Sumary: Definitivamente, la velocidad era algo que a Minato NO le faltaba.

Notas: Este fic participa en el "Reto: El amor esta en el aire" del foro Secreto en el Valle del Fin.

Advertencias: Contiene Lime/Lemon Yaoi, si no te gusta, NO leas. Muchas gracias.

Aclaraciones: La edad de Fugaku es 18 años y la de Minato es de 16 años.

Disclaimer: Naruto y cía. no me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto-san.

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Fugaku suspiró cansado, con la mirada puesta en los pergaminos que tenía repartidos por la mesa. Vale, le gustaba su pequeño trabajo de ayudar al Tercero con el papeleo, ¡pero eso era demasiado!

¡Llevaba ahí tres horas!

—Quieres irte, ¿verdad Fugaku?

Asintió cansado. No aguantaba más en ese despacho.

¿Cómo aguantaba el Hokage todo el día?

—Puedes irte, no deberías estar aquí hoy.

—¿Qué tiene de especial hoy?— preguntó con una ceja alzada -algo que mágicamente solo pueden hacer los Uchihas-.

Sarutobi rió, divertido ante el descuido del Jounnin. Cierto rubio le golpearía si hubiera estado aquí.

Fugaku tuvo suerte este año.

—Hoy es San Valentín, Fugaku.— respondió.

—¿Hoy?— cuestionó, sorprendido.

El Hokage asintió, Fugaku se desanimó.

¿¡Cómo pudo ser tan estúpido como para olvidar ese día?! ¡¿Y ahora cómo se disculpaba con Minato?!

—Tengo que irme.— informó, angustiado.

—Mucha suerte.— el Tercero rió.

—Gracias, Hokage-sama.

Y salió con tranquilidad por la puerta, pensó en correr pero desechó la idea. Eso solo lo cansaría y no tendría la energía suficiente para soportar al Namikaze.

Uf, necesitaba un regalo pero ya.

.O.

—¡Minato! ¡Cuidado!

Saltó, se agachó y volvió a saltar. Suspiró y siguió corriendo.

El árbol cada vez estaba más cerca, solo un poco más... un poco más... ¡Llegó! ¡Terminó el entrenamiento! ¡Libre al fin!

—Bien hecho Minato.— su maestro le felicitó.

—¡Enhorabuena Minato -'ttebane!— y su inseparable amiga también.

—Gracias Kushina. Gracias Jiraiya-sensei.

Jiraiya comprobó el cronometro, para luego silbar divertido.

—Dos minutos y veinte segundos en dar dos vueltas enteras al bosque— dijo —. Cada día eres más rápido Minato.

—¡Genial!— exclamó la peli-roja, feliz de la vida.

—Peeero...

Oh no, es tonito divertido en su sensei no le gustó nada.

Nadita.

Nope.

—A las chicas no les gusta que terminemos rápido.

—¡Jiraiya, bastardo -'ttebane!— la chica arremetió contra el adulto, dejando al pobre sensei con la nariz rota.

Mientras Ero-sennin era maltratado por la Habanera Sangrienta, Minato meditaba esas palabras.

Ok, definitivamente la perversión era contagiosa.

Si seguía entrenando, ¿sería rápido en eso también?

...

Lo sentía por Fugaku.

—Me voy, Jiraiya-sensei, Kushina.

—Bye~ Cuídate de los Uchihas violadores.~— lo despidió su gran amiga, fujoshi como ella sola.

—Lo mismo digo.— y no podía faltar el legendario autor de los Icha Icha.

—Claro.— sonrió.

Sí... Tendría cuidado. Mucho cuidado.

.O.

No sabía cuanto tiempo había dormido, solo sabía que al despertar tenía la cara de Fugaku enterrada en su cuello. Ah, y tampoco sabía como es que ese grito de niña había salido de su garganta.

—¿Fugaku? ¿Qué hacías?— preguntó sonrojado.

—Despertarte.— sonrisa Made in Uchiha.

—¿No había otra forma de despertarme?— preguntó molesto, con un lindo puchero -a ojos del oji-negro-.

—Sí, pero no sería divertido.

Minato bufó molesto. Había días en los que se preguntaba como seguía siendo el novio de ese Uchiha pervertido, con lo inocente -cofvirgencof- que él es.

—Oye, Minato.

—¿H'm?— murmuró, dejando ver que escuchaba.

—Quiero hacerlo.

Minato lo miró con los ojos bien abiertos, mejillas fuertemente sonrojadas.

