Hey... ¿Owari? !SI! Nada de esto es mio aunque sea tan gay y dramático como un fanfiction :D
"Saving a friend"
Two-Shot
Summary: Después de cuatro años de sobreponerse a esa sed insaciable, Yuu no podía pedirle que bebiera su sangre. Pero Yuu jamás lo había escuchado.
Owari no Seraph
Quizás después de tanto tiempo sin verse, era la felicidad que lo embargaba lo que lo llevó a pensar de nuevo en la salida más fácil. L a más obvia para otros, pero una decisión al fin, sin premeditar. Que Yuu optara solo por la posibilidad de romper ese esfuerzo de cuatro años…
-¡Mikaela!- le reprendió desesperadamente.
El joven vampiro estrechó la mirada y se giró hacia otro lado. No importaba que estuviera al borde de la muerte, todavía tenía tiempo para discutir con Yuu y advertirle todo aquello que quería contarle desde el inicio. No podía simplemente discutir sus sentimientos encontrados respecto a beber sangre humana y tampoco era algo que Yuu entendería en menos de cinco minutos.
Empuñó ambas manos y aspiró profundamente para desviar su atención de la sed, pero cuando volvió a enfocarse en Yuu este se miraba más molesto. O algo así, sabía que era su familia porque era la única persona en el área aparte de él, pero su vista le comenzaba a fallar, poniéndose borrosa a partir de los bordes.
Sacudió la cabeza para alejar el sentimiento, genial.
-¿Podrías escucharme esta vez?- intentó de nuevo, su voz apenas un susurro y eso ya era notable para ambos.
La petición volvió a entrar en oídos sordos, pero esta vez no tenía que ver con las negativas del pelinegro. Su mente estaba sufriendo de solo ver como la única familia que había podido recuperar después de tanto tiempo, trataba de mantenerse consciente a duras penas. Solo por un pequeño capricho.
-Mika…- se arrastró por el piso hacia el rubio, de manera cautelosa. Pero de la misma manera, el otro comenzó a retroceder huyendo de la tentación. –¡Mika, por favor!-
-No hay tiempo, Yuu-chan-
-¡Lo estoy viendo!- explotó el otro estrellando ambas manos en el piso, eso distrajo lo suficiente la vampiro para no amortiguar su siguiente movimiento.
Yuu sabía lo arriesgado que era y estaba consciente del por qué de las negativas de Mika. Pero si el otro no podía darse cuenta de que los cuatro años que ambos habían pasado solos, serían en vano si no hacía algo en ese momento, entonces temía cómo terminara este encuentro.
Así que sin mucho más que perder, se abalanzó sobre el rubio y lo sostuvo fuertemente en su lugar, sin posibilidad de alejarse o negarse al contacto. Sintió la tensión del otro de inmediato, pero eso solo le dio más motivos para permanecer. Habían sido largos años donde todas las noches sin falta, su familia moría una y otra vez ante sus ojos.
A veces solo era Mika, otra veces eran todos los niños del orfanato. Pero el rayo de esperanza que ahora tenía de que al menos una pequeña parte de ese sufrimiento se volviera una ilusión del pasado, se estaba extinguiendo.
-Yuu-chan…- se quejó Mika tratando de quitárselo de encima, pero era imposible. –Yuu-chan, tienes que escucharme-
-Vive y te escucharé- se aferró el ojiverde, Mika no sabía si los vampiros podían suspirar de desesperación pero en ese momento lo había logrado y al mismo tiempo que inhalaba, la fuente de calor que tenía más cerca desprendía un invitante aroma a sangre fresca.
-Yuu…-
-Cállate Mikaela-
-Pero Yuu…-
No durarían mucho más tiempo así.
-¿Sabes? No tienes idea de cuánto tiempo había estado pensando en el hecho de volver a encontrarte después de Shinjuku- comenzó Yuu con la única verdad que quizás Mika escucharía, pero debía apresurarse, el rubio se recargaba más en él de manera inconsciente a pesar de rechazar el contacto –De sentarnos tranquilamente, para hablar, responder algunas dudas…-
Mika murmuró algo como ¿Qué crees que estoy tratando de hacer en este momento? Contra el hombro de Yuu, pero ese no era el punto. Además solo había sido un gruñido que el otro interpretó de esa manera, pero la más leve de las sonrisas se instaló en su rostro.
-Pero no de esta manera- terminó Yuu, separándose de Mika pero tomándolo fuertemente por los hombros. El joven vampiro parpadeó de manera lenta y cansada, su cerebro neblinoso apenas interpretando todo lo que estaba pasando a su alrededor –Vamos, Mika. Necesitamos hablar y para eso necesito que vivas… así podré pedirte-
El última reserva de fuerzas abandonó al rubio haciendo que su cuerpo cayera hacia adelante, apenas dándole tiempo a Yuu para reaccionar y sostenerlo antes de que se lastimara más, pero el ojiverde debía admitir que no era su fuerte la paciencia y los planes detallados.
