Disclamer: La historia no nos pertenece, los personajes son de S Meyer, y la trama de LyricalKris, solo nos adjudicamos la traducción.


The Boy At Table Seven

By: LyricalKris

Traducción: Yanina Barboza

Beta: Flor Carrizo


Capítulo 1: Los chicos nuevos

—Oh, aquí vamos.

—¿Los mecánicos están en su hora de almuerzo?

—Y se dirigen hacia nuestro camino.

—Mmm… Esta es la mejor parte de mi semana. Excepto por la parte donde ellos se sientan y hablan.

Bella alzó la mirada desde donde estaba rellenando los saleros, tratando de descubrir de lo que estaban hablando los otros tres miembros del personal, Jessica, Tanya y Eric.

—¿Qué está pasando? —inquirió cuando la curiosidad sacó lo mejor de ella.

Mike Newton —propietario de la pequeña cafetería donde trabajaban— salió de la parte trasera, negando con la cabeza tristemente.

—No les prestes atención. Están comiendo con la mirada. —Él asintió con su barbilla fuera de la pared de ventanas donde podían ver un poco calle abajo. Por primera vez, Bella se dio cuenta de un trío de hombres caminando en la dirección de la cafetería—. Justo esa es la razón por la que mantengo a mi mujer en autos con buen funcionamiento y me aseguro de ser el único que les hace el mantenimiento.

Dicha mujer, Jessica, se rió.

—No dejes que mi esposo te desaliente, Bella. Ven a comer con la mirada con nosotros. Ellos harán que valga la pena tu tiempo.

—¡Oooh, Jess! —Tanya estaba dando saltos en el lugar—. Hay uno nuevo hoy.

Aunque pensaba que era un poco espeluznante, Bella sucumbió a la urgencia de mirar. El trío usaba mamelucos y ella dedujo que debían trabajar en Hale Mechanics justo manzana arriba. Mientras se acercaban, ella pudo ver por qué los otros estaban locos. Los tres eran bien parecidos en esa forma un poco sucia.

—¿Quiénes son ellos?

—Son clientes frecuentes. Vienen al menos una vez a la semana. —Eric se inclinó con complicidad, señalando—. El gran musculoso es Emmett McCarty. Es un ligón, pero es inofensivo. —Él suspiró—. Y, trágicamente, heterosexual. Él es la Jessica de su pequeño grupo. —Le sonrió a Jessica quien puso los ojos en blanco—. Aunque en realidad él está viviendo con la hija del jefe, no con el jefe. El rubio es Jasper Whitlock. También en pareja y bastante encantador.

—Tiene un acento del sur que hará a tus rodillas debilitarse. —Jessica se abanicó a sí misma.

—Y, como dijo Tanya, ese —él apuntó al chico en el medio—, es nuevo.

—Santa mierda. —Ellos estaban en la puerta ahora, así que Tanya bajó la voz a un susurro—. El novato está comestible.

A pesar de cuán ridículo —aunque divertido— encontró todo el debate, Bella no pudo evitar mirar.

Comestible, dijo Tanya.

Había algo sobre el hombre que golpeó a Bella, lo que era inusual. Normalmente, los atributos físicos significaban poco para ella. Ella era indiferente al tipo y no sentía atracción al menos que hubiera algo más a lo que aferrarse. Caras bonitas había a montones, pero las personas hermosas eran raras.

Pero este chico…

Bella se frotó la nuca, sintiendo sus mejillas calentarse con alguna emoción extraña.

Al lado de ella, Eric se rió.

—¿Qué piensas? ¿La chica nueva va a averiguar sobre el chico nuevo?

—Oh, demonios no —dijo Tanya antes de que Bella pudiera contestar. Sonriendo, empujó juguetonamente a Bella con su cadera, dejándola fuera del camino—. Es mi mesa y me lo pido.

—Ve por él. —Eric le guiñó a ella—. Aunque no sé. Él podría jugar para mi equipo. Es extremadamente lindo.

Riéndose, Bella se concentró en finalizar su tarea. La ocupada hora del almuerzo estaba a punto de empezar y que Dios no permitiera que la gente estuviera sin su sal.

Sin embargo, incluso mientras trabajaba, se encontró a sí misma ojeando la mesa con los tres hombres. La mayoría de las veces, sus ojos deteniéndose en el nuevo.

~0~

El nombre del nuevo mecánico era Edward Cullen. Tanya informó que coqueteando con él se ganó una sonrisa, pero aparte de eso él era indiferente. Eric probó su suerte la semana siguiente con igual resultado. Se había mudado a esta área recientemente, pero había vivido en Seattle por los últimos siete años. Tenía veintiocho años, dejaba propinas fantásticas y tenía una sonrisa que hacía que Bella quisiera sonreír de vuelta siempre.

Esa última parte no era algo que Bella añadió a los cotilleos. En las cinco semanas que ella había estado trabajando en el Newton's Café, no había tenido oportunidad de servirles. El café siempre estaba ocupado, pero incluso cuando tenía prisa, sus ojos eran atraídos a esa pequeña mesa.

