Autor Original: lizzle333

ID: 4596187

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Capitulo 1

Me froté los ojos mientras despertaba con los gritos desagradables de mi móvil.

"Hola" murmuré.

"Lovino, tenemos un problema" dijo una vez desde el receptor.

Me di cuenta de que era uno de mis compañeros de trabajo y hermano, Feliciano.

"¿Qué?" gruñí.

"¿Recuerdas a esa víctima de violación? Sí, acaba de ser secuestrada del hospital" replicó.

"¿La que fue encontrada en un callejón?"

"Sip"

"¡Maldición! Estaré allí en seguida"

Me giré hacia Antonio, que estaba durmiendo profundamente a mi lado. Era mi compañero y amante.

"Despierta, imbécil. Nuestra Jane Doe acaba de ser secuestrada" dijo.

Sus ojos se abrieron.

"¿Qué?" preguntó.

"Me has escuchado, vamos" respondió.

Nos pusimos algo de ropa y cogimos nuestras placas policiales. Nos montamos en el coche y condujimos a toda velocidad hacia el hospital local donde estaba ingresada la víctima. Fuimos los últimos de nuestro grupo en llegar. Feliciano y Ludwig estaba allí, así como Elizabeta y su compañero, Roderich. El jefe, Alfred, y su asistente, Arthur, estaban allí también. Los coches de policía rodeaban la parte delantera del edificio. Podía ver el caos que se manifestaba dentro a atrás de las puertas de cristal. Los papeles estaban por todas partes y la sangre teñía el suelo.

"De acuerdo, Feliciano, qué pasó" dijo Alfred.

"Bueno, estaba aquí hablando con ella e intentando conseguir algo de información por lo que le ocurrió. No recordaba nada, pero tenía un sello en la mano. Era un tigre de algún tipo. Me fui cuando me dijo que saliese, y entonces me di cuenta de que la recepcionista estaba sangrando. Me dijo que un hombre enmascarado había entrado y la había golpeado. Me di la vuelta para revisar a la víctima, pero no estaba" dijo Feliciano.

"Maldición. Fue secuestrada delante de nuestras narices" dije.

"¡Supongo que solo tendremos que encontrarla!" dijo Antonio, sonriendo.

"¿Cómo puedes sonreír en un momento como este?" pregunté.

"¿Crees que fruncir el ceño va a hacer que sea mejor?"

No respondí.

"Mencionaste un sello en su mano. ¿Crees que podría ser de un club?" preguntó Roderich.

"Quizás" respondió Feliciano.

"Bueno, vamos a hacer todo lo posible por encontrarla. Feliciano y Ludwig interrogarán a todos en el hospital que tuvieron contacto con la víctima. Elizabeta y Roderich buscarán en la habitación en la que se estaba quedando la víctima. A ver si podéis encontrar alguna pista sobre el culpable. Lovino y Antonio, volved a la estación y buscad los sellos de todos los clubes de la ciudad. SI encontráis uno de un tigre, enviádselo a Feliciado para que pueda confirmar que encontrasteis el correcto" dijo Arthur.

"Bien pensado, Arthur. ¿Ves? ¡Es por esto que te contraté, hombre!" dijo Alfred mientras pasaba el brazo alrededor del cuello de Arthur.

Arthur apartó a Alfred mientras Antonio y yo volvíamos a nuestro coche. La estación de policía no estaba lejos de aquí. Era un poco conveniente ya que teníamos el hospital justo allí así que podríamos hablar con cualquier víctima viva.

La estación de policía es un edificio gigante. Estaba hecho de ladrillo y tenía casi diez pisos de altura. Cada departamento tenía su propio piso. La Unidad Especial para Victimas de la que Antonio y él eran parte, estaba en la quinta planta. Nos subimos en el ascensor. Los escritorios de todos estaban situados alrededor de una gran pizarra blanca que usábamos para colocar las imágenes. Detrás de esta estaba la sala de interrogatorios. Detrás de los escritorios de todos estaba la oficina de Alfred. Todos teníamos la misma mesa de metal con un ordenador encima y tres cajones. Los escritorios de los compañeros estaban uno al lado del otro para que fuese más fácil para ellos el comunicarse. Me senté en el mío y Antonio se sentó en el de mi izquierda. Encendimos nuestros ordenadores y esperamos que cargasen.

El ascensor sonó y salió de este el francés más molesto que hayas conocido jamás en tu vida. Francis. Tenía el pelo rubio a la altura del mentón y ojos azules. Era nuestro patólogo y científico forense. Cuando no estaba trabajando con cadáveres o ADN, siempre estaba llevando ropa llamativa. Hoy parecía estar trabajando. Tenía guantes de color rosa y su pelo estaba recogido en una coleta.

