Aquí vamos con un nuevo proyecto...Esta vez muy diferente a las fics de Star wars que acostumbro, pero espero que agrade igual! Adoro a Bucky desde tiempos inmemorables(? y siempre tuve ganas de hacer un fic sobre este personaje. Así que aquí vamos...No sé cuantos capítulos me va a llevar...También depende mucho de la recepción que tenga la historia, voy a jugar con la redacción desde diferentes puntos de vista, ya sea de mi personaje, bucky o "autor" y bueno...Me dejo de tanta charla, aquí va:
Capítulo 1: Las coincidencias.
-He encontrado su ubicación… - Un señor de mirada dura y traje demasiado prolijo hablo mientras se sentaba cruzando las piernas.
-Señor, ¿Esta seguro? Hemos buscado por tanto tiempo y tantos destinos erróneos… Podríamos volver a poner en riesgo todo lo logrado.
-Estoy seguro.
Profundo sueño…Algunos rayos de luz lograban filtrarse entre mis parpados pero no eran lo suficientemente fuertes como para interrumpir mis últimas dignas horas dedicadas a dormir. Hasta que...oh demonios…dónde dejé el teléfono…Saqué mi mano y el frío automáticamente hizo erizar mi piel mientras tanteaba sobre la mesa buscando el maldito aparato que no paraba de sonar… - ¿Quién llama a esta hora? – gruñí y continué buscando, negándome a abrir los ojos…De todos modos, el sueño ya se había ido y solo era una lucha por prolongar más algo…que ya terminó.
-Aquí – tomé con fuerza el teléfono y lo acerqué a mi oído…Pero ya era tarde, quién quiera que sea…Que había tomado el coraje de llamarme a las 7 de la mañana…Había cortado. Suspiré y volví a aflojarme sobre el cómodo colchón.
Obviamente no iba a volver a dormirme por unos pocos minutos…En una hora debía estar en la cafetería/bar en la que trabajaba y cumplir mi horario de medio día.
Una ducha de unos largos minutos, me coloqué un abrigo ya que el invierno cada vez estaba más cerca y en pocos minutos estaba en la calle, caminando a paso acelerado a la parada del bus.
-Llegas tarde otra vez – Mi compañera, Camila era extremadamente puntual y disfrutaba demasiado regañarme, al principio era algo molesto, pero luego me acostumbre a su carácter.
Sólo sonreí y comencé con mi trabajo…Un buen número de personas aguardaban por su café con medialunas, el pedido más habitual, y algún que otro té, o alguna especialidad de la repostería.
Los clientes solían ser siempre los mismos, que habituaban desayunar aquí y otros también conocidos que desesperadamente venían a la hora del almuerzo por algo que comer y luego continuar con su trabajo.
-¿Lo mismo de siempre John?- Coloqué una tasa frente al sujeto elegante, con una corbata bastante ajustada.
-S…Si Andy, por favor – Extraño sujeto acelerado…John siempre parecía que lo hubieran conectado a 220, o hubiera tomado 20 tazas de café juntas.
No me he presentado, me llamo Andrea, algunos se atreven a decirme Andy, pero la verdad, no me agrada mucho, tengo 20 años y durante la mañana trabajo como mesera en esta cafetería, y durante la noche…Suelo cantar en diferentes bares de la zona, incluso aquí alguna que otra vez…Ahora sí, continuo.
Serví su café cortado, acompañado de dos sconnes, él sonrió y luego prácticamente se zambulló sobre lo que tenía servido delante.
A eso de las 10.30, 11 de la mañana el ambiente comienza a tranquilizarse y hay mucho menos movimiento en el lugar…Por lo que al terminar de asear algunas cosas que habían quedado de la hora del desayuno, me apoyé sobre el largo mostrador y comencé a cambiar de canal en el televisor que programación muy interesante no proveía…
Me distraje varios minutos observando el resumen del programa informativo y luego algo llamó rotundamente mi atención. En una mesa…Bastante alejada de aquí, había un muchacho, solitario, vistiendo una chaqueta de cuero y una gorra que cubría gran parte de su rostro.
-Cami…Camila… ¿Ese está atendido?- Pero mi amiga y compañera estaba demasiado concentrada en su teléfono celular y sin siquiera mirar en dirección al sujeto, soltó en forma de quejido un – nn…no sé –
-Okey, iré yo. – suspiré rogando que no sea algún tipo de maniático, antisocial o un "cliente difícil" de esos que te dan ganas de quitarte el delantal y usar las cintas para ahorcarlo, o tirarle el café caliente en sus partes nobles. Me acerqué lentamente, con un pequeño anotador en mi mano y una lapicera en la otra…El sujeto no notó mi presencia…O evitaba mi mirada.
