No. Oh, no, no, no.
¿Por qué sucedió esto?
¡Es tu culpa!
Fallaste, Strider. Llegaste tarde. El amor de tu vida está muerto, tu hermano está muerto. Oh, tu mejor amiga también. ¿Tu otra mejor amiga? Quién sabe. Todos están muertos, ¿No lo ves? ¿No lo ves?
No, la soledad otra vez no, por favor. Pero esta vez era mucho peor. Sentía el corazón pesado y el cuerpo vacío. Era la sensación más espantosa que había experimentado y quería que se detuviera, detuviera, detuviera ahora.
La desesperación y la pérdida eran demasiado para él. Esta vez lo desbordaban y no podía continuar fingiendo que era duro y frío, porque tampoco tenía para quién fingirlo.
Se abrazó y cerró los ojos. Quería desaparecer, borrar la imagen de las personas queridas muertas, de su sangre por todas partes, de sus planetas destruidos, de todo... Se quedó suspendido en el espacio sin saber qué hacer más que hundirse en su propio infierno.
Alguien le tocó el hombro. Quería que John lo dejara en paz, ni siquiera podía soportar mirarlo, se parecía mucho a él. ¿Por qué no podía ese tipo dejar de molestarlo?
― ¿Dirk?
Abrió los ojos inmediatamente. ¿Qué? Dirk fijó la vista en la columna sobre la lava. Allí descansaba el cadáver de Jane, nada más. Nadie más. Volvió la vista sobre Jake, que estaba asustado y confundido. Vio tres marcas ensangrentadas en su cuerpo, pero él estaba ahí, al lado suyo, vivo.
No lo pensó, no le contestó, no y una mierda. Lo tomó en sus brazos con fuerza, enterrando el rostro en su cuello. Sí, definitivamente era él, era su cuerpo, su aroma. No quería dejarlo ir nunca. Por favor, que esto no sea una ilusión.
Jake se largó a llorar y lo abrazó con una fuerza inmensa. Dirk lo sostenía, como si temiera que fuera a desaparecer. No lo quería perder por nada del mundo, Jake era lo que más amaba y lo único que le quedaba ahora.
― No entiendo ―murmuró a su pesar, buscando coherencia incluso en este momento.
No obstante, respuestas o no, le importaba una mierda. Milagro de la vida o suceso habitual, Jake estaba aquí con él, y el resto podía esperar.
― Yo... yo tampoco entiendo ―Jake no dejaba de temblar― están... Jane... yo creí que la había, la ha-había salvado, Dirk, y está muerta. Todos lo están, y creí que tu, y bua-ha-ha...
― Cálmate, Jake, estoy aquí ―le besó la mejilla, rozando la nariz contra su rostro húmedo― resolveremos esto, ¿Sí? Si tú has revivido, debe haber una razón, y quizás también podamos revivir a Jane... y a mi hermano. Y al resto.
Jake se tranquilizó un poco. Lo miró a los ojos y esbozó una sonrisa triste.
― Te extrañé ―susurró.
― Yo también.
Dirk volvió a abrazarlo, sintiéndose mejor cerca de él. Había algo cálido y nostálgico, que creyó que jamás volvería a sentir.
― Resolveremos esto ―le prometió.
Y Dirk pensaba cumplir esa promesa, cueste lo que cueste.
