Crónicas De Helga Geraldine Pataki: Historia De Una Vida

Por: Bkpets

Chapter 1: A los 10 Años, Primera Parte

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Todo esto sucedió no hace mucho o quizás si, en realidad no lo recuerdo con exactitud, la verdad es que era tan joven, tan pequeña, de algún modo tan llena de ilusiones que, a estos tiempos la verdad ya me cuesta trabajo acordarme con exactitud de los detalles pero ni hablar, en general a estos tiempos prefiero quedarme con la mejor impresión, con los mejores recuerdos de aquella etapa tan importante de mi vida ¡mi niñez!, aquella llena de sufrimientos, de angustias, de logros, de risas y llantos, aquella en donde mi pequeño mundo perfecto e imperfecto alguna vez existió.

La historia que les pienso contar no trata de aquellas temáticas tan comunes y predecibles, de esas tan cursis y superficiales que a veces hasta dan nauseas, de esas superfluas que muy a menudo se ven, de esas historias en las que después de un gran sufrimiento siempre se llega a un excelente final feliz, que fiasco, la verdad ¿Qué hubiera dado yo por que la historia de mi vida hubiera sido así? Lastima, la vida es injusta y justa a la vez, y para el colmo de males a mi me toco la parte injusta; bendito sea el día en el que tuve que ponerme a evaluar mi vida ¿Qué he hecho yo y que no he hecho? Si tan solo hubiera sabido lo que me esperaba, quizás mis decisiones hubieran sido otras, pero en fin, como les decía, a estas alturas del partido, ya ni llorar es bueno.

Según lo que me viene a la memoria, recuerdo que el inicio de esto fue casualmente un día lunes. Esa mañana después de una calida noche a finales de la primavera desperté como si nada, sin prisas ni apresuro, solo el clásico –Helga, levántate que ya es un nuevo día- claro esta que esta frase solo existía en mi mente ya que la despistada de mi madre, Miriam, raras veces venia a hacerlo, y obviamente por la hora era evidente que no vendría a despertarme ya que seguramente segaría dormida en el sofá ¡o… algo por el estilo! En fin, hice mi clásica rutina, abrí los ojos, deje de abrazar mi gran almohadón rosa y justo cuando sonó mi despertador me puse de pie y fui a darle los buenos días a mi amor, a mi mantecado, a mi… adorado Arnold.

Recuerdo con mucho cariño como le profese durante mucho tiempo un profundo e intenso gran amor, claro esta que en ese entonces para nada del mundo esta información la conocía el, debo aclarar el hecho de que por muy a pesar de que intensamente y a cada día de mi vida le profesara mi eterno cariño a arnold, esto no significaba que tuviese que decírselo de frente, no, claro que no, en ese entonces hubiera muerto si eso hubiese pasado alguna vez, lo bueno y malo al mismo tiempo es que eso nunca paso, al menos no como yo lo hubiera esperado, ya que mi amor secreto era precisamente eso, un secreto y el nunca lo supo, bueno, al menos no cuando teníamos esa edad, claro esta sin contar lo de industrias futuro, esa es otra historia.

En fin, ahora que lo veo desde esta perspectiva creo que de quien estaba realmente enamorada yo, era de aquella estatua hecha con goma de mascar, que de hecho me costo mucho trabajo construir, y que además tenia la figura de mi mantecado, ja, ¡mantecado! Ese era el apodo secreto mediante el cual así llama a arnold. Esa estatua durante años fue mi verdadera confidente.

OK., continuando con mi rutina, después de darle los buenos días a mi ¡Amado! Lo obvio era darme una ducha con agua fría como usualmente pasaba debido a que, ya sea que Miriam olvidara encender el calentador, o Bob en su ducha matutina hubiera ocupado toda el agua caliente disponible, en fin un típico día al parecer normal.

Después de la ducha y el cambio de ropa, y después de ordenar mi cosas etc., etc., lo siguiente era bajar a desayunar y si, así fue, pero vaya sorpresa la que me lleve aquella vez, justo cuando me doy por convencida de que seria un día normal, al pie de la escalera repentinamente me atraparon los dos fuertes brazos de una persona, aquella llamada Olga Pataki, mi perfecta hermana mayor; justo cuando paso esto, fue justo el momento en que me di cuenta de que mi día normal se había convertido en uno de los peores, para esa mañana era obvio el desenlace, todos en la casa pataki me ignorarían como de costumbre; Miriam como siempre había olvidado avisarme que Olga llegaría a casa y estaría con nosotros un par de semanas.

