― Me tome el atrevimiento de editar este capitulo, solo este ya que tenia varios "horrores" ortográficos y cambie la estructura, como uno que otro detalle :D

El próximo capitulo, es decir, el cuarto, ya lo tengo casi terminado

Esta historia es tan tierna que hasta yo misma que la he escrito me empalaga :3 Espero que lo disfruten, llevaba tiempo queriendo escribir algo así.

Summary: Sasuke Uchiha se había enfrentado a los ninjas mas poderosos de su mundo, llevándose la gloria de un ganador, había conseguido persuadir a la Hokage de regresar a la Aldea pacíficamente convirtiéndose en un Anbu de élite, había logrado conquistar a la kunoichi mas hermosa y de carácter en Konoha. Pero nunca, nunca se había enfrentado a un oponente como este: Kaori Uchiha, su hija menor, de cuatro años de edad.

Masashi Kishimoto®


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Daddy doesn't understand

capitulo único

"Las personas mayores nunca son capaces de comprender las cosas por sí mismas, y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones." El principito.

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Apretó con falsa curiosidad las moras entre sus dedos, asegurándose de que estuvieran frescas y comestibles, se dio vuelta a tiempo de que una ráfaga de viento le acariciara las mejillas, el clima estaba desmejorando, una tormenta abrazaría a la noche. Recogió algunos frutos mas y con sigilo se dirigió a la entrada posterior de su casa. El calor hogareño lo invadió rápidamente y cerro la puerta tras de si. La fría cerámica chocando con sus pies descalzos también fue una caricia.

Su ceño se fruncio y dejo escapar un especie de suspiro serpientanesco. El té seguía en el mismo lugar, intacto― Kaori..―no necesitaba verla para saber donde estaba, ella tampoco se había movido ni un centímetro.

La pequeña no acudió al llamado de su padre. Sasuke volteo a ver su pequeña figura agazapada sobre la mesita de la sala de estar. Sus orbes negros encontraron el instrumento de su hija, crayones que al parecer eran inmortales, nunca se acababan. Cruzo el umbral de la cocina al living y se acomodo cerca del marco, reposo su espalda sobre la madera y se dedico a analizar a su objetivo.

―Kaori..―reiterando su llamada―Debes merendar, ahora.―sentencio.

La pequeña artista solo alzo la cabeza para tener un panorama mas amplio de su área de trabajo, ¿De que color debía pintar la cola del Dragón?. Se rascó detrás de la oreja, no encontraba la crayola naranja que había utilizado para pintar el fuego que escupía la bestia.

Nunca en su toda vida se sintió tan ignorado, ni siquiera de niño cuando quería jugar y/o entrenar con una persona que estos instantes no quería recordar. Como habían cambiado su nivel de prioridades junto a sus actividades; podría estar entrenando con su hijo mayor, pero no, el primogénito había salido de misión. Podría estar pasando un buen rato con su bien dotada esposa, pero la muy ingrata, estaba de misión informativa en el Pais del Colmillo. Conclusión: debía cuidar al integrante mas joven de su familia, su pequeña. Un niñero.

Sonrió victoriosa al ubicar su tan preciado color entre los pliegues de su ropa, al fin podría concluir la primera etapa del dibujo. Remarco las garras de las patas con azul y corrigió engrosando el garabato de ese pájaro desalineado. Abrio bien sus grandes ojos verdes brillantes para admirar bien su obra, pero un ruidito curioso llamo la atención de ambos Uchihas, el sonido provenía del estomago de la pequeña pelirrosa.

El pelinegro sonrío arrogante, nunca espero que aguantara tanto. Si ambos habían almorzado hace mas de cuatro horas, cuando se encontraron con el Uzumaki en Icharaku Ramen, luego de que el mismo recogiera a Kaori del kinder. Arrugo la nariz , recordando un pequeño detalle, si su hija había aguantado tanto resistiéndose a su insulsa merienda, no era mas ni nada menos que por Kakashi Hatake. Aun podía recordar los grandes ojos verdes de su hija, destellando brillo cuando recibió la gran bolsa de caramelos que su sensei le obsequiaba. Habia intentado persuadirla de que se los entregara a él, pero ella había objetado que los guardaría como postre para después de cenar y por supuesto, el hijo de Fugaku fue manipulado una vez mas, por sus miraditas.

