Hola hola... de nuevo empezando

Diclaimer: CCSakura no me pertenece, es propiedad de Clamp y solo uso los personajes para satisfaccer un deseo que ellas no hicieron. (dejar a la pareja Eriol y Tomoyo, juntos)

LAMENTO si a alguien molesto que haya agregado mas cosas a la trama, pero sentia que faltaban algunos detalles que dar, aunque no son muchos. de paso intente arreglar algunos errores ortograficos. ("siempre intentando mejorar")

Aqui les dejo el fic...


Sus acompañantes lo guiaron hasta la parte más alta de la ciudad. Desde ahí se podía ver el esplendor y la belleza del lugar, que solo podía verse de noche. Las luces de los faroles y del festival alumbraban la noche como pequeñas estrellas en el cielo y la música les recordaba en los tiempos que ellos también solían disfrutar como todos los demás.

El chico de ojos negros miró a sus acompañantes. Eran casi diez personas, pero sus más fieles amigos, eran Spinel y Nakuru, una pareja totalmente opuesta en personalidad.

-Desde ahora, hasta nuevo aviso tendremos que quedarnos en esta ciudad- dijo Nakuru.

-Ya hemos encontrado el lugar perfecto- los demás acompañantes le sonrieron.

-Entonces vamos- ordenó Eriol. Se arregló la capa negra que le llegaba a los pies y emprendió la macha seguido por sus acompañantes.

SAGA IN THE DARK - 2º PARTE

Solo en la oscuridad

1º noche

Llegada

-¡Señorita Tomoyo!- comenzó a llamarla el mayordomo de la casa.

-No se preocupe, ya sabe que voy con mis amigas- dijo ella y salió rumbo a la reja de la mansión. Tomoyo era una joven de diecisiete años, con cabellera azabache, larga y ondeada, en ese momento la llevaba amarrada en un lindo y sencillo moño con un listón rojo. Sus ojos eran violeta y su piel blanca. Llevaba puesto un kimono de sacerdotisa rojo y blanco, los cuales mostraban un hermoso contraste.

-Aún así- el hombre la siguió. Detrás de él lo acompañaban otras dos mujeres, que venían con ropa formal negra.

-Señorita, es mejor que no salga sola. Por favor permítame acompañarla- dijo una de las mujeres.

-Tomoe…

-Si nosotras vamos con usted todos se quedaran más tranquilos- Tomoyo suspiró abatida. No podía luchar con su mansión entera. Los entendía ella se preocupaba por todos y hacía lo mismo cuando ellos salían solos.

-Si no me queda otra opción- dijo al fin. El mayordomo sonrió complacido.

-Ustedes dos la acompañaran- las chicas asintieron con una sonrisa.

-.-.-.—

-¡Tomoyo!- La voz de una de sus amigas la hizo orientarse y saber donde la esperaban. -¡Por aquí!- Tomoyo la encontró con la mirada, ellas le hacían gestos y la saludaban con las manos.

-Lamento la tardanza- se disculpó.

-No te preocupes- contestó una de las chicas con una sonrisa. Otra de las que la esperaban se acercó con sutileza hasta ella.

-Eso no es propio de ti, ¿has tenido algún problema?-

-No, ninguno- respondió Tomoyo brevemente.

-Aún falta que llegue Sakura- agregó una de las chicas de cabello corto.

-Sakura siempre llega tarde- sonrió Chiharu. (NA: ¡y eso me enferma!)

-Pensé que vendrías con Yamazaki, Chiharu- dijo Tomoyo a una de sus amigas.

-Dijo que nos alcanzaría después, pero dudo que venga- Chiharu tenía el cabello café al igual que sus ojos.

-¿Y tú Rika, no ibas a venir con…?- la chica de cabello corto sonrió.

-Tenía muchas cosas que hacer, por eso me dijo que viniera sola, además que no quería molestarme, mientras estaba con ustedes-

-Ya veo- sonrió Tomoyo. Rika era una chica tranquila y muy simpática. Era elegante y discreta. Tenía el cabello negro y corto y su piel blanca, era muy buena en el colegio, sobre todo en las matemáticas. Desde la primaria se encontraba enamorada de su profesor particular, pero solo hace unos meses durante las vacaciones, que se había ido a vivir con él. Y aunque sus padres se opusieron al principio, finalmente aceptaron. Las otras dos chicas, eran Chiharu y Naoko. Chiharu, quien era la más común de las cuatro. Vivía con sus padres y desde pequeña estuvo enamorada de su compañero, vecino y amigo, Yamazaki.

