Título: Tierra 2 Capítulo 1
Tipo: Swanqueen
Resumen: Para los que os guste el tema del multiverso y/o veáis la serie Flash, la tierra que conocemos no es la única que existe, tierra 1 digamos que es la "nuestra", la trama que conocemos de OUAT, sin embargo en esta historia hay más tierras, con sus respectivos dobles. Emma y Regina tienen que visitar otra tierra de las suyas.
NOTA: Iba a ser un one shot pero se me estaba haciendo largo, así que serán dos capítulos. ;)
Un día normal para los habitantes de Storybrooke era algo desconocido, ya apenas recordaban no tener problemas. Cuando no era un ser del inframundo era una maldición sorpresa o una bruja loca, en este caso se trataba de la pérdida de memoria, memoria selectiva, Emma Swan y Regina Mills tenían sus recuerdos borrados, especialmente los hacía cuarenta y ocho horas, cuando en la cripta de la alcaldesa, durante el eclipse de luna que ensombreció la localidad a mitad del día alguien se había presentado ante ellas. ¿Qué había pasado entonces?.
Tras los consejos de los Charming y del señor Gold, aun estaban más perdidas, fueron los consejos de Bella los que las habían llevado a la biblioteca municipal. Por alguna razón aquello había sucedido y debían averiguar el motivo.
Biblioteca municipal
-Estoy cansada-, dijo Emma cerrando un libro mientras dejaba caer su cabeza sobre su brazo. A su lado una torre de libros ya revisados.
-Te quedarás dormida así, ¿quieres irte a casa?-, le sugirió Regina desde el otro lado de la mesa, comprensiva. Emma abrió uno de sus ojos, Regina le sonrió.
-No te preocupes por mí-, la rubia recuperó su postura bostezando. Observó los quehaceres de la morena mientras apoyaba una de sus manos en su rostro -¿Ves algo interesante en ese libro?-, asomó parte del rostro entre sus dedos, sus ojos azul claro la miraban con esperanza y cansancio.
-Es tan solo otro libro más de seres extraños, desconocidos para mí, ¿sabías que el grifo tiene su origen en…
-Sí, en la mitología de Oriente medio-, dijo aburrida la rubia, ella había ojeado como tres libros del mismo tema. -¿No tienes ningún hechizo que…
pom pom
Un sonido se escuchó al fondo de uno de los pasillos de la biblioteca, las chicas se miraron, y en alerta se acercaron hacia donde había provenido, en mitad del pasillo vieron un libro de cubierta verde desgastado tirado en el suelo. Ojearon a su alrededor esperando tener compañía pero esto no sucedió. Estaban solas.
La morena se puso en cuclillas y recogió el libro, en su portada se veía la silueta de una persona sin detalles, en color blanco y sucesivas personas idénticas a ella a cada cual más transparente. La sheriff se acercó a observarlo por encima del hombro de la alcaldesa, -¿alguien nos envía una señal?-, esbozó un gesto de intriga; la morena no pudo esperar a abrirlo mientras se ponía en pie y empezar a leerlo en silencio dejando a su amiga en suspense, le gustaba ese juego de superioridad e inocencia, con ella todo era más divertido.
-Según este libro-, carraspeó, -nuestro aquí y ahora no es algo único.
La ceja de Emma llegó a límites insospechados mientras colocaba sus manos en su cintura.
-Y eso significa que…
-Que hay realidades alternativas, y que la nuestra sólo es una de ellas. Esta página habla de tierra 2, tierra 3 y así sucesivas hasta tierra 21, conocidas.-, comentó mientras paseaba el dedo índice por ambas páginas.
-¿Conocidas por quién?.-, la rubia trató de asomarse al libro pero Regina se giró, de espaldas sonrió.