Lo ultimo que recuerdo de aquel escenario es que tome mis cosas y me fui sin siquiera desayunar y mas aun cuando era obvio que no había nada que pudiese llevarme a la escuela, era el típico pero odioso e inevitable día. Ese lunes, justo a la espera del autobús, como de costumbre me encontré con Phoebe, mi mejor amiga entonces y por siempre, la chica era muy lista y aun lo es, y era fácil notarlo pues tenia una excelente agudeza en la percepción de los problemas ajenos, justo cuando me vio llegar de inmediato concluyó que Olga estaba en casa, y yo, ¿yo que le podía decir? Mentir con ella nunca me había funcionado, al menos nunca en este tema, así que no me quedo de otra más que confesar.

Muy a pesar de mis desplantes y demás asuntos personales y temas matutinos, el día de clases paso normal como siempre, empezando desde el autobús, riéndonos como siempre o quizás provocándole alguno que otro accidente al chico mas tonto de todos, el rey de los tontos, como diría gerald, al chico con mas mala suerte en el mundo ¡eugene! Un caso de estudiar realmente…

Como les decía, el día de clases transcurrió normal, siempre, muy a pesar de mis problemas, mi consuelo de todos los días era molestar a arnold a todo momento, durante el autobús, en las clases, en el almuerzo, en las clases, a la salida de clases, de nuevo en el autobús, etc., etc., era divertido hacerlo enojar, pero ¿Qué podía hacer yo? Esa era mi forma de demostrarle mi cariño a arnold, lastima que aprendí muy tarde que esa no era la forma mas adecuada, ni la correcta de llamar su atención; después de las clases y después de ir a dar una vuelta con phoebe, esa ocasión regrese a casa por ahí de las 4:30, la hora perfecta mas común en la que usualmente regresaba de la escuela, pero lo raro de la tarde es que a penas había puesto yo un pie en la casa y el tremendo golpe del ambiente negativo y serio me pego de frente, papá se encontraba en la mesa de la cocina revisando algunos documentos, quien sabe de que o sobre que y a su lado estaba Miriam quien se veía notablemente nerviosa, pregunte una y dos veces mas y ni uno ni otro me contestaban, realmente no le tome mucha importancia, al fin y al cabo casi nunca me prestaban la atención suficiente, en fin, por un momento quise ir y preguntarle a mi hermana ¿pero saben que fue lo que hice? Simplemente tome el teléfono y ordene una pizza, al poco tiempo esta llego claro ¿pero saben que fue lo interesante del asunto? Lo interesante fue que Olga técnicamente había desaparecido, al menos de la presencia familiar, ya que extrañamente la perfecta de mi hermana se encontraba en su alcoba empacando de nuevo sus maletas…

Esta situación de alguna forma u otra era un tanto sospechosa, Olga por lo general nunca llegaba de sus viajes y obvio no se iba de un día para otro a menos que fuese lo suficientemente importante, al final no le di la debida importancia y seguí comiendo pizza en mi habitación, pizza que de hecho pague con algo de dinero que tome del bolso de Miriam, ¡No iba a gastar dinero de mi mesada!, como les decía, en general no le di la debida importancia así que me fui a terminar mis deberes, que no eran tantos como esperaba. La noche en lo personal para mi término normal.

Para el siguiente día todo comenzó normal por un momento, hice mi rutina de siempre, la que les platique y que no pienso volver a repetir, pero bueno, la mañana de un momento a otro cambio, justo cuando salí de la habitación, dispuesta a no irme sin comer algo, me encontré con la mas extraña de las situaciones, tanto Miriam como Bob y Olga se la pasaban corriendo con maletas y otras cosas mas entre las manos, entre estas muchos papeles; quise preguntar que pasaba, pero… ¿saben que fue lo que Bob me respondió? Nada, la que respondió fue Olga y dijo algo como:

"Hermanita bebe, que bueno que te despiertas, ten, toma tus maletas, empaca todas tus cosas o lo que quieras llevar, no importa, nos vamos de vacaciones"

