Nota: Los personajes y lugares pertenecen a la obra maravillosa del profesor Tolkien. Este es un fanfic medio raro que está inspirado (Y no adaptado porque ya no me gusta esa palabra) en el excelente libro "Opiniones de un payaso" de Heinrich Böll. Admito estar copiando el estilo, pero no creo que haga un buen trabajo porque obviamente, no podría compararme con un autor tan bueno como Böll. Pero hago un intento por vano que sea.

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La llegada.

La luz de Telperion comenzaba a brillar cuando llegué Tirion, mi ciudad natal, tuve que esforzarme para que la melancolía no invada mi alma en esta tierra bendecida. Desde que ella me dejó para casarse con ese vanya, si bien ella pertenece a ese pueblo, no puedo evitar el llamarle a él así, tampoco puedo evitar el recordarla a ella, es toda esta ciudad que le llama a mi memoria.

Soy un príncipe heredero, pero de nada sirve el título aquí en tierras imperecederas, el nombre de Tercer Finwë jamás me resultó tan inútil como hoy, que tengo que venir sin que mi familia lo sepa, pero seguro ya saben que dejé Formenos y pronto sabrán que vine una vez más a mi pueblo natal.

El viaje ha sido pesado, a pesar de que estoy acostumbrado a viajar siempre por tierras despobladas, por ese afán de exploración que mi familia tiene arraigado desde su llegada a Aman. El dolor en mi rodilla derecha se hizo intenso cuando desmonté mi caballo y quise disimular el reciente golpe que sufrí antes de mi partida de Formenos hacia Tuna. Los elfos sanamos bien de nuestras heridas, pero por lo menos debemos darles un poco de tiempo.

Mi llegada ha causado revuelo entre los habitantes de la ciudad, pero veo en sus rostros la desilusión por no ver de nuevo al amado rey Finwë, mi abuelo, y es que por mucho que la prohibición es sólo a mi padre, él se negó a que marchara solo, y nosotros sus hijos tampoco quisimos abandonarlo. Desde que se marchó mamá a casa de mi abuelo Mahtan, no hemos querido dejar solo a Feanaro.

Aún Makalaure, Carnistir y Atarinke han dejado a sus esposas para marchar con él a Formenos, para construir una fortaleza en la que mi padre pudiera mantener a los Silmarili a salvo de Melkor o de cualquier otro vala. Feanaro no permitiría que le arrebataran una de sus posesiones más preciosas, pues desde la partida de mamá, parece más renuente a escuchar a los Valar, porque era mamá quien siempre le aconsejaba escucharlos.

¿Qué dirían los valar de la separación? Seguro que Feanaro todavía piensa que fueron ellos los que aconsejaron a mamá separarse. Incluso los culpa por la idea de entregar los Silmarili a Manwe para mantenerlos a salvo de Melkor. Papá no lo aceptó y dejó a mamá en casa de abuelo Mahtan. Pero los rumores que se expanden siempre dicen lo contrario. "Nerdanel la sabia ha dejado a Curufinwë Feanaro", pero en realidad fue papá quien se marchó y ella sólo se cansó de seguirle.

He tratado de pasar desapercibido, pero mi presencia es notoria, debido a mis características físicas, la tonalidad de mis cabellos y mi estatura no son algo común entre los habitantes de Tuna. No es que haya pensado que la gente podría pasar por alto el que el hijo mayor de Feanor está de visita en la ciudad, pero al menos esperaba que no me inundaran con preguntas y expresiones como "Supe lo sucedido, lo siento mucho."

Al menos en casa de Findekano podré descansar, y él no hará comentarios estúpidos sobre mi vida amorosa, porque no hay nada que el no sepa. Suele pasar que quien más sabe se guarda los comentarios, aunque ellos puedan ser los más acertados.

Camino a su casa por momentos deseé que su casa no estuviera ubicada justo en la plaza central de la ciudad, así al menos me hubiera ahorrado el tener que dar algunas explicaciones sobre mi familia y los motivos de mi visita intempestiva a esta ciudad. Ya en el portal de la casa de Findekano me di cuenta de que tendría que anunciarme, y aunque sé que él no me negaría la entrada a su domicilio, desde que se casó y desde el destierro de mi padre, siento que es necesario.

¿Cómo debería presentarme en casa de mi mejor amigo? ¿Nelyafinwë Maitimo? No sirve de nada ese nombre, nunca me gustó y siempre lo encontré insulso, ¿Russandol? No parece indicado para presentarme ante otro que no sea el mismo Findekano o mi propia familia.

Sin darme cuenta llamé a la puerta y fui atendido por el portero quien me preguntó por un nombre para anunciarlo. "Finwë" le dije casi sin pensar, me miró por unos momentos y luego añadió "¿De la casa de Finwë?", "Exacto" le dije algo agradecido de que me ahorrara todo el penoso proceso de tener que explicarle quien era yo. "Espero un momento por favor" y se fue para anunciarme a Findekano.

Esperaba en la puerta de Findekano, esperaba que el saliera pronto y con su tono siempre amistoso me dijera "¿Por qué no entraste a casa? Sabes que tienes las puertas abiertas" y yo le diría "No quería molestar a tu esposa", y tendríamos nuestra interminable charla de amigos entrañables, y pasaríamos la tarde conversando sobre las cosas que hablan los amigos. Pero me di cuenta de que hace siete años que no vengo a Tirion, ni siquiera asistí a su matrimonio. Me hubiese gustado hacerlo, pero el destierro de mi padre. Sentí que traicionaría a mi familia si venía a la boda del hijo del "Responsable del destierro de Feanaro" citando las palabras la servidumbre en Formenos. Sólo le envié un presente y una larga carta de disculpas explicando los motivos por los que no venía a presenciar ese día tan importante. Findekano pareció comprenderlo, y me lo dijo en una breve carta que recibí semanas después. "No te preocupes Russandol, yo sé bien por lo que estás pasando" decía, y luego como si no hubiera escogido las palabras para no tener que decir lo que seguía "Sé que no querrás asistir y verla con Ingwion".

No hacían falta mayores explicaciones, desde antes de la boda de Findekano, hace tres años, ella se había comprometido con el hijo del Rey Ingwe.

Reconozco que sentí una punzada en el costado la primera vez que los vi juntos, cuando todavía no era mi prometida, pero era la amiga de Ingwion, siendo ellos dos Vanyar, habían crecido juntos, y esta cercanía siempre me molestó. Verla del brazo de ese vanya hacía hervir mi sangre, porque sabía que yo quería estar con ella y con nadie más.

Mi familia parecía no comprenderlo. Cada quien siempre andaba en sus propios asuntos. Papá en su taller siempre inventando maravillas para dejar atrás a sus hermanastros, nuevas runas, nuevas gemas, nuevos artefactos; mamá con el cuidado de sus hijos más pequeños, ya sea que ellos no necesitarán tanto cuidado, suspirando a veces por tener una hija entre sus siete hijos varones.

Estuve pensando en ello cuando la puerta se abrió y me dejaron pasar."La señora lo espera" dijo el conserje.

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Notas finales del capítulo: El personaje Ingwion, se supone que es el hijo de Ingwe, no tengo nada en contra de los elfos vanya, pero los uso como para crear un paralelismo entre este fanfic y el libro citado al comienzo. La época en la que se desarrolla esta historia es durante el exilio de Fëanor en Formenos. Obviamente es una historia AU, pero que trato de no hacerla muy incongruente.

Obviamente estoy tratando, con todas mis fuerzas, de no hacer ningún personaje Mary Sue.