Titulo: Lazos
Por: LadyInfierno
Género: Misterio/Romance, pero tiene de todo un poco.
Pareja: FakirxAhiru
Advertencia: Para esta historia tome prestadas algunas cosas de la pelicula Van Helsing, y esta basada principalmente en un personaje que es de mi propiedad.
Disclaimer: Ni Princess Tutu, ni Van Helsing son de mi propiedad, sino de sus respectivos autores, yo solo los secuestro un rato, para entretenerme y divertirlos un rato
Resumen: -Está muy mal herida-/-¡Rayos!-/-¿Quién eres-zura?-/Estoy buscando al descendiente de Drosselmeyer-/!No puede ser! ¡Entonces eres mi...!-/ (OC, Princess Tutu y Van Helsing)
Muy bien, espero que lo disfruten, y sin nada mas por decir...
¡Comencemos!
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Era una tarde lluviosa en un pueblito llamado Kinkan, lo azotaba una tormenta que parecía no tener fin, nadie paseaba por las calles y nadie parecía querer hacerlo, sin embargo, si había una persona, corría desesperadamente por la orilla de un lago, alguien o algo parecía perseguirla, era una muchacha.
Su largo y negro cabello se agitaba violentamente con el fuerte viento, su blanca piel estaba llena de golpes, cortadas y arañazos, su respiración estaba agitada y sus ojos fuertemente cerrados
Mientras tanto, en otra parte del pueblo, para ser más específicos, en una tienda de antigüedades, una familia cenaba tranquilamente, aunque, a decir verdad, era una familia bastante rara, pues estaba conformada por un muchacho, su padre adoptivo, una marioneta muy curiosa, y un patito muy torpe
Pero esa tranquilidad no les duró mucho, pues todos ellos se vieron alarmados al escuchar que algo había chocado contra la puerta de entrada, el hombre cargó a la pequeña marioneta y al patito, y el joven, empuñando su espada, se dispuso a revisar que había sido
Con cuidado tomó el picaporte, y lentamente lo giró hasta que se escuchó un clic, entonces, poco a poco fue abriendo la puerta, preparándose para cualquier ataque
Cuál no sería su sorpresa, al ver que no había enemigo alguno en pie, se tranquilizó, pero segundos después, notó que algo o alguien se encontraba tirado en el piso, no lo distinguió bien a causa de la oscuridad, pero cuando enfocó más su vista, su ojos se abrieron del impacto y soltó su espada…
-¡Charon!-gritó el muchacho, mientras se acercaba a lo que, recientemente había descubierto, era una chica
El hombre hizo aparición en el umbral de la puerta, y quedó igual de impactado al ver a su hijo corriendo hacia él con una jovencita en brazos
-Está muy mal herida-dijo el joven mientras subía apresurado las escaleras-hay que curarla rápido
De una patada abrió la puerta de su habitación, entrando rápidamente y depositando a la joven en su cama
-Ha perdido mucha sangre-dijo ante la mirada preocupada de los presentes-Uzura, ¿podrías traerme el botiquín de ese escritorio?-dijo a la pequeña, la cual asintió y se apresuró a llevárselo
La joven aún estaba inconsciente, totalmente empapada y sus ropas estaban rasgadas, llevaba una capa negra, que el joven se apresuró a quitarle, así, pudieron notar las vestimentas que traía, la verdad, a todos les sorprendió que aquella joven, que no tendría más de 15 años, trajera consigo tantas armas
Al costado de cada una de sus botas, llevaba una daga, tenía un cinto negro, con un cuchillo, una pistola, y una espada, y en sus brazos, atadas a las muñecas, una especie de sierras circulares (N/a:Imaginen las de Van Helsing, XD), todos los presentes estaban demasiado sorprendidos del arsenal de la muchacha, pero uno en especial no quitaba la vista de su espada, como si la conociera de algún lado, un gemido de dolor por parte de la joven hizo que todos salieran de su ensimismamiento
El joven se hizo cargo de curar las heridas de la chica, con ayuda del patito, mientras que Charon y Uzura esperaban en la sala
-Cuack, cua-decía el pequeño pato, mirando a la joven recostada
-Ahiru, sabes bien que no te entiendo, pero, supongo que te preocupa, ¿no?-dijo mirando al animalito de ojos azules, que asintió-ella estará bien, sólo necesita comer cuando despierte, y no levantarse de aquí, por lo menos en dos días-
Y después de que el muchacho se pusiera como tomate al intentar cambiar de ropas a la muchacha, de que el patito le graznara como loco, de que Charon lo sacara de la habitación por las orejas, y de que Uzura, con muchas dificultades, cambiara a la joven, todos se fueron a dormir.