Y Naoko… ella vivía en dos mundo, el de la realidad y los cuentos, vivía con sus padres, y algunas veces se encerraba en su habitación, frente a su computadora por largas horas a escribir sus libros de diferentes temas, que publicaba.

-¡Tomoyo!- se sintió la voz de una chica que corría hacia ellas. – ¡Chicas!- la joven llego junto a sus amigas –lamento la tardanza-

-Por fin llegas Sakura- la saludó amablemente Rika.

-Lo siento mucho. Es que iba saliendo de casa y me quede encerrada- se disculpo Sakura.

-¿Cómo saliste?-

-Tuve que saltar desde la ventana- Tomoyo la miró sonriente.

-No esperaba menos de Sakura, ella siempre encuentra el método para salir de sus problemas- los ojos de Tomoyo brillaron, era una lástima que no tuviera su cámara de video para grabar a Sakura mientras hacia su paseo por el festival. Sakura era su mejor amiga y a la vez su prima, ya que sus madres habían sido primas. Sakura era una chica atlética y animosa. Tenía el cabello largo y castaño. El cual traía amarrado en un hermoso moño, también tenía unos mechones un poco ondeados que le caían desparramados y le daba un toque elegante a su peinado. Sus ojos eran verdes. Llevaba un kimono, igual al de Tomoyo, pero rosado con adornos de cerezo en las mangas y un pantalón morado.

-A todo esto Tomoyo y Sakura, ¿por qué estas vestida con esos Kimonos?- las chicas sonrieron.

-Es que quedamos de ayudarle a la profesora Mizuki en el templo, durante esta noche-

-¿No pasaran toda la noche con nostras?-

-Solo será un momento- respondieron. Las chicas caminaron hacía las altas escaleras que conducían al templo. Un auto pasó junto a ellas a gran velocidad. Sakura se voleó a mirar al conductor, pero en vez de eso su mirada se topó con la de un chico que iba en el asiento trasero. Fue muy rápido y breve, pero lo suficiente para hacer que un extraño sentimiento creciera en su pecho. Se quedo parada en ese lugar sin poder moverse y observando como el auto seguía su rumbo.

-¿Sakura?- Tomoyo la tomó del brazo y le sonrió -¿Vamos?-. La chica salió de su trance y asintió.

-.-.-.—

-No puedo creer que estemos rodeados de humanos- la sonrisa y escandalosa voz de Nakuru hizo que muchas personas se voltearan a mirarla. – ¡Lo siento!- gritó ella. Nakuru era una joven animosa y hermosa. De cabello rojizo, liso y largo, con ojos cafés y piel blanca.

-Será mejor que cierres la boca. Llamas demasiado la atención- dijo el pequeño Spinel. Un niño de aproximadamente 12 años, con cabello y ojos negros, serio y maduro. Mano derecha de Eriol.

-Cállate tú. ¡Eriol, dile a Spinel que me deje tranquila!- la chica se escudó en Eriol. Mientras Spinel la miraba desde lejos. Él era un joven de apariencia que representaba unos dieciocho años con ojos negros y cabello negro azulado. Su estatura era similar a la de la mujer escandalosa.

-Diviértanse esta noche, pero no maten a nadie y que nadie los vea-

-Lo que tú digas. Tú no vayas a perder el control, Eriol- dijo Nakuru y se alejó. Spinel se quedo a su lado.

-¿No iras?- le preguntó a Spinel.

-Prefiero quedarme contigo- respondió el niño.

-No te preocupes, estaré bien- Spinel dudó pero al ver la cara sonriente de Eriol, asintió y se alejó silenciosamente.

Eriol comenzó a caminar sin rumbo. –"Un festival lleno de humanos. Porque tendría él que asistir a tales cosas. Si no fuera por Nakuru. Esa noche estarían descansando en su nueva casa. Apenas habían llegado a esa ciudad, hace unas horas y ya tenía que estar en un lugar atestado de gente"-

Comenzó a acercarse a una pequeña casa que estaba en mitad de los árboles. –"extraña construcción"- pensó. Se dio media vuelta para alejarse pero…

-¿Quieres probar tu suerte?- La voz de una mujer lo interrumpió. No había sentido vida en aquella casa. Se dio media vuelta y la vio. Una hermosa mujer humana. De cabellera negra y ojos violeta, y piel cristalina. -"había de ser tan suave y sedosa como la seda"-. Sintió que se asfixiaba. –"la quiero"- el pensamiento fugas que cruzó por su cabeza hizo que sus ojos se tiñeran del color de la sangre que luego bebería -… y lo mejor de todo era que ella estaba sola en ese lugar"-. Intentó calmarse y volver sus ojos a la normalidad, pero estos siguieron brillando con intensidad. Cuando se acercó a ella ya estaba más calmado, pero una extraña presencia se hizo notar entre los árboles. –"¿un humano?... una mujer… ¿porqué estará escondida?"-

-¿Qué tengo que hacer?- preguntó Eriol. Tomoyo le entregó una extraña caja de donde había un pequeño agujero.

