Y comenzamos otra vez…
Los personajes no me pertenecen, son de Rumiko Takahashi, en esta historia contaré que fue lo que paso con los personajes después del final del manga y lo ocurrido años después de esto, usare personajes de la obra Inuyasha para introducción a la historio, pero esta se centrara en Ranma ½. Usare dos tipos de narrador para el presente en primera persona y para el pasado en tercera persona.
Es mi primer fic y espero que les agrade.
Capítulo 1
Hola mi nombre es Higurashi Sota, tengo trece años vivo con mi madre y mi abuelo en un templo sagrado, desde que se fue mi hermana a la época antigua todo ha estado muy tranquilo. Claro no puedo evitar extrañarla, aunque ya casi no estaba en casa antes de irse. No hemos recibido ningún tipo de noticia sobre ella ni de orejas de perro. La vida ha transcurrido normalmente desde entonces.
Actualmente curso la secundaria y todo en mi vida es de lo más cotidiano, es como si mi hermana fuera la chispa mágica, como una puerta que se cerró al marcharse, y yo solo fuera testigo de su increíble aventura, no me mal interpreten, soy feliz con mi vida normal.
-ya llegué
-bienvenido sota, ya está la cena, ayudarme a poner la mesa.
-si mamá
Mi madre y mi abuelo al igual que yo, han llevado muy bien la ausencia de Kagome, hablamos de ella como si tarde o temprano regresara con la bicicleta hecha añicos y llevándose nuestra ración de fideos instantáneos.
-por cierto hijo marco una jovencita buscando te.
-¿Quién era?
- era de la ciudad de Nerima, ¿cuál era su nombre? sa...
- ¿¡!? Sakura
- Sota, ¿otra novia?- me guiñó un ojo
- ¡abuelooo!
Al inicio de la secundaria la escuela creó un programa para intercambiar cartas con algún alumno de otra ciudad, a mí me tocó Sakura, al igual que yo estudia la secundaria, ella vive en nerima con su familia, sus cartas estaban llenas de relatos mágicos y de Artes marciales, maldiciones, retos y pociones eran su pan de cada día. yo no soy escéptico crean me con la historia de mi hermana sé que esas cosas existen, pero sus historias eran demasiado fantasiosas, en fin mentira o no le seguía la corriente, me recordaba cuando mi hermana nos contaba sus aventuras y nosotros intentábamos comprenderla, aunque al final nos dábamos por vencidos por lo complicado que estaba la trama, después me dio la confianza de contarle el relato de mi hermana, claro la modifiqué como si la historia fuera de un antepasado no quería exponerme tanto, lo tomo con agrado y hasta sacaba sus conjeturas de cómo podría contactar me con ese antepasado, cuando me di cuenta el proyecto ya había concluido y nosotros seguíamos intercambiando cartas y correos.
- debe ser alguien importante para que no la nombres por su apellido- rió al ver cómo me ponía rojo como tomate.
- ¡basta abuelo! bueno mamá ¿y qué te dijo?
- ah sí... que estaba en la ciudad y quería quedar contigo, dijo que te mandaría un correo.
- Sota eres todo un galán.
Era domingo por la tarde caminaba hacia el parque en donde me quedé de ver con Sakura, recibí su correo en la noche, decía que su tía había tenido un hijo en el hospital de la ciudad, al parecer venía del extranjero y no pudo llegar a Nerima, su madre y Sakura viajaron acá a cuidar de ella y por otras razones que me diría en persona.
Me senté en una banca a esperarla,
-¡dame la!- lloraba un niñito al que tres mayores le habían quitado una pelota.
- oye devuelve le su pelota- dije acercándome a ellos y arrebatándoles la pelota.
- baia baia, miren a quien tenemos aquí al debilucho de Higurashi
era el bravucón de mi escuela Yamada y sus dos esclavos por voluntad propia Akizuki y Sasaki. Le entregué la pelota al niño y le hice una señal para que se fuera.
- vamos Yamada, no están grandes para molestar a niños peque… - No termine de decir la frase cuando ya me había golpeado y caía al piso, acto siguiente los tres comenzaron a patear me.
