Un nuevo intento
A/N: Veréis, es mi primer fanfiction, tengo algunos capítulos ya escritos, así que espero que no me demore demasiado en actualizar y poder hacerlo periódicamente, como una vez a la semana o una cada dos semanas, depende un poco de mi salud y eso jaja, el primer capítulo, es un poco como un prólogo quizás un poco aburrido, lo siento si es así. También espero que mi forma de escribir mejore con el tiempo .
Este capítulo está situado justo después de que Aizen se fuera. Tampoco va a estar completamente centrado en la vida de Soi Fon ni de Yoruichi, busco un poco de variedad. Además la historia va a tomar un rumbo muy diferente al que toma en el anime, pero eso ya lo notaréis.
Ya sin más os dejo con el primer capítulo.
Todos se encontraban allí, mirando hacia el cielo donde los tres capitanes habían desaparecido al haber sido auxiliados por los Menos Grande, nadie sabía qué decir o hacer, estaba claro que ningún se volvería contra alguno de los ryoka ni contra Rukia, no a estas alturas. Soi Fon miró hacia donde Yoruichi se encontraba sin cambiar la expresión de su cara, simplemente parpadeó un par de veces.
"Ahora" Comenzó hablando el Comandante General Yamamoto, "es cuando todo comienza, no es tiempo de mirar atrás, capitanes, las batallas perdidas nos deben de servir para enmendar nuestros errores, no subáis vuestras armas contra los ryoka." Se dio la vuelta para fijar su mirada en las lejanas calles del Seireitei. "Capitana Unohana, haga el favor de, ayudar al capitán Kuchiki y al resto de personas heridas" Y con esas palabras se fue del lugar seguido de su teniente.
Unohana fue a ayudar al capitán caído mientras otros miembros del cuarto escuadrón iban a socorrer al resto de shinigamis.
"Vaya Ichigo, en verdad no me imaginaba que serías capaz de vencer a Byakuya" Resopló divertida para luego reír levemente, en sus ojos se reflejaba el orgullo que sentía por ese chico, se dio la vuelta dejando que Orihime sanase las heridas del chico casi inconsciente y viendo, como después de que Unohana junto con otros shinigamis pertenecientes al cuarto escuadrón, Rukia se acercara hacia él.
Mientras Omaeda, el teniente del segundo escuadrón se acercaba hacia su capitana. "Taicho, ¿qué debemos hacer ahora?" Pese a que estaba adolorido, sus heridas claramente no habían sido nada por lo que preocuparse, después de todo Ichigo no había sido duro con él.
Soi Fon movió sus ojos para poder mirar a su teniente, suspiró y volvió su mirada al frente donde se encontraba Renji siendo atendido por el cuarto escuadrón. "Esperar ordenes y entrenar, Omaeda."
"Pero, está todo paralizado, no creo que se nos encomiende alguna misión importante." Conocía bastante bien al teniente, sabía que haría cualquier cosa con tal de vaguear y comer en cantidades desmesuradas, así que simplemente le lanzó una mirada para darle a entender que él veía lo que quería hacer.
Esa mirada lo hizo tragar saliva, pese al pequeño tamaño de Soi y el gran tamaño de Omaeda, era bastante evidente quién era la fuerte y a quien se le iba la fuerza por la boca. Tras eso el teniente se fue rápidamente del lugar.
Seguro que se va a vaguear por ahí. Soi negó con la cabeza sabiendo que lo que pensaba era lo más posible y se dio la vuelta lentamente, mientras lo hacía observaba lo destrozado que había quedado el lugar, así como algunos de los altos cargos de los trece escuadrones. Apretó los diente al ver a Ichigo, ese ryoka era fuerte, sabía que debían mantener un ojo en el por lo que pudiera pasar. Se fijó en que Yoruichi, su antigua maestra, se acercaba hacia ella caminando con una ligera sonrisa en sus labios y sabiendo que no estaba preparada para afrontar todo lo que había ocurrido tan solo un rato atrás (había la perdido la noción del tiempo, todos lo habían hecho) y gracias a su gran velocidad se fue del lugar antes de que ella pudiera llegar hasta ella sin saber demasiado bien hacia donde iba.
Imágenes sobre su pasado con Yoruichi y sobre su reciente pelea se formaban y se mezclaban en su cabeza dejando consigo un agrio sabor de boca, tenía ganas de llorar, pero no iba hacerlo, no después de cien años.
Mientras, Yoruichi hizo el intento de ir tras ella pero una mano en su hombro la paró, sin darse la vuelta ya sabía de quién se trataba. "Vaya, hacía ya mucho tiempo que no te veía en tu forma… Humana y la verdad es que estás mejor como gato." Le dijo con una sonrisa burlona, ambas acostumbradas a ese trato. "¿Te parece si vamos por ahí a beber sake?"
"Lo siento, me va más beber leche." Sonrió todavía sin darse la vuelta, no necesitaba hacerlo para saber que la otra chica estaba conteniendo una risa.
"Bueno, no veo eso como un impedimento, siempre podemos añadirle unas gotas de alcohol a la leche." Al escuchar eso Yoruichi arrugó su nariz en señal de disgusto. ¿A quién se le puede ocurrir eso? Se dijo a sí misma la chica cuyo pelo es morado para luego pensar en que no era extraña esa idea siendo esa la persona que lo había dicho. "Además, después de un par de copas, ¿quién se entera de lo que bebe?" Ahí tengo que darle la razón, volvió a pensar.
"Se ve que nunca vas a cambiar Kuukaku" Tras decir eso rió levemente para luego dirigirse a las afueras de la Sociedad de Almas a una velocidad que sabía que su amiga podría alcanzar.
A/N: Bueno, sabiendo que este capítulo definitivamente era bastante corto he decidido que voy a actualizar la semana que viene, si es que tengo oportunidad de hacerlo, claro.
Por último, querría advertir, que quizás en capítulos futuros puede haber un deje de melancolía, eso es debido a la reciente muerte de Cory Monteith, este capítulo estaba destinado a subirse el día de su muerte pero como fan suya simplemente no me vi capaz de hacerlo, pero bueno, de veras lo siento si mis capítulos se ven afectados en cierto punto.
Ya sabéis, si os ha gustado o si creéis que debería mejorar algunos aspectos o me he equivocado en algo, tan solo decirlo, yo definitivamente estaría muy feliz de poder leer lo que me tengáis que decir. ^^
