Hola, soy Kyubi1 y este es un fic que se me ocurrió hoy, mientras daba vueltas por mi casa. Espero que les guste, esta historia se situa al final del manga pero antes del epilogo del mismo.
Les diré desde ahora que será una historia corta, ya que es solo una aventura que se me ocurrió, en la que necesitaré la ayuda de un personaje inventado (OC), si no les agrada mi OC, ni modos, lo respetaré.
Espero que les guste y que disfruten la lectura.
Nota: Espero que no se me haya ido ningún error por ahí.
Una piedra en el camino.
Capítulo 1: Un cambio no viene mal, ¿o no?
Algunas semanas han pasado desde que Aono Tsukune, con la ayuda de sus amigos, salieran victoriosos del jardín flotante, el escenario donde se enfrentó a Fairy Tale, la organización liderada por Shuzen Gyokuro, su objetivo de dominar el mundo y destruir a los seres humanos, comenzando con Japón, fueron tirados a la basura por Tsukune y sus amigos, no fue nada fácil pero así tenía que ser. Tardaron en recuperarse de las heridas físicas y mentales de la pelea y repito, no fue fácil reponerse, pero la vida es la vida, así que tuvieron que superarlo y eso les llevó más tiempo, como unos meses, así es como llegaron al cuarto semestre de la preparatoria.
Es así como Tsukune Aono debe regresar a clases, otra vez. Él no sabe lo que le espera en este semestre, la vida le ha enseñado que podría ser cualquier cosa; ¿Sería bueno o malo? Él no lo sabía pero tendría que afrontarlo cuando sucediera.
Al caminar de nuevo por ese bosque muerto, al ver de nuevo ese lago de color rojo sangre y al observar lo pesimista que se ve el cielo hoy, da la sensación de: "¡Oh, estoy en la academia Yokai!" o algo así, si es que estás feliz de ver ese paisaje, pero para Tsukune esto ya era parte de la rutina.
—"Al fin he vuelto, nada ha cambiado por aquí, hasta parece que ya soy parte de este mundo"—. Pensó para sí mismo, recordando sus primeras impresiones de aquel lugar. —"me pregunto cómo estarán todos, ¿Yukari-chan se habrá vuelto más alta?"—. Tsukune siguió haciéndose preguntas mentales hasta que entró en la academia, pues fue sacado de sus pensamientos.
—Hola, Tsukune—. Pasó un muchacho que lo saludó y él respondió con lo mismo. Ahora algunas personas que no conocía lo saludaban, ¿y cómo no? Tsukune era conocido por sus hazañas dentro de la academia y por algunas fuera de ella. Tsukune estaba un poco feliz por ello, sentía que podía llevarse bien con los demás, como si esta fuera una escuela normal. Tsukune siguió caminando por la escuela un poco más y se detuvo por un momento.
—"Aunque Moka exterior ya no está…"
—¡Tsukune!—. El joven giró para encontrarse con Moka interior, quién sonreía y lo saludó con la mano. —es bueno verte, Tsukune.
—Moka-san, buenos días—. Respondió con un sonrojo al verla sonreír. Era raro pero la fría Moka interior se estaba volviendo más amigable con los demás, pero en especial con él. Tsukune se ponía nostálgico porque le recordaba a la otra Moka, pero tenía que vivir con ello.
—Tsukune, necesito que vengas conmigo.
—Sí, claro—. Fue jalado contra su voluntad por Moka hacia la azotea, ella estaba ansiosa y eso no era bueno para Tsukune por una sencilla razón que él conocía bien. —"esto no es bueno, cuando Moka-san está así quiere decir que… ella quiere mi sangre".
—"Debo de aprovechar ahora que no han llegado las demás, es el primer día y no quiero perder el tiempo"—Tsukune, ha sido bastante tiempo y necesito—. Ella se acercó a su cuello de forma rápida para no darle oportunidad de huir. —solo será un poco, no te preocupes—. Y luego ensartó sus colmillos en su cuello.
—"¿No te preocupes? Ella algún día debe de saber cómo se siente que te chupen la sangre"—. Pensó después de gritar por la mordida de la vampiresa. Tsukune no alcanzó a darse cuenta de que había alguien ahí, en la azotea, puesto que habían subido de un salto y ahora observaba al chico y él estaba impresionado. —"¡Maldición! Alguien nos está viendo… solo espero que no piense mal sobre esto, ¿cómo es que Moka-san no lo notó?"
