Declaración de derechos: No Soy dueño de Highschool DXD, God of war o Asura´s wrath, estos pertenecen a sus respectivos autores Ichiei Ishibumi, SCE Santa Monica Studio y Kasuhiro Tsuyachiya respectivamente.
Issei Hyoudo: inalcanzable
Capítulo 1: El chico nuevo
En el mundo existe un amplio bagaje de religiones que se han constituido como el mayor factor de separación de la raza humana, llegando a formar conflictos desde un orden infantil donde un niño pelea con otro por tener una idea diferente con respecto a cuál es el símbolo religioso más aceptado hasta guerras a nivel continental para definir quien posee la verdadera tabla de valores que debe regir a la humanidad, tranquilamente se podría afirmar que todo esto es una gran estupidez en la evolución humana al necesitar una doctrina que lo acompañe en su difícil vida, pero la cruel realidad es que estos seres míticos existen y son ellos la causa de la ineficiencia humana como especie. Pero esto tal vez podría cambiar…
El chico nuevo acapara la atención
"interesante…", ese es el pensamiento que en este momento tengo, es difícil que algo me llame tanto la atención, lo suficiente como para enviar a mi fiel caballero Kiba Yuuto a seguir al chico nuevo que llegó a la academia Kuoh, si hubiera sido un chico ordinario pasaría fácilmente desapercibido ante la atenta mirada de quienes dominan este territorio, Souna Sitri y por supuesto yo misma Rias Gremory, una ejerce sus funciones en el día y la otra de noche, de esa manera rotamos los roles que se deben ejecutar en cada territorio.
Mi mirada se pasea en un pequeño prado verde con algunos árboles, a los cuales se les sacuden las hojas suavemente al compás de la leve ventisca que se pasea por su verde vestimenta, sin embargo, algo se me hace lo suficientemente interesante como para acaparar totalmente mi atención, un chico a quien fácilmente se le podría llamar moderadamente guapo, tal vez un poco más o poco menos que el promedio, la decisión radica en cada quien, su actitud relajada y algo distraída no lo hace muy llamativo, lo que lo convierte en alguien interesante es su forma de vestir, no lleva puesto adecuadamente el uniforme masculino de la academia, normalmente un chico debería llevar una chaqueta de color negro con detalles en blanco sobre una camisa manga larga blanca de vestir con un lazo negro en el cuello, pantalones negros y zapatos de vestir cafés, pero ese chico lleva puesta una chaqueta blanca de botones negros sobre una camisa negra con detalles en blanco, pantalón blanco y zapatillas de cuero negras, básicamente un uniforme inverso al académico, eso sumado a su actitud despreocupada y reflexiva hacia la vida lo pone en una clasificación diferente al resto.
Además tiene cabello corto castaño con varios flequillos que cubren parcialmente sus ojos, uno de estos posee un interesante color que resalta del resto, un curioso verde azulado y como extra posee dos extensiones de cabello que cuelgan paralelamente a su cuello lo que da mucho que pensar con respecto a su organización personal, pero lo que más llama la atención en aquel muchacho son detalles en su rostro que lo hacen alguien que simplemente no pasa desapercibido, lo primero son sus ojos brillantes del mismo color de aquel mechón, verde azulado, y lo segundo es una cicatriz en su pómulo izquierdo, parece un corte que se realizó hace mucho tiempo.
Mis ojos están a punto de separarse de aquel humano, sin embargo en un parpadeo, menos de un milisegundo, desapareció de aquel prado. Anonadada muevo la cabeza de lado a lado buscando aquel extraño chico que acapara la atención, como una brillante antorcha en medio de la oscuridad.
- Akeno – Hablo al aire mientras giró sobre mi propio eje buscando a la mencionada con la vista esperando su respuesta, la respuesta de mi fiel reina.
- En que te puedo ayudar Rias – Dice ella con leve sonrisa sirviendo una taza de té, su cabello negro se mece a ritmo del viento que entra por la ventana de donde nos encontramos, el viejo edificio, donde se encuentra el Club de Investigación de lo Oculto, nuestro club.
