Las gotas de lluvia se deslizaban con lentitud por el paraguas que cubría a la chica. Otro suspiró escapó de sus labios. Iba vestida con unos jeans ajustados, una chamarra lila y unas zapatillas blancas. Últimamente el clima estaba loco, era impredecible, había días de sol como días de lluvia.
Durante esos dos años de ausencia, podría decirse que había llevado una vida tranquila, normal como la de cualquier adolescente, ahora cursaba la preparatoria le faltaba poco para terminar y posteriormente irse a la universidad. Ya lo había decidido estudiaría literatura, amaba los libros, escribir y la literatura de todos los tiempos desde la época medieval hasta la moderna.
Por el contrario Kaori se había inclinado un poco más a la biología, se encontraba maravillada con los misterios de la naturaleza, los animales. Sentía cierto grado de melancolía porque pronto tomarían caminos separados.
La residencia de la familia de Kaori, quedaba al otro extremo de la ciudad, es cierto que de niñas vivían casi juntas, pero por cuestiones económicas (en aquel entonces) la familia de Sakura se había mudado a otros suburbios de la ciudad. Mikoto y Fugaku se habían ofrecido en ayudarles, pero los padres de Sakura se habían negado. De alguna u otra forma se las habían arreglado, a la empresa de su padre no le había tomado mucho tiempo para renacer de las cenizas. Así que podría afirmarse que habían regresado a la buena racha.
Sakura no tenía muchas ganas de ir a casa de su amiga, él había vuelto hace dos semanas, ella evitaba por todos los medios verle. Siempre ponía una excusa, que las tareas, que su blog, que había prometido a su madre con algunos quehaceres en casa. Cuando en realidad todo era mentira (hasta cierto punto). Kaori la conocía demasiado bien, sabía cuándo ella mentía, sus gestos faciales como corporales la delataban, pero simplemente se limitaba a fingir creerle.
Aquella vez cuando su hermano se había ido a Londres por cuestión de estudios, algo había pasado entre él y su mejor amiga. Sakura nunca se lo había contado ni le había dicho nada al respecto. Solo había preguntado un par de veces que había pasado, pero ella evadía o cambiaba el tema, Kaori como era de esperarse de la familia Uchiha, era reservada y respetaba el espacio personal de las personas no era tan entrometida e insistente (aspecto heredado de su padre). Pero lo que la diferenciaba de sus hermanos mayores era su expresividad y afectividad, siempre decía lo que pensaba, no le avergonzaba demostrar amor, cariño por los demás (aspecto heredado de su madre).
Cuando le había contado emocionada por el regreso momentáneo de su hermano, sintió como el aura de tranquilidad de Sakura se alteraba, nerviosa y triste la escuchaba. La chica Uchiha quiso tentar un poco su suerte, aunque sentía en el fondo que arriesgaba un poco. Pero sin riesgos la vida no tiene sentido ¿no?
Aprovechando que tenían que realizar un proyecto juntas la había invitado a su casa. "Decidido Sakura, vienes a mi casa" resonaba en su mente. Su cabeza maquinaba las actitudes y reacciones que debería tener con él ¿Debería ser amable? ¿Hostil? Después de todo ella era una chica educada con buenos modales pero había una pequeña parte de su ser que le decía que él no se merecía ni eso. La última vez que se habían visto, Sasuke fue cruel y algo grosero con sus sentimientos, había tomado aquella declaración como algo infantil, pasajero. La había dejado con el corazón roto, resignada a no volver a verlo jamás. Y decidida a olvidarse de aquel amor de infancia, aquel amor que había empezado con algo inocente y terminado con un evidente rechazo.
Ella se preguntaba si su corazón reaccionaría de la misma forma, como aquellos años cuando lo veía o lo tenía cerca. Deseaba con todas sus fuerzas que fuera todo lo contrario, deseaba poder demostrarle que ella había podido madurar un poco y ya no era esa chiquilla que hacía todo tipo de idiotez por llamar su atención, que pasaba un sinfín de momentos de vergüenza para que el notara su existencia. Pero sus nervios ya le daban un indicio de cómo reaccionaría al verlo.