-Tienes que sacar uno de las varillas que hay adentro- Eriol dio vuelta la caja y una varilla salió. Le devolvió ambas prendas a la chica. Tomoyo leyó la inscripción y comenzó a buscar algo en una repisa. Por fin se volteó y le entregó un papel. –Que tengas buena suerte- Eriol se dio media vuelta y comenzó a leer el papel.

-"Buena suerte- este año se cumplirán todos tus deseos"-

-¿Qué tal te ha ido?-

-Viene con el encabezado de la buena suerte-

-Me alegro-

-Dice que la chica que está dando los papeles de la fortuna me acompañara a pasear por el festival- Eriol la miró y sonrió. Tomoyo se sonrojó y sonrió.

-Lo lamento, pero no puedo. No por el momento-

-Entonces el papel mintió. No todos mis deseos se cumplirán-

-No ahora-

-Disculpa. No me he presentado. Soy Eriol Hiragisawa. Soy nuevo en la ciudad -

-Yo soy Tomoyo Daidouji-

-¿Trabajas en este templo?- Eriol se apoyo en la cabina de madera, sin apartar los ojos de ella.

-Estoy ayudando a la encargada. No había suficientes sacerdotes hoy-

-¿No es peligroso? Estar sola aquí…-

-No. La profesora Mizuki viene a verme de vez-.

-¡Mizuki!- Eriol la interrumpió – ¿Kaho Mizuki?- volvió a preguntar y dio un paso hacia atrás. Sus ojos se abrieron y brillaron, a lo que él tuvo que voltearse para que ella no lo viera. Se tapó la cara con una mano y sintió que su cuerpo estaba tenso.

-¿Te sientes bien?-preguntó Tomoyo.

-SÍ- Eriol dio unos pasos hacia atrás. -"Esa mujer estaba ahí y lo mejor sería que no se encontraran"-. –creo que tengo que irme. Nos vemos después- Eriol se alejó del lugar, dejando a Tomoyo perpleja.

-.-.-.—

-¿Kaho? ¿Kaho Mizuki?-

-Sí. Parece que ella está aquí- le dijo Spinel a Nakuru.

-Esa mujer, siempre aparece cuando Eriol esta más débil-

-Será mejor que nosotros nos encarguemos de ella-

-Sí, pero sin que Eriol se dé cuenta – comentó la chica, mientras empuñaba sus manos. –el nos lo agradecerá- murmuró.

-¿A cuántas personas atacaste esta noche?- pregunto Spinel.

-A tres chicos, los tres eran muy guapos y eran monjes, tenían un poder espiritual muy alto-

-¿No dejaste ninguna marca comprometedora?-

-No- dijo feliz Nakuru. –Como siempre, les hice un corte en vez de dejar mi marca-

-Eriol no comió nada- dijo el pequeño preocupado y se movió por la habitación para llegar junto a la ventana. –Todo por esa mujer, hay que actuar antes de que él siga debilitándose-

-.-.-.—

"-No creo que ellos te hagan daño Eriol- la chica lo guío hasta una sala llena de gente. Ella se paró al frente y situó al joven a su lado, en el centro de la habitación -aquí está el chico del que les hable- expuso a los jóvenes. Los presentes miraron a Eriol.

-Kaho, es seguro que tiene que ver con los asesinatos- preguntó uno de los hombres vestidos de blanco que había en la habitación.

-No exactamente. Los asesinos lo persiguen a él-

-Entonces ¿estás dispuesto a ayudarnos a combatirlos?- Eriol miró a Kaho y luego asintió.

-Sí. Solo díganme que es lo que tengo que hacer-"

Eriol abrió los ojos exaltado. -una pesadilla- murmuró y se incorporó en la cama, intentando orientarse. Estaba en su casa nueva en Osaka, sano y a salvo. -¡Mizuki!- apretó las sabanas y maldijo con toda su ira –esta vez me encargare de ti-

-.-.-.—

Tomoyo salió del templo rumbo al estacionamiento donde se encontraba su auto y sus guardaespaldas.

-¿No se aburrieron aquí?- preguntó la chica apenas llego al auto. Las dos mujeres negaron con la cabeza

-Salimos a vigilarla un momento- dijo una de las chicas.

