Título: LA Vuelta al Mundo en 80 Días, o Cómo Arruinar Una Vida Perfecta.

Author: MAINE

Fandom: Harry Potter

Pairing: Draco/Ron

Rating: R

Sumario: Tu padre está en la cárcel. Tus amigos no tienen cerebro. Descubres que no eres tan humano como creías y, para colmo de males ¡tú alma gemela es alguien que desprecias! Por suerte, te despiertas y es toda una pesadilla… ¿o no?

Humor, romance, algo de pasión, algo de angustia (no mucha, no creáis), y, si se portan bien, puede haber mpreg, ¡e incluso intriga! (¿o eso es ya demasiado? Veremos)

Disclaimer: No me importaría poseer a uno o dos de ellos, pero son todos propiedad de la encantadora Rowling, yo sólo juego con ellos. Y gracias a frkwerewolf y a Frizzy, sus historias me han hecho pasar un buen rato y, también, me dieron esta idea. Cúlpenlas a ellas.

Capítulo 1

LAS AMARGURAS DEL JOVEN MALFOY

Draco Malfoy era todo lo que un mago debe ser. Joven, poderoso (eso opinas tú), sangre pura, descendiente de una de las familias más antiguas y respetables de magos, rico y carismático (eso también lo opinas tú). Así que, ¿por qué, últimamente, la vida parecía decidida a desmoronarse a su alrededor?

Desde el mismo momento en que empezó a tener constancia de sus alrededores, su padre le había adoctrinado en lo que se esperaba de él, en lo que era correcto y apropiado para un Malfoy. Su vida había estado planeada al detalle, ¡y a él le gustaba! (Bueno, quizás la parte de casarse con Parkinson no tanto porque… Vamos, sinceramente. ¡Parkinson! ¡Eeww!)

El sería un digno representante de la familia Malfoy, representando el orgullo y la supremacía de un sangre pura. Su objetivo sería secundar y respaldar a su padre en su apoyo a la causa del Señor Tenebroso, erradicando del mundo mágico a todos esos sangre sucia y mestizos que lo contaminaban (Aunque… ¿el Señor Tenebroso no era también de sangre mestiza? ¿Y por qué debía un Malfoy conformarse con ser un seguidor en vez de ser el que de las órdenes? Y, por otro lado, no se puede negar que las magos más poderosos conocidos, Dumbledore y el Señor Tenebroso, uno era un amante de muggles y el otro había nacido de uno. Y eso sin olvidar a Harry Potter, el Chico Que Se Negaba A Dejarse Matar De Una Vez, que también era de sangre mestiza. Y los Malfoys eran, ante todo, Slytherin, y si algo respetaba un Slytherin era el poder, o sea que…)

¡Vale!¡Ya está bien!

Quizás su vida no estaba tan bien organizada como parecía, pero ¡era la que el quería y eso era todo lo que importaba!

(Mmmmm, ¿seguro?)

-¡Sí!

-Se… señ...señorito Draco, ¿se encuentra bien?

-¿Eh? –Draco se giró sobresaltado.

Un elfo de la casa, vestido con la librea de los Malfoy, le observaba con sus ojos saltones desde la puerta de la biblioteca. El pobre elfo parecía aterrado por atreverse a preguntar a su joven amo, pero había una innegable y sincera preocupación en su voz.

Draco, de pie en medio de la sala, parpadeó rápidamente mientras intentaba recobrar su postura. ¿Qué debía haber parecido él?

Sólo, en la biblioteca a la que su padre le había prohibido el acceso total sin su estricta supervisión, y gesticulando al vacío.

Draco sabía que era una de las grandes desilusiones de su padre mientras él crecía. Esa manía suya de discutir consigo mismo.

Pero desde que podía recordar, Draco siempre había oído esa voz en la cabeza, una parte de sí mismo…

(Algunos dirían que soy la conciencia)

¡Cállate!