Bien dice el dicho que, después de la tormenta viene a calma, pero en este caso no aplicaba, pues la tormenta del día anterior había amanecido aún más fuerte que antes, en una habitación oscura, en donde había escritorio lleno de papeles, libros e historias, una joven muchacha apenas despertaba de su sueño, tenía todo el cuerpo entumido, y un terrible dolor de cabeza, no recordaba haberse instalado en una posada, ni siquiera recordaba haberse dormido, un momento,¿ y sus armas?, ¿y su ropa?, ¿Dónde demonios estaba?
-¡Rayos!-dijo levantándose bruscamente, pero un repentino mareo hizo que cayera hacia atrás, y volviera a sentarse en la cama, decidió guardar la calma, y examinar el lugar en que se encontraba, era una habitación sobria y madura, pero no antigua, seguramente pertenecía a un joven bastante maduro, observó una canasta al lado de la cama con algo de migajas, tal vez tendría una mascota, miró el escritorio, y la cantidad de libros que ahí habían, sonrió, esa habitación de cierta forma le recordaba a la suya, volteó hacia la ventana y miró que la tormenta había arreciado, suspiró, no podría salir de ahí, al menos no en su estado actual, llevaba puesto un vestido negro, algo corto para su talla, pero muy cómodo, y sus heridas habían sido curadas y vendadas
Se percató de que no había ruido alguno, salvo la tormenta en el exterior, así que, tomando una pluma del escritorio a modo de arma, decidió salir a investigar
Caminó por el pasillo, sus pasos eran suaves y sutiles, ya que no hacían ruido alguno, miró las dos puertas que había ahí, sin contar la de la habitación que había salido, ambas se encontraban cerradas, suspiró con fastidio, miró a un lado, miró al otro, y se dirigió hacia las escaleras
Bajaba con cuidado, pues realmente le dolía, y aunque estaba muy lastimada, era una muchacha bastante orgullosa, se detuvo y miro al suelo con algo de nostalgia, pues era ese mismo orgullo, el que no le había permitido...
Movió la cabeza de un lado a otro, como tratando de alejar esos recuerdos de su mente, y se concentró en bajar, la pluma que llevaba en la mano ahora era apretada más fuertemente, y sus pasos se habían vuelto más rápidos, pero igual de ágiles.
Llegó a la sala, no se veía a nadie por ahí, puso atención, del otro lado del sofá se escuchaba un ruido, era demasiado bajo para poder distinguirlo, pero parecía una respiración
Lentamente se acercó, y cuando estaba a punto de saber que era... un joven pelinegro apareció en el umbral de la puerta
-¿Qué haces aquí abajo?-preguntó confundido
La muchacha no contestó, o al menos, no con palabras, pues para su mala suerte, el chico quedó clavado a la pared, con la misma pluma con la que escribía todos los días, quedó atónito, ¿Qué estaba pasando?, bueno, no lo razonó muy bien, pues vio que la muchacha se acercaba mucho al sofá
-¡Aléjate!-gritó alarmado-¡No toques a Ahiru!-
-¿A…hiru?-dijo volteando a ver al muchacho con confusión
Al siguiente segundo, todo era un caos, Fakir y la muchacha habían gritado al unísono, varias plumas amarillas salieron volando, y se escuchó como algo de vidrio se rompía, sobresaltado, Charon bajó rápidamente, y vio el desastre ocasionado
-¡¿Qué está pasando aquí?!-
Muy sencillo, mientras la joven se distraía pensando quien podría ser Ahiru, la pequeña patita saltó sobre la chica, quien había gritado al ver al animalito abalanzarse sobre ella, y al mismo tiempo, Fakir había gritado viendo que la muchacha retrocedía hasta un antiguo jarrón que había ahí, plumas salieron volando, ya que la chica había logrado atrapar al patito de una pata, pero lamentablemente, había chocado contra el jarrón, y este había caído al suelo
Charon veía algo divertido la escena, pues el pequeño pato, luchaba por zafarse, emitiendo varios cuaks, la joven estaba algo desorientada viendo al animalito, y Fakir estaba algo frustrado por tener ambas manos clavadas a la pared, pero pronto su sonrisa desapareció, pues vio el jarrón roto en el suelo
-No… no lo sé-dijo la joven contestando a la pregunta de Charon