Como tardaría un poco, decidió marcar al móvil de Kaori pero no respondía, lo intentó un par de veces y tampoco obtuvo éxito, todas sus llamadas eran desviadas al buzón de voz – diablos – murmuró. Aproximadamente había caminado cerca de dos horas, le habían servido de algo pues había podido calmar sus nervios y ansiedad. En el transcurso había logrado comunicarse con su amiga, avisando que llegaría un poco tarde.
Dio unos pasos más y ya se encontraba cerca a la residencia Uchiha, la familia de Kaori era muy extensa pues toda la residencia estaba habitada por solo miembros que pertenecían a la rama familiar desde hermanos, tíos, primos, abuelos, etc. Llegó a las grandes rejas y saludó al guardia de turno, éste abrió la entrada dándole paso.
A paso lento se encaminó hacia la casa de la joven Uchiha, se conocía de memoria el trayecto. El lugar era realmente tranquilo, hermoso, su pequeño parque central se encontraba adornado por un bonito jardín. Los pétalos de las flores se encontraban regadas con gotas de agua, tenía tantos recuerdos en aquel lugar junto a su mejor amiga. Finalmente había llegado a su destino final, vio por última vez el reloj de muñeca que llevaba puesto, eran las 4:15 de la tarde.
Tomó valor y tocó el timbre, después de todo ¿qué podría pasar? La razón de su visita era el susodicho proyecto de la escuela, no iba a verlo a él, no claro que no. Pasaron como tres o cuatro minutos, nadie abría la puerta, con cierto temor presionó de nuevo, pero nada. Ahí iba nuevamente sus nervios empezaron a jugarle sucio, empezaba a desesperarse, sacó su móvil con la intención de llamarla, pero se había apagado. No había cargado la batería. Genial.
Quizás volver a casa era una buena idea, giró sus pies hacia la dirección opuesta de la puerta, cuando ya estaba por dar el primer paso escuchó el ruido de la madera abrirse. Su interior rezaba, imploraba que fuera una Kaori regañándola por haber tardado tanto. Pero nada solo había silencio.
Nuevamente giró en dirección hacia la puerta y ahí estaba recargado en el marco de la puerta. No lo recordaba tan alto, sus facciones habían madurado un poco, sus ojos, su mirada seguían siendo igual, gélida sin expresión alguna. Aún seguía con ese porte arrogante. Iba vestido con ropa casual, una polera negra y unos jeans azules. Sin duda alguna era más atractivo, más guapo, más varonil.
Su corazón galopaba con mucha intensidad, realmente se encontraba impresionada con ese Sasuke de 23 años. Sus esfuerzos por mantener la compostura y tranquilidad, se habían ido al diablo. Pero aun así intentó mostrarse lo más serena posible – buenas tardes, Sasuke – saludó cortésmente.
El chico enarcó una ceja incrédulo, ¿quién era esta chica? ¿Dónde estaba aquella chiquilla, ruidosa y llorona? ¿Dos años podían cambiar tanto a una persona? – hola Sakura – la vio fijamente haciendo acrecentar sus nervios, él suponía que buscaba a su hermana menor.
- ¿Kaori se encuentra en casa? – interrogó, intentando no tener un silencio incómodo
- Acaba de salir – respondió con ese semblante típico en él, la chica realmente estaba confundida – fue un rato a la biblioteca.
Pensó en llamarle para avisarle que ya estaba en casa esperándola, pero recordó que su teléfono móvil se encontraba apagado sin pila – ¿Sasuke, podrías prestarme tu teléfono? – sentía que no tenía otra opción. Ya habían pospuesto el proyecto muchas veces y la fecha de entrega se acercaba cada vez más y más. Por lo que no había tenido más remedio que pedir el teléfono prestado.
El Uchiha estaba tan extrañado con la actitud de la chica, era más calmada y educada, hasta lo trataba de una forma más seca pero cortés. ¿Y su kun? donde quedaba aquel sufijo que desde niño acompañaba su nombre, se sentía raro, la vio de soslayo, al parecer ella ya no era la niña que ignoraba y evitaba constantemente.