"¿De vacaciones? ¿A dónde? –Pregunte-"

"A un lugar muy especial –contesto Miriam-"

"Si, y si seguimos hablando –dijo bob- perderemos mas tiempo, y el tiempo es oro, así que date prisa niña…"

Y yo como buena obediente e incrédula hice mis maletas y tome las cosas que eran de valor para mí, la verdad note muchas cosas extrañas, no lo niego, pero estábamos a un par de semanas para salir de vacaciones de verano así que preferí no prestar atención y tome mis cosas ¿Qué daño podría hacerme adelantarme a las vacaciones? Después de ordenar algunas cosas Bob dio la orden de subir al auto y ahí fue donde todo lo extraño comenzó; después de ponernos en marcha, dimos un par de vueltas por toda la manzana y bob me dio una de las ordenes mas raras de mi vida, de haber sabido lo que me esperaba no hubiera hecho lo que me ordenaron aquella mañana…

"Escuchen todas, lo que vamos a hacer es algo loco, pero es parte del juego –dijo bob justo cuando detuvo el auto- y no hay marcha atrás"

Lo siguiente fue que Bob descubrió un costal con rocas, si, un costal con rocas lo suficientemente grandes como para romper muchos vidrios, y eso fue lo que hicimos, de un momento a otro, mientras el auto andaba a una velocidad considerable, bob y Miriam cada cierta distancia bajaban del auto y los muy lunáticos comenzaron a arrojar rocas a las ventadas de algunos vecinos, los primeros fueron los Johansen…

Beeep, beeep Bob tocó el claxon frente a la casa de los Johansen y el señor Martin Johansen, papá de Gerald, fue quien salió, ahí empezó todo…

"Buen día señor Bob –grito el señor johansen- ¿Qué se te ofrece?"

Pero bob no dio pauta alguna para siquiera dar alguna respuesta mas lógica…

"Oye, esto es para que te acuerdes mi Johansen"

No lo podía creer, el maniático de mi padre arrojo varias rocas directo a las ventanas de la casa Johansen, el señor Martin estaba furioso, prontamente Bob subió al auto y piso el acelerador, de ahí, a cada parada sucedía una situación similar, en la siguiente ocasión había sido Miriam en contra de la florería de la señora Vitello, Bob en contra de la carnicería del señor Green, de nuevo Miriam y fue en contra de los dos restaurantes franceses, el Chez Piere y el Chez París, y muchas otras mas, hasta inclusive Olga también participo, de ella jamás me imagine que tuviera algún problema con alguien, pero luego de burlas y demás, me toco a mi, pero yo fui mas inteligente, baje del auto y a trote recorrí varias cuadras, así me vengue de muchos, de Lila, de Harold, de Stinky, de Sid, claro que tuve algo de ayuda pero aun así me vengue también de Rhonda, como disfrute romper los vidrios de su lujosa casa, de Eugene, de Sheena, de Nadine, de Curly, y de muchos otros mas, en total rompimos los vidrios de 39 lugares según recuerdo, realmente fue grandioso y aunque no lo crean, todo esto sucedió en aproximados 30 minutos.

Recuerdo que muchas personas nos seguían en sus autos, otros a pie y algunos otros llamaban furiosos a la puerta de nuestra casa, recuerdo que el reloj marcaba las 7:45 de la mañana y ya casi era hora de ir a la escuela pero era obvio que no iría según creía yo, pero todos los planes cambiaron cuando volvimos a nuestra casa, yo les decía -¿están locos? Tenemos que irnos de aquí- pero lo curioso fue ver como Bob y Miriam bajaron del auto, y a pedradas acabaron con todos los vidrios de la casa, no hubo risas ni burlas, y esta vez Olga no bajo del auto, lo siguiente fue ver como la gente nos miraba sorprendida y muy furiosa, Bob puso en marcha el auto y piso el acelerador, yo creía que nos iríamos de ahí pronto pero no, después de un par de minutos, justo a las 8 de la mañana, nos detuvimos a la entrada de la escuela y ahí paso lo que yo ni siquiera me esperaba…

"Bien, llegamos a la escuela, Helga aquí te bajas –dijo mi padre-"

"Estas loco –le dije- como voy a quedarme aquí, en cuanto me vean los chicos, me van a matar"

"Ja, ja, no me hagas reír, ¿que no se suponía que tu eras la ruda?"