Después de unos momentos de confusión para todos, la muchacha puso al pequeño animal en el suelo, y se dirigió a Fakir para "desclavarlo" de la pared
-Déjame, yo puedo solo-dijo con su tono de arrogancia habitual
-Muy bien-dijo ella dando media vuelta
El joven ojiverde dio un bufido de fastidio, realmente no podía solo, pero era demasiado orgulloso, la muchacha se detuvo en seco, e inmediatamente comprendió el motivo, sonrió de lado, y aunque su rostro no lo denotaba, la melancolía había regresado a ella, regreso sobre sus pasos, y sin esperar reproches de aquel pelinegro, quitó de un tirón la pluma que sujetaba la camisa del chico
-Lamento haber roto su jarrón-susurró la muchacha, acercándose al objeto y empezando a recoger lo trozos de vidrio
Nadie dijo nada, pero el ojiverde se acercó a ella y le ayudó a juntar los pedazos
Después de todo el alboroto, la joven ya se hallaba sentada a la mesa, con Charon, Fakir y Ahiru
-Yo soy Charon, el dueño de esta tienda, el es mi hijo, Fakir, y este pequeño pato es Ahiru, y dinos, ¿Cuál es tu nombre?-preguntó Charon con una sonrisa
-Es… Alexeva…- dijo mirando la mesa, levantó la vista, y miró a los tres presentes frente a ella-¿Cómo llegué aquí?-preguntó secamente
-Nosotros…-contestó el pelinegro-…Te… encontramos, afuera de la tienda, muy mal herida, "algo" te arrojó contra la puerta…-
-Algo…-repitió por lo bajo la joven-¿Y mis cosas?-
-Ahm…, tu ropa sigue mojada y está algo rota, y tus…- el joven meditó un poco -…armas, están guardadas en una habitación de arriba-
-¿Puedo hacerte una pregunta?-dijo Charon viendo a la joven, a lo que la joven solo asintió- ¿De dónde vienes? ¿Qué haces aquí?-
La muchacha sonrió, como alguien que recuerda un buen momento, y con algo de nostalgia en los ojos, susurró-…esas son dos preguntas…- Todos la miraron algo contrariados, pues su semblante reflejaba tristeza y dolor, pero después de algunos segundos, sus ojos volvieron a mostrar la frialdad de antes
-No puedo seguir contestando sus preguntas-dijo mientras se levantaba, con algunas dificultades aún- lamento haber sido una molestia -al decir esto, Fakir y Ahiru se miraron entre sí, eso mismo había dicho él una vez, y aunque el tono era de sarcasmo, realmente lo sentía
La joven se disponía a ir por sus cosas, ya después regresaría a hacer algunas preguntas, pero en ese momento, lo más importante era salir de ahí, algo había en esa casa, en esas personas, que le hacía recordar, y ciertamente le dolía
Pero justo cuando se levantó de la mesa, una pequeña niña de cabello verde y con un tamborcito le cerró el paso, sus enormes ojos violetas la miraban con curiosidad
-¿Quién eres-zura?-preguntó la niñita golpeando alegremente su tambor
-Yo… -dijo la joven mirando algo confundida a la pequeña- "… no otra vez…"- y pensando eso volteó hacia un lado con furia- "…¿Por qué?..."
Luego, dejando de lado su momentáneo enojo, suspiró, relajó su cuerpo, y con una mirada menos fría, decidió averiguar de una vez lo que necesitaba
-Lo siento-susurró mirando al hombre, al muchacho, y al pato- no era mi intención ser grosera- dijo colocando su mano en la cabeza de la marionetita
-Tranquila Alexeva-san-dijo Charon con una sonrisa
-Miren, yo vengo desde muy lejos, estoy buscando a unas personas bastante importantes, una de ellas puede que siga en este pueblo, estoy en Kinkan, ¿cierto?-preguntó con inocencia, cosa que los sorprendió
-Así es-dijo Fakir mirando confuso a la joven-vamos a sentarnos-
Todos se encaminaron a la sala, una vez ahí, la muchacha continuó su relato
-Ustedes han escuchado hablar sobre un antiguo escritor llamado Drosselmeyer, supongo- Y en ese momento, a Fakir y a Ahiru se les erizó la piel
-S-si- dijo el pelinegro con algo de dificultad
-Bien, pues, se me ha encomendado buscar a otro escritor, su descendiente…-dijo en un tono un poco más bajo- aquel que terminó con el cuento de "El príncipe y el Cuervo"
Al escuchar eso, los ojos de Fakir se abrieron desmesuradamente, y no pudo evitar sentir un escalofrío recorrer su cuerpo, ¿para qué lo estaría buscando? ¿Qué haría si sabía que era él el escritor?