-¿Me fueron a vigilar?-

-Solo fue un momento, para saber que nada malo le había pasado, y la vimos con un chico-

-¡Ah!… en ese momento- murmuró. Tomoyo miró por la ventana y cambio el tema de conversación - ¿A qué se debió tanta insistencia en acompañarme?- le preguntó a Tomoe y Yukari

-¿No lo sabe?...- Tomoyo negó con la cabeza -ha habido una serie de asesinatos que ocurrieron en Wakayama y según el informe de la policía los asesino fueron visto la última vez en la carretera rumbo a esta ciudad-

-¿Por qué ellos vendrían hacia Osaka, sabiendo que aquí es más fácil que los atrapen?- preguntó Tomoyo

-No lo sabemos- respondió Yukari

-Pero… su seguridad nos preocupa. Además todas las víctimas eran jóvenes, tanto hombres como mujeres… y todos eran muy hermosos-dijo Tomoe a lo cual Tomoyo se sonrojó.

-Es por eso que tememos por usted-

-Creo que exageran… no creo que sea eso. Quizás ellos tenían una conexión….

-Aun así… es mejor tomar precauciones- el auto comenzó a moverse rumbo a la mansión Daidouji.

-.-.-.—

-¡Por fin llegamos!- dijo una joven de cabellera rubia y larga. Se estiró en la entrada del parque que a esa hora estaba vacío.

-El camino fue horrible, pero aun tengo un poco de fuerzas para conseguir algo de comida- dijo una niña de cabello ondeado y castaño, que le llegaba hasta los hombros. Tenía la apariencia de una niña de catorce años, de pequeña estatura y de personalidad tierna e indefensa.

-¿Cómo te sientes, Nanako?- preguntó el único hombre del grupo a la mujer alta de cabellera rubia. Él era de cabello corto y negro, con ojos azules y tez media.

-También me siento un poco débil, pero nada que no se solucione con un rico y vivito humano- le sonrió picara. Él asintió y comenzó a caminar por el parque, seguido de las otras dos mujeres. Los tres vestían largas gabardinas que le llegaban hasta las rodillas, pero solo la de Nanako traía gorro.

-¿Por qué no me preguntas también a mí?- preguntó la menor de las niñas.

-Tú eres una de mis creaciones y por ende tienes la sangre de Yami, pero Nanako es un hunter, su cuerpo es más débil-

-Ya veo, así que es la más débil del grupo- la menor le dirigió una mirada irónica a Nanako. La rubia la miró con ira y se alejó de ella para situarse junto al joven.

-Naofumi, ¿ella se irá?-

-Sí- le respondió el joven, que se volteó a mirar a la niña, quien se movilizaba a su lado -¿Estás segura que podrás realizar tu misión?-

-Sí- respondió la chica. –No tienes que preocuparte. Después de comer un poco me iré, así que no tienes que preocuparte por mí, Nanako- dijo burlesca, con una sonrisa en sus labios. Nanako afirmó las manos de Naofumi y los dos siguieron su camino.

-Basta- dijo Naofumi a la niña. –Ve a comer- la menor se alejo de la pareja. –No te preocupes por ella, Nanako- le acarició el rostro y la acercó hasta su cara –Tu eres más importante para mí, que ella- Junto sus labios con los de la chica, en un beso posesivo y apasionado –si tu quisieras pelear con ella, entonces la matarías-

-Naofumi-

-Nanako, un día de estos te daré de mi sangre y te llevare a Yami que tenemos, para que puedas beber de su sangre- ella asistió y lo abrazo. –Ahora vamos a comer-

-Sí- la chica sonrió. –también creo que necesitamos conseguir ropa. Estas son muy llamativas-

-Bien, solo no los dejes completamente desnudos- dijo el chico, quien comenzó a caminar detrás de ella.

-No te preocupes… se que eres muy pudoroso. No dejas marcas y no te ensucias-

-Estoy guardando energías, para cuando me enfrente a esa chica-

-¿Te refieres a Nakuru?-

-Sí. Mi querida Nakuru, si no se une a mí, la poseeré y luego la haré pedazos-

-Valla… sí que te afectó que te haya rechazado. Naofumi-

-Si tú eres igual, Nanako- la chica sonrió. Los pasos de una pareja se sintió cerca de ellos. Nanako se afirmó del brazo de su compañero.

-Manos a la obra- la pareja siguió su camino, embelesados y mirándose mutuamente. –Disculpen… pero ¿podrían dejarme beber su sangre?- los ojos de la chica comenzaron a colocarse rojos y sus colmillos se hicieron más notorios.

-Aquí vamos- dijo el chico. Colocándose una mano en la cara llena de resignación.

Un grito aterrador cruzo el silencio de la noche.

Continuara…