Me aclaré la voz – Buen día… - sonreí y continué - ¿Qué puedo servirle? –
El sujeto rápidamente salió de sus pensamientos, algo sorprendido por mi cercanía, lo que me obligó a retroceder un paso, y rápidamente me miró con unos enormes ojos azules…Que azules… -Eh…yo… un café – tenía un extraño tono, como extranjero, de algún país extraño.
Yo sonreí y tomé nota – ¿Nada para acompañar? –
Pero solo me miró confundido, rodeé los ojos – El café, ¿No quiere nada para acompañarlo? Una galleta… - Pero él solo negó con la cabeza como si cada palabra que utilizara le fuera cobrada.
Yo solo asentí y me dirigí a la cafetera a preparar su pedido mientras por dentro solo me convencía de que era algún tipo de rarito, antisocial que odia el contacto. Pocos minutos después y luego de algunas miradas más de sorpresa, estaba tomando su café y todo había vuelto a la normalidad, cuándo poco a poco el lugar se iba llenando nuevamente de gente, a la hora del almuerzo.
Una nueva hora bastante atareada y pronto estábamos en la calle junto a mi amiga, de regreso a casa.
-¿Hoy cantarás en la cafetería nuevamente?- Camila se colocaba su pequeña mochila sobre la espalda, mientras avanzábamos por la acera.
Me abroché la campera y luego la miré – Naa, hoy cantaré en un café/bar llamado "Cicero" justo como la obra Chicago –reí…Porque aparentemente yo sola entendería mi comentario –
Camila me miró entendiendo poco – Maldita fanática del teatro… -rió y luego de darme un beso en la mejilla se alejó por otra dirección. – Mucha suerte hoy.
Una caminata aburrida, mínima cantidad de gente, y ya estaba en casa. Me quité las zapatillas arrojando una a cada lado por la habitación y me arrojé a mi cama nuevamente, para caer en un profundo sueño hasta la tarde…Que debería prepararme para cantar en el interesante bar.
Luego de varias horas de sueño me encerré en el baño para tomar un buen baño de inmersión…
Vivía en el último piso de un complejo de 3 niveles…Beneficios, una terraza un poco más grande y el ruido de la lluvia chocar con el techo, sonido que considero extremadamente relajante…Y para mi sorpresa, el clima había cambiado rotundamente esta tarde…
Pronto algunos relámpagos cubrían toda la habitación dónde yo aún continuaba sumergida en el agua y las gotas comenzaron a caer.
-Oh…desearía quedarme aquí toda la noche – murmuré para mis adentros y cerré los ojos.
Adios relajación, varios ruidos me hicieron saltar bastante exaltada del agua...Miré a mis alrededores y me cubrí con una toalla para salir lentamente de la habitación…No se oían muy lejos…Pero luego estos ruidos se habían trasladado al techo.
-Es la tormenta…Debe ser una rama de un árbol – murmuré para mis adentros intentando calmarme…Comprobé que todas las puertas estén con sus respectivas llaves y trabas y luego continué cambiándome.
Últimos minutos, respiración honda, presentador y allí estaba, frente a un público bastante numeroso.
Varias mesas, casi todas llenas de gente, disfrutando de un buen trago o un café humeante, una luz tenue impedía ver sus rostros por completo y pronto la música comenzó a sonar… Reflectores que enceguecían. Andrea comenzó a hacer lo que sabía…Cantando alguna vieja canción de Jazz que encajaba perfectamente con la atmósfera clandestina del lugar. Meseras a paso acelerado llevando pedidos…Ella siempre prefería mirar a un punto fijo, evitar enfocarse en alguna u otra persona…Para evitar desconcentrarse o perder la atención en el público…Pero algo llamó su atención…Algo que provocó que se distrajera bastante y por unos segundos, esto se notara frente al público.
Titubeo por unos segundos para luego reintegrarse nuevamente a lo que sería su última canción, con la visión lateral notaba algunos gestos del dueño del lugar, bastante molesto, pero su atención estaba en otro lado… ¿Era ese el mismo sujeto que había atendido en la mañana? Cabello medianamente largo, ahora no llevaba una gorra, pero podría jurar que llevaba la misma campera…Y ese rostro casi escondido en las tinieblas de sus oscuras mechas. Cicero quedaba a unas pocas cuadras de la casa de Andrea y a unas más del café donde trabajaba…Podría ser una simple coincidencia…Pero su mirada clavada en ella desde que empezó el show no le permitía convencerse al 100%.
-Que no se vuelva a repetir…Si quieres ser una artist…-ella lo interrumpió, totalmente fuera de la conversación.
-Entiendo Larry, está bien, lo lamento… Sabes que no te decepcionaré –Le dio un beso en la mejilla al cuarentón de nariz colorada, se colocó su sacón que llegaba casi hasta sus rodillas.
