Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, sino que son creacion de Masashi Kishimoto. La trama si me pertenece.

Summary: AU. Hinata tenía 15 años cuando su primo llegó a vivir a su casa. "—Él es su primo Neji, hijo de mi hermano Hizashi —anunció Hiashi, con orgullo, a sus dos hijas —Vivirá con nosotros mientras cursa sus estudios universitarios." "—Así que ¿Jamás haz besado?. Hinata sonrió levemente y negó con la cabeza. Neji también sonrió. —Ahora ven, te enseñaré algo —murmuró acercándose más ella. "

Bueno, esta es la primera historia que hago de NejiHina y con una connotación media sexual, esto es en práctica para describir situaciones como besos e intimidad en general. Por eso me gustaría que comentaran en rewies que les pareció la interacción que describí y en qué puedo mejorar. Obviamente también espero que les guste la trama y disfruten la historia.

Pensaba en terminar esta historia con uno capitulos, en alguno, probablemente el 2 habrá Lemmon jajja, así que estoy especialmente interesada en que lean el dos para que opinen de mi narración, en este presentó la historia y algo más bien suave.

Sin más, aquí la historia:


Un beso y algo mas.

Un genio, un prodigio, un talento desperdiciado, un joven con falta de oportunidades, eso era lo que Neji Hyuga era para todos los adultos que Hinata conocía, sobre todo su padre, quien en un "acto de bondad" había prometido encargarse de los estudios universitarios de su sobrino, ya que Hizashi, el padre de Neji, no habría podido con los gastos de la prestigiosa Universidad donde su hijo había sido aceptado.

Hinata tenía 15 años cuando su primo llegó a vivir a su casa. La hija mayor de Hiashi estaba ilusionada con tener a alguien de aproximadamente su edad para conversar, quizás también, podría pedir el consejo de su primo mayor quién tenía fama de ser un genio, pues la inesperada llegada de la adolescencia había causado estragos en su vida, necesitaba a alguien con quien conversar de eso y…

La figura de Neji se hizo presente en la elegante sala de estar de la residencia Hyuga, y Hinata solo pudo pensar que era realmente extraño en comparación con sus compañeros de clases, la adolescente no sabía mucho de la vida, no entendía porqué su primo no tenía ese destello de picardía en la mirada, la sonrisa ancha de la mayoría de los adolescentes. Hinata no sabía que Neji se había vuelto un hombre hace mucho tiempo ya, a pesar de tener solo 18 años, él ya se tomaba la vida como un desafío, él se había bebido la adolescencia en un trago corto pero amargo.

Las primeras palabras que cruzaron no fueron ni lejos las mas amigables que Hinata habría recibido alguna vez. La voz grave y segura de su primo la habían hecho estremecer, de inmediato supo que sus deseos y expectativas de vivir con él eran solo eso, deseos y expectativas. La relación no sería buena, lo supo de inmediato, más le valía mantenerse fuera de su camino.

—Bienvenido Neji-niisan —le saludó acompañando el saludo con una reverencia —Espero que se sienta como en casa.

Neji asintió con la cabeza, su mirada la hacía temblar, esos ojos eran típicos de la familia Hyuga, sin embargo él les daba una nueva característica ¿Era odio? ¿Era molestia? La joven Hinata no sabía identificar, en esos tiempos, la mirada de la lujuria salvaje que los hombres guardaban para las mujeres que deseaban, así que solo atinó a no meterse en el camino de su primo, y aunque su iniciativa fue tomada por una impresión errónea, era la mejor decisión que podía tomar.

—Él es su primo Neji, hijo de mi hermano Hizashi —anunció Hiashi, con orgullo, a sus dos hijas —Vivirá con nosotros mientras cursa sus estudios universitarios. Neji estudiará Derecho, espero que sea un ejemplo a seguir para las dos.

Hinata sabía que esa última frase iba dirigida con especial énfasis hacia ella, la inútil, la decepción de los Hyuga. Ella no tenía pasta de política, ni de medico, ni era buena con los negocios, no podría seguir los pasos familiares, ella era una artista, lo sabía en el fondo de su corazón, ese era su camino, sin embargo debía ocultarse de su padre para ejercer su tan maravillosa pasión: la pintura.

