Bueno, sé que no he terminado mis otras historias pero me inspiré ;_; he leído un fanfic en inglés que me hizo llorar, precisamente es un GokuderaxHarry, llamado Echoes of Green de la autora Araceil. NO ES NADA PARECIDO A ESE FANFIC y por si lo quieren ver pueden buscarlo. Lo aclaro por cualquier cosa ;) de todos modos, siempre me ha gustado esta pareja en los crossovers y hay muy pocos de ellos, así que escribiré el mío.

Ya saben, nada me pertenece, excepto la trama :B

Esta historia está ubicada en antes de la guerra de Hogwarts. No estoy muy familiarizada con el mundo de Katekyo Hitman Reborn, porque es la primera vez que escribo de ellos, pero bueno ;) aquí está la historia y disculpen si hay errores ortográficos, porque no tengo beta.


Ecos del pasado

-x-x-x-x-x-

Venecia, Italia. Abril 1521

Sus manos se entrelazaron entre todos los suspiros y gemidos que llenaban la habitación y la luz de la luna queriendo ser testigo de lo que pasaba, se filtraba por las cortinas del pequeño cuarto en donde había dos cuerpos amándose. El contraste de colores entre los cuerpos y las sábanas lo hacía aún más dulce de alguna manera extraña, el joven de piel bronceada con un cuerpo más pequeño de 20 años y con cabello largo, negro y brillantes ojos verdes, gemía en voz alta mientras se aferraba al colchón como si fuera una línea de vida y el cuerpo del hombre de cabello gris encima de él, se enterraba más profundamente en su interior y lo miraba como si fuera un tesoro que debería esconder de los ojos del mundo entero.

Giulio Tempesta, de 25 años adoraba con cada fibra de su ser al hombre de ojos verdes bajo su cuerpo, pero Giulio era egoísta, tan egoísta por querer mantener a este hombre consigo, escondido del mundo para que nadie lo tocara ni osara posar su pecadora y sucia vista sobre él, porque Ari York era suyo, suyo para amar y proteger, sobre todo en ésta época de guerra que parecía asolar a toda Italia. Se respiraba peligro por todos lados y él tenía miedo de que le pasara algo a su mayor tesoro.

Sobre todo porque estaban en distintos lados de la guerra…

Si los líderes de cada uno, se enteraban de lo que pasaba entre estas cuatro paredes de la casa escondida entre el bosque, ambos morirían.

Gi… piensas demasiado…

Sus manos pequeñas y delicadas lo tomaron del rostro con suavidad, jalándolo hacia abajo, a los labios del hombre bajo su cuerpo, se besaron mientras sus cuerpos se amaban. Giulio lo tomó por las caderas y presionó más profundamente, sacándole un gemido al otro, sus caderas de movían de forma errática, mientras comenzaba a dejar marcas en las caderas de Ari. La velocidad de sus embestidas aumentó y ambos se perdieron entre el placer y el éxtasis. Ya eran gritos los que inundaban la habitación.

Gi… Gi…. —Gemía Ari.

—…Ar… i…. —Giulio casi ya no podía formar oraciones completas por el placer que sentía

Giulio volteó al hombre boca abajo mientras lo tomaba fuertemente de la cadera volvía a embestir aún más profundo y rápido, mientras a Ari el placer que sentía lo tenía en el borde de la locura. Necesitaba sostenerse, sentía que su alma salía de su cuerpo. No pudiendo más con todas esas sensaciones, Giulio se inclinó sobre la espalda de Ari mientras salía, entraba y embestía y cuando llegó al clímax, inconscientemente cegado por el placer mordió el hombro de Ari hasta que la sangre se regó a las sábanas. Ari, quizá tenía un lado masoquista, porque el dolor se convirtió en placer, hasta hacerle llegar a la cima mientras Giulio se derramaba en su interior y él entre las sábanas.

-x-

Despertó en su cama con un sobresalto mientras respiraba pesadamente. Gokudera Hayato miró al techo con el rostro sumamente sonrojado, desde hacía un mes venía teniendo sueños sobre ese hombre, muchos de esos sueños eran demasiado eróticos, por decirlo de alguna manera, lo peor de todo es que se despertaba con "su amiguito" muy bien despierto y admitía con vergüenza que muchas veces había tenido que lavar las sábanas.

Pero estos sueños, lo llenaban de una calidez que jamás había sentido. Giulio y Ari, se habían amado, con un amor tan profundo que le hacía doler el corazón, porque Hayato había deseado toda su vida ser amado de ésa misma manera. Esos sueños, ése hombre…

—York Ari…—susurró, sin dejar de mirar al techo.

