Capítulo 1. Recuerdo.

¿Pensáis que las reencarnaciones existen? ¿Si es que sí, como sabemos donde y en qué cuerpo se puede reencarnar un alma? No se sabe con certeza si se es un semejante o un igual a un pasado, es algo muy incierto y que a veces la incertidumbre llega a no ser real. Lo más fácil y lo quizás más correcto es decir, no creo en eso ¿Por qué se dice eso? Porque jamás se ha llegado a conocer alguien tan de cerca que haya tenido esa suerte o esa desgracia, sin embargo, lo difícil es rebuscar en el pasado y saber qué tipo de reencarnación se puede llegar a ser sin saber qué vas a ser en el futuro.

Las reencarnaciones pueden o no ser ciertas, pero sí que hay algo que llama especialmente la atención, el creer que lo eres por un hecho tan simple como un libro. Un libro sí, escrito a mano pacientemente, buscando siempre las palabras adecuadas y sabiendo siempre en qué parte de él nos quedamos la noche anterior. El libro que se mostrará tiene algo especial, algo diferente a los demás ¿magia? Puede ser, no se está seguro pero casi todos saben que un libro es algo mágico el cual sus letras te llevan a historias inimaginables.

Y inimaginable fue la historia de Leonardo, un chico aparentemente normal, con una vida normal para la época en que vive, y sin embargo le rodea un mundo irreal y pasado totalmente irreal. ¿Es un engaño? No, nada de lo que vemos es ficticio o al revés, nada de lo que vemos es real, se puede mirar de las dos formas ¿no lo creen así?

Éste chico tenía un gran problema o temor más bien con la fantasía y las historias pasadas, la fantasía fue la causa de que su madre muriera y por ello la odia, tampoco aceptaba su forma de ser, se arrepentía de casi todo lo que había hecho de niño después de la muerte de su madre, no había sido feliz y eso se notaba en sus ojos tristes y melancólicos que iban allá donde él.

El libro aparentemente un puñado de hojas encuadernadas con una carátula, una tapa y una contraportada contenía algo que no se podía imaginar, lo encontró en un escaparate de objetos perdidos y que le llamó especialmente la atención, quizás más bien porque el libro lo llamó a él ¿Magia? Quien sabe, algo había en ese libro y no pudo resistirse a no tenerlo en sus manos.

No había duda de que aquel libro decía algo que no era real, al abrirlo vio el título "Recuerdo de un pasado" Un título realmente extraño ¿verdad?, siguió pasando página y empezó a leer, no había prólogo y sus letras eran muy antiguas, la tinta era tan extraña para él, tan antigua y tan… no tenía palabras, poco a poco empezó a leerlo.

Aquellas palabras eran amenas, tranquilas y sin embargo repletas de recuerdos, encajaban en las frases sin haber fallos, ni correcciones ¿cómo es que un libro escrito a mano no tenga ninguna corrección? El que lo escribiera debía de haberlo pensado muchas veces, debió de haberle dado vueltas muchas veces hasta encontrar las palabras adecuadas.

Contenía tanta belleza, tanto brillo… que se fue entusiasmando cada vez más hasta el punto de no poder retirarse de aquel libro, a medida de iba avanzando veía a su escritor, como pensaba, como escribía, algo sumamente irreal. No se lo podía creer pero el que lo escribió fue un elfo ¡Un elfo! Sí, alguien que no sabía si existía o no, pues solamente se hablaba de eso en las historias de Tolkien, un gran escritor y al que admiraba mucho por su talento y maestría.

A medida que se adentraba en la historia descubría que hubo una chica muy especial para él, se llamaba Elian, pero sin embargo la describe como una elfa, la más bella que sus ojos hayan podido ver. Describía cada detalle, su aspecto, sus movimientos, su carácter, era como verla ante sus ojos, sin embargo alucinaba, pues él había soñado con aquella chica más de una vez.

Se quedó mirando el libro varias veces, recorriendo sus palabras en busca de su nombre, primero decía que era una elfa y luego un montaraz, ¿Existían las elfas montaraces? No le dio muchas vueltas a aquel libro, lo cerró y lo dejó encima de la mesa. La tentación de volverlo a coger era tan grande que podía con él, de nuevo con sus manos lo cogió, pero ésta vez al cogerlo sintió como la presencia del escritor se mostraba, se quedó bloqueado sin responder, había visto al elfo con sus propios ojos.

¿Fue una ilusión? No sabía qué pensar, estaba en blanco y se notaba en su rostro la incertidumbre que había en él. Apartó el libro de su vista, no lo quería ver más por miedo a volver a verlo, ¿era miedo lo que sentía? No, era algo diferente, una sensación muy extraña, como si se sintiera identificado con él, un lazo había entre ellos dos ¿pero qué era? No lo conocía de nada, imposible vaya, y aunque hubiera soñado con aquella chica… pudo ser también una coincidencia.

-Búscala.

¿Qué había sido aquello? ¿Quién le había hablado en el silencio que en su casa reinaba? Quizás fue su imaginación, eso pensó, su imaginación. Intentó poner más oído a la voz y esperaba a que saliera de nuevo pero no salió más, una señal de que había sido una reacción por el libro.