Sabía que Neji era el hijo que Hiashi siempre quiso tener, se atrevía a decir, incluso, que la cambiaría a ella, su primera hija, para que Neji fuese su primogénito. Extrañamente no se sentía mal por eso, ella misma pensaba que su vida como hija de Hizashi Hyuga hubiese sido mucho más pacífica, jamás se hubiese visto presionada a elegir una vida que no quería para ella, ella pertenecía a esa vida austera que había elegido su tío en los suburbios, pero que su primo Neji odiaba. La vida había jugado un mal chiste a los hermanos Hyuga entregando a los descendientes intercambiados.

Día a día iba al instituto, vivía su vida y regresaba a casa. La mayoría de los días su primo llegaba antes que ella, podía verlo en la puerta de la casa, veía sus manos rápidas buscar las llaves, veía como suspiraba de cansancio mientras pasaba sus manos por su brillante melena castaña. Ella solo se limitaba a esperar tranquila oculta tras unos árboles, a que Neji abriera e ingresara, para luego ella poder hacer lo mismo 10 min más tarde.

Le tenía miedo y no sabía porqué, se empeñaba en decirse a sí misma que era respeto, que no quería interrumpir el brillante trabajo de su primo, quien daba orgullo a su propio padre, orgullo que ella jamás podría darle, por esa razón prefería mantenerse al margen y no molestar a Neji. La hacía sentir incómoda y nerviosa, prefería evitar ese contacto.

Entre otras cosas su vida no era fácil, Hinata Hyuga sufría de bullyng, su personalidad tranquila, amable y dulce, sacaba chispas a sus compañeras, quienes constantemente le hacían bromas pesadas. Sin embargo, las ganas de ser aceptada le hacían caer una y otra vez en el maltrato de sus "amigas".

Un día particularmente caluroso, ella invitó a sus amigas a divertirse en su alberca, con el fin estúpido de ser aceptada en el grupo. Ni tontas ni perezosas las jóvenes aceptaron e incluso invitaron a uno de sus amigos.

Así se encontraron en la mansión Hyuga, disfrutando entre ellas mientras ignoraban a la anfitriona. Sin embargo cuando la pequeña Hyuga hizo su aparición en el diminuto bikini que sus amigas le habían dado, con el fin de ridiculizarla, sus quijadas cayeron hasta el fondo de la piscina cuando vieron las exuberantes curvas de la marginada de la clase. Había que hacer algo ¿no?

Los adolescentes se embarcaron en una picante conversación sobre sexualidad, sabiendo que Hinata era una chica inexperta en el ámbito del amor y todo lo relacionado. Hablaron de besos, felaciones y tocaciones. Hinata se mantenía en su lugar con la mirada gacha y las mejillas levemente sonrojadas. El único chico del grupo la miraba de arriba abajo descaradamente, provocando molestia entre las demás chicas.

—Y tú Hinata, ¿Qué experiencias podrías contarnos? —inquirió una con malicia en la voz, la cual la joven Hyuga no supo identificar.

Se removió incomoda, algo halagada porque quisieran saber algo de ella. Al fin podría conversar sobre sus inquietudes con alguien.

—Yo… yo jamás —tragó saliva ruidosamente —…jamás he besado.

Un silencio se apoderó del lugar, los labios de las chicas se apretaron intentando contener la risa, pero finalmente explotaron en sonoras carcajadas que hicieron que el corazón de Hinata se contrajera. Se mordió los labios y aguantó el llanto lo mejor que pudo.

—Eso se puede arreglar ahora mismo —anunció el chico, que saliendo de la piscina se acercó a la Hyuga con evidente deseo en sus movimientos.

Hinata negó fervientemente con la cabeza, sin embargo sus brazos no fueron lo suficientemente fuertes para detener el peso del joven, quién se acercaba peligrosamente a sus labios, al igual que sus manos apretaban fuertemente la piel de sus caderas.

Neji Hyuga, que observaba la escena desde uno de los ventanales de la sala de estar, chasqueó la lengua y decidió intervenir.