-Alejandro Chionetti, el autor de este libro. Según él-, Emma la cortó y le arrebató el libro de la manos a Regina que falsamente enfurruñada se cruzó de brazos y le dio paso a que siguiera leyendo, pero ante el silencio de Emma ésta la ayudó, -cuarta línea-. Emma irguió el rostro, su mirada era segura, sentía que ahora ella tenía el poder, otro juego al que le gustaba jugar, -nuestra Tierra es Tierra 1, el origen, dimensiones paralelas viven a partir de la nuestra, serán otros paisajes, otras personas, aunque las mismas son.-, Emma frunció el ceño ante sus propias palabras. –No entiendo…
-A ver si adivino-, Mills se giró y se observó sus manos para comenzar a caminar alrededor de ella, Emma tamborileaba con el pie nerviosa, -lo que dice en ese libro es que … tenemos dobles en otras tierras.
-¿Dobles?, pero con dobles te refieres a …-, Emma se detuvo para seguir leyendo, -a ver, aquí dice que todos tenemos otros "nosotros" en esos mundos, son dobles físicos y en su oquedad psíquicos, - recitó una frase-, "en todas las tierras estamos pero diferentes somos, y como tal, nos enlazamos, sentimos y a veces hasta recordamos"
-Definitivamente tenemos que dar con nuestras dobles. Si dicen que estamos enlazadas quizás ellas puedan recordar lo que nosotras no. ¿Es muy descabellado?.
-Puede, pero me tienta eso de visitar otra tierra.
-¿Y cómo piensas ir a otra tierra?.
-¿Un portal?-, sugirió la morena.
El libro cayó al suelo de las manos de Emma, como si tuviese en brazos a un perrito que prefería correr por el suelo, éste comenzó a pasar sus páginas rápidamente. Las chicas se pusieron en cuclillas y notaron el aire agitar sus melenas. Una de las páginas hizo detenerse el movimiento de las demás y como un proyector una imagen circular y distorsionada se dibujó en el aire frente a ellas. En la página que lo proyectaba se podía leer "Viaje a tierra 2".
Las brujas se miraron confusas.
-¿Ya?. ¿Aquí está?, ¿nos… nos vamos ya?-, Emma tenía miedo, le gustaba planificar las cosas con tiempo, los pros y los contras, los planes B y la vuelta a casa, y de repente tenía ante sí una puerta a otro mundo.
-¿Por qué no?-, Regina sonrió. –A veces hay que hacer temeridades como estas para vivir una buena aventura Emma, y no sé tú, pero necesito aire de otra tierra-.
-ahora que lo dices la verdad es que yo también.-, dijo la sheriff por lo bajo, recordando que hacía tan solo tres meses había dejado a Killian Hook, y en el fondo hasta se arrepentía, pero de no haberlo hecho antes, ahora se sentía libre pero sin la sensación de aprovechar su vida todo lo que podía, era una sensación extraña, y esa oportunidad de poder ver otro mundo, a su otra yo, cómo hubiese podido ser su vida, la tentaba.
-De acuerdo, vamos allá-.
Extendió la mano hacia el portal pero Regina la agarró, -dame un segundo-, se levantó y apuntó algo en un post-it, lo colocó junto al libro, bajo un pisa papeles con forma de diosa de la fertilidad. Emma la interrogó con la mirada. –No está mal decirle a nuestra familia hacia donde vamos, si pasa algo, ellos nos ayudarán.
Sonrió.
-Aunque tengo una duda sobre…
Para ese momento Regina ya la había arrastrado al portal, una luz celeste las envolvió y aparecieron en un callejón mugriento y con dos chavales trapicheando con droga al otro lado.
-Vaya, ¿esto es…
Regina observaba lo que se veía al final de la calle, omitiendo a los drogadictos.
-Vamos a salir de aquí-, le dijo agarrándola de la muñeca.
La calle estaba llena de gente, con bolsas en las manos. Tiendas y puestos ambulantes adornaban una de las calles peatonales más conocidas de esa tierra.
-¿Puedo preguntarte cómo piensas localizar a tu doble?-, le preguntó Regina a Emma observando a una chica rubia, con un gorro al estilo Emma cruzar la calle.
