Capítulo 1

-Atención todas, esta es un asunto muy importante- anunciaba Erza subida a una mesa del gremio –Fairy Hills va a ser reformado, por lo que nos han avisado que debemos abandonar el edificio antes de mañana por la mañana, así que tenéis todo el día de hoy para buscar un lugar donde pasar los días que dure la reforma y recoger vuestras pertenencias.

-¡Pero nos han avisado con muy poco tiempo!- se quejaba Levy.

-Yo me he avisado hace 10 minutos escaso, lo siento chicas.-Se disculpaba la pelirroja una vez en el suelo- ¡Pero no dejéis escapar esta oportunidad!- dijo de repente con un brillo soñador en sus ojos.

-¿A qué demonios te refieres?- Quiso saber Evergreen.

-Me refiero a que es una ocasión perfecta para convivir con la gente más cercana a vosotras… -Contestó Erza, más ilusionada todavía. -Ay, me pregunto a quién debería pedirle refugio.

-Estoy segura que te encantaría ir con Jerall y ¡KYAAAAAAA!- Lucy salió disparada contra la pared antes de que pudiese terminar la frase.

-¡Ey, Natsu! ¿Has oído lo de Fairy Hills?- preguntó Erza en cuanto vio al dragon slayer.

-Sí, Max nos lo ha ido contando a todos, por lo visto quieren ampliar el edificio y están pensando en añadir dormitorios masculinos.

-Ese no es el caso, Natsu. Te he escogido para que me alojes en tu casa, así estaremos juntos como en los viejos tiempos.- sentenció Erza.

-Ah, estupendo, Happy también se alegrará que vengas.- respondió Natsu, con una enorme sonrisa.

-Oye Erza, sabes que te puedes quedar en mi casa perfectamente.-Dijo Lucy, una vez reincorporada.

-Te lo agradezco, realmente eres una buena amiga, pero he pensado que podrían quedarse contigo Wendy o Levy…- De repente Juvia entró al gremio, volvía de una misión y se dirigió al grupo de chicas.-O Juvia! Todavía ni lo sabrá.

-¿Sucede algo, Erza-san?- quiso saber Juvia.

-Tenemos que encontrar un lugar donde quedarnos durante unos días porque van a reformar los dormitorios, tenemos hasta mañana para decidir dónde ir.- Le informó Erza.

-Oh, ya veo, pero no se preocupen por Juvia, no es necesario. Juvia se las arreglará.- Respondió la maga.

-¿De verdad no te importa? En ese caso Wendy y Levy-chan podrán quedarse en mi casa más cómodamente… Aún con tres personas esteremos estrechas.- Reflexionó Lucy.

-¡Gracias Lu-chan! Lo pasaremos en grande, ya lo verás.- agradeció Levy a su amiga.

Tras la conversación, a Juvia le empezó a doler el pecho. Se encontraba angustiada. No tenía ni la más remota idea de dónde podría quedarse, pero ir a casa de su rival en el amor habría sido ya demasiado, Lucy era muy generosa, pero con tanta gente podría terminar todo en desastre. Pensó en acercarse al centro de la ciudad para informarse sobre algún hotel barato, ya que apenas había tenido tiempo de realizar misiones con altas recompensas, así que andaba mal de dinero. Pero antes tenía que ir a su dormitorio en Fairy Hills para recoger sus cosas.

No le llevo más de una hora recoger sus pertenencias, así que una vez dentro de su maleta, salió del edificio. Fue algo caótico, ya que todas las chicas estaban haciendo lo mismo que ella, entrando y saliendo de las habitaciones. Y había muy mala organización además, ¿cómo se le había ocurrido a Erza sacar todas sus armaduras al pasillo a esas horas? Debería haber esperado a que hubiese menos gente mudándose.

Una vez fuera, abrió su paraguas y se reposó en el hombro, ese día hacía un sol demasiado brillante para ella, aunque no le disgustaba. Así que cogió su maleta y fue andando poco a poco hacia el centro de la ciudad para iniciar su búsqueda de un hotel que se acomodara a sus condiciones.

Mientras caminaba pensó que podría haberse descarado un poco y pedirle a alguna de sus compañeras que la dejase quedarse con ellas, ¿pero quién? Lucy ya estaba ocupada, Evergreen se había acomodado en la casa de los Strauss, aunque hubiese podido quedarse con sus compañeros de la tribu del rayo. ¿Y Bisca? Oh, cierto, ahora estaba casada y con una hija, no podía irrumpir en su ambiente familiar así como así, sería incómodo. También habría podido quedarme con Gazille-kun y Lilly, eran buenos amigos y tenían ganada mucha confianza, aunque no fuese una chica no se sentía incómoda cuando estaban juntos. Pero quizás Lecy-san se molestaría y de repente ella querría ir con Gazille-kun.

Sin darse cuenta, Juvia se había detenido no muy lejos de los dormitorios, mirando al cielo pensativa.

-Juvia debería hacer más amigas en el gremio, así tendría más opciones si esto vuelve a ocurrir algún día…-se dijo a sí misma en voz alta.

-¿Necesitas ayuda con eso?- se acercó Gray a la chica, quitándole la maleta a Juvia de las manos.

-¡Gray-sama! No tiene porqué molestarse con eso…- decía Juvia algo avergonzada.

-Natsu me ha dicho lo de Fairy Hills. ¿Hacia dónde te diriges? Si quieres puedo llevarte la maleta.- se ofreció Gray.

-Juvia iba en busca de un hotel para…-No terminó la frase cuando Gray la iterrumpió.

-¿Un hotel? Pídele a Lucy que te deje quedarse en su casa, seguro que no le importa. Venga, vamos.- dijo Gray alzando el tono de su voz.

-No, Juvia y Lucy-san ya han hablado de esto y ella estará muy ocupada con Wendy-san y Levy-san. Juvia no quiere ser una molestia.-Esta vez dijo esto decidida, volviendo a coger su maleta de las manos de Gray.

-Irse a un hotel es molesto, teniendo tantos compañeros en el gremio que te acogerían en su casa…-le dijo Gray.- Mira, si quieres puedes quedarte en mi casa si ves que no puedes quedarte en otro lugar… A mí no me importa.

-¡A Juvia no le gustaría ser un incordio para Gray-sama! Juvia… no…

-Si fueses un incordio no te hubiera ofrecido quedarte en mi casa.- Sentenció el chico, volviendo a coger la maleta de su compañera. –Decidido entonces, sígueme. Mi casa no está demasiado lejos del gremio, y bueno, no es una mansión, pero no está tan mal como la casa de Natsu, eso te lo puedo asegurar.