Una advertencia, un susto terrible, un milagro, una muerte, un nacimiento, una patada en el trasero, una palmada en la espalda, una enfermedad incurable, una súplica, una plegaria, una desilusión, un accidente, una caricia, una experiencia religiosa, encontrar el amor de tu vida, perder a un ser querido, un amanecer, un viaje, un terrible error, ganarte la lotería, casarte, divorciarte, perder la esperanza, un éxito insuperable, amor, belleza, lujos , miseria, llegar al fondo, alcanzar la cima….

¿Qué necesitas tú para poder al fin despertar y empezar a disfrutar de tu vida?

Una novela sobre la libertad, el perdón y la verdadera superación personal, fic inspirado en el libro el esclavo

Bleach y sus personajes no me pertenecen estos pertenecen a Tite Kubo, la historia tampoco me pertenece esta es de Fráncico J. Ángel Real

Jeje espero les guste

no puse a Rukia como personaje en la descripcion por que en si no aparece mucho pero si aparece esta pareja en el fic, ya vere despues si la agrego

mundo alterno obviamente xD

The Slave

Capítulo I

Cuando recupere el sentido, me di cuenta de que algo iba mal, una luz frente a mi hería mis ojos sin que yo fuera capaz de parpadear, intente desviar la mirada, intente mover los brazos para tapar mi rostro con las mano sin lograrlo.

Mi cuerpo estaba totalmente paralizado, era recorrido por dolor y frio como jamás lo había sentido, también intente gritar pedir ayuda pero todo fue inútil, algo entraba por mi boca y quemaba mi garganta a la vez que un ruido horrible lastimaba mis oídos.

Pasaron varias horas, lo único que ocupaba mi mente era la terrible desesperación, de la desesperación al terror cuando unos pensamientos que se filtraron atreves del dolor de mi mente

-¿Dónde estoy?, ¿Qué me está pasando?, ¡estoy muerto!-

La mezcla de dolor, terror y los pensamientos, ocasionaron que perdiera el sentido.

No sé si pasaban horas o días para que volviera en mí.

Seguía inmóvil, con los ojos completamente abiertos, el dolo había disminuido, la luz me cagaba los ojos pero era soportable, me di cuenta de que el ruido era de una respiración forzada, profunda y fuerte… no era mi respiración de eso estaba seguro.

La disminución del tormento físico abrió la puerta de otro tipo de sufrimiento: la confusión en mi mente y la urgente necesidad de respuestas.

-¿estoy realmente muerto?, ¿de quién es la respiración que escucho?, Qué es esto que siento en mi boca y que raspa mi garganta?-

Poco a poco fui recuperando la los recuerdos de lo que yo pensaba que era el día anterior; la fiesta, la discusión con Rukia y la insistencia de Renji para que probara esa estúpida droga.

-Ichigo ya deja de tomar por favor…. ¿que no ves que te estás matando?- me gritaba Rukia -¿es eso lo que quieres?

—no quiero matarme, lo que quiero es escapar-

-¿escapar de qué? ¡Estás loco!-

-si estoy loco y tu no me entiendes nadie me entiende-

Lleve el par de pastillas azules que acepte de Renji, es lo último que recuerdo.

-¡por dios!, por fin, por fin acabe con mi vida no puede ser! ¿Qué me pasa?, ¿Por qué no me puedo mover?-

-ese imbécil me enveneno- pensaba

Yo no creía en la vida después de la muerte pero en ese momento no encontraba otra respuesta

-NO! Por favor si tan solo tuviera otra oportunidad-

El sonido de la puerta que se abría interrumpió mis pensamientos, una voz femenina:

-¡pero qué ruido hace esta mierda!-

-es el único que tenemos, ya sabes cómo están las cosas- le contesto un hombre

-¿Cómo es posible que tengamos solo un aparato de respiración artificial?-

-pues así es, y hay que hacer lo mejor que podamos con lo que tenemos-

-y a este, ¿Qué le paso?-

-¿este?... este ya se jodio, destápalo para que lo veas-

Sentí como retiraba de mi rostro una sabana y pude ver a una mujer con una expresión de asombro y temor

-¡está despierto!- grito

-a si lo trajeron, cuando llego a urgencias, había tenido un accidente, estaba intoxicado completamente pero aun consiente, repetía una y otra vez, "Rukia, Rukia perdóname", después cayó en coma y una especie de Rigor mortis, no pudieron cerrarle los ojos.