- tienes razón Higurashi, se siente mucho mejor molestarte a ti, aparte siendo sinceros -me levantó de la camisa con las dos manos- me la debías desde hace mucho.
-disculpen- era una voz femenina- perdonen que interrumpa su batalla, pero estoy buscando a alguien, ¿podrían ayudarme? - Yamada me aventó hacia atrás de él - alguno de ustedes no tiene por nombre o conoce a Higurashi Sota.
- jajajaja, crees que soy el gusano de Higurashi- rió Yamada y sus secuaces.
-y.. yo so...y sota- alcancé a decir, ella se asomó a un costado de Yamada, me sonrió y se acercó hacia mí, era muy bonita de tez blanca, cabello largo negro agarrado en media coleta y ojos café rojizo, usaba ropas chinas de color menta. Yamada se interpuso entre nosotros cuando ella ofreció su mano para levantar me.
- oye niña quien te crees para venir a interrumpir nuestra pelea.
- ofrecí una disculpa antes y lo hice porque creí que era un duelo justo, ahora que veo que son tres contra uno no me dejan otra opción más que intervenir. - se puso en posición de pelea.
- jajajaja ni creas que porque eres niña no te pegaré.
- y tú no creas que por ser un animal te respetare. - este comentario hiso enojar a Yamada y se lanzó con un golpe, ágilmente lo esquivo agarró su brazo en el momento, lo lanzó hacia atrás y antes que tocará el piso le dio una patada que lo hiso volar por los cielos. - quien sigue- los secuaces sólo se observaron entre ellos y corrieron a lado contrario de ella - 1... 2... 3- Yamada callo de su viaje aéreo sobre los otros dos cobardes. Sonrió y se dio la vuelta hacia mi.- wow si te dejaron algo mal- me dio su mano para ayudarme a levantar.- permite me presentarme soy Saotome Sakura heredera del combate libre.
-bueno yo soy Sota heredero de un templo y un gato.
- jajajaja que gracioso - me dio una palmada en la espalda que hiso que terminara otra vez en el piso – ¡ups! perdón.
Caminando a mi casa sostenía una lata de soda congelada sobre mi ojo, ella no dejaba de verme.
- seguro que no quieres ir con mi mamá, ella sabe cómo curar todo tipo de golpes.
- no es nada me han hecho peores, y tú mamá está muy ocupada cuidando de tu tía y del bebé.
- ¿peores?, ¿qué te golpean muy seguido?
- yo... nnno- no quería sonar como un débil.
- ohh - ¿por qué peleaban?
- el estúpido de Yamada molestaba a un niño.
- que noble eres – su sonrisa era tan linda.
- tú peleas muy bien- lo dije para cambiar de tema.
- gracias, es de familia.
Cuando en sus cartas me contó que eran expertos en Artes marciales creí que era otro invento, pero después de lo que pasó me queda muy claro que no mintió en ese aspecto.
-llegamos.
-wow.- subió las escaleras con gran ánimo
- mamá, abuelo, ya llegamos
- bienvenidos, pero Sota ¿¡que te pasó en ese ojo!? – corrió a revisarlo.
- no es nada mamá.
- defendió a unos niños.
- mamá ella es sakura.
- saotome sakura, pero me puede decir por mi primer nombre.
- mucho gusto sakura. Yo soy la madre de Sota.
- oh con que tú eres la nueva novia de mi nieto. Sí que eres linda
- ¡abuelo!
- no soy su novia pero gracias por el cumplido.- mi abuelo enmudeció con esa respuesta.
- seguro que estas bien hijo. Lo mejor sería que descansaras un rato.
- si estoy bien mama, aparte le prometí a sakura un recorrido por el templo.
- yo le daré ese recorrido Sota, tu descansa, aparte yo soy el más calificado para…
- siiii, vamos, vamos, vamos - decía sakura, agarró mi mano y corrió a toda velocidad hacia afuera.
Le di el recorrido por todos los alrededores, le narré cada leyenda de cada artículo de la bodega, pero no se asustaba, al parecer se emocionaba más, al final deje el pozo.
- ¿este es?
