He aquí, oh, gran maestro
Que se presenta ante nosotros, el alumnado, con gran apego
Un maestro que va más allá de lo convencional
Esforzándote, día tras día, en un esfuerzo sin igual
Un maestro, de piel amarillenta
Suave y flácida, carente de dureza
Carente de manos, carente de piernas
Más no, de una inigualable sonrisa tierna.
Que es lo que viniste a enseñarnos a hoy día?
Oh, gran maestro?
Eres alguien bastante amable
Oh, gran maestro
Que dedicas tus el pasar de tus días, que pareciesen eternos
A venir a pulir, las destrezas de tus alumnos
Quienes, abandonados de toda esperanza y fidelidad
Levantan las frentes en alto
Decididos y confiados
Y te dicen: "¡Enséñenos, oh, gran maestro!"
Eres increíblemente habilidoso
Poseedor de diversas destrezas y particularidades
Quienes te engrandellecen, más de lo que eres
Más tú no te amilanas
Y siempre nos tratas con tolerancia y respeto
Estas lleno de diversas imperfecciones y errores
Pero estas no son nada
Comparados con tus virtudes y tus dones.
Un maestro que nos enseña sobre el asesinato
La frialdad del alma
Y la mentalidad asesina
Pero que, en lugar de ser desquiciado
De mente y cuerpo
Es un ser sonriente y travieso
Infantil y tierno
Que siempre sabe el cómo levantar
El humor de sus compañeros.
Intocable frente a armas comunes
Cuchillos, pistolas y demás bélicas
Que, siempre apuntando contra su objetivo
Están simplemente predestinados
A fallar frente a ti, gran maestro.
Poseedor de una potente y asombrosa velocidad
Resistencia y regeneración sin igual
Que van más allá de un humano
Que van más allá de los astros
Que van más allá…de lo permisible
Porque siempre estas sonriendo?
Oh, Gran Maestro?
Tú fuiste un asesino cínico alguna vez
Sin respeto por la vida
Sin respeto por tu vida
Sin respeto por la humanidad
Fuiste obligado a pasar por varios cambios
Que te mutaron, que te transformaron
Que te cambiaron…tanto por dentro, como por fuera
Experimentaste un infinito dolor
Pero, a la vez, por un innegable amor
Fue la aguja y las jeringuillas quienes moldearon tu cuerpo
Blando y amarrillo
Similar a la gelatina
Y fueron las palabras y el afecto de una mujer
Inocente, cariñosa, y de corazón
Quienes moldearon tu mente, tus ideales, y tú forma de ser
Cambiaste…si, pero cambiaste para bien.
Un pasado sumamente triste
Lleno de odio, lleno de ira, y lleno de rencor
La carencia del amor fue el que te obligo a asesinar
Y, cuando lo recibiste, no supiste cómo reaccionar
Mas esta vida es injusta
Estúpida, frívola, y arrogante
Quien, jactante
Osó arrebatarte, a tu querida amada
Oh, gran maestro
Tú te levantaste de las cenizas
De tu destrozado corazón
Y te levantaste
Como el pilar de una gran decisión
Viniste hasta nosotros
Usaste tu vida
Para dedicádnosla a la nuestra
Y, sin haberlo pensado
Te convertiste en parte de nuestra familia.
Pero toda bienvenida tiene un adiós
Todo lo que viene, tiene que partir
Y, ahora, ha llegado el momento de la despedida
Oh, gran maestro
Dador de conocimiento y respeto
Tú nos inspiraste, un gran afecto
Que se clavó en nuestras almas
Que se clavó en nuestros sentimientos
Que se clavó en nuestra memoria, hasta el final de los tiempos…
Nunca…jamás te olvidaremos…
Koro-sensei…
FIN
Hola, sean bienvenidos, me alegra que se hayan tomado el tiempo de leer mi poema, que se lo dedique a un personaje que me saco muchas risas, así como un par de lágrimas, y que, además, me enseño también un par de cosas.
No soy de escribir historias de esta serie, pero sentí que, si podía darle un tributo a este "pulpo pervertido de buen corazón", entonces debía…no sé, que dicen, ¿cómo me quedo?
Bueno, si les gusto, a buena hora, si no, pues lo siento, no les quito más de su tiempo.
Me despido, Zalgo viajero fuera.
Hasta otra :D!
