Somnus.

Por: Time traveler, Joe.

Los personajes de esta historia le pertenecen a las CLAMP. Hago esto sin ningún fin lucrativo.

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Rodeado entre la oscuridad de mi habitación y recostado sobre la cama, cierro los ojos con lentitud y caigo suavemente en la inconsciencia de un sueño.

Un sueño, el cual, no deseo tener. Porque tengo miedo, miedo de dormir, medo de soñar, miedo de él, de su forma vampírica, siniestra.

Y tan pronto como aparezco en ese horizonte oscuro de los sueños, la imagen de mi estrellas gemela aparece frente a mí en una definida forma líquida. La imagen de ese ser en el cuerpo de Fuuma. Como un perro hambriento ante un pedazo de exquisito alimento.

Mi Kamui, mi presa —me susurra con una sonrisa sadista.

Me atrae a su cuerpo y presiona mi cintura con una violencia ultrajante. Posiciona su nariz contra mis cabellos y comienza a aspirar ruidosamente, la esencia en ellos. Luego de varios segundos, inmóvil, mi muñeca se encuentra siendo aprisionada entre sus dedos, sin posibilidades de escapar. Empiezo a sentir un tremendo hormigueo en ella antes de que por fin la suelte. Sus uñas comienzan a rasgar la delicada piel de mi mejilla izquierda y, al mismo tiempo, un escozor recorre esa zona, acompañado de un gemido proveniente de mi garganta, enronquecida.

Di algo Kamui...

Comienzo a sentir un líquido recorriéndome la mejilla mientras el ardor en ella, persiste.

Mueve una de sus piernas y, lentamente, comienza a rozar mis muslos con insistente locura. No siento excitación. Ni siquiera cuando coloca su alargada y pesada extremidad en la zona perineal de mi cuerpo. No hay ni un rastro de excitación en mí. Ni un poco. Lo único que hay en mí, es miedo.

Nuevamente me repega contra su cuerpo y puedo sentirle en la pelvis esa excitación creciente. Se acerca a mis labios y los besa sin piedad alguna. Gimo nuevamente al sentirme invadido y me muerde el labio inferior hasta percibir ese líquido salado saliendo del interior.

Al parecer, mi forma física en aquella habitación oscura, encuentra la forma de librarme de este dolor, puesto que mi cuerpo comienza a fragmentarse en millones de gotas frías hasta desaparecer de ese abismo castrante.

Cumpliré tu deseo, Kamui. Seré yo, quien acabe con tu vida —susurra antes de abandonar, por completo, aquel lugar.

Abro los ojos con premura e intento controlar mi respiración alarmada. Estoy bien, me encuentro a salvo, por el momento.

Te recuperaré, Fuuma —son las últimas palabras que pronuncio entre la oscuridad antes de salir de la habitación para enfrentarme con la hiriente luz del exterior.

Así es, recuperaré a Fuuma a como dé lugar.

Fin.