Los pasos rápidos de Tenshi y Yuri marcaban el suelo lleno de hojas secas. La floresta estaba cada vez más densa y con poca visibilidad, entretanto eso no los impidió de seguir corriendo en búsqueda de la la dirección Oeste.
Yuri era naturalmente más veloz que la chica dado que su constitución física masculina tenía más resistencia, ambos estaban a una distancia de algunos pasos de diferencia. Mirando hacia atrás él percibió que su amiga estaba algo alejada, y frenando bruscamente la tomo de la mano para así seguir corriendo.
Ambos estaban agitados. Su aliento era fuerte y acelerado, y ellos buscaban cualquier rastro que les indicara que ya hubiesen llegado a la Villa. Tenshi, aun que estuviera cansada, no podía dejar de sonreír por todo lo que le acababa de pasar. Sintió por un instante que amaba su vida, ya que la pasaba al lado de dos personas muy amadas: su mamá, Sakura, y su mejor amigo, Yuri.
Como una coincidencia agradable, al instante en que pensaba en la importancia que tenía su mejor amigo en su vida, la voz adolescente de este la sacó de sus propios pensamientos:
— Siempre estarás conmigo, ¿verdad? No necesitamos trabajar en el campo como lo hace la gente en la Villa. Tampoco casarnos con otras personas y tener hijos ni familia. ¡Seremos un equipo excelente siempre! — le dijo Yuri, con la expresión viva y los ojos brillantes.
— ¡Yuri, no sea tonto! No viviremos en esta Villa por siempre. Te has olvidado de los planes? — Ella se mantenía mirando hacia adelante mientras aun era sostenida por la mano firme se Yuri.
— Sé lo que estás pensando… Konohagakure, ¿verdad? — la preguntaba con una sonrisa de lado, mientras ambos seguían corriendo a un ritmo acelerado.
— ¿Desde cuándo yo pasé a ser tan obvia? — Contestó con una sonrisa falsa, sin querer demonstrar cuanto el asunto realmente le importaba.
— Tenshi, te conozco desde que me reconozco a mí mismo como persona. No te creas tan inusitada para mí… — Tenshi abrió los ojos y alzó ambas cejas por tal comentario. Yuri siguió: — Aparte, yo sé muy bien sobre tu objetivo con Konoha. De lo que te dijo el Monje de la Montaña, que ahí encontrarías algo que cambiaría tu vida. Yo si fuera tú no llevaría eso tan en serio. Te puedes decepcionar mucho.
— ¡Hm! La única cosa que me puede decepcionar es que algún día deje de creer en lo que siento.
Aquella frase era una definición perfecta del carácter de Tenshi, y Yuri la escuchó como un familiar sonido. Los pensamientos volaban por su cabeza como el viento que sacudía las ramas de los árboles en el bosque. Andaban a ritmo acelerado ya hacia tanto tiempo que poco a poco su velocidad fue perdiendo fuerza, y sus pasos se hicieron más calmados. Yuri levantó la cabeza y se detuvo:
— ¡Tenshi, mira! Esta ahí, llegamos a la Villa.