―Quiero leche..―solto de repente―...con chocolate― añadio con su dulce voz.

―Ya has comido suficiente dulces por hoy, así que deja tu dibujo para mas tarde y siéntate en la mesa a tomar tu té―de solo imaginar a su hija invadida por el dolor de unas caries le hizo odiar al ninja copia.

―No me gusta el té..―levanto la mirada y fisgoneo sobre la mesa del comedor―.. tampoco esas galletitas.― objetó sin incoveniente alguno.

La rebeldia, una vez mas― Si tienes hambre, come.. ―la lucha ya llevaba una hora y Sasuke sabia que la menor debía comer las cuatro comidas diarias, así crecería correctamente y se convertiría en una gran kunoichi como su madre, como toda Uchiha. Claro que quizás, no era el adecuado para seleccionar sus alimentos. Maldita Sakura, debió hacer las compras antes de irse.

―¡Escuchame bien, Uchiha!―la observo incorporarse rápidamente y golpear con ternura la mesita, haciendo saltar a su crayones―Si meto esas cosas feas a mi boca, no es por que tu me lo digas, es solo por que mi pancita me lo pide... ―la determinación en sus ojos era adorable.

Adorable para cualquiera que no tuviera que lidiar constantemente con esta mini-Sakura Haruno, a la hora de bañarla, cambiarla, peinarla, hacer que comiera, o cualquier otra actividad padre-hija. Aun bajo el linguneo de la su propia hija, no pudo evitar sonreír con sinceridad cuando la vio pasar a su lado, con dirección a la mesa, con la cabeza alta y la aptitud de yo mando aquí. Líder a su cuatro años. La observo devorar su merienda con deseo, hambrienta, su orgullo, al igual que los de sus progenitores era increíblemente alto.

Pero la relación con su hija no había sido siempre así, no señores, ahora parecía mas una pelea de adolescente, que el trato que tenia antes. Apenas Kaori Uchiha llego al mundo paso de ser la bebe de cabello rosa y ojos verdes mas mona nacida a Konoha a la niña mimada de papa Sasuke. La paseaba por toda la aldea, con su pequeña vestimenta decorada con el abanico, mostrando lo hermosa que era su segunda hija y haciéndole sacar chispas al Clan Hyuuga, clan que parecía competir contra su familia, ya que cada vez que Sakura Uchiha quedaba embarazada, la esposa o la prima de Neji también, como resultado teníamos a un muchacho compitiendo con la genialidad de su hijo mayor y ahora un pequeño infante en el mismo salón de kinder que su hija.

Muy lejos de lo que la mayoría de la gente opinaba, el estaba feliz de que su segundo hijo fuera una niña, y no como esa teoría Kohoniana de que el iba a repoblar el mundo de minis Sasuke. Ademas el parecido de la pequeña con su mujer era tan casi idéntico, con la diferencia de que él le había otorgado sus finos rasgos, como al final de la nariz y principalmente su frente y perfil, pero no solo había heredado la apariencia de Sakura sino también su carácter. Claro que esto no era lo que la señora Uchiha opinaba, ella decía que Kaori se parecía demasiado a el.

Ella había sido una bebe tranquila, que reía cada dos segundo pero dormía cuando tenia que dormir, hablo antes que su hermano, y aquello primera palabra había sido PAPA, no mama, que fue la segunda. Lejos se encontraba su nuevo denominacion, "UCHIHA", frio y gracioso. El había estado presente en su primeros pasos así como cada cosa que le sucedía a lo largo de su aun corta infancia, aunque la pequeña era muy allegada a su madre, pedía mayormente por su padre. Pegada todo el tiempo a él, esperaba por él, jugaba con él. El primero hombre de su pequeño y vivaz corazon.