-pobre imbécil, mas le hubiera valido haberse muerto-

-más nos hubiera valido a nosotros! Ahora tenemos que mantenerlo vivo como un vegetal, ocupando una cama que otros necesitan y gastando energía-

-pero… ¿puede ver, oír…siente?-

Vi como movía un tubo acerca de mi cama y sentí una terrible punzada en el brazo

-¡eso duele idiota!... ¡estoy vivo!...estoy consciente… ¡ayúdame!- trate inútilmente gritarle

-aprovecha para cambiarle el suero- dijo el hombre – alguien tiene que regar las plantas-

Los 2 soltaron una carcajada y yo me quede lleno de rabia y desesperación.

Salió el hombre de la habitación, la mujer cambio el frasco que colgaba junto a mi cama y salió apresurada.

Ya tenía algunas respuestas… la conversación se repetía una y otra vez en mi mente: ¿un accidente?, ¿cayó en coma?, ¿Rukia, perdóname?,…alguien tiene que regar las plantas…las plantas.

0o0o0

Los 2 primeros días pude explorar la habitación, en realidad, exploraba cada parte del cuarto que abarcaba mi campo visual inmóvil.

Había en el techo una lámpara de luz neón deslatada que parecía estar a punto de caer, del lado derecho de la cama había un gancho que colgaba el frasco del suero, que la enfermera cambiaba todos los día, mas a la derecha alcanzaba a ver un tubo que tenía un fuelle negro que bajaba y subía al ritmo, de lo que ahora, identificaba como "mi respiración", del lado izquierdo distinguía un complicado aparato con varios interruptores, focos y graficas. Después me entere de que estaba encargado de controlar mi respiración, mis latidos y los nutrientes que eran suministrados atreves de un tubo que iba directo a mi estomago, detrás del aparato se veía una ventana que era para mí un tormento, la luz que entraba toda las mañanas lastimaba mis pupilas, me despertaba y me traía de regreso al infierno en el que estaba.

El dolo físico no era nada comparado con el dolor que me causaban mis pensamientos, la impotencia, la culpa, el rencor, el miedo y la imposibilidad de expresar mis emociones, todo se untaba en mi mente y me enloquecía, cada día rogaba por no volver a despertar, porque esa máquina que me mantenía vivo dejara de funcionar y acabara ya con mi sufrimiento.

¿Quién le daba derecho a los doctores a mantenerme vivo? ¿De qué puede servir mantenerme vivo? ¡soy una maldita planta incapaz de moverme o de expresarme!

La impotencia se apoderaba de mi y se convertía en odio, odio por los que me mantenían vivo, odio por la misma vida

La enfermera tenía razón más me habría valido haberme muerto, y sin embargo todo los idas entraba con cara de miedo a cambiarme el suero que me alimentaba, a pesar de que me creía inconsciente nunca me miraba a los ojos, cada día que la veía llegar rogaba en mi mente que se olvidara cuidar de mi ¿que no se daba cuenta de que no me hacia ningún favor manteniéndome vivo?

-hey! Ya deja esto por favor- le suplicaba en mi mente- se te da tanto miedo verme, ya no vengas mas, simplemente déjame morir-

Pero una y otra vez la veía hacer su rutina y dejarme aquí vivo… una y otra vez…

-¡maldita sea! Que ya se acabe esto, ¡por favor que alguien me ayude! ¡ya no quiero seguir viviendo!-

- más vale que te vayas acostumbrando, porque parece que aquí vas a estar un buen rato-

Oi de repente que alguien me hablaba, pero… no había nadie en la habitación

-en qué situación tan jodida te metiste- la voz extraña insistía

-¿Quién eres? ¿Eres un ángel?- conteste asustado

-JA! Eras el peor de los ateos y ahora crees en dios y toda su corte celestial? No juegues-

-pero… ¿Cómo puedes saber lo que estoy pensando? ¿Me volví loco?-

-eso es lo más probable-

-entonces, ¿no eres real?-

-mira… no puedo decirte nada que tú no sepas ya, tal vez después sabrás quien soy-

-pero… ¿Rukia está bien? ¿Por qué no viene mis padres a verme, y mis hermanos? ¿voy a morir? ¿Es esto un castigo?-

-que necio eres hombre! Nada se yo que tu no sepas-

-pues de poco me sirves-

-si quieres me voy-

-¡no! Por favor no te vayas-

En ese momento recordé que Rukia siempre me hablaba de guías espirituales, con los cuales uno puede comunicarse si lo medita suficiente, eso a mí me parecían patrañas.

-a mí también me parecen patrañas- contesto la voz –pero eso de guías me gusta-

¿podía acaso, un guía espiritual ser tan sarcástico y grosero?