Hasta cierto punto la había considerado una "amiga" ya que se la pasaba constantemente en casa de los Uchiha, tanto que se había acostumbrado a su presencia, a veces era muy ruidosa pero con el tiempo se había acostumbrado a eso. Su pequeña hermana era feliz porque tenía una amiga con quien jugar, conversar y hacer muchas cosas juntas. Eso le reconfortaba a pesar de no ser muy expresivo con su familia, igual los amaba y siempre quería lo mejor tanto para sus hermanos como para sus padres.
De esa pequeña boquita rosadita ya no salía un "Sasuke kun", simplemente un seco: Sasuke. El chico no dijo nada y le dio pase para que ingrese. La ojiverde empezó adentrarse por el vestíbulo en busca del aparato. Él cerró la puerta y se recargó tras ella. De nuevo empezó a observarla también iba vestida casual, su ropa estaba algo mojada, aquellos jeans resaltaba la curvatura de sus piernas y su trasero, no resaltaba mucho su pecho pero no era un detalle tan importante o llamativo para él. Intentó imaginar que había debajo de esa chamarra lila.
Al parecer en estos dos años no solo había madurado mentalmente, también su cuerpo había crecido y madurado. Debía aceptarlo su cabello rosado, largo y sedoso, la hacía lucir atractiva a la vista de los chicos de su edad. Sus ojos verdes como sus labios rosáceos hacían un perfecto contraste con su tersa y nívea piel.
Ya no era una niña de eso no había duda alguna.
No había nadie en casa, sus padres habían salido de viaje por cuestiones de negocio, Itachi se encontraba en la oficina de la empresa había avisado que llegaría algo tarde a casa. Kaori había salido a la biblioteca.
- Mierda – la escuchó susurrar, concluyendo que su hermanita no contestaba la llamada – maldita Kaori– maldijo internamente.
Después de haber insistido como unas cinco veces, rendida colgó la bocina – al parecer no responde, creo que será mejor que me vaya – se dirigió hacia la entrada, donde él aún se encontraba recargado tras la puerta.
- Podrías esperarle – sugirió el joven azabache.
Incrédula ante la propuesta del chico, dudó por unos instantes ¿realmente era buena idea quedarse?¿realmente era bueno quedar vulnerable en la boca del lobo? Algo había cambiado en esos ojos negros, cuando la había recibido, su mirada seguía siendo gélida e inexpresiva, pero ahora parecería que él la escrutaba de pies a cabeza, como si quisiera saber más de ella. Veía curiosidad.
El brillo de sus ojos había cambiado, se había intensificado. No, definitivamente no era buena idea quedarse ahí, con Sasuke Uchiha a solas.
Escuchó caer con más imponencia y fuerza, la lluvia. Excelente decía su mente, siempre tiene que salir todo bien pensaba sarcásticamente. Un imponente rayo acompañado de un ensordecedor trueno cayó cerca del lugar, haciendo saltar de miedo a la joven, los odiaba, siempre la asustaban de niña. Inconscientemente se apegó un poco más al cuerpo de Sasuke – es solo un trueno…– murmuró cerca de su oído – Sakura.
Al sentir su cálido aliento tan cerca, hizo que todo su cuerpo se tensara y sintiera un escalofrío recorrer por su espalda, un ligero rubor tiñeron sus mejillas, avergonzada bajó la mirada, no tenía valor para mantener el contacto visual – yo…debería regresar a casa – no podía quedarse más tiempo en ese lugar, era como una bomba de tiempo. La manera en que decía su nombre, la forma en que la veía, era una mirada curiosa y divertida.
El pelinegro impasible, aún la mantenía cerca casi abrazándola – Sakura…está lloviendo a cantaros, podrías coger un fuerte resfriado – ahí iba de nuevo aquella forma de gesticular cada silaba de su nombre ¿lo hacía a propósito? ¿La estaba provocando? No lo sabía a ciencia cierta, no sabía con certeza las intenciones y acciones del chico en esos momentos. Sentía que de un momento a otro perdería la fuerza en sus piernas y se caería.
Sasuke por otro lado no entendía el sentido de sus arrebatos, él no se consideraba impulsivo, sino todo lo contrario, siempre fue tranquilo. ¿Por qué la retenía? ¿Por qué simplemente no la dejaba ir? Algo que desconocía y había negado años atrás, volvía aflorar en él. Los impulsos que había retenido en su interior nuevamente salían a la luz, deseaba controlarse pero algo se lo impedía: ella. Su forma de ser, ese rubor que cubrían sus mejillas.