Pero todo esto parecía a verse ido por un empinado risco, hace un mes mas o menos atrás, el comportamiento de Kaori había cambiado hacia el. Sasuke no lograba cerrar ese circulo, Sakura conversando adjunto que eran cambios de la edad, que las relaciones cambiaban. Pero el cambio era solo con él. La pequeña aun perseguía y jugaba con su joven hermano, aun cocinaba y charlaba con madre y al tan querido papá- Sasuke solo le quedaban estas demostraciones de poder y rebeldía, se ponía caprichosa o directamente lo ignoraba olímpicamente, bien a lo Uchiha.

Un golpe lo distrajo de sus pensamientos, la puerta de la cocina, esa misma por la que el había entrado de recoger las moras, se golpeaba de a momentos contra el marco, producto del fuerte viento proveniente del exterior de la residencia. Dirigió a su mirada azabache a la mesa del comedor, su cerebro se desconecto, Kaori no estaba ahí. Se giro rápidamente al living, pensando encontrarla retomando sus dibujos, pero su pequeña presencia tampoco estaba ahí. Dio unos paso hacia el pasillo de las escaleras y la llamo con voz fuerte.

―¡Kaori!―repitio potentemente ―Kao― el golpeteo de la puerta otra vez. Se maldijo internamente.

De un manotazo abrió la puerta completamente, la busco bajo la protección del pórtico pero tampoco estaba alli. Se puso las sandalias y bajo los pocos escalones. No necesito llamarla, la diviso un poco mas atrás de los arbustos de moras, arrodillada sobre el pasto, con su cuerpo en dirección a el. Aunque sabia que ella no estaría muy lejos, el alma le volvió al cuerpo. Nunca aceptaría volver a perder a algún miembro de su familia. No se lo perdonaría jamas, habia tanto que cuidar ahora.

Frunció la nariz al ver a su padre salir de su casa, sabia que le arruinaría el juego. Se había escurrido muy hábilmente luego de terminar sus alimentos, ante la mirada perdida de su papa, con un plan en mente. Necesitaba todo el pasto, los pelitos verdes de la tierrita, todo lo que sus manitos pudieran conseguir.

Una pequeña gota le golpeo la nariz bajando hasta la comisura de su boca, levanto la cabeza elevando la mirada hacia las alturas, una tormenta estaba comenzando― Kaori, entra a la casa ahora.. ―grito lo suficientemente alto como para que lo escuchara pero no para asustarla.

―No puedo.. ―contesto la infante.

No quieres, resonó en su mente.―Entra ahora mismo, te vas a enfermar.. ―detallo el oscuro color de las nubes, aun con su comportamiento no le gustaba someterla, queria que le hiciera caso. No quería ir por ella, sabia el berrinche que armaria.

―Son solo unas gotitas..―respondio con obviedad, había sentido su cabecita mojarse, pero solo seria un ratito más. Un rayo rompió el cielo en dos, provocando un horrible temblor en el ambiente. El pasto previamente arrancado se resbalo suavemente de sus pequeñas manos.

Estuvo a punto de correr hacia ella, cuando la tormenta empezó. Pero la vio incorporarse tan rápidamente que se detuvo. Kaori era una niña de cuatro años, le tenia terror a los truenos, rayos y relámpagos. Se agustiaba con las tormentas fuertes. Vio el miedo de su carita mientras corría hacia él, la lluvia descendio inmediatamente luego del estruendo, humedeciendo la tierra a su paso rápidamente. Cuando estuvo a menos de ocho pasos de el, la pequeña se tambaleo y cayo a la tierra-barro de golpe, no necesito moverse demasiado, la agilidad era esencial en un shinobi.

Rompió en llanto entre su brazos y él la protegió con su cuerpo de la lluvia, a tiempo que se metía en la casa. Cerro la puerta con traba detrás de ambos. La tormenta seria muy potente, esperaba que su hijo mayor hubiera trabado todas las ventanas del barrio Uchiha, pero eso no esa lo importante ahora

Papa-a...―le limpio con la humedecida manga las mejillas y trato de calmarla.