Si bien consideraba a su prima el ser más torpe y estúpido que había conocido alguna vez, no podía permitir que se aprovecharan de su ingenuidad. Debía aceptar que la muchacha era amable y él no soportaba que se aprovecharan de la amabilidad de las personas.

De un solo manotón apartó al chico que se alzaba sobre su prima acosándola. El muchacho hizo ademán de pelear, pero pronto retrocedió al ver la expresión en la mirada del recién llegado.

—No me vuelvas a dirigir la palabra —gruñó antes de desaparecer por el jardín —maldita mojigata.

Las demás acompañantes lo siguieron sin mirar atrás, mientras comentaban la perdida de tiempo que había resultado todo el asunto.

Las lágrimas de Hinata al fin brotaron de sus ojos junto a unos penosos sollozos ahogados.

Neji se limitó a observarla desde su lugar, la manera en que su rostro se contraía en muecas de tristeza, como se doblaba sobre su propio cuerpo níveo, la piel de sus torneadas piernas parecía de porcelana.

Suspiró echando todos esos pensamientos fuera de su mente.

—Eres una tonta —masculló entre dientes, mientras se sentaba en la silla junto a ella —No sabes cuando se están aprovechando de ti ¿Qué mierda pasa contigo?

Por toda respuesta el joven recibió sollozos entrecortados y balbuceos que quedaban en nada.

—¡Deja de llorar! —alzó la voz estrepitosamente —Por favor… deja de llorar —terminó en un susurro.

Hinata tragó y utilizando toda su concentración, detuvo las lagrimas. Se limpió las mejillas con el dorso de la mano, mientras se sorbeteaba los mocos.

—No… no lo entiendes Neji-niisan —logró articular pausadamente —No tengo a nadie… pensé que… pensé que quizás si les mostraba las riquezas de la familia ellas…

—Así no es como se consiguen amigos Hinata-sama —la chica se sobresaltó al escuchar su nombre en los labios de su primo —esas solo eran sabandijas que querían burlarse de ti. Cada chica que haz traído a casa no es más que una zorra.

La muchacha posó su cabizbaja mirada en el agua de la piscina. Quizás, en el fondo, sabía la realidad de su situación pero su primo no entendía la enorme necesidad que ella tenía de ser aceptada por sus iguales. Era fácil para él, tan brillante, tan atractivo, tan carismático, Neji Hyuga no necesitaba esforzarse, Neji Hyuga se ganaba a todos.

—Yo solo… necesito a alguien que me escuche. No lo entenderías Neji-niisan, para ti es fácil.

—¡No hables como si me conocieras!, —grito casi —para mí también fue difícil pero no intenté convencerme como un tonto de que las personas eran buenas. Yo sabía que en el fondo yo era mejor que ellos y por esa razón jamás alguien podría quererme sinceramente. —hizo una larga pausa para examinar la nueva posición más relajada de su prima, tragó saliva —La vida comienza luego de que egresas del instituto, aunque digan que tus mejores recuerdos serán los de tus días de escuela, eso es una farsa, una gran y puta farsa.

—¿Por qué me dices esto? —inquirió ella sin mirarlo aún.

—Porque eres… —estuvo a punto de decir "porque eres mi prima" pero sabía que esa no era la verdadera razón, él estaba lejos de verla como una prima, estaba lejos de quererla con fraternidad —Porque eres como yo, eres mejor que ellas, en cualquier cosa que hagas, incluyendo tu arte.

Hinata dio un respingo ¿Cómo sabía su primo sobre su pasión por el arte? Ella se había ocupado minuciosamente de ocultar esa faceta suya a toda su familia, solo pintaba cuando no había nadie en casa y se encargaba de esconder muy bien sus cuadros.

—No eres muy buena escondiendo cosas —respondió.

Mintió parcialmente, Hinata no sabía lo mucho que su primo la observaba, cuando ella pensaba que se encontraba sola en casa, él, increíblemente silencioso y sigiloso, lograba divisarla en su habitación o corriendo de aquí a allá para lavar los pinceles y trapos que usaba. Aunque sonara extraño y psicópata de su parte, no era así del todo, si bien él era observador su prima era muy distraída, a esas alturas el que su tío Hiashi no hubiese descubierto sus "vergonzosos" pasatiempos era cuestión de pura suerte.