¿Debería tentar su suerte? ¿Realmente era lo correcto? No, no era lo correcto, su raciocinio le mandaba señales de alerta constantemente, estaba indeciso no sabía si hacer caso a su sentido común o simplemente dejarse llevar. Otro rayo iluminaba el cielo y a su vez la habitación. Advertía que otro trueno estaba por avecinarse. Sakura dio otro saltito, sus reacciones ciertamente le causaban ternura, le recordaban aquella pequeña de cabello rosado regularmente corto que lloraba cuando había una tormenta desatándose fuera. Muchas veces deseó consolarla, pero en lugar de eso, lo hacía su madre Mikoto.
- Sasuke kun – susurró, ella enroscó sus pequeños brazos alrededor de su cintura, buscando protección, ¿lo estaba provocando? Algo se había encendido en su interior, hace mucho tiempo que no escuchaba de su dulce y suave voz aquel "Sasuke kun" Por inercia reaccionó al abrazo de la chica e intentaba calmarla acariciándole sus cabellos, ella hundió su rostro en su pecho, realmente le daban pavor los truenos.
Cuando el azabache había regresado a Japón, días atrás había salido a un encuentro ocasional con sus amigos a un bar que se encontraba en la parte céntrica de la ciudad. Naruto como era de costumbre, ruidoso, hiperactivo y carismático le contaba que había encontrado el amor en la hija mayor del líder militar del país: Hinata Hyuga, que había sido tarea difícil conseguir la aceptación de Hiashi, relataba sus hazañas y logros. Por otro lado Sai que era un poco más callado, relataba como se iría pronto del país pues el arte y la pintura era su pasión, al ver su talento en sus cuadros de óleo, una escuela famosa de arte le había ofrecido una beca en Francia. Finalmente Shikamaru contaba con desgana que ya se encontraba en su último año de universidad y pronto se haría cargo de los negocios familiares.
Sasuke escuchaba callado los relatos y aventuras de sus amigos, hasta que Naruto de un momento a otro decidió mencionarla. Afirmando que aquella chiquilla que siempre lo hostigaba, había crecido mucho (en todo el sentido de la palabra). Un mes atrás la había visto en la biblioteca central de la ciudad, ella había cambiado tanto que inicialmente no la había reconocido.
Sasuke teme esa chiquilla realmente ha crecido está muy linda, no sé por qué eres un maldito cubo de hielo ¿acaso tienes otras inclinaciones? Recordaba cada palabra de su amigo de la infancia, al inicio pensaba que eran exageraciones suyas. Honestamente a su regreso, él esperaba a la misma Sakura de siempre, ruidosa y molesta. Después de todo apenas tenías 17 años.
Al ver en la posición que estaban, Sakura reaccionó y soltó el abrazo ¿en que estabas pensado? Le reprochaba su interior - eres una tonta- se decía así misma. La lluvia había calmado levemente – la lluvia calmó un poco, debería irme.
Pero Sasuke se mantenía impasible, no reaccionaba ni decía nada. Aún seguía obstruyendo la puerta, la chica nuevamente empezó a tensarse - ¿Sasuke? – lo llamó nuevamente de una forma seca. Sacándolo levemente de su trance.
- No puedo dejarte salir así – dijo con su ronca voz – vas a coger un resfriado Sakura – la chica por instinto dio un paso hacia atrás, ¿acaso planeaba no dejarle salir? Él también dio otro paso hacia ella, acortando nuevamente su distancia.
En cuestión de minutos fueron jugando a eso, ella retrocedía dos pasos y el avanzaba tres, acortando una y otra vez la distancia, hasta que ella chocó contra el fondo del vestíbulo quedando atrapada entre éste y Sasuke. Realmente era alto, le llevaba más de una cabeza, se sintió pequeña frente a él. No quería subir la mirada, no sabía qué hacer. ¿Quién era realmente este tipo? Sasuke no se comportaba así, él siempre había sido indiferente, claro de vez en cuando algunas veces (por no decir contadas) le había mostrado amabilidad pero de ahí no pasaba. Nunca le había dado indicios de que correspondía sus sentimientos sino todo lo contrario.