Ese hombre le hizo dudar de su sexualidad. Siempre se había considerado heterosexual, pero desde que lo vio en sus sueños por primera vez…

Se enamoró…

Quizá era solo la necesidad de Hayato por ser amado y eran solo simples, crueles y dulces sueños, pero no era solo sexo en esos sueños… esos dos hombres se habían amado tanto, que ni siquiera podría describirlo en palabras. Y él, deseaba encontrar en su vida a alguien así. Quería encontrar a su Ari.

Qué cosa tan curiosa, Giulio se parecía mucho a él y a ése bastardo de G, habían muchas similitudes entre la vida de Giulio, G y Hayato, o solo quizá Hayato estaba enamorado de un sueño y sólo veía cosas en donde no las habían, quizá sólo se estaba lastimando al pensar en eso, pero es que se sentía tan real.

Sin saberlo, desde algún lugar, G, el espíritu del primer guardián de la tormenta de Vongola, estaba sintiendo las mismas emociones de su descendiente. Sobre todo al recordar a la persona a la que él había amado mucho más que a su propia vida.

El hombre de aquellos intensos ojos verdes.

-x-

Harry miraba sin ver en algún punto de la pared del salón de Historia de la magia, mientras el profesor Binns hablaba como siempre sobre Guerras Goblins y todos los demás de Gryffindor y Slytherin dormían o algunos de plano dormitaban, la única que prestaba atención, como siempre era Hermione y Ron a su lado babeaba sobre la mesa mientras dormía. Él, sentía una tristeza muy extraña en su corazón, mientras recordaba esos sueños tan intensos que había estado teniendo todo el mes, llenos de amor, de piel contra piel, de guerras y muerte y promesas de dos personas que se habían amado más que a nada en el mundo. No podía dejar de recordar esos ojos verdes, más claros que los suyos, pero llenos de amor, ese rostro, ese cabello gris, ése hombre se sentía como una tormenta llena de mucha calidez y amor.

No quería pensar que fuesen solo sueños, sueños para un adolescente solitario que siempre había estado solo y que siempre había deseado amor en su vida. Giulio Tempesta, Giulio…

Giulio…

Giulio…

Giulio…

Se había enamorado de un sueño. Y eso le hizo sentir extrañamente solitario y deprimido. Harry tuvo que ahogar un sollozo con su mano derecha, al sentir que no podría aguantar las lágrimas, se sentía triste, se sentía vacío y se sentía loco al anhelar a un hombre que nunca había visto en su vida. Ahora sabía cómo se sentía el amor, era un amor nada comprado al que él sentía cuando estaba con Ginny. Comprado con ése, Ginny se sentía tan… fría.

Sólo recordaba su voz en su cabeza, sus ojos, esos ojos que lo miraban con tanto amor que lo abrumó, ese hombre…

Tenía que encontrarlo, tenía que encontrar a su Giulio….

Aunque fuera sólo un sueño.

-x-

Era claro para cualquiera que mirara, Gokudera Hayato había estado más retirado de los demás desde hacía semanas. Tsuna, miraba preocupado desde su lugar en el salón de clases a su amigo que solo se la pasaba mirando por la ventana mientras suspiraba o susurraba para sí mismo, ni siquiera le prestaba atención al profesor, ni siquiera respondía bien a los problemas, últimamente sus calificaciones estaban bajando y es que estaba muy distraído y nadie, ni siquiera Lambo con sus intentos de hacerlo enojar lo podían sacar de su depresión.

Con decir que ni siquiera se refería a Yamamoto como "idiota del beisbol" cuando se acercaba a él o a Tsuna. Y eso ya era muy preocupante. Tsuna había oído hablar a Kyoko chan sobre la actitud de Hayato. Ella y Hana habían mencionado que no era depresión, sino que estaba enamorado. Él tuvo que parpadear, confundido, porque imaginar a su guardián de la tormenta tan pero tan enamorado que ya ni siquiera le importaba la escuela, ni le importaban los gritos de Lambo o Yamamoto era increíble.

Así que Tsuna fue directo a su amigo durante el descanso e intentó hablar con él.

—Gokudera kun… —habló Tsuna suavemente, mirando que Hayato se sobresaltó un poco y le miró sorprendido y confundido, como si se hubiese perdido y no supiera dónde estaba.

—Juudaime…lo siento, no lo vi ahí.

—¿Estás bien? —Preguntó preocupado—, es que… últimamente no… eres tú…

—¿Ah? —Hayato lo miró sorprendido ¿tanto se notaba que su mente andaba por otros lados? —, yo… estoy bien, sólo no he dormido bien… no se preocupe Juudaime…

—Sabes… —Tsuna lo miró preocupado—, somos amigos, Gokudera kun… sabes que puedes contarme cualquier cosa…

—… Lo sé… —murmuró él y miraba hacia abajo, sin saber si decirle o no—, lo tendré en cuenta… se lo prometo.