Sin embargo, aquella noche la voz volvió a pedirle que se buscara a sí mismo, él aquella frase no la entendía, que se buscara así mismo ¿para qué? No era un significado de encontrarse en un lugar, era un significado literal, ¿A quién debía encontrar exactamente?

Las noches se convirtieron en pesadillas, aquella voz le decía siempre lo mismo y había llegado a una sensación de mal estar y al no querer acostarse, el temor podía con él y lo atormentaba, pero tampoco podía decírselo a nadie ¿Quién le iba a escuchar? Nadie, y menos si se lo decía a sus amigos dirían que estaba loco y que fuera un psicólogo, y eso no podía ser, no estaba loco pero algo lo perseguía.

-¿Sabes quien eres?

-…Leo… -dijo atemorizado-

-Sí, Leo ¿y sabes quien fuiste antaño?

-…

-Un elfo…

-¿…un…elfo?

-Exactamente ¿Por qué no aceptas ser quien eres Leo?

-…no puedo aceptarme… lo perdí todo…

-No perdiste nada… tu madre está a tu lado…

-… ¿Cómo sabes lo de mi madre?

-Yo también sufrí lo mismo que tú antaño.

-¿… eres el escritor de ese libro?

-¿Quién sino te hablaría ahora?

-¿…quién eres?

-Mi nombre es Legolas.

-…¿Legolas Hojaverde, el hijo de Thranduil?

-¿Sabes de mí?

-…he leído sobre Tolkien y habla … de los elfos y de la Tierra Media…

-…quizás…

-¿Qué quieres decir con ese quizás? –preguntó algo más calmado al ver que no parecía maligno-

-Te lo diré sin rodeos y de una forma clara y entendible. Mi nombre es Legolas y soy tu pasado, es decir tú eres mi reencarnación.

-¿Estás de guasa no?

-No, de una forma u otra me quedé encerrado en ese libro hasta encontrar a mi reencarnación y unirme a ella.

-¿Pretendes sobrevivir dentro de tu futuro?

-Solo hasta encontrarla.

-¿A la chica? ¿Quieres buscar a Elian?

-Yo no, tú.

-Elian es ficticia.

-Es igual que yo, no es ficticia y la puedo sentir.

-¿Cómo, sabes donde está?

-Dentro de éste libro no tengo poder.

-¿Y quieres que te deje entrar en el mío?

-Tarde o temprano lo harás, además, sabes mucho más de los elfos de lo que imaginas, y si me dejas entrar en tu cuerpo sabrás lo que yo.

-¿Y qué sabes exactamente?

-Lo que solamente debes saber tú.

-…no lo sé… ¿y si eres maligno, o el tiempo te ha vuelto maligno?

-¿Crees que si fuera maligno te hablaría de este modo?

-…no.

-Entonces no temas, es lo que has estado esperando, deseabas y deseas volver a ser tú y yo te doy la opción.

-¿Opción a qué?

-A saber lo que eras, a saber lo que tu madre no quiso decirte.

-¿Qué sabes tu de ella?

-Que era igual a la mía, lo quieras o no soy tu pasado y tu igual, los dos sufriremos lo mismo, pero tú tienes la opción de cambiar el destino.

-¿A dónde quieres llegar?

-Mi deseo no es otro que salvar a quien más quiero en éste mundo, no me importa mi vida, solamente ella. Ella fue quien me salvó la vida hace mucho tiempo y jamás tuve la opción de volverla a ver o de recompensarle, ahora puedo y quiero hacerlo.

-¿Insinúas que puede llegar a morir de nuevo? ¿Cómo puede ser eso, se supone que una reencarnación no tiene que ser paralela a otra no?

-Depende, hay algunas que sí y otras que no.

-¿Pero qué pasará si te unes a mí?

-En principio nada pero poco a poco podrás conocer el elfo que llevas dentro y escuchar su llanto, como ella se encuentra perdida en un mundo paralelo entre la vida y la muerte, en el Vacío concretamente.

-¿Qué es el vacío? ¿Y como podré llegar hasta ella?

-El Vacío es un lugar inhóspito, lejos de los demás donde fue desterrado el ser más temido de la Tierra Media, no quiero ni mencionar su nombre. Y la segunda respuesta no la sé, si la hubiera sabido quizás la hubiera ido a buscar yo mismo.

-¿Podrías dejármelo pensar un poco? es algo precipitado…

-Claro, pero a veces mucho tiempo empeora las cosas.

Aquella conversación había parecido que hablara con él mismo, pues su intuición le hacía responder las respuestas y esperaba a que él se las dijera ¿algo extraño no? Quizás aquella voz correspondiente a Legolas tuviera razón, y Elian se encontrara en un mundo inexistente para nadie, ¿Qué hará definitivamente Leo, se uniría a él por ella?

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Ésta podría ser quizás la segunda parte de lo que sería la Dama de Ithilien, la otra se llama Recuerdo de un pasado pero no entraremos en ése tema. El que habla y narra la historia es un chico llamado Leonardo, alguien muy cercano a mí en la vida real, también tiene mucha relación a lo que se refiere al Señor de los Anillos y su amplia gama de historias referente a eso.

Poco a poco se irá adentrando en un mundo donde se verá quien es y quien era en realidad, no estará solo, muchos lo acompañarán en el reencuentro con su pasado, y una de las cómplices es Blanca, una chica peculiar, ya veréis de que trata.