- Era cierto…- lo escuchó murmurar – has crecido mucho Sakura.
Ella subió la vista por primera vez ¿desde cuándo era tan conversador? Realmente no entendía la actitud del hermano de su amiga. Lo desconocía en su totalidad. ¿Londres lo había cambiado?
- Sasu… - se sintió interrumpida, estaba en shock no entendía lo que estaba pasando hasta que cayó en cuenta que él la estaba besando. Sus ojos se abrieron como dos grandes platos. Nunca pensó que un chico tan duro y frío pudiera tener los labios suaves y cálidos. Al inicio el roce era suave y delicado, la cogió de la cintura apegándola aún más a su cuerpo. Debajo de esa chamarra sintió sus pronunciadas caderas, sus manos empezaron a bajar lentamente recorriendo sus muslos, palpó levemente su trasero lo tenía bien formado y algo voluminoso. Iba en simetría con la contextura de su cuerpo.
Ella se alarmó por el tacto y quiso separarse de él, intentó empujarlo ya que también necesitaba aire. Sasuke gruñó levemente porque él igualmente necesitaba respirar – no, no puedo – su mano se mantuvo firme en su pecho, provocando una pequeña distancia entre ambos – tengo novio.
El Uchiha inclinó levemente su cabeza quedando su boca a la altura del oído de la joven – no me importa –mordió levemente su lóbulo derecho.
¿Quién era este chico y dónde estaba el Sasuke que conocía, que conoció hace tantos años atrás?
Realmente le confundía sus actitudes, su forma de ser con ella. Nuevamente lo tenía cerca, su actitud rebelde la hizo vacilar y su brazo cedió.
Su boca empezó a deslizarse por su cuello, dejando rastros de pequeñas mordidas. Sakura no sabía cómo reaccionar, si pararlo o dejarse llevar. Sus manos actuaban rápido, como si supiera de memoria el cómo hacer aquello.
Mientras se entretenía en su cuello, lentamente fue bajando el cierre de aquella chamarra, sentía que estorbaba. Sasuke quería ver más de ella, deseaba explorar más su cuerpo. El cierre terminó su recorrido dando paso a un top rosa pálido de tiritas. Como sus pechos no eran enormes ni tampoco un par de limones, la joven no sentía la necesidad de usar un bracier, le eran molestos e incómodos, pero se arrepintió de no tener puesto uno en esos instantes. Quería que la tierra se la tragara, su cara enrojeció de la vergüenza.
La curvatura de sus labios dibujó una media sonrisa, estaba complacido, le gustaba el panorama que encontraba frente a sus ojos. Le complacía ver las reacciones de la chica – no deberíamos… – ella intentó separarse de nuevo y subir el cierre, pero él no se lo permitió – para por favor.
¿Parar?
Era una petición algo difícil e imposible, lo que había iniciado iba más allá de la curiosidad. Era deseo, desde aquella salida del bar, se había quedado pensativo, no la había visto ni por casualidad. Como era de esperar su orgullo tampoco le permitía preguntar a su hermana por ella.
Era como si el destino se la habría mandado solo para él. La chamarra terminó cayendo al suelo dejándola solo con el top pequeño rosa y sus jeans. Podía escucharla jadear, podía escuchar los esfuerzos de la chica por controlarse y no dejarse llevar – relájate.
Una vez más buscó su boca, le empezaba a gustar ese sabor dulce a cereza de sus labios, resignada decidió dejarse llevar por el momento solo era un beso ¿no? Hasta que sintió que las manos de Sasuke intentaban desabrochar los botones de sus pantalones, logrando desabotonar solo el primero. Ella era virgen y aún no había hecho eso.
Se mordió el labio inferior, al sentir que había logrado desabrochar todos los botones, la mordida se intensificó al sentir su mano tocar por encima de sus braguitas.