- si.
- ¿el mismo pozo en el que tú tatara tía viajaba de una época a otra?
- el mismo.
- ¿puedo bajar?
- ¿¡que!? ¿Pero si viajas en el tiempo?
- tu dijiste que hace años se selló
- pero ¿y si no?
- pues si no, te traeré un lindo recuerdo, anda di que sí. - puso una cara tan tierna que no me pude resistir.
- ok- grito de emoción- pero deja voy por la escale...- Sakuara dio un salto hacia el pozo, corrí a la orilla de este, no se veía nada - ¡sakuraaaa!.
- oye no grites, tu voz hace eco en el pozo, te escucho perfecto.
- ah... perdón
- bueno creo que si está sellado después de todo, espera ¿qué es esto?
- ¿qué hay?- inmediatamente pensé en kagome y la perla de shikon
- muchas cosas pero no alcanzó a ver nada, pásame mi mochila, meteré las cosas ahí y luego las veremos en la luz. - hice lo que me pidió, fui a la entrada de la casa donde estaba la mochila y vi a una mujer conversar con mi mamá, regrese al pozo y comenzó a llover. - creo que ya llegó tu mamá.
- ya voy
- ¿quieres que te ayude a subir?
- no yo puedo sola. – escuche como brincaba por las paredes del pozo, después de esto salto tan alto que terminó fuera de la caseta.- aaaa esta lloviendoo.- corrió de regreso con la mochila en la cabeza
- ¿le temes a la lluvia?.
- no es eso- seguía tapándose la cabeza.- prometes no asustarte.
- por favor que tanto te pudo haber arruinaaaa- le quite la mochila de la cabeza- ¡tu pelo! ¡Eres pelirrojaaaa!
- dijiste que no te asustarías.
Dentro de poco la lluvia se calmó y corrimos a la casa.
- ¡Sakura!, cielo si te mojaste - dijo su madre.
- Sakura vienes empapada y... - mi madre se detuvo- ¡que no tu pelo era negro?... bueno no importa mejor date un baño antes que pesques un resfriado, te prestaré algo de ropa de mi hija.
- muchas gracias señora- agradecieron juntas.
- ven te enseño donde está el baño.
- perdón tú debes ser Sota, mucho gusto soy la madre de Sakura, Saotome Akane.
Mi madre regreso de dejar a Sakura en el baño, sirvió tres tazas de té, la señora Saotome la aceptó con cordialidad, su tez era igual de blanca que la de Sakura, tenía el pelo azul el cual lo llevaba corto y ojos color café intenso, al igual que su hija también vestía ropas chinas. Dio un sorbo y se dispuso a hablar.
- primero les quiero agradecer su amabilidad y hospitalidad con nosotras, les explicaré la situación de mi hija, verán su padre es un maldito de jusenkyo - ella me había contado de eso en una carta, pero nunca me contó que ella también tenía la maldición- cuando él tenía 16 años calló en un estanque encantado de China y desde entonces se convierte en mujer una vez que lo mojan con agua fría. Nunca pudimos encontrar una cura permanente y peor aún, descubrimos que está se heredaba. Por suerte encontramos un remedio para que no afectara por completo a mi hijo mayor, pero a Sakura...
- no lo entiendo - dijo mi madre- Sakura es niña y por eso cuando se moja sólo cambia de color de pelo, entonces ¿cuál es el problema?
- su cuerpo también cambia aunque en diminutos aspectos, pero eso no es el problema, verán de alguna manera la poción que tome cuando esperaba a su hermano también la afectó cuando la esperaba a ella, aunque se llevarán por tres años.
- pero que le ocurre a ella- dije preocupado.
- verás al contacto con el agua fría se vuelve... muy fuerte.
- ¡eso es todo! – Soltó mi abuelo
- no es una fuerza común, supera a la mía, a la de mi esposo, incluso la de nuestro maestro. Si aún en su estado normal es fuerte al transformarse se duplica. A medida que crece la puede controlar más pero cuando se enoja puede desatar un gran caos. Es por eso que también decidimos tomarnos unos días fuera de la ciudad. Hace dos días las tres autoproclamadas prometidas de mi hijo fueron a retar a Sakura al dojo...
