Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que publique, quizá ni se acuerden de mí. Este drabble fue concebido bajo los efectos de la estupidez, no me culpen.
Marea roja
Sesshomaru cómo iba adivinar que Rin andaba en esos "días" en los que las mujeres eluden sus funciones maritales. Sesshomaru quiso perseverar con el interrumpido intercambio de caricias y besos improvisados en zonas nunca antes exploradas en el cuello Rin, pero la puerta del baño —que de tajo le fue cerrada en cara— era un desafío que le hacía perder toda esperanza de prosperar.
En el interior del baño la atmósfera se enrareció y no sea por el mefítico aroma de la sangre aflorar por entre sus piernas. Fue impensable la cara de Sesshomaru cuando la puerta se abrió de repente y éste reparó en la zanja roja adherida al calzón: el rostro aquejado de una parálisis casi total en la que los ojos destacaban como piedras. Rin fue azorada por un calor que le ahogó de vergüenza el cuerpo entero, sus mejillas ardían mientras la expansiva ola de cólicos reforzaba el flujo menstrual.
—¡Vete!—Rin gritó con estrépito aproximando su mano a una toalla cercana para cubrirse la cintura.
Sesshomaru salió del baño con la frente aterida de horror. Transformado el espanto en significativa sonrisa, echóse a reír sobre la cama. Rin hizo lo mismo sentada en el bacín, luego les invadió el silencio.
FIN.