Ciertamente había fantaseado con este momento, dándole todo a él, a su Sasuke, al amor de su vida, al chico que había amado desde niña. Ya no quería reprimirse, el fuego que sentía en su interior le ordenaba que se dejara llevar…
Sus caricias empezaban a gustarle y mucho, acomodó ambas manos alrededor del cuello de Sasuke y él sonrió al saber que ella accedía a sus caricias. Esta vez ella lo besó, ingresó su lengua explorando cada rincón de su boca, se sentía en la gloria, en un sueño, un sueño de los tantos que había tenido. Con la diferencia que esta vez todo era real, estaba sucediendo realmente.
Una danza erótica comenzó entre sus lenguas, ella hundía sus dedos en su rebelde cabellera negra, disfrutaba cada segundo, cada caricia que le proporcionaba. La levantó en sus brazos, cogiendo a su vez la chamarra (previniendo dejar cualquier tipo de evidencia) y la llevó a su habitación para que nadie los pillara juntos en el vestíbulo. Vio su rostro ligeramente sonrojado, estaba agitada tratando de recuperar la respiración, ella solo se aferró a su pecho, aceptando en silencio que él podía hacer lo que quisiera con ella.
Llegaron a su habitación y empujó la puerta, la sentó en la cama, su cabello rosa se encontraba algo desordenado por el encuentro que tuvieron en el pasillo del primer piso. La joven tenía un poco de miedo, sabía lo que se avecinaba ¿dolería mucho?
- Tranquila – acarició una de sus mejillas con el pulgar – no seré rudo, lo prometo.
Dicho esto, terminó de quitarle los pantalones, él ya se había quitado la polera. Sentía que todo su cuerpo ardía en llamas, sobre todo en la zona de la entrepierna. Ella se encontraba solo en bragas y ese top de tiras rosa, sus pezones sobresalían a través de la tela, eran signos de que la chica se encontraba excitada.
Su lengua era muy juguetona empezó a besar y morder su cuello, le gustaba la textura suave de su piel – ay – gimió bajito. Bajó hasta el nacimiento de sus pechos mientras sus manos no perdían el tiempo acariciaban de arriba para abajo las piernas de la pelirosa.
Sasuke siempre había sido dominante, siempre le gustaba ir encima, al estar en esa posición, pudo sentir la erección del chico. Se sonrojó aún más, era algo tan nuevo para ella, el chico con el que salía jamás le había propuesto hacer el amor. Siempre había sido respetuoso y reservado con el tema.
Empezaba a sentirse desnuda, pues lo estaba Sasuke no había perdido el tiempo, ya le había quitado la parte superior, sintió su respiración agitada, produciéndole un cosquilleo agradable. Sus pechos tenían el tamaño perfecto, empezó a estimular con el dedo pulgar el pezón derecho mientras el izquierdo se encontraba sumergido en su boca, siendo incitado por su lengua.
Sakura nunca en su vida había sentido esos cosquilleos y descargas tan placenteras en su cuerpo, le encantaba, le gustaba demasiado. El fuego que la consumía interiormente la quemaba aún más, pidiendo más y más.
Sus pequeños suspiros y gemidos eran música para sus oídos, ella cerró los ojos con fuerza, no podía con tanto placer, sentía que de un momento a otro iba a explotar. Sentía que todo su cuerpo estaba demasiado sensible.
Crédulamente aun sentía que todo era un sueño, que no estaba pasando. De un momento a otro abrió los ojos y chocó con aquel par de ónices, poco a poco entendía las actitudes del chico con ella, entendía el cambio del Uchiha. Sus ojos demostraban que la deseaba.
¿Y si alguien entraba y los pillaba? ¿Realmente importaba eso? No, no importaba.
Sus impulsos la incitaron a llevar sus manos a los botones de los jeans del chico, uno a uno fue desabrochándolos, él la auxilió a quitárselos por completo. Ahora tanto él como ella se encontraban solo con la parte inferior de sus prendas.
Tenía el torso en forma bien formado, supuso que ejercitaba o practicaba algún deporte. Hacía un magnífico contraste con su cabello, sus ojos, todo en él era perfecto.
¿Quién lo imaginaría? La pequeña inocente Sakura haciendo esas cosillas, pero ya no era tan pequeña, tenía 17.
De un momento a otro escucharon unos pasos acercarse, ella se alarmó. Podían ser los padres del chico, su hermano mayor o peor…su mejor amiga Kaori. Por instinto Sasuke se levantó con rapidez, se puso sus jeans. Sakura recogió su ropa tirada en el suelo y se terminó encerrando en el closet de la habitación.