"Si lo soy pero antes me tenían miedo sin motivo y la lucha era de uno a uno, después de esto si tendrán razón de algo, ya les di un motivo y no creo que vayan de uno en uno, irán todos contra uno ¿sabes que significa eso?"

"Si, significa que tienes un problema"

"Dirás, TENEMOS un problema"

"Oh, no, no señorita, tu lo tienes por que tu te quedas aquí ¡bájate ya! Que tienes que ir a clases"

"No, eso si que no, además ¿que no íbamos a ir de vacaciones?"

"Si, eso dije, pero nunca dije quienes irían"

"P… pero"

"Sin peros ¡Bájate ya! –Grito muy fuerte bob mientras apago el auto y descendió de este-"

Yo no entendía nada, Bob se iría de vacaciones sin mí eso era un hecho, fue entonces cuando Olga intervino…

"Hermanita, Helga, baja por favor, no hagas enojar a papá, no lo hagas mas difícil"

"¿Más difícil? ¿Más difícil que?"

La verdad no lo vi venir, no me di cuenta como fue pero Olga logro bajarme del auto y ya afuera, solo sentí como Bob me sujeto, me llevo hasta la acera y me dijo mientras me cargaba, las palabras más crueles de mi vida…

"Hasta nunca Helga Geraldine, ya no eres una Pataki, lo fuiste o no, ese ya no es asunto mío, si quieres conservar el apellido o cambiarlo no lo se, ese es tu problema ahora, hasta nunca"

Justo cuando me dijo esto los testigos que vieron todo quedaron fríos de la impresión, era increíble ver como un intento de padre ejemplar se deshiciera de una de sus hijas, justo en ese momento, Bob vio como un tumulto de gente de todos lados se iban acercando, así que se dispuso a bajar todas las cosas eran mías importándole muy poco si estas se esparcían por todos lados o no…

"Bueno, bueno, aquí están tus cosas, tus maletas, tus libros y demás…"

Y arrojo todo al suelo, por todos lados cayeron…

"Que tengas buena suerte y hasta nunca, has como que nunca nos conociste, nosotros haremos lo mismo…"

En ese momento reaccione ante el ruido del motor, y justo cuando comenzó la marcha corrí un par de metros tras de ellos, a lo pronto solo vi como Miriam alzo la mano despidiéndose de mi, Bob piso el acelerador, yo no lo seguí mas, me detuve por completo y por primera vez en mi vida no me limite a llorar, no hice ni el esfuerzo por reprimirme u ocultarme, algunos chicos y chicas que pasaron por ahí se acercaron, entre ellos Phoebe y Arnold, seguido de esto, de pronto me vi rodeada de las personas afectadas por los vidrios rotos de sus hogares, recuerdo que estaba llorando incontrolablemente; por fin, entre todo el tumulto se escucho como un auto regresaba y de un solo giro llego en sentido contrario y se frenó justo frente a mi, no lo podía creer, era mi familia, por un momento pensé que lo que habían dicho antes era una broma muy mala y pesada, y ahora habían regresado por mi, pero no fue así, Bob bajo del auto y se hizo paso entre la gente ¿y saben que fue lo que hizo? No mucho, en un principio solo dijo –Toma esto…- y me arrojo un libro rosa a los pies –olvidaste tu diario, en 30 días revisa lo que hay dentro ¡para que no digas algún día, que nunca me preocupe por ti- el muy cretino de mi padre se atrevió a leer con anticipación mi diario, alguna vez pensé que algunos detalles de lo que estaba escrito, habían propiciado esto, pero no, no fue así, la razón y motivos de lo que sucedió aquella mañana, solo se puede catalogar en el rango de inexplicable, y a la fecha sigo sin saber la razón.

Después de que Bob, Miriam y Olga se marcharan se podría decir que jamás volví a saber de ellos, ellos desaparecieron por completo, en ese momento quise escapar, huir, regresar a mi hogar pero no pude, por parte de algunos, solo se que fue tanta la presión al querer huir, que termine desmayándome, lo siguiente que recuerdo fue que desperté en la habitación de un hospital.


Continuara...