—¿¡Qué?!— preguntó/exclamó, avergonzado.

Fugaku suspiró.

—Quiero hacerlo.— repitió despacio.

—Pero... ¿Por qué tan de repente?— cuestionó nervioso.

Tan rápido como terminó de hablar, un pequeño paquete naranja apareció ante su confusa mirada azul.

—¿Fugaku? ¿Qué...

—Feliz San Valentín.— dijo. Mirada apartada, mejillas suavemente coloreadas.

Una suave sonrisa surcó la cara del rubio, comprobando que había hecho bien al seguir con Fugaku. Si bien era un pervertido -acababa de comprobarlo-, eran esos pequeños detalles los que hacían que su corazón diera un vuelco de 180 grados.

Metió la mano en su pantalón, buscando el regalo. Al principio había sido una broma de Kushina, pero en ese momento le parecía perfecto para el moreno.

Un pequeño papel doblado apareció en la mano de Fugaku.

—Más tarde conseguiré algo mejor.

Los oscuros orbes del mayor leyeron las dos palabras escritas, y una sonrisa divertida se insatló en su -cofamargadacof- cara.

"Soy tuyo."

—Lo mismo digo.— murmuró feliz.

La boca de Fugaku apresó fuertemente los finos labios del rubio, sus manos buscaron la cintura, abrazándolo. Las manos de Minato rodearon el Uchiha por el cuello, acariciando las hebras negras de la nuca.

Los ansioso labios del mayor dejaron libre la pequeña boca, acercándose sigilosos hasta la oreja derecha.

—Quiero hacerlo.— susurró, arrastrando cada sílaba. Dando un tono sensual a sus palabras.

Un escalofrío recorrió la columna del Namikaze.

—Está bien.— contestó, ligeramente avergonzado.

Travieso, Fugaku apoyó la espalda del oji-azul en la pared, bajando sus manos por la morena espalda -¿y su camisa? ¿cuándo se la quitó?- hasta agarrar las firmes nalgas.

—Ngh...— Minato jadeó.

El mayor bajó hasta volver a enterrar la cabeza en el morenito cuello del más pequeño, chupando, lamiendo, besando y mordiendo. Minato volvió a jadear. Sus manos se acercaron silenciosas hacia el botón del pantalón, desabrochándolo rápidamente. Sin dejar de "comer" ese moreno cuello, una de sus manos se coló en la ropa interior, masajeando el creciente bulto.

—Fu... Fugaku... Pa-para...— excitado, Minato intentaba alejar esa traviesa mano de su hombría.

—Por los sonidos que haces, no parece que te disguste.

Fugaku continuó con su "masaje" unos segundos más, deleitándose con los hermosos -a sus oídos- sonidos que surgían de la adictiba boca del Namikaze. Ni un minuto había pasado cuando su mano fue manchada con una substancia blanquecina.

Un ligero tic le apareció en la ceja.

—¿Ya?— preguntó entre asombrado, confuso y molesto.

Minato hizo un puchero.

—No me culpes. Entreno la velocidad todos los días.— se excusó.

—¿También practicas esta velocidad?— alzó una ceja.

—Cállate.

Fugaku sonrió. Sonrisa que no le gustó nada al rubio.

—No te preocupes. Tenemos mucho tiempo para compensar tu velocidad.

—Tú...— sonrojado, lo miró molesto— ¡Fugaku! ¡Pervertido!

.O.

Minato suspiró con cansancio. ¿Cómo pudo olvidarse de que hoy entrenaba? Pff... Ni loco se levantaba de la cama, al menos hasta que dejara de sentir ese dolor -¿de quién era la culpa? oh, sí, de él- en el trasero.

—Seis rondas...— susurró contra la almohada— Me parece increíble seguir vivo.

—No fueras tan rápido.— respondió el Uchiha a su izquierda.

—Cierra la boca, Fugaku.

El moreno sonrió.

—Definitivamente...— dijo— La velocidad no es algo que te falte.

—¡QUE TE CALLES DIJE!

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Ok... ¿Qué carajos escribí? O.Ô

Como leyeron antes, este One-shot es un reto para el foro Secreto en el Valle del Fin. ¡Les recomiendo ir! ¡No se arrepentirán!

Siempre supe que algún día escribiría algo así. [?] *la miran raro* ¿Qué? ¿Soy la única que pensó que Yondaime-sama era rápido en eso también? *sonido de grillos* Pos vale. [?]

Si les gusta comenten, porque comentarás, ¿verdad? *esconde el rasengan[?]*

*AllieShinter