El muchacho observó la escena desde el principio, por lo que no llegó a la conclusión de que no era un beso en el cuello. Él lo había visto con sus ojos verdes desde el principio. Este joven había estado mirando al lado contrario por el que Moka y Tsukune subieron. El cabello negro de lado se movió por la corriente que sopló en ese instante.
—"Los vampiros sí que son raros"—. Moka soltó a Tsukune y sin previo aviso, las chicas saltaron a su rescate, eran Kurumu, Mizore y Yukari. El muchacho de cabello negro se dio la vuelta y caminó hacia la puerta para dejar ese lugar. —"¿Por qué rayos vino tanta gente? Bueno, eso no me interesa".
A este muchacho le gustaba estar solo y al parecer, en la azotea. Era un poco más alto que Yukari pero sin superar a Kurumu, para que se den una idea de que su altura es por debajo del promedio. Su peso era ideal pues no estaba tan flaco ni estaba gordo, su apariencia era normal, excepto por su mirada de aburrido, estaba disgustado por regresar a la escuela y también porque no estaba cerca de salir de la escuela, era su tercer semestre en la escuela, justo como Kokoa. Y fue justo al mismo salón que al de ella y de nuevo estaría con los mismos compañeros, a él no le importaba, todo sería igual que antes.
Entró al salón, dejó sus cosas en la última silla de la última fila y se sentó a esperar las clases.
Cuando ya estuvieron todas las sillas ocupadas, el maestro llegó y empezó a pasar lista, empezando por el nombre de este chico.
—Nagisa Keta.
—Aquí—. Respondió el muchacho de ojos grandes y redondos, algunos estudiantes comenzaron a hablar sobre él al ser mencionado.
—¿Keta Nagisa está en nuestra clase? Je, dicen que podría ser un humano.
—Solo lo dicen por lo debilucho que es—. El muchacho solo gruñó por los comentarios.
—"¿Ya van a empezar? Maldita sea, ojala las clases pasen rápido".
Eventualmente, el maestro calló a esos estudiantes y siguió pasando lista. Kokoa se fijó unos minutos en el muchacho, ese comentario de que podría ser humano le recordó a Tsukune, aunque él ya no era humano, pero luego, eventualmente, se olvidó por completo de él y se dedicó a las clases y a platicar con unas amigas sobre trivialidades.
Llegó la hora del almuerzo y Nagisa pasó por desapercibido porque no hablaba con nadie, ni nadie le hablaba porque no parecía muy amigable, siempre con la mirada perdida, como si estuviera en otro mundo.
—¡Tsukune, otra vez juntos!—. Kurumu fue directamente a abrazar a Tsukune, pero lo que abrazó fue el aire ya que Moka lo había jalado para no ser sofocado por los pechos de Kurumu. —¡Moka! Deja de meterte en mi camino.
—Es el primer día, Kurumu, y es muy pronto para que empieces a sofocar a Tsukune con esos… pechos de vaca—. Una venita se resaltó en la frente de Kurumu mientras Moka tenía una sonrisa pícara en su rostro. Tsukune se dio cuenta de la situación e intentó calmar las cosas.
—Chicas, chicas, tranquilas. Es el primer día, no tienen por qué estar peleando.
—¿Peleando? Si esto lo fuera, Kurumu ya estaría en el piso, Tsukune.
—Moka-san, no estás ayudando—. Tsukune vio el aura de Kurumu y tomó la mano de ambas y las jaló para que fueran con él. —¡En fin! Vayamos a desayunar, ¿quieren?
—¡Sí, Tsukune!—. Kurumu sonrío y Moka también, el joven castaño se había convertido en el mediador de sus peleas matutinas sobre él, y eso era molesto pero ya empezaba a ser una costumbre. Pronto se les unieron Mizore y Yukari, además de Kokoa.
Todas compraron su desayuno, pero solo faltaron Tsukune y Moka, así que fueron juntos, en menos de lo que canta un gallo, los dos se esfumaron con todo y almuerzo y las chicas tardaron en darse cuenta de ello.
Los dos fueron a la azotea, de nuevo, por idea de Moka para poder desayunar con "calma", lo que para ella era sin que las otras chicas le dieran miradas asesinas a ella y que molestarán a Tsukune de alguna forma.
—Moka-san, ¿por qué quieres que desayunemos sin todas las demás?
—Porque es más tranquilo así, además quería pasar más tiempo… eh…—. Ella se sonrojó levemente. —¡La azotea es muy reconfortante y fresca! Por eso quería desayunar aquí—. Dijo con una gota en la cabeza. —"es porque quiero estar más tiempo contigo, despistado"—. Pensó para ella misma, sin poder decirle lo que en verdad quería.
