Fue el primer drabble original que escribí (y el último hasta ahora XD). La idea surgió porque me dolió la muerte de Kanna, me pareció tan... nostálgica, tan melancólica... Tenía algo así como un sabor agridulce... a pérdida.

Y quería ponerme a prueba y escribir un drabble. Cuando mis escritos tienden a tener 12 páginas escribir algo con solamente 200 palabras fue un gran reto, pero finalmente me gustó el resultado.

Libre por fin

Siente los ataques de Inuyasha atravesarla. Irónicamente, sentir cada herida, saber de ése vago dolor, observar cómo su cuerpo se cuartea y rompe como el cristal, es reparador. Reparador y liberador a un tiempo.

Ya está más bien inconsciente cuando empieza a escuchar una voz.

Es suave, alegre. Dice algo, pero Kanna sólo escucha murmullos ininteligibles. Pero la conoce, le consta. También está segura de que hay algo distinto en ella, aunque no sabe qué es.

Y entonces ella aparece.

Se encuentra sobre la pluma, igual que cuando vivía. No lleva el pelo recogido en el chongo de siempre, sino que éste vuela suelto. «Libre.» piensa Kanna «Libre por fin.»

El kimono, desbaratado anteriormente, luce en perfecta integridad, hermoso, como toda ella. Y sonríe. Con orgullo, con pasión, con cariño, sonríe.

«Has vuelto» acierta a decirle. Kagura ríe por respuesta. Sin malicia, sin odio, sólo alegría genuina.

«Claro que sí, Kanna» contesta, su sonrisa ensanchada. «Y esta vez no me voy sola», termina y le tiende la mano, casi diciendo "nos vamos".

Entonces lo entiende. Está muerta. Como Kagura, como Kikyo. Pero, aun así, está fuera del alcance de Naraku para siempre.

Es libre. Libre por fin.