-Y… ¿Para qué lo buscas?-preguntó el muchacho con algo de temor, al recordar todo el arsenal de la joven muchacha
-…Necesito su ayuda…-dijo la joven mirando directamente a los ojos del chico
Y al hacerlo, la muchacha pudo notar en ellos temor, duda, y sobre todo, que le estaba ocultando algo…
-¿Ustedes no lo conocen?-preguntó con inocencia fingida, mirando acusadoramente al pelinegro
-N-nosotros no…-comenzó el ojiverde
-Sinceramente, Alexeva-san, no lo conocemos-dijo Charon, sus ojos denotaban la honestidad de sus palabras, ya que él, por alguna razón, no recordaba que de quien hablaban era de Fakir
La muchacha notó que el hombre decía la verdad, así que decidió dejarlo por la paz, pero la reacción del pelinegro no la había convencido del todo, al menos por ahora, lo dejaría tranquilo
-Muy bien, entonces supongo que tendré que investigar en otros lados-dijo resignada la joven, miró a sus cuatro acompañantes, y dijo sinceramente- Gracias por su ayuda, pero siento que no encajo aquí, seguramente este joven me dio su habitación para descansar y por eso durmió en el sofá, no quiero seguir incomodándolos, sólo denme mis cosas y me marcharé lo más pronto posible- terminó con un deje de vergüenza en los ojos
-¡No te preocupes Alexeva-san!-dijo Charon con una enorme sonrisa- yo necesito ir a las afueras del pueblo para entregar unos pedidos, así que puedes quedarte aquí todo lo que necesites, Fakir dormirá en mi habitación junto con Ahiru, y tu puedes dormir en su habitación, si no te importa compartirla con Uzura- finalizó mirando a la pequeña marioneta
-Yo no… -dijo sorprendida por la amabilidad del hombre-…yo no debería…-dijo mirando al suelo, pero fue interrumpida por la fría voz del ojiverde
-Charon tiene razón, no puedes salir así en tu estado actual-dijo el joven mirando los hermosamente inhumanos ojos grises de la joven
-Ou… -dijo resignada la muchacha- al menos podría… ¿pagárselos?-dijo mirando al ojiverde
-No es necesario que tú…-comenzó el pelinegro, pero se detuvo al ver la mirada de la joven- tómalo como un favor, ya después nos lo devolverás-
Después de un rato, Charon ya estaba listo para partir, pero cuando estaba terminando de acomodar las últimas cosas para su viaje, cierto chico pelinegro lo sorprendió, al aparecer recargado detrás de la puerta
-No deberías ser tan confiado con la gente que no conoces-le dijo al hombre con su tono arrogante de siempre
-Y tu no deberías ser tan desconfiado- le contestó con amabilidad
-Ella me atacó- contestó seriamente
-Tal vez la asustaste, y solo se defendió- dijo el hombre sencillamente
-Pero…-comenzó el ojiverde
-Fakir, quiero que entiendas una cosa, no todas las personas son malas, nunca debes juzgar un libro por su portada, además parece una persona amable, y si es que me equivoco, se que protegerás a Ahiru y Uzura-el hombre hizo una pausa, y luego continuó- pero por el momento, también debes protegerla a ella, lo que sea que la atacó, tal vez regrese, y no está en condiciones de defenderse- miró a los ojos al muchacho- además, es tu trabajo como caballero, ¿No?-
El hombre solo recibió un bufido de parte del muchacho, y bajó dispuesto a marcharse, y al pasar por el umbral de la puerta, vio a una muchacha pelinegra, cosa que le sorprendió
-Alexeva-san, ¿Qué haces aquí?, deberías estar descansando- le dijo a la joven algo preocupado
-No se preocupe, me encuentro bien- su voz sonaba algo monótona aún, pero en sus ojos ya no se reflejaba, la chica le extendió un paquete y el hombre la miró confundido- Supongo que será un viaje largo, espero que le guste, no soy muy buena cocinando-
El hombre y el muchacho se sorprendieron de la actitud de la jovencita, pero un tinte de ternura adorno los ojos de ambos al ver esta pequeña acción de parte de ella
-Muchas gracias Alexeva-san, no debiste molestarte- dijo Charon tomando el pequeño paquete, a lo que la joven solo hizo una pequeña reverencia y se fue
Así, sin más, el hombre se despidió de su hijo, le dijo unas cuantas palabras más, y se marchó
El ojiverde se quedó observando a su padrastro hasta que lo perdió de vista, fue entonces que se decidió a entrar...
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Hola!!! Cuánto tiempo sin subir otra historia, pero ya estamos de vacaciones, y tal parece que mi cerebro empezó a trabajar de nuevo, XD.
Qué les pareció?. Es una historia un poco bizarra, pero..., ¡Qué en mi mente no lo es! Jeje.
Dejen sus reviews, son importantes para todo escritor.
Me despido *LadyInfierno saca sus alas y se va volando*
-¡Hasta el próximo capítulo!- se escucha en la lejanía.