Un extraño silencio se apoderó de la situación, la heredera Hyuga ya no lloraba pero su cuerpo aún sufría extraños temblores. Neji la observaba ensimismado, recorriendo su cuerpo con sus intensos ojos claros.

La ingenuidad de su prima lo exasperaba pero a la vez o excitaba. Su mente era un revoltijo de sensaciones que luchaban contra la ética y la moral. ¿Cómo era posible que deseara de esa manera a su pequeña prima? Sin embargo, ellos llegaron a conocerse cuando ambos ya eran suficientemente maduros –hablando físicamente, claro –y era normal que la viese como una mujer ¿no?

Joder, si no era pecado, no es como si fuesen hermanos.

Joder y mil veces joder.

—Así que —Neji rompió el silencio —Así que ¿Jamás haz besado?

Hinata sonrió levemente y negó con la cabeza. Neji también sonrió.

—¿Te gusta alguien Hinata? —su prima levantó la mirada alarmada —Tomaré eso como un sí.

—Pe-pero él no sabe que existo.

—Los hombres a tu edad son unos imbéciles, no deberías dejar que eso te afecte. —y con eso se sintió satisfecho al escuchar la cristalina risa de Hinata.

Neji se levantó de su silla para hincarse junto al lugar que ocupaba su prima, tomó aire y se lo pensó. Lo haría, qué más da. Si alguien podía darle un poco de calma y ayuda a Hinata era él, ni Hiashi, ni Hanabi ni los subnormales que tenía como compañeros.

—Hinata… —murmuró cuando sus orbes tan particulares se encontraron tan cerca. Sonrió con suficiencia cuando notó la sangre de la muchacha arremolinarse bajo su piel. —Sabes que puedes acudir a mí.

—No-no quería molestarte… —susurró ella desviando la mirada, nerviosa. —Estás siempre tan ocupado con la universidad, no… no quiero ser una molestia para ti, Hiashi se enojaría mucho si…

—No metas a Hiashi en esto —dijo con molestia. —Ahora ven, te enseñaré algo.

Hinata inclinó la cabeza confundida y con expresa curiosidad, alcanzó a esbozar una sonrisa antes de que los labios de Neji se estamparan contra los de ella. Fue como si su corazón se hubiese olvidado de latir por un segundo ¿Qué estaba haciendo su primo? ¿Qué hacía Neji?

Fue un beso casto, nada más que los labios de él apretados contra los de ella. El muchacho sonrió contra los labios de ella. Y en un acto casi depravado deslizó sus manos hasta los muslos de la chica y apretándolos consiguió que ella al fin separara sus labios a causa de la sorpresa. Aprovechó entonces de intensificar el beso, succionando su labio inferior y obligándola a moverlos suavemente.

—Lo estás haciendo mal —musitó.

—¿qu-qué?

—Muérdeme —masculló soltando un gruñido casi animal. A esas alturas ya se había acomodado sobre la asustada Hinata.

Y sorpresiva e inesperadamente ella lo hizo, fue un acto torpe y suave, pero clavó sus incisivos con sumo cuidado en el labio inferior de Neji haciendo que éste se estremeciera incontrolablemente.

Levantó sus manos hacia el rostro de ella, apresando su cara y apoderándose salvajemente de sus labios. Introdujo su lengua en su cavidad bucal sin ningún miramiento, ni siquiera se dio cuenta como temblaba el cuerpo de Hinata debajo de él, buscando desesperadamente la cálida lengua de la Hyuga para finalmente enredarla entre la suya profundizando con ansias el beso.

Que dulce sabia el primer beso de una chica.

Cuando hubo separado su boca de la de ella, respirando agitadamente, viendo su sonrojado rostro, sus impactados ojos abiertos de par en par, en fin, volviendo a la realidad casi de un golpe en el rostro, susurró contra su cuello, que ya nadie se podría burlar de ella, para luego perderse en el floral perfume de aquella joven.