―Shhh...―le acarició la cabeza―..No pasa nada, solo te resbalaste..― intento separase de ella por un instante para ver si se había lastimado, pero sintió unos pequeños brazos aferrarse con determinación a su cuello.

―Noo-o.. ―lloriqueo un poco mas en el hombro de su padre.

― Kaori..―la meció un poco para tranquilizarla―..dejame verte bien.― su voz se distorciono a un tono mas bajo.

La pequeña Uchiha asintió con la cabeza y bajo la presión de su agarre, Sasuke la sentó en la mesa de la cocina, levantando ligeramente su remera y pequeños pantalones, buscando heridas. Solo un raspón en la rodilla izquierda, nada que necesite puntos. La alzo nuevamente y camino tranquilamente hacia el baño, la desnudo al mismo tiempo que llenaba la bañera y sin esperar a que se enfriara, la metió en la bañera de agua tibia.

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Habían terminado de cenar, gracias a Kami, Sakura les había dejado frizado un arroz con curry y lo único que debió hacer fue calentarlo. No hubiesen podido salir en busca de cena con ese clima. La tormenta seguía luchando con el paisaje afuera. Ahora sentado en el sofá, limpiaba kunais y shuriken de su ultima misión, mientras observaba atentamente a su pequeña.

" En todo caso, sera algo que le habras echo, solo esta algo rara, dale un poco de mimos y volverá a ser la misma",

Palabras de Sakura, pero Kaori se rehusaba a su cariño, la conmoción por la caída había durado pocos minutos y en cuanto se recupero huyo de su contacto nuevamente. Era increíble, el Sasuke Uchiha, buscando cariño y aceptación de una niña, pero no de cualquiera, su hija. Un miembro de su familia.

Nunca mas estaria solo, ahora formado parte de algo con un sentimiento reconfortante. Esa personita era un parte de el..

Solo se distraía del coloreo de su dragón, bajando la cabeza de a momentos, cerciorándose de que la carita feliz de la bandita en su rodilla no dejara de sonreír. Penso que quizás no era muy grave, en unos meses comenzarían a enseñarle a ser una ninja. Y Mamá, papá y su adorado hermano, siempre se lastimaban. Ella quería ser un ninja también, quería ser fuerte.

Miro el reloj detenidamente, ya se había hecho tarde y mañana tanto el con ella tenían cosas que hacer―Kaori, deja el dibujo para mañana y vamos a dormir.― pidio calmadamente

―No puedo ―puntualizo la niña y Sasuke solo en ese momento diviso la hierba sobre la mesa. La había sacado del bolsillo de sus pantalones luego de bañarla y creyó haberla eliminado, claro que unos ojitos verdes seguian todos sus movimientos.

― Asi, ¿porque?―jugueteo con su voz.

―Porque debe estar listo para cuando Sai venga...―la niña le sonrió y alzo el dibujo para mostrárselo. Un dragón que salia de un pergamino, y con unas manchas extrañas alrededor. Eso se llegaba a figurar. Por supuesto que su hija era talentosa, si hasta el se daba cuenta lo que era y no era ninguno experto en aquello.

Sasuke afilo su vista.¿Sai?. Esa copia barata de el, ese bastardo de falsa sonrisa que solo visitaba a su familia cuando ni el ni su hijo estaban ahí. El muy cobarde nunca le daba la cara y disfrazaba de una falsa amistad sus verdaderas intenciones con la pelirrosa, su esposa. Dándole obsequios a su hija, los crayones, ese maldito se los daba. La interesaba es esas artes. Y ahora su hija perdía todo el tiempo que podría estar jugando con el, haciendo el dibujo al cara de payaso ese. Sonrió, ese era el apodo que su hijo le había dado, a el tampoco le caia bien. Por lo menos los Uchihas demostraban lo que sentían, cualquier parecido era pura coincidencia. Tendría una charla con ese tipo cuando lo rastreara.