Larry, el dueño del lugar, suspiró y con una media sonrisa continuó – ¿No te quedarás a tomar algo con nosotros? –
-No, lo siento…Debo irme – su cabeza definitivamente, aun continuaba con el extraño sujeto. –Salió por una puerta lateral del bar y comenzó su caminata por las oscuras y frías calles. No había dejado de llover, grandes charcos cubrían el suelo y una brisa helada hacía que las gotas de lluvia comiencen a tapizar su rostro.
-Me niego a pagar un taxi por tan pocas cuadras- susurró para sus adentros y se colocó la capucha.
Andrea solía ser muy perceptiva…Y fanática de seguir lo que su intuición le decía…Hace varias cuadras sentía otra presencia…Alguien… Sensación que la obligo a voltear varias veces y no encontrar nada. Sin embargo se limitó a acelerar el paso y más al notar con el rabillo del ojo, que el individuo que al parecer venía siguiéndola, ya no se preocupaba en esconderse.
Hasta que tomó coraje y volteó, caminando rápidamente hacia el individuo, notar que sus sospechas no eran erróneas y este sujeto era el mismo del café, y del bar la hizo enfurecer mucho más y uno…En momentos de presión puede hacer cualquier cosa. Inmediatamente el sujeto detuvo su paso y enfrento a Andrea.
Ella totalmente enfadada comenzó a gritarle – ¡Yo no sé si eres un enfermo obsesivo o que! pero te recomiendo que dejes de seguirme. ¿Qué crees? ¿Qué no me he dado cuenta? ¿Qué demonios te suced…- su monólogo que prometía ser largo, terminó rápidamente, cuándo el sujeto la tomó con una fuerza extremadamente anormal y con una sola mano la arrastró de un empujón contra la pared más cercana en uno de los pasillos que conectaban los edificios.
Algo estaba mal en ese brazo, era imposible que solo apoyándolo sobre su abdomen le impedía despegarse de la pared…El sujeto tenía el rostro cubierto de algunas mechas completamente mojadas por la lluvia y sus ojos parecían tenían ese reflejo extraño que había llamado tanto la atención esa mañana.
Andrea se quejo de dolor, completamente asustada y sus ojos parecían salirse de sus orbitas. - ¿Qué quieres? – gritó. – ¡Suéltame maldito! – intentó safarse y trató de darle una patada en la parte baja, pero casi adivinando sus movimiento, en pocos segundos la muchacha se encontraba en el suelo, retorciéndose de dolor bajo los efectos de un buen golpe en el estómago.
El sujeto avanzó hacia ella y cuándo intentó agacharse para estar a su altura ella esta vez sí logro tomar impulso y darle una buena patada en la quijada, con el mismo envión del golpe aprovechó para pararse y salir corriendo.
Pero a los pocos metros fue interceptada por un puñal que se clavó en su cintura y la hizo gemir de dolor y caer al suelo nuevamente, ensuciando sus manos con todo el barro del pavimento y golpeando su nariz…
-Maldición – tragó la sangre que comenzó a sentir recorriendo su garganta. Continuaba boca abajo, intentó tantear el puñal que sobresalía de su cintura pero no tuvo el coraje de sacarlo, gritó nuevamente.
Andrea continuaba maldiciendo y negando para su interior. -No quiero hacerlo.
Cuando quiso darse cuenta el sujeto estaba nuevamente frente a ella, tomándola del cuello de su remera, con la intención de levantarla. Ahora sus ojos estaban fuera de sí, un rostro de completa ira estaba plasmado en su cara - ¡ERES MI MISIÓN! – le gritó sin temer que alguien más lo escuchara.
-No, otra vez – susurró para sus adentros - Demonios, estoy muy débil –gimió al notar cuánta sangre había perdido y tomó coraje para lo que iba a hacer…Sin pensarlo más se safó , dolorosamente por la daga, de la remera que la mantenía sujeta al tipo que la arrastraba por el pavimento y a tiempo contado mientras aún caía al suelo de espalda extendió sus manos hacia él y todo sucedió en segundos…El individuo fue desplazado varios metros y comenzó a gritar de dolor y cayó de rodillas al suelo…Imágenes muy borrosas y poco claras llegaron a la mente de Andrea "Nieve, armas…muchas, un símbolo que creía conocer y un muchacho rubio que parecía desnutrido" Las imágenes se detuvieron cuándo finalmente colisionó contra el suelo y la daga terminó de enterrarse, soltó otro grito de dolor y todo se tornó oscuro.
Bueno, este capítulo fue muy introductorio de mi oc "Andrea" Sin embargo, para que no sea tan aburrido voy a subir pronto el capítulo 2. Espero que les haya gustado y se re miiiil agradecen los comentarios.
Frigga.