Su respiración era agitada, sentía la adrenalina correr por todo su cuerpo, sus mejillas calientes – hermano – esa voz le era muy familiar.
Era Kaori llamando la puerta de la habitación - ¿qué pasa? – pudo notar que Sasuke también intentaba recuperar la respiración.
La chica ingresó y vio a su hermano con el torso desnudo - oye vístete – le tiró la polera negra que se encontraba regada en el suelo. Él la alcanzó en el aire y se la puso - ¿No vino Sakura?
- Si– vio de soslayo el armario - pero dijo que regresaría a casa.
Kaori lo vio extrañada, el comportamiento de su hermano mayor era raro, normalmente lo encontraba tranquilo viendo alguna película o leyendo algo o simplemente durmiendo, pero ahora era todo lo contrario. Se encogió de hombros – vale, intentaré llamarle.
La ojiverde se mantuvo todo el tiempo quieta, intentaba mantener calmado el ritmo de su respiración. Tenía miedo y vergüenza de ser descubierta. Al escuchar cerrarse la puerta, sintió que su corazón volvía a su lugar, salió del armario intentando vestirse lo más pronto posible - ¿cómo demonios voy a salir?
Vio cómo se vestía, la calentura no se le había bajado ni de broma. La jaló de la muñeca, impidiéndole ponerse los jeans - ¿estás loco? Kaori podría entrar en cualquier momento – trataba de zafarse del agarre pero no podía – ¡Sasuke!
Era verdad, si su hermana los pillaba juntos sería un problema, un gran problema. Pero él conocía a Kaori perfectamente, estaba más que seguro estaría sumergida con sus audífonos escuchando música – cálmate, eso no será un problema.
Nuevamente empezaban esas caricias que hacían estremecer su pequeño cuerpo, se lamentaría por lo que estaba por hacer, quizás nunca más podría ver esa faceta de nuevo en el chico, pero ya había oscurecido y sus padres se preocuparían por ella, más que todo porque se encontraba incomunicada – tengo que irme – detuvo sus manos, ejerciendo toda la fuerza de voluntad que le era posible – es un poco tarde Sasuke kun.
De un momento a otro, recordó la plática que había tenido en el desayuno con Itachi su hermano mayor. Le comentaba que la noche anterior había recibido una llamada de su madre, avisando que los padres de Sakura también irían de viaje a la misma conferencia de negocios donde ellos se encontraban, por el inconveniente de no dejar sola a su única hija, sufrieron un día de retraso.
Mikoto, amablemente había ofrecido hospedaje en su casa, después de todo Sasuke se encontraba de vacaciones, se la pasaba la mayor parte del tiempo en casa a diferencia de Itachi que se encargaba del monitoreo de las empresas en la ausencia de su padre. No existiendo ningún inconveniente, Sakura no estaría sola y Sasuke podía cuidar tanto de su hermana Kaori como de ella.
Al ver la preocupación de la chica, el apuro por irse, creo que aún no estaba enterada de la situación, sus padres no se lo habían comunicado – Sasuke kun – nuevamente protestó, ya que él no la soltaba.
Sorprendida vio como él se levantaba de la cama y cerraba la puerta con seguro - ¿qué estás haciendo?
- ¿No te gustaría terminar?– un escalofrío recorrió su cuerpo, su cara se tornó como él de un tomate maduro – porque a mí sí.
- Idiota – susurró y desvió la mirada.
Suspiró quedamente al sentir un ligero cosquilleo en su lóbulo derecho, era su aliento. Sintió como lo mordisqueaba con suavidad y la atrajo por medio de la cintura, ya no tenía la seguridad de pararlo, como la tenía de espaldas, su trasero sentía el palpitar y la dureza del miembro del chico.
- ¡Para! – dijo quedamente, otra vez su autocontrol se estaba yendo al diablo.
El Uchiha como de costumbre ignoró la petición de la chica, ella ya estaba perdiendo la cordura – Sakura – su voz era ronca y sensual. Sentía que de un momento a otro se iba a derretir. Ya no lo soportaría más. – te quiero.