―El no vendrá.. ―sonrio macabramente.

―Si vendrá..―contraresto la pelirrosa ―¡Si-i vendra y a el si le va a gustar! ―su suave voz se quebro.

Sasuke la observo sorprendido, el coraje en la voz de la pequeña no le permitió reconocer otro punto importante. Una vez ella paso a su lado echa una pequeña chispa y subió las escaleras dando pasos agigantados.

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El fuerte sonido de la tormenta lo despertó por completo, ya estaba medio imsoniado, atento a cualquier inconveniente que a su hija le pudiera llegar a presentar. Tenia la esperanza de que en cualquier momento vería a la pequeña pelirrosa parada en el marco de la puerta de su habitación, asustada por la tormenta y con el deseo de dormir junto a el. Aptitud desde pequeña, lo esperaba con una tormenta como aquella, que se estaba comiendo todo a su paso.

Un sollozo, un sollozo alcanzo a escuchar, se levanto fugazmente de la cama. No debio caminar hasta la habitacion de Kaori su camino se interrumpio en brevedad, ella estaba ahí, no en el marco de su puerta, sino en el pasillo que venia de su habitación a la de el y Sakura, con su pequeña espalda pegada a la pared, abrazando sus piernitas y sollozando. Lo comprendió, estaba apenada, no se había animado a ir a dormir con el.

―Kaori...―se agacho a su altura ―¿Por que estas enojada con papa?― inquirio al fin.

Se sobresalto al verlo ahí pero negó con su cabecita ―No-o lo quisiste y lo tiraste.. ―abrazo mas fuerte al zorrito que Naruto le había regalado―..Ni siquiera lo miraste. Era una sorpresa.―

―¿De que hablas?― le hablo tranquilamente, con confusión.

―De mi dibujo...- se enderezo y se seco las lagrimas―.. el que metí en el bolsillo de tu pantalón y tiraste. Era-a mi regalo por tu cumpleaños.― sus enormes ojos verde carmelo brillaban bajo el manto de la oscuridad.

Un relámpago, pero esta vez dentro de su cabeza. Un fugaz recuerdo; el día de su cumpleaños numero veintisiete, el tenia una misión a la cual partir luego de la pequeña celebración que habían organizado sus amigos. Celebración que solo incluía a su familia, a Naruto, a Kakashi y algunos compañeros de escuadrón. Reviso sus bolsillos estado en la entrada del portón de su casa, buscanco cualquier objeto que por insípido que fuera dificultara la salida de un kunai o shuriken. Un papel, seria del que uso para limpiarse luego de comer el pastel. Pero el pañuelo no fue solo al cesto de basura de la entrada de la Villa Uchiha. Lo desecho sin saber que desde la ventana, unos vivaces ojos verdes lo observaban expectante.

Desde que volvió de esa misión, ella se comportaba asi ―Kaori...―susurro ―por eso no me gustan las sorpresas, por que las arruino.― no pudo evitar soltar una risilla, indigna de un Uchiha.

La pelirrosa dejo de llorar y lo miro atentamente―.. ¿fue por que no use azul verdad?― apretando sus labios, queriendo admitir lo evidente.

Sasuke le sonrió y abrazo alzándola en el camino ―No nena, tu hiciste todo bien, solo es que papa es un idiota.― acariciando su pequeña nariz con la punta de la propia, generando un cosquilleo agradable.

― Crei que Naruto-kun era el idiota―. concluyo la niña.

―Ese es otro tipo de idiota..- volvio a reirse levemente―..¿Perdonas a papa?― se apresuro a decir.

― Sipi..― beso la mejilla del azabache con ternura.

El pelinegro beso su frente y la llevo a su habitación, una feliz sonrisa iluminaba la carita de su la pequeña Uchiha. Prestaría mas atención de ahora en adelante, no podria sobrevivir ni un instante mas asi.


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Bhodi.

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