-mira si no te caigo bien me voy y se acabo-

-no, no te molestes, solo quiero comprender lo que pasa-

-mejor hubieras tratado de comprender las cosas antes de cometer la estupidez que hiciste-

-solo quería escapar y librarme de mis problemas-

-JA! Querías escapar de tus problemas y te convertiste en un esclavo-

-¿un esclavo?-

-a si es no tienes voluntad en absoluto, no puedes moverte, ni expresarte, es más, no puedes quitarte la vida si quisieras-

-y tú has venido a hacerme sentir peor- le conteste

-¿Qué eh venido? Yo siempre eh estado contigo pero el problema es que nunca me quisiste escuchar, además nadie puedes hacerte sentir nada-

-¡que estupidez! ¿Cómo que nadie puede hacerme sentir nada? Mi padre me hacia enojas, mis parejas justamente me desilusionaban y herían-

-mira te voy a explicar mejor… antes de estar aquí eras completamente libre, nada ni nadie tenia poder sobre ti tenias la oportunidad de hacer cualquier cosa que te propusieras, eras el dueño de tu vida-

-y que tiene que ver eso con mis sentimientos?-

-calma, ¿Qué prisa tienes?¡ después de todo tenemos mucho tiempo para pensar y platicar-

-te digo que eres un sarcástico-

-continuemos… eras libre también de pensar lo que tu quisieras, y por lo tanto de elegir tus sentimientos-

-¿Cómo que elegir mis sentimientos?-

-si, tus sentimientos vienen y solo pueden venir de tus pensamientos, así es como funciona:

Piensas en algo triste, piensas que algo te molesta y te enoja, crees que los demás pueden herirte o desilusionarte o hacerte sentir mal, pero nadie puede meterse en tu mente y hacerte pensar ni sentir nada.

Aun en este momento, los demás podrían mover tu y hacerte lo que quiera con él, incluso podrían desconectar la maquina que te mantiene vivo, pero en tu mente tú tienes el control-

-dijiste que no podrías decir nada que no supiera ya-

-pues es lo único que prueba que no eres tan tonto como pensabas-

-otra vez los insultos-

-no es un insulto, en realidad te creías un tonto, incluso una víctima, siempre culpando a los demás y a las circunstancias de lo que iba mal en tu vida-

-pues si mi vida no era fácil, además con la familia que me toco y para acabar tuve mala suerte-

-¡hay pobrecito de ti! Cuando hablas así te imagino como un esclavo de tu pasado, de los deseos de otras personas, de las circunstancias y de la suerte-

-¿Qué se supone que yo tenía control de todo lo que pasaba? ¿Qué se supone que yo podía controlar a los demás?-

-no tenias control sobre lo que pasaba, pero tenias y tienes control de lo que pasaba en tu mente, tú decides que pensamientos tener y cómo reaccionar ante tal situación-

-si como no, ¿Cómo podía yo reaccionar de forma tan positiva ante todos los problemas que tenía?-

-tenias la opción de verlos como problema o como obstáculos a vencer, como una maldicion o como un reto ¿si no tú eras quien decidía como reaccionar, quien lo hacía?-

-ya me estás haciendo enojar ¿así que soy el único culpable de todo lo que me pasa?-

-tú mismo te estás haciendo enojar, además, no se trata de culpar a nadie, sin embargo dime ¿Quién movía tu mano esa vez que le pegaste a Rukia? ¿Quién la movía mientras te servías copa tras copa? ¿Quién puso en tu boca esas pastillas que te trajeron aquí?-

Me sentía a punto de estallar supongo que expresar nuestras emociones nos sirve como una válvula de escape y yo no podía llorar siquiera, estaba furioso por lo que me decía mi guía y lo peor es que tenía razón en todo lo que decía .

Por suerte, algo sucedió que distrajo mi atención: la puerta se abrió y entro una enfermera, esta vez no era aquella mujer fría que acostumbraba a cambiar el suero que me alimentaba.

Se acerco a mi cama y se inclino a verme. Note mucha tristeza en sus ojos, su pelo rubia caía constantemente sobre su rostro y ella lo empujaba con su dedo hacia atrás de las orejas, estuve observándome por unos segundo y pude leer su nombre en el gafete del hospital: Kouki(1)

-hola- me dijo

-hola, Kuoki- imagine contestarle

-pobrecito de ti mira como estas-

-pues ya ves como es la vida- yo seguía la conversación en mi mente

Me acaricio el pelo y me dijo: -no te preocupes yo te voy a cuidar-

-muchas gracias- pensé

-ella esta muchos más cerca de ser un ángel que yo- comento mi guía -¡además es linda!-

Cuidadosamente cambio el suero, arreglo los cojines bajo mi cabeza y reviso los aparatos a mi alrededor

-hasta mañana-dijo antes de salir

-hasta mañana- imagine contestarle

-¡hasta mañana guapa!- grito mi guía en mi cabeza