- ¿Viste ese chico? – Pregunto algo inquieta, no hay mucho que me sorprenda, pero aquel chico se desvaneció de un momento a otro de mi punto de mira, continúo esperando la respuesta de mi reina pero lo único que escucho es una leve risa como de burla.
- ¿Desde cuándo te interesa un chico?, no me digas que al fin sentiste atracción por alguien –
Aquella afirmación me hizo pensar por un momento pero simplemente contesté – No es en ese sentido que te lo pregunto Akeno, hace unos momentos estaba al alcance de mi vista y en un instante desapareció, ¿Tú qué opinas? – Mi reina me aprecia por unos segundos y después simplemente habla con un tono serio.
- Yo también tengo algo de intriga con ese chico, creo que está relacionado con lo paranormal – esa fue la respuesta de Akeno con respecto al tema que me inquieta.
Un vínculo con lo paranormal, eso sería lo único que puede explicar la hazaña que realizó, la segunda hazaña del día, primero llamó mi atención y ahora me sorprendió, creo que tiene una gran potencial para convertirse en mi sirviente.
- Sentiste su aura, ¿verdad Akeno? –
-Así es, posiblemente se trate de un sacred gear, y no uno ordinario, tal vez estamos hablando de un longinus –
Un longinus, un tipo de sacred gear clasificado como especial por su eficacia y fortaleza en el combate, sería una buena adición a mi nobleza.
De repente por el rabillo de mi ojo veo una silueta corriendo cansadamente, puedo distinguir su rubio cabello y su muy organizado uniforme y finalmente mis labios dicen su nombre "Kiba" en un siseo casi inaudible
El chico nuevo elude la multitud.
Actualmente me encuentro siguiendo al chico nuevo por órdenes de mi ama, Rias Gremory, sin embargo en medio de la multitud lo perdí de vista, corro tan rápido como se me permite a través de tantas personas, salgo del edificio principal, corro y sigo corriendo hasta llegar al viejo edificio sin embargo no encuentro a mi objetivo, al contrario de eso veo a mi ama quien pone una cara extrañada, simplemente hago una referencia a quien me convirtió en su caballero y continúo buscando al misterio viviente, Issei Hyoudo.
Aun recuerdo cuando me escabullí a su aula de clase para ver su presentación y lo primero que vi al llegar fue al mencionado escribiendo su nombre en el pizarrón mientras pronuncia palabras apenas sacadas con ganzúas de su boca.
- Hyoudo Issei… -
Todos nos quedamos esperando la frase final que normalmente se diría "mucho gusto", pero esta simplemente no llegó, él simplemente se sentó en un pupitre al lado de la ventana siempre con una mirada sin vida, como si hubiera vivido un infierno anteriormente.
Regresé a mi propia aula de clase con el fin de no meterme en problemas, escuché atentamente y participé en las estrategias pedagógicas propuestas por mi maestro, hasta que al final sonó el característico timbre de descanso, salí rápidamente del aula para no retrasarme con el gentío que sale a recreo, al salir del aula puedo ver como Issei ya salió del aula y se aleja rápidamente, la multitud salió y me atasqué, y es aquí donde regreso al presente.
"no lo comprendo, estoy seguro de que estaba aquí".
Continúo corriendo hasta que lo encuentro observando la hacia la nada dándome la espalda.
- ¿Qué quieres niño? –
Su fría voz es profunda, cala hasta los huesos como un témpano de hielo.
- No es nada en específico, solo me causa curiosidad tu actitud –
Necesito roer un poco en su vida, aunque no era lo que la presidenta me dijo.
- Deja tus estupideces demonio- Un escalofrío recorre mi columna vertebral - dime que es lo que quieres –
Sus palabras fría son como estacas que se clavan lentamente, como si él supiera que puede matarme en cualquier momento.
- ¿Qué eres? –
Simplemente colgué la pregunta, sin embargo no esperé lo que siguió.
- Me dicen de muchas formas, saltador, semi-omnipresente y finalmente mi favorita, el humano más poderoso –
Lo que me sorprendió no fue lo que dijo, sino en el lugar en el que lo hizo, él estaba a unos 5 metros de distancia delante de mí, sin embargo ahora está hablando detrás de mí, además siento la ausencia del lazo negro en mi cuello.
"Pero qué…"
Continuará.
