Disclaimer: Naruto, su historia y sus personajes son propiedad de Kishi, mas yo los tomé prestados para mast… ¡No! Para satisfacer mis fines fasgirlísticos y personales y sin ningún tipo de fin lucrativo.

Advierto: Shonnen-ai, con menciones de Yaoi.

No será lo único.

Le miraba, desde aquél oculto punto en la esquina del salón, con una impenetrable faceta de rabia dibujada en sus facciones pálidas. Por dios, ¿cómo podía él estar tan tranquilo hablando con aquella zorra? Sólo lograba inquietarle las hormonas y provocarle una inmensa cólera que no podía ocultar; y lo peor era que a pesar de que él se daba cuenta de eso, parecía no importarle, o parecía que quería ahogarlo en sus propias divagaciones.

Pero... ¡Demonios! Si tan sólo la chica no tuviera un permanente sonrojo no le causaría tal sentimiento. No quería ni siquiera imaginarse qué era lo que tenía que estar haciendo el muy desgraciado para que ella estuviera tan idiotizada y tan perdida en ninguna parte: Sus ojos lo decían.

Era realmente deprimente el hecho de que no tenía la menor idea de cómo llamar a la sensación tan inmensa de enojo y rabia que sentía, apresadas en la boca del estómago, ¿cómo llamarlo? Después de todo nunca lo había sentido. Él nunca le había hecho algo así, Sasuke nunca le había coqueteado a ninguna chica mientras él lo observaba de aquella manera insinuante. Parecía que se estaba burlando de él, que quería golpearle el orgullo.

Si seguía actuando de aquella manera que, cabe aclarar, nunca había puesto en práctica estando con él, terminaría por perder la cabeza, por actuar de aquella manera insensata que tantas veces el de cabello azabache le recriminaba.

¡¿Pero qué demonios? ¿Ahora la iba a besar? ¿Era eso cierto? ¡Tenía que ser idiota para dejar que algo así sucediera!

Se levantó de su pupitre, sin siquiera detenerse a pensar en las consecuencias que tendría hacer lo que tenía planeado. Gritó tan fuerte como pudo el nombre de su pareja, con su estruendosa y especialmente ruidosa voz y el aludido sólo dejó a la chica con las hormonas alborotadas y alejó su rostro antes de que sus labios se tocaran e, imperceptiblemente, soltó una sonrisa ladeada; el rubio no lo notó.

Más tardó en terminar el alargado grito, que en que tenía al Uchiha sujetado de la corbata a la altura de su rostro y con los labios presionados a su boca. ¿Y qué si Sasuke se enojaba? Era su culpa, en primer lugar.

Lo tomó de la cintura presionándolo fuertemente contra su cuerpo mientras se abría paso al interior de su cavidad bocal, abriéndole los labios con la lengua. Delicioso. Sin embargo, el Uchiha le golpeó el estómago y se vio en la necesidad de dejar escapar un gemido de dolor y sujetárselo con una mano. Sasuke aprovechó la oportunidad y lo acorraló en una banca, y lo siguió besando de manera desenfrenada, hasta dónde sus pulmones le permitieron (y hasta que sintió varios pares de ojos fijos en su nuca).

—Tú me vuelves a tocar la cintura y no solo te meteré la lengua en la boca. —Susurró el Uchiha en el oído del Uzumaki provocándole un evidente sonrojo. Realmente rezó, para que ninguno de sus espectadores lo hubiera escuchado. Aunque ya daba lo mismo. Se había esmerado en ocultarlo por tanto tiempo, para que en un arranque de enojo lo hiciera público. En tal caso, pudo hacerlo desde el inicio de la relación.

Sasuke salió del salón y Naruto tras él, ninguno tomaría la clase de geometría. Las escasas sonrisas del joven de ojos negros lo delataban siempre, y no había quién lo entendiera mejor que el Uzumaki.