- ¿perdone dijo tres prometidas? - la señora Saotome asentó la cabeza un poco apenada.
- baia y yo que creía que Sota era un galán
- ¡abuelo!
- digamos que es otra horrible herencia de mi esposo. En su mismo viaje a China venció a una amazona, y está tribu tiene una estúpida ley acerca de los matrimonios, al final de todo está chica se casó con alguien más pero ni ella ni su familia pueden regresar a su aldea por que no cumplió con la ley. Y la única manera de regresar es que algún descendiente de ella se case con uno del ex prometido y como ella tiene tres hijas pues se la pasan peleando por mi hijo.
- ¿y por qué su hijo no habla con ellas y las rechaza?
- porque son una chinas tontas, maleducadas, igual de cabeza dura que sus padres.- su aura de pelea comenzó a crecer cada vez que se enojaba más.- perdonen me- se calmó al ver a mi abuelo detrás de mí muerto de miedo.
- él no puede hacer nada mamá- dije - según su ley si el hombre pelea con una mujer y la vence automáticamente se convierten en prometidos oficiales.
- Sakura te contó de eso, me alegro.
- ¿y por qué su hijo no finge perder ante ellas?
- porque mi hijo es un orgulloso con un ego enorme que no puede permitir ser vencido.
- que lío, y a todo esto ¿por qué retan a Sakura?
- eso es otra situación que se la tengo que adjudicar a mi esposo, él les dio la pauta de quien venza a Sakura en su forma pelirroja será la futura esposa de mi hijo.
- ¿¡que!? ¿Y por qué hizo eso?
- digamos que al tonto lo amenazaron.- esto último lo dijo con enojo- y por eso es que decidimos salir de la ciudad, Sakura había manejado el asunto bien hasta hace dos días que las chinas decidieron retar la al mismo tiempo, esto hiso enojar a mi hija y bueno lo que pasó fue... que destruyeron el dojo.
Decidí traerla conmigo cuando mi hermana nabiki me pidió que la cuidara; mi esposo, mi hijo y mi padre se quedaron reparando el dojo.
- y no cree que las chinas aprovecharán que no estén en casa para acosar a su hijo.
- no, crean me Sakura las dejo hechas polvo.
- algo no me queda muy claro, si ustedes no son de China y de cierta forma no son de su completo agrado ¿por qué usan ropa de ese país?- preguntó mi abuelo
- bueno desde que nacieron mis hijos visitamos cada tres años China, para encontrar una cura o ver si los estanques volvieron a su normalidad. En las vacaciones de verano pasadas fuimos y perdimos todo nuestro equipaje entonces tuvimos que comprar ahí ropa.
- y creíamos que la historia de Kagome era extraña - dijo mi abuelo
- ¿quién es Kagome?
- ah, es mi hija mayor, le contaré su historia en la cocina mientras preparó la cena.
- oh, yo le ayudaré a prepararla
- muchas gracias sería de mucha ayuda. Sota por que no subes a buscar a Sakura, de seguro ya terminó de cambiarse.
- si mamá
Subí las escaleras y me dirigí al cuarto que alguna vez fue de mi hermana, - ¿puedo pasar?
- si adelante
Abrí la puerta y ahí estaba ella usando un suéter azul marino y una falda celeste, con el cabello completamente suelto , se parecía tanto a mi hermana.
- que me ves
- y...yo nada- sabía que me estaba sonrojando.
-perdón por no decirte que también estaba maldita.- bajo la mirada.
- no hay problema, pero dime ¿por qué lo ocultaste?
- porque sentía que me juzgarías de loca, eras tan comprensivo cuando te contaba lo que ocurría con mis demás familiares, Tenía miedo que pensarás que soy un monstruo que lo destruye todo a su paso o algo así.
- yo no - me acerqué y tome sus dos manos - pensaría nunca algo así de ti.
Me sonrió y Quito rápido sus manos de mi agarre.
- claro que no soy la única que estaba ocultando algo.
- a que te refieres.