"No esperaba que estuvieseis los dos aquí. Creí que os fuisteis a casa después de acabar con ese caso" dijo.

"Lo hicimos, pero otro caso apareció" respondió Antonio.

"Ya veo. Dejadme saber si necesitáis algo de ayuda" dijo Francis.

Se acercó y puso una mano sobre mi hombro, que lentamente empezó a bajar por mi espalda.

"Como si necesitásemos tu ayuda, imbécil" dijo, apartando su mano.

Alejó su mano adolorido y le miró tristemente. Olvidé mencionar que pasa que es un acosador sexual.

"Espera, podemos. Francis, vas de fiesta todo el tiempo, ¿verdad?" preguntó Antonio.

"Oui. Aunque solo cuando no estoy trabajando" respondió.

"¿Has estado alguna vez en un club en el que ponen en tu mano un sello de un tigre?"

"Ahora que lo pienso, sí, he estado. Es el sello del sitio de Iván"

Alcé la mirada de la fila del club y, por supuesto, a las personas les ponían un sello cuando entraban. Le mandé un correo a Feliciano con el sello. Poco después de eso, Feliciano respondió que era ese. Justo cuando estaba a punto de decírselo a Antonio sonó el móvil. Lo cogí. Después de hablar durante un tiempo, sus ojos se abrieron de par en par. Cuando colgó, dijo "Alfred recibió una llamada diciendo que nuestra Jane Doe puede haber sido encontrada muerta en el río"

Cogimos nuestras cosas y nos dirigimos a la escena del crimen.

La chica tumbada ante nosotros de manera desafiante era nuestra Jane Doe. A pesar de que sus orejas y nariz estuviesen cortadas, todavía podía decirse que era ella. Un charco de sangre rodeaba la cabeza y podías ver que estaba pelada desde donde solía estar la oreja hasta la parte superior de la frente. Francis estaba examinando su cuerpo.

"Parece que murió de una herida de arma blanca en la espalda pero hay otras heridas iguales así como un golpe en la cabeza. Además de las mutilaciones. No podemos estar seguros hasta que pueda hacer la autopsia al completo. ¿Hay algún kit de su violación en el hospital?" preguntó Francis.

Feliciano negó con la cabeza.

"No estuvo allí el tiempo suficiente" dijo.

"Entonces puedo sacar el semen de su interior en la estación y analizar el ADN" respondió Francis.

"Antonio y Lovino id al club en el que estuvo e interrogad a todos los empleados y al propietario por ella. Tomad su foto" dijo Alfred.

Asentí y Antonio y yo fuimos al local de Iván. Era un edificio antiguo medio derruido. El graffiti decoraba las paredes de ladrillo. El interior estaba en penumbra y había una barra de bar que iba por toda la pared izquierda. El resto parecía ser una pista de 'baile'. Había solo un empleado encargado de limpiar las jarras de cerveza.

"Disculpe, ¿pero ha visto a esta chica?" preguntó Antonio, sosteniendo la foto de la víctima.

El hombre asintió. Era de mediana edad con el pelo rojo y los ojos verdes.

"Vino aquí hace dos noches. Estaba con una chica ruidosa y pesada" dijo.

"¿Crees que nos pueda proporcionar una foto de ella?" pregunté.

El hombre asintió y sacó el móvil.

"Insistió en una foto una vez que estuvo lo suficientemente borracha" respondió el hombre.

Miré la imagen. En el centro estaba el hombre con el que estábamos hablando ahora. a la izquierda había una chica de pelo rubio, alrededor de la estatura de Francis, la cual estaba llevando un vestido rosa con volantes. Estaba colgada del brazo del obviamente molesto camarero. A la derecha estaba la víctima.

"¿Te enteraste de su nombre?" pregunté.

"Era Tory o algo así. La otra estaba demasiado borracha para hablar"

"¿Cuándo fue la última vez que la vista?"

"Se fue para ir al baño. Nunca regresó y su amiga se fue sin ella"

"Gracias. Terminaremos en un minuto. Solo queremos echar un vistazo por los alrededores"

El hombre asintió y caminó hacia los baños y se detuvo frente a las puertas.

"Para ti el de las chicas" dijo Antonio mientras se iba hacia el de los hombros.

Maldito bastardo. ¡¿Por qué cojones siempre tengo que ir al de las chicas?! Respiré profundamente y empujé las puertas. Caminé hacia cada apartado y busqué señales de lucha. Nada. Fue al de los hombres a ver que había encontrado Antonio. Estaba echando fotos de una pared manchada de sangre.

"¿Quieres que llame a Alfred?" pregunté.

Asintió y llamé al teléfono.