-Seguiré mi instinto.
-Tú siempre tan misteriosa, Swan.
La rubia le guiñó un ojo.
-¿Nos vemos en cinco horas aquí?-, dijo la morena.
-De acuerdo-, Emma miró su reloj de muñeca mientras se marchaba. -Ah-, se giró hacia ella, -¿cómo hacemos para que no nos reconozcan?, ¿no será mejor que yo te busque a ti y tú a mí?.
-No, ¿no notas la energía?, yo siento que ella me está llamando, no sé explicarlo, y por lo referente a que no nos reconozcan…, sé de un hechizo de confusión que una vez hice para que tu madre no me reconociera, fue en el Bosque Encantado.
Emma alzó las cejas, tú y tu oscuro pasado.
Regina se rió. De acuerdo, ¿a quién quieres parecerte?.
Una chica pelirroja alzó la voz al teléfono al tiempo que golpeaba una farola con sus manos, parecía enfadada.
-A ella mismo.
-¿En serio?-, Regina sonrió. La chica vestía casual, con vaqueros y camisa de cuadros y su pelirrojo se semi escondía bajo una boina.
-Ven.
Se escondieron tras un arbusto decorativo.
-Hecho.
-¿Ya?.
Obviamente Regina la veía igual, ese hechizo permitía ser visto por quien se deseara.
-Mírate en el escaparate, yo te veo igual.
Emma se analizó en lo poco que se veía de aquel cristal con carteles de "Rebajas".
-Me veo bien. ¿Entonces tú me seguirás viendo igual?.
-Ajam. Bien, y ahora, tú, elige.
Ambas desviaron su mirada hacia la calle.
Cruzando por donde no debía una chica morena con flequillo y mucha prisa por coger un taxi.
-Me gusta-, dijo Emma, -para ti.
-Muy bien-, la observó y cerró los ojos.
-Hecho.
Ahora fue ella quien se miró al escaparate y sonrió.
-Bien. Recuerda cambiar un poco la voz.
Asintió.
En ese momento se separaron tras desearse suerte. Por un lado estaban nerviosas por lo que podrían encontrarse, por el otro, les apenaban tener que separarse, pero sabían que sólo así avanzarían más. Y de no haber resultados ese día, lo intentaría mañana.
La rubia, ahora pelirroja a los ojos de todo cerró los ojos y respiró profundamente. La sensación de atracción se acrecentaba cuando miraba hacia el oeste.
"Vamos allá", pensó.
A cada paso era como si la estuvieran tirando de una enorme soga por la cintura, desde el ombligo. Anduvo sin saber hacia donde una calle, tras otra, tras otra, preguntándose si sabría volver luego.
El imán era insostenible justo delante de un local de tatuajes.
"¿Aquí?", se cuestionó.
Estuvo varios minutos observando su rostro embobada, pensando qué habría dentro, o si estaba equivocada. Hasta que se atrevió a pasar. Una campanita antigua sonó.
-Buenos días-, saludó Emma.
-Un momento-, contestó una chica rubia de cabello semi rapado por un lateral y cuerpo tatuado, no le vio la cara, pues estaba reponiendo un líquido oscuro de un botecito de cristal a otro. Un flashback le hizo recordar a Emma cuando Regina intentaba hacer una poción para recordar la memoria. Sonrió. Fueron buenos momentos, y recordó que esa poción no había funcionado, como les sucedió esta vez, ni pociones ni conjuros para recordar, un libro, un portal y otra tierra.
-¿Necesitas ver el catálogo de tatuajes o tiene claro lo que te quieres hacer?.
Emma paseó su mirada por las fotos de tatuajes colgadas en la pared, ocupaban casi todo ella. Algunos le parecían originales, otros jamás se los haría.
-Yo…
-Bien, ya estoy-, la chica rubia alzó la vista y sonrió.