-Mika… demonios ¡Mika!- lo sacudió esperando una nueva queja o negativa, pero los ojos azules del otro apenas se enfocaban. -¡Mika!-
El vampiro cerró los ojos, pero suspiró de manera lenta no elevando el pánico del otro.
-¿Ya…vamos a hablar?-
La desesperación tenía un límite y la sanidad de Yuu también.
-¡Eres un ser egoísta y cruel, Mikaela Hyakuya! ¡Tardaste cuatro años en hacerte presente, después de creer que te había abandonado a morir en la ciudad de los vampiros y la segunda vez que puedo verte no sé qué demonios hiciste para terminar así y ahora que te puedo ayudar a sobrevivir no lo aceptas!- claro que todo lo que Yuu había expresado en menos de tres segundos podía ser cierto, pero eso no fue lo que hizo al joven rubio sentirse algo culpable al respecto.
Era el hecho de que a pesar de sonar tan enojado y desesperado como realmente lo estaba, Yuu estaba llorando de manera libre sin reclamarle eso. Mika había sentido una gota caer en su mano y cuando abrió los ojos, Yuu estaba llorando quizás sin darse cuenta, porque estaba más enojado que cualquier otra cosa.
Pero era un claro hecho de que le importaba.
Y no podía poner a Mika en una encrucijada más grande.
El de ojos azules levantó una mano enguantada hacia la cara del otro para limpiar con su pulgar el gran río que se hacía, pero Yuu tomó su extremidad a escasos milímetros de su piel, sorprendiendo al otro.
-Fuiste mi familia en un orfanato- comenzó, deteniendo unos segundos sus lágrimas –Seguiste siendo mi mejor amigo en la ciudad de los vampiros y trataste de salvarnos a todos arriesgando tu cuello; me obligaste a escapar sin ti-
Mika parpadeó levemente tratando de aferrarse a la conciencia.
-¿Por qué crees que convirtiéndote en vampiro, yo te abandonaría a ti?-
Sin preguntar o asegurarse de que sus palabras habían quedado claras, Yuu comenzó a mover el peso casi muerto de Mika para que se recargara contra él, en una posición que no dejaba paso a réplicas o negativas. Le tomó varios minutos maniobrar para no soltar al vampiro y poder jalar del cuello de su chaqueta lo suficiente, pero entonces Mika no decía nada y temía que ya fuese demasiado tarde.
Puso una mano en la cabeza del rubio y lo acercó todo lo virtualmente posible a su cuello, si Mika no aceptaba eso no sabía qué más podía hacer.
-Te estoy dando un poco de mi sangre porque quiero, porque la necesitas- argumentó de manera seria esperando la confirmación de que su acción sería tomada en cuenta, pero entre más tiempo pasaba, temía que fuese demasiado tarde –Yo te voy a ayudar a sobrevivir esta vez, yo te estoy pidiendo que hagas un sacrificio y no mires atrás esta vez-
Podía sentir algo caliente correr por su cuello expuesto y si no conociera los puntos débiles de Mika, entonces no apostaría que fuesen lágrimas. Pero su única familia en el mundo siempre había sido tan expresiva, abierta, emotiva y sonriente. Este ser que trataba de salvar no había demostrado mucho de eso desde su primer encuentro en Shinjuku, pero ese sería el segundo paso a resolver.
Primero debía sobrevivir.
-Después haremos lo que tu digas- trató Yuu, entrelazando sus dedos en los mechones rubios y moviendo su mano a manera de confort.
Entonces Mika habló de manera lenta contra su cuello, produciendo vibraciones en su piel.
-Humano egoísta-
Pero no tuvo tiempo de responder, la sensación de un par de agujas adentrándose en su piel produjeron un gran escalofrió que nació desde la base de su columna vertebral. Así que aferró su mano aún más en la cabeza de Mika para que no se retractara tan rápido o se contuviera en lo que necesitaba.
Sintiéndose feliz por ser de uso para un vampiro.
Porque ese vampiro era su familia.
Se relajó de manera monumental con un suspiro complacido.
-¿Tenías que ser tan difícil?- alardeó levemente Yuu. Entonces sintió que los colmillos de Mika se retraían un poco y volvió a guardar silencio a la espera de cualquier cosa.
Sin embargo Mika se había detenido por un extraño sentimiento que lo embargó y no sabía si era lo correcto o no, siendo todavía muy nuevo en cuestiones de pérdida de humanidad. Solo sabía que no podía beber más, era extraño.
-¡Mika!-
El joven vampiro perdió la consciencia.
¿Por qué lo dejé ahí? TwT porque es un fanfic de dos capítulos n.n además según los spoilers del capítulo 37, yo opino que debe haber incluso otro pequeño pedacito de información antes de que estos dos se escapen juntos :D
any
