Judy estaba finalizando el informe del caso anterior, junto a su compañero Nick que está ubicado enfrente de ella. El ruido del papel y la acción de escribir era lo único que se oía en esa oficina.

Hasta que Judy, se detiene y sus ojos violetas se posan en el zorro que está justo en su hocico. Su mente se pierde y se distrae con el alrededor, está cansada de escribir.

Nick tiene posada una pata en su frente y sonríe sin humor, aun concentrado en sus papeles, vislumbrándose sus colmillos y Judy imagina, fantasea en que sus dientes la muerdan.

No, no tenía intención de que se claven en su yugular y muera en el acto. Solo quería ser mordida suavemente, el simple hecho de imaginárselo, le hacía sentir un hormigueo en su pelaje.

Con este pensamiento apareció el motivo por el que ella fantaseaba con ser mordida. ¡Todo era culpa de Nick! Si ella no se hubiera enamorado de sus sonrisas torcidas, su dulce encanto y esos... esos colmillos.

Oh, solo tener el pensamiento de su boca presionando contra el pelaje de ella. La hacia suspirar.

Entretanto sus fantasías, le hacían imaginar cómo Nick con su pata descubría el cuello de la camisa mientras se inclinaba y abría su boca en el comienzo de su garganta; Quisiera que me besara y luego la sensación de que Nick con esos afilados colmillos que tiene me muerda. Solo el pensamiento la hizo gemir en voz alta.

Sí, todo era culpa de Nick que estuviera obsesionada con los colmillos. Situaciones que podía describir a la perfección se formaban en su cabeza.

—¿Quieres que te muerda, Zanahorias?

Esa voz, esas palabras. Hacen parpadear a la coneja, sacándola de la ensoñación viendo como los ojos verdes del zorro están posados sobre los de ella.

Sonriendo ladeadamente.

—¿Qué?

Ella no comprende ¡No era posible que digiera sus fantasías en voz alta! ¿Cierto?

—Tu misma lo dijiste —expresó— ¡Te encantan mis colmillos! —y sonrió de una manera que se vislumbraban. El pelaje de la coneja enrojeció tiñéndose de cobrizo.

—¡No dije nada! —denegó.

—Sí, lo hiciste —dijo.

—No tienes pruebas —refutó.

Nick apretó el botón de la lapicera-grabadora. Judy estaba anonadada escuchando su voz fantaseadora reproducirse en el grabador.

"Quisiera que me besara y luego la sensación de que Nick con esos afilados colmillos que tiene me muerda..."

La coneja avergonzada al máximo, cubrió su rostro con sus orejas. Hundiéndose en la vergüenza, no sabía que más decir. ¡La habían atrapado! ¡Qué horror!

El zorro esbozo una sonrisa burlona mientras una pata la posaba en su mentón.

—Repito. ¿Dónde quieres que te muerda?