—En eso tienes razón, es muy relajante. Deberíamos… volver mañana aquí, a desayunar—. Respondió con un sonrojo y Tsukune empezó a desayunar. Pero alguien los observó desde la ventanilla de la puerta de la azotea, con su almuerzo en mano y con el ceño fruncido.
—"Lo que me faltaba, esos dos otra vez y en mi parte favorita de la academia, maldita sea"—. El muchacho tuvo que largarse de ahí, pues quería estar sin nadie.
Los siguientes dos días fueron iguales, Moka y Tsukune llegaban ahí a desayunar, precisamente al lugar favorito de Nagisa. No es que la azotea fuera suya pero a ese lugar casi no iba nadie y menos en los almuerzos, era un espacio de relajación para Nagisa pero ahora no podía desayunar y estar en paz porque esos dos estaban ahí. Nagisa ya estaba harto de lo mismo, era la tercera vez y no toleraría una cuarta porque si eso pasaba, tendría que buscar otro lugar ideal para estar en paz.
—"Maldita sea, no puedo dejar que ellos sigan aquí por más tiempo, los quitaré del camino"—. Nagisa abrió la puerta de la azotea de una patada y fue directamente hacia los chicos. Ellos notaron su presencia debido al ruido de la puerta. —¡Oigan, ustedes! ¿Qué siempre van a desayunar aquí? ¿No pueden buscar otro lugar?
—¿Quién eres tú?—. Preguntó Moka, un poco molesta por haber sido interrumpida.
—Eso no te importa—. Respondió con dureza, Moka arrugó la mirada y Tsukune podía pensar en lo que podría pasar ahora. —este es el único lugar que me encanta de esta academia del demonio y ustedes se están apoderando de este lugar, donde puedo estar tranquilo, solo y sin que nadie me moleste.
—Tranquilo, la azotea es suficientemente grande para los tres, y para más—. Dijo Tsukune. —no tienes por qué ponerte así.
—No, no lo acepto. Necesito que se vayan.
—No nos iremos y punto—. Moka y Nagisa compartieron miradas asesinas pero Nagisa sonrío.
—"No, Moka-san puede hacerle mucho daño a este chico, no puedo dejar que eso pase"
—"Todos creen que no tengo ninguna habilidad, que puedo ser un humano más y no me gusta pelear, pero esta chica se cree tan importante que me dan ganas de golpearla, aun si es una mujer"—. Nagisa se acercó a Moka lo más rápido que pudo pero Tsukune fue más rápido y le puso la mano en su frente para detener su "cabezazo" pero ese no era el objetivo. Moka quedó petrificada y con los ojos como platos al ver como los labios de Tsukune estaban unidos con los de ese chico.
—"¡No puede ser! ¡Fallé!"—. El cuerpo de Tsukune se sintió extraño y cuando ambos se separaron. —¡Aléjate, maldición!—. Tsukune le dio un golpe en la mejilla a Nagisa que lo mandó hasta la pared de una de las cúspides de la academia y la quebró por la potente fuerza de Tsukune.
—No… no puede ser…—"¡Tsukune fue besado por un hombre!"—. Moka se fue de espaldas al estilo anime y Tsukune se agarró de los cabellos por lo que había sucedido.
—¡Me besé con un hombre!—. Gritó a los cuatro vientos.
Mientras Tsukune gritaba por repugnancia, Nagisa derramaba lágrimas porque el golpe de Tsukune le había dolido mucho pero él se sentía tan fuera de lugar, veía todo mucho más grande y alto y la sangre no dejaba de salir.
—"¿Qué pasó? La cabeza me da vueltas… pero si estaba a lado de Moka-san… me siento tan extraño"—. El muchacho se levantó y se bajó de ahí como pudo, pues estaba bastante desorientado. Lo primero que hizo fue verse la cara y ahí, frente a la ventana del edificio, se vio. Vio esa cara de piel morena, esos ojos verdes y ese cabello negro. —¿¡Qué es esto?! ¿¡Qué es lo que me acaba de pasar?!
Tsukune se había convertido en Nagisa Keta… por un beso…
¿Cómo saldrá Tsukune de esta situación? ¿Qué le pasará a su cuerpo? ¿Moka logrará descubrirlo?
Mi OC es un Yokai, lo aclaro desde ahora y tiene una habilidad especial que creo que ya se dieron cuenta de cuál es. Espero haber puesto bien las personalidades de los personajes y espero que les haya gustado.
Nos vemos en el siguiente y saludos.