Los otros no tenían problema en permitirse fantasías, pero Bella solo les sonreía indulgentemente, sin participar. Ellos culpaban a su juventud, asumiendo que una chica de veinte probablemente no tendría interés en hombres ocho o doce años mayor que ella.

Sin embargo, en privado, Bella se encontraría preguntándose qué pasaría...

¿Qué pasaría si ellos se sentaban en su mesa un día?

A veces, Bella juraba que podía sentir sus ojos —los de Edward— en ella. Otras veces, ella dio un vistazo y creyó verlo apartar la mirada.

Pero eso era ridículo.

¿Verdad?

—Bella.

La cabeza de Bella se levantó rápidamente y sus mejillas se sonrojaron, sabiendo que había sido pillada soñando despierta. Era finales de la tarde y la cafetería se había calmado a un murmullo sordo. Jessica solamente se rió.

—Creo que tienes un cliente en la mesa siete.

Primero Bella pensó que Jessica estaba tomándole el pelo. La mesa siete, una cabina contra la pared de ventanas, se veía vacía. Aunque en una inspección más profunda, ella vio que estaba, de hecho, ocupada por un pequeño niño. Parecía tener seis o siete años, quizás. Era un niño guapo, con piel oliva clara y cabello oscuro, alborotado y rizado. Estaba analizando el menú intensamente, su lengua sobresalía por un lado de su boca.

Desconcertada, Bella se acercó a la mesa.

—Hola, cariño.

Él levantó la mirada, la expresión en su cara sugiriendo que ella ya estaba agotándole la paciencia.

—Mi nombre es Benjamin.

Los labios de Bella se curvaron.

—Bueno, lo siento, Benjamin. Ese fue mi error. —Ella miró alrededor—. ¿Estás aquí con tu mamá y papá?

—No. —Él negó con la cabeza, luciendo más feliz ahora que ellos habían aclarado toda la cuestión del nombre. Comenzó a rebuscar en su mochila—. Pero me gustaría una porción de tarta de manzana. —La miró detenidamente—. ¿Tienen tarta de manzana aquí? Papi dijo que tienen.

Sintiéndose un poco indecisa, ¿en verdad estaba este niño solo aquí?, Bella asintió lentamente.

—Tenemos tarta.

—¿Puedo tener una porción realmente grande? —preguntó animadamente—. Y leche. Por favor. —Él parpadeó hacia ella y, cuando ella no respondió inmediatamente, él rebuscó en su mochila de nuevo, sacando un puñado de billetes—. Tengo dinero, ¿ve? Se supone que tengo que tener algo para comer, hacer mis deberes y no ser un problema. —Sacó su cuaderno de la escuela como para enfatizar su punto.

—Veo —dijo Bella en voz baja—. ¿Y tu papá no está aquí?

—No en este momento. —De nuevo, la expresión del niño indicaba que probablemente pensaba que ella estaba siendo un poco tonta—. ¿Puedo tener mi tarta, por favor?

—Y leche, ¿verdad?

Él asintió.

—Ya viene, cari... Benjamin.

—Gracias —dijo alegremente, inclinando su cabeza para mirar sus deberes.

Bella se fue a cumplir con su orden, pero mantuvo sus ojos en la mesa, esperando a que apareciera un adulto. Fiel a su palabra, el niño estuvo absorto en su tarea. Le agradeció a Bella, siempre educado, cuando ella le trajo el pie y se entusiasmó con ella por cuán bueno estaba cuando volvió a controlarlo. Cuando finalizó sus deberes, sacó una consola portátil de su mochila y jugó, solo ocasionalmente dando un pequeño grito de «¡Sí!» o «Te pillé». Saltó un poco en el asiento, pero por lo demás, no estuvo en lo absoluto revoltoso.

Una hora pasó y ningún adulto vino a buscarlo.

Hubo un pequeño ajetreo y Bella estuvo ocupada con las otras mesas. Cuando miró de nuevo, la mesa siete estaba vacía. Benjamin se había ido. Se acercó rápidamente y se encontró con que no solo había dejado dinero para pagar su cuenta, sino que le había dejado una propina de cuatro dólares en una cuenta de cinco.


Nota traductoras:

¡Como les contamos la otra vez, acá estamos con esta nueva traducción que esperamos les guste!

¿Qué les ha parecido este primer capítulo? ¿Qué creen de Edward? ¿Y quién creen que sea Benjamin? Vamos a ir viendo como avanza todo en los siguientes capítulos... Igual que con Quarterback Rush, las actualizaciones serán los jueves.

Queremos agradecer a LyricalKris por la posibilidad que nos da de traducir otra de sus historias, para nosotras siempre es muy lindo traer nuevas historias para ustedes y solo es posible si tenemos el apoyo de las autoras, ¡así que se lo agradecemos mucho!

¡Hasta el próximo capítulo!