Prologo
Y entonces sentí como la manecilla daba el último cuarto de vuelta que le faltaba. Mi pecho se encendió… sentí claramente como se ardía incendiándose dentro de mi, pero ya no importaba… estaba preparado. Ya habíamos derrotado a Glen y la Voluntad del Abismo había desaparecido sin dejar rastro.
Pero ahora comprendía mi pecado. Lo entendía todo, todo siempre fue mi culpa, la muerte de Alice hace 100 años, el enorme sufrimiento de Gil, el sacrificio de Sharon, el rencor de Break… y todas aquellas personas que habían sufrido al ser contratistas ilegales, Philiph, la niña de las flores... Era mi culpa. Los Baskervilles sólo habían tratado de detener a las cadenas y cerrar todas las entradas del Abismo para que nadie sufriera de nuevo ese dolor. Mi existencia era la única cosa que se oponía a eso. Mi pecado. Mi existencia.
Y ahora pagaré por ello.