-x-

Van a estar atacando a tu batallón esta misma noche…. —Giulio miró al hombre frente a él, muy preocupado—, por favor… intenta mantenerte dentro de la línea… no quiero que te pase nada… no podría soportar perderte…

Ari lo miró, le sonrió y le tomó del rostro con esas dulces manos suyas, esa manía de tomar su rostro entre sus manos le encantaba. Giulio sonrió melancólicamente, si tan sólo todo a su alrededor desapareciera y sólo quedaran ellos dos, sería feliz.

Gi… —susurró Ari, mientras lo besaba, en su escondite del bosque—, Gi….

¿Qué pasa…? —se preocupó al verlo llorar…

Tú sabes que soy adoptado… hijo adoptado del Rey y se me ha obligado ir a la guerra, pero por todo lo que ha pasado mi padre me obliga… me obliga…

—….

Me comprometieron, mis hermanos adoptivos están muertos, sólo quedo yo… mi padre quiere asegurar el trono….

—…¿Qué?

—…Lo siento… —lloró amargamente—. Yo no quiero, yo te amo a ti…

—…¿Cuándo?... —Giulio lo miró sosteniéndolo del rostro y aguantando las lágrimas—… No, yo no puedo perderte… me niego…

Mañana por la noche, será la ceremonia, mientras el batallón enemigo esté preparándose, mi padre quiere que toda la boda pase rápido…

No puedo permitir que te vayas… Ari, tu eres mío….por favor….

No puedo abandonar a mi padre… me necesita…

—…Yo sé que nunca aceptarás huir conmigo… —susurró Giulio y lo abrazó—, yo sé que tu familia está primero…

—…Perdóname…

Ari… Te amo con todo mi ser… —Giulio sintió que de alguna manera, sería la última vez que lo vería.

Gi… —Ari se aferró a él como si su vida dependiera de ello—, En otra vida podremos encontrarnos…sigue amándome hasta entonces…

—…Siempre…

Y esa sería la última vez que Giulio vería con vida a Ari, su propio batallón invadiría el territorio donde se encontraba su pequeño amor y asesinarían a todos, en donde Giulio encontraría su cadáver desnudo, tirado y ahogado en su propia sangre…

Giulio se quedó con la mente en blanco, paralizado al entrar al cuarto en el que muchas veces había entrado a escondidas durante las noches, y no pudo encontrar la fuerza para moverse. Miró su cuerpo tan delicado, más pequeño que él, lleno de moretones, arruinando su aspecto angelical, miró sus ojos vacíos y sin vida, no podía soportar verlo así, al ver que le habían cortado el cuello y la sangre se regaba por todos lados. Tambaleándose, Giulio se acercó a él, se hincó sin importarle mancharse de sangre y lo sostuvo entre sus temblorosos brazos mientras sus ojos verdes y más pálidos que los que él había amado, miraban sin ver al cuerpo frente a él.

Lo habían violado, la sangre seca yacía entre sus muslos, lo habían asesinado a sangre fría. Se acercó a su cuerpo y lo sostuvo cerca, deseando pasarle de su propia vida a su cuerpo, deseando ver esos ojos brillantes mirarlo de nuevo. La mente se Giulio se perdió entre esos momentos, miraba la pared frente a él, llena de la sangre de su amado, sin creer que esto había pasado. El hombre roto y perdido de cabello largo y gris, miraba con sus muy abiertos ojos que estaban llenos de terror e incredulidad, sin poder importarle ya nada. Él sólo quería morir justo ahora, pero no podía, no hasta haberse vengado.

Giulio Tempesta se convertiría en espía del batallón enemigo y ayudaría al rey de Inglaterra a masacrar a su propio lado…Sin importarle nada, se dirigió a la batalla, con esperanza de morir y encontrarse en la otra vida con Ari. Moriría a los 25 años, una semana después de la muerte de Ari York, a manos del Rey de Francia, no sin antes llevarse consigo la vida del hombre que ordenó la muerte del hombre que más había amado en la vida.

Hayato parpadeo, al sentir las lágrimas derramarse por sus mejillas. Había soñado despierto y ese sueño, ese horrible sueño le había venido a la mente. Ya no podía soportarlo, jamás había sentido nada parecido, le dolía el corazón. Ya no pudo aguantarlo más, así que en medio de una clase de Matemáticas, Hayato se paró, tirando todas sus cosas al suelo, sobresaltando a todos los demás que lo miraban incrédulamente y salió corriendo sin importarle los gritos que trajo consigo su arrebato. No podía quedarse aquí, necesitaba largarse, no podía aguantar mirar a nadie, quería estar solo así que se escapó de la escuela y antes de que Hibari pudiera siquiera darse cuenta de algo, corrió hacia su departamento, ante la vista de Reborn, que lo miraba sentado desde una rama de árbol.


:b Espero no tardar con las actualizaciones. Así que tengan paciencia pequeños.