- a que cierta persona no me ha dicho completamente la verdad.- comenzó a pasearse por la habitación- dime este era el cuarto de tu hermana, la que se casó joven, se fue a un país extranjero y ya no han vuelto a comunicarse con ella
- si es este.
- no se te hace mucha coincidencia que tu tatara tía también se casó a su misma edad con un demonio perro, dejó su familia para vivir en el pasado y no supieron más de ella.
- que te digo, es mal de familia.
- ajá, pero esto me lleva a la prueba número uno - estiro su mano y me enseñó un retrato de mi hermana en su último festival de primavera. - Esta es tu hermana.
- si
- y el de al lado es tu cuñado, cierto
- si
- con orejas de perro. – estaba arruinado.
- aaaa era un festival de primavera.
Se acercó a pocos centímetros de mí con unos ojos que sacaban chispas, estaba enojada.
- ok ok tienes razón, mi hermana es la que viajó a la edad antigua.
- lo sabía - grito triunfante- y ¿por qué no me contaste?
- no quería que me vieras diferente, al igual que tú.
- jajajaja quien lo diría- se dejó caer en la cama y me jalo para que cayera a su lado, rodó para quedar de lado - por eso me caes bien, porque me haces sentir normal. Sin siquiera conocerme creíste en mis historias y nunca me juzgaste. Gracias.
Sentía que la cara me iba a explotar de lo rojo que me estaba poniendo.
- creo que ya debemos bajar -me paré- tu mamá y la mía ya deben haber terminado la cena.
- ¿¡QUÉ!?- se enderezó y me tomo de los hombros- ¿¡MI MAMÁ ESTA COCINANDO!?
- si ¿por qué?
- mi madre no sabe cocinar, si no quema la casa, hace platillos capaces de dormir a un elefante.
- un momento ¿qué no ella cocina en tu casa?
- si pero son platillos que ella ya memorizó y ya hemos aprobado, para que una nueva comida llegue a nuestra mesa es necesario que por lo menos la practique más de un año antes de que pueda ser probada. - me soltó y caí al piso- tenemos que detenerla- y corrió escalera a bajo.
La seguí lo más rápido que pude, la encontré al final de las escaleras.
-debemos actuar con cautela- susurró.
- ¿enserio cocina tan mal?
- es cierto que ha mejorado bastante, pero si es un platillo nuevo lo que está preparando… lo más seguro es que yo me enferme solo un día porque ya estoy acostumbrada a sus toxinas, ustedes pasarían en cama un mes y no sé si tu abuelo pueda resistir por su edad.
- entonces ¿qué haremos?- dio un salto a donde estaba su madre de espaldas. La señora Saotome la sintió y le lanzó un emparedado a su boca, que la hizo caer de espaldas. Sakura se enderezó y trago el emparedado.
-qué alivio, solo son emparedados.
- ¿qué sucede?- pregunto mi madre.
- nada, que mi hija es una grosera.
- sabes que no te permitimos cocinar en casas ajenas mamá.
- ustedes son unos exagerados. – agarro otra pieza de emparedado y me la ofreció- ten Sota, prueba. – sabia un poco desabrido, pero no estaba mal. – bien que te parece.
- esta rico señora Saotome.
- ves Sakura deberías aprender Sota,
- solo lo dijo por educación y porque no ha probado tu pay de manzana.
La cena transcurrió normalmente, y después de unas horas ya se tenían que ir
-muchas gracias por todo – dijeron al mismo tiempo.
- no es nada, regresen cuando quieran.- contesto mi mama.
Sakura me veía fijamente. – señora Higurashi ¿dejaría que Sota nos visitara en vacaciones?
-bueno no sé si sea prudente.
- ¿podemos invitarlo mamá? Por favor di que si
- por mí no hay ningún problema, sería muy agradable tenerlo de visita.
- bueno si no causa molestia supongo que puede ir si él quiere.
Sakura volvió a fijar su vista hacia mí- ¿quieres ir?
-Yo este… si, si quiero – se aventó a mí y me abrazó
- ¡qué bien!, es una promesa. ¿Qué? Sota tu cara creo que tienes fiebre, está muy roja.