Los ojos de Emma se abrieron de par en par paralizándose, ante ella se tenía a sí misma, a su doble, la Emma de Tierra 2. "Así que en otra tierra soy una tatuadora", pensó analizando la situación. No esperaba encontrarla tan fácilmente, de hecho esperaba que quien fuera quien estaba ahí dentro le dijese que esa chica no estaba, que era una clienta o que había entrado a vender seguros.
-De acuerdo, ¿qué me aconsejarías?.
-Todo depende de lo que quieras hacerte, el tamaño y en qué parte del cuerpo.
Eso se le salía un poco de sus planes, pero si quería entablar relación con ella tenía que investigar.
-En la espalda, un cisne.
La tatuadota no reaccionó, no dijo nada al respecto, ¿será que su nombre allí no era Emma Swan? ¿o que le piden cisnes a menudo?.
-Lo del cisne es por mi apellido. Swan.
Emma de Tierra 2 alzó la vista, -vaya, compartes mi mismo apellido, je-, sonrió cortamente.
"Bingo", pensó.
-Bien, ¿en color o negro?.-, se giró para abrir un cajón. Y entonces Emma le vio parte de un tatuaje que sobresalía del cuello de la camiseta negra, parecía una especie de molino de madera que trasladaba ¿coronas?.
-¿Puedo preguntarte por ese tatuaje de la nuca?, lo veo a medias.
-¿Por qué?.
-Me intriga.
Emma de Tierra 2 se miró en un pequeño espejo con forma de luna menguante que tenía frente a sus ojos, era reacia a contar su vida a desconocidos, pero esa chica pelirroja le daba buenas vibraciones, y sinceramente, no tenía amigas.
-Es un molino.
-¿Un molino?.
-Sí, traslada coronas. Bueno, tienes que decidirte ya, que cierro en una hora. "Molino, coronas. ¿Para qué se tatuaría … acaso conocía a Regina?", analizó la sheriff.
-Ya, lo siento, pero ¿puedo saber el significado si no es mucho preguntar?.
-Sí, es mucho preguntar.
Los vaqueros eran sueltos y dejaban ver en las lumbares más tatuajes, de símbolos celtas y rock. Su brazo derecho estaba cubierto por una serpiente azteca y el izquierdo tenía dibujadas manos agarrándola.
-Va a ser en negro, quiero que sea del tamaño de mi dedo meñique. ¿Lo ves?.
-Sí, de acuerdo, tengo varios diseños. Le abrió un pequeño libro. Con la nunca descubierta pudo ver el tatuaje completo, parecía que en la base del molino había unas iniciales AILY.
-Lo del molino es por mi pareja.-, se sinceró inesperadamente la tatuadora. -Molino es Mill en inglés. Y la corona, … bueno, su nombre significaba reina, y de hecho para mí lo era.
-Hablas en pasado.- puntualizó Swan mientras señalaba el cisne que más le gustó de aquel catálogo y pensaba en si al final se lo iba a hacer, por la causa.
-Sí, ella murió hace un año.
-Oh.
No se lo esperaba, definitivamente no se esperaba nada de lo que estaba sucediendo en esa tierra, de apariencia normal, donde una doble de ella salía con una doble de Regina, que encima había muerto hacía un año; qué jarro de agua fría le había caído.
Definitivamente iba a hacerse ese tatuaje, eso pensaba. La Emma de Tierra 2 estaba muy callada, mientras preparaba la máquina de tatuar, a voz de pronto preguntó algo inquieta.
-¿Tú quién eres?, porque no es normal que te intereses tanto en ese tatuaje, nadie me ha preguntado por él, nadie salvo tú.
-Solo tenía curiosidad.
Emma de Tierra 2 se estaba poniendo nuevamente su barrera anti posibles amistades, desde la muerte de su pareja su mundo se había caído y no tenía ganas de conocer a nadie, ni entablar conversaciones importantes.
¡Continuará!
Tengo dos páginas más escritas, en cuanto pueda voy avanzando y lo termino, ;P