La joven se quedó en una sola pieza, ¿había escuchado bien? Quizás solo jugaba con sus sentimientos. Usaba sentimentalismo burdo y barato para poder acostarse con ella. La ira empezó acrecentar en su interior ¿Cómo podía ser vil y jugar tan sucio? ¿Qué esperaba ella de él? Se sintió tonta, realmente tonta.
- Mentira - espetó con la mirada vidriosa - ¡mentiroso! – empezó a intentar zafarse del agarre ejerciendo toda la fuerza que le era posible. Quería separarse lo más pronto posible de él, sentía asco, rabia. Asco por dejarse llevar, por ser tan estúpida y rabia porque una vez más él jugaba con ella a su antojo.
- Fui una tonta – masculló – al dejarme llevar.
Él levantó una ceja cuestionando sus actitudes, no le entendía ¿acaso no era lo que siempre quería oír?
En un brusco movimiento se zafó del agarre, terminó de vestirse con toda la prisa del mundo. Se dirigió hacia la entrada, cogió el pomo, ingenuamente esperó unos minutos para que él la detuviera e intentara explicarse, pero nada– se acabó Sasuke Uchiha, no más Sakura tonta – apretó con fuerza el picaporte y salió.
Bajó con rapidez por los escalones, pero al pie de éstas se encontraba Kaori con un vaso de leche y un plato de galletas – Sakura – escuchó la voz de su amiga, ella dio un respingo.
- Pensé que habías regresado a casa – se percató que ella había llorado, ahora lo entendía todo, su plan no había salido como lo había planeado y se sintió fatal. Había expuesto a su amiga a la boca del lobo. Y de un lobo muy hambriento.
- Tengo que irme – dijo con la voz quebrada, sin decir más salió, no le dio la oportunidad de responder.
[…]
Sakura insistía una y otra vez, llevaba aproximadamente media hora de plática con sus padres – papá por favor – suplicaba – no es necesario, puedo cuidarme sola.
- No, corazón – negó con la cabeza – Mikoto fue muy amable al ofrecernos su casa, Sasuke e Itachi cuidaran de ti, además estarás todo el tiempo con Kaori ¿eso no te alegra?
- ¿Sasuke? – interrogó contrariada, con una ligera opresión en el pecho, no tenía problemas con Itachi ni Kaori, pero con Sasuke eran muy diferentes las cosas, había mucho drama de por medio – igual no quiero ir, ¿van a tardar mucho en su viaje?
- Si – habló esta vez su madre – nuestro vuelo sale dentro de tres horas, mañana por la mañana, Sasuke vendrá a recogerte, inicialmente se había ofrecido Itachi pero el pobre está muy ocupado con asuntos del trabajo – hizo una pausa – te recomendaría que empezaras a empacar lo necesario.
Refunfuñando y maldiciendo internamente se dirigió hacia su habitación no quedaba de otra, sus padres eran muy obstinados a la hora de decidir algo, y era tarea difícil hacerlos cambiar de opinión. Tendría que soportar al idiota de Sasuke por un tiempo indefinido. Un gran suspiro se escapó de sus labios, definitivamente no podría dormir toda la noche. No podría quitar su estúpida sonrisa altanera de su mente, ni borrar las caricias que habían provocado tantas descargas y sensaciones por todo su cuerpo, sus placenteros besos – ¡Sakura basta! – se regañó así misma.
De lo que si estaba segura es que haría hasta lo imposible para no caer de nuevo en la tentación ¡no nunca más! Se repetía mentalmente.
¿O volvería a ser débil?
Uno nunca sabe…la tentación es grande e inevitable.
NOTAS FINALES:
Bueno se supone que esta historia es corta, no creo que pase de cuatro o cinco capítulos, digamos que Sasuke pondrá un interés (inicialmente) sexual en Sakura, posteriormente se irá dando cuenta que hay algo más allá de una atracción física. xD
Ah otra cosa, no odien a Kaori, ella no planeó el encuentro de Sasuke con Sakura con malas intenciones, ya explicaré posteriormente del porque ella había ideado dicho encuentro, todo tiene su fundamento, tranquilos.
Veamos cómo va desarrollándose todo, ¡gracias por leer!