(O en tu caso, quizás solo sea el sentido común que nunca usas)

¡Merlín! ¡Nunca paras!

Siempre en el fondo de su cabeza, cuestionando todas las normas de padre, haciendo preguntas que si Draco se atreviese a formular en voz alta delante de sus padres le situarían, sin dudarlo, en el fin de un doloroso cruciatus.

(O, más bien, en el Barrio de Enfermedades Mentales de San Mungo)

El elfo seguía en la puerta, asustado y mirando asombrado como el joven amo parecía olvidarse de él y volvía a hacer gestos y caras como si mantuviese una conversación con alguien a quien solo él podía ver y oír.

-Joven amo... –volvió a preguntar el asustado elfo- El Amo Malfoy se enfadará si se entera…

-¿Enterarse? –Draco reaccionó rápidamente -¿Cómo puede enterarse mi padre?

Adoptando una postura arrogante y rígida, fijó al pobre elfo con una mirada helada.

-¿Acaso olvidas que el "Amo Malfoy" está en estos momentos preso en Azkaban?

Ladeando la cabeza, inspeccionó al cada vez más tembloroso elfo.

-¿O acaso ha vuelto mi querido padre a casa, y yo no he sido informado?

-Nnn… no… no, joven amo –balbuceó el elfo.

-Porque ahora que no está mi padre –continuó imperturbable Draco –yo soy el amo de la casa, y no sería apropiado para un buen elfo no informar a su amo de cualquier cambio, ¿verdad?

-Ssss…sí, joven amo

-Y un buen elfo, tampoco hablaría mal de su amo, ni esparcirá rumores sobre sus actividades, ¿verdad? –la voz de Draco se había suavizado, dulce como la seda pero aún más fría que el hielo.

El pobre elfo tartamudeaba, intentando explicar que era solo su preocupación por el joven amo la causa de su atrevimiento. El era un buen elfo doméstico, nunca traicionaría a su amo.

Draco se limitó a mirarlo fijamente y alzar una ceja. Un gesto imperioso que había copiado de su padre…

(Después de horas y horas delante del espejo)

…para congelar a aquellos que tenían la desgracia de desagradarle.

(Pues nunca ha funcionado con Potter o Weasley)

-Me alegro, porque un elfo doméstico con semejante disposición no sería útil en esta casa y la única opción sería la de entregarle una prenda.

Y, dicho esto, salió de la habitación con paso seguro e imperioso, dejando atrás un aterrado elfo que juraba y perjuraba que el era fiel al amo y que nunca, nuca, le traicionaría. Y, por favor, por favor, no le de una prenda.

Draco continuó su paso imperturbable hasta su cuarto y sólo se permitió relajar su máscara tras asegurar las puertas de su dormitorio.

-¡Sí!

Yo soy el amo de la casa y se me debe tratar con respeto, que se ha creído ese desgraciado elfo. Sólo porque me ha conocido desde que nací…

(y te ha cuidado, te contaba cuentos a la hora de dormir, se encarga de que no estés solo y a oscuras cuando hay tormentas de noche, te ha…)

¡Sólo por eso, no puede cuestionar lo que hago!

Sin padre en casa, yo soy el amo y se me ha de tratar en consecuencia, con el respeto y obediencia que un Malfoy merece.

(¡Plas, plas, plas!¡Bravo! no hay como aterrorizar hasta las lágrimas a un impotente elfo preocupado para imponer respeto)

¡Oh, cállate!

Padre dice…

(Padre está en la cárcel. ¿No te dice eso que, quizás, sus consejos no sean muy buenos?)

¡Eso fue un error!¡El volverá!

(Estupendo)

No pienso seguir escuchándote.

(Ejem, estoy en tu cabeza, soy tú. ¿Cómo vas a evitarlo?)

Padre volverá, el saldrá libre, ocupará su lugar junto al Señor Tenebroso, y… y…

(¿Y qué?)

…y se acabarán los sueños.

(Mmmmm)

¿Verdad?

(….)