Dissclaimer: KOF y sus personajes no me pertenecen. TxT

Summary: Capítulo 1. ¿Dónde están las llaves del fuego y el hielo? Fue la pregunta que se quedó sin responder. Él miró hacia la nada susurrando con preocupación su nombre, mientras los ataques continuaban sin que nadie los detuviera a tiempo.

∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ

∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ

∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ

Bleed to death

Chapter one

El fuego que ilumina su camino… le traerá la oscuridad

El enorme relámpago surcó el cielo iluminando todo lo que encontró a su paso.

La luz pasajera dejó en evidencia, por unos instantes, el daño causado en todo el lugar debido a la intensa batalla que se estaba llevando a cabo.

Vidrios rotos y escombros de un edificio destrozado se encontraban dispersos por todo el lugar, resultado de tantos golpes y explosiones de energía que no habían logrado dar en su objetivo.

La figura del hombre volvió a iluminarse, mostrándole su burlona y sínica sonrisa, mientras permanecía de pie cerca de su contrincante.

¿Qué estaba pasando? ¿Cómo era posible que ese hombre pudiera dejarla fuera de combate con semejante facilidad?

King miró llena de rabia a su retador desde el suelo, al tiempo que presionaba su brazo izquierdo para intentar parar la hemorragia causada por una herida. Nada de lo que había hecho había funcionado… nada.

Desesperada, acumuló la poca energía que le quedaba y la desvió a su mano derecha, si no hacía nada, él iba a matarla.

– Oe – La voz del hombre se confundió con un trueno – Este juego me está cansando… ¿Piensas hablar o no? –

– Bastardo – King se puso de pie con dificultad – Jamás te diré nada –

– Tsk – Chascó sus dientes fastidiado – Como quieras… entonces, acabemos con esto –

– ¡Maldito! –

La joven rubia se puso en posición de ataque y se lanzó hacia el intruso.

– AHAAAAA! –

Una luz expandiéndose y el sonido de un golpe seco.

Truenos y relámpagos invadieron el lugar. La tormenta se desató, dejando caer toda su furia sobre la tierra.

∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ

Corría…

Sus piernas adormecidas se movían una tras otra intentando huir.

Correr… sólo correr…

Paso tras paso, el dolor aumentaba…

Alguien gritaba su nombre en la lejanía. Pero su voz se había ido y no podía contestar.

Mucho miedo… lo único que podía recordar era mucho miedo…

Huir… correr… vivir…

De repente todo se tornó oscuro, todo se volvió tristeza y soledad…

Dolor… mucho dolor…

HERMANITO!

– ¡AH! –

El silencio sepulcral de la noche invadió sus sentidos. Su respiración estaba agitada y su cuerpo sudoroso. Un sueño… otra vez ese maldito sueño.

Kuso (maldición)… –

Llevó sus manos a su rostro y se cubrió con ellas. Llevaba varios días sin poder dormir bien, odiaba soñar con ese tipo de cosas. Sólo conseguían aumentar su odio hacia aquellos que le arruinaron la vida.

Con desgano, se levantó de su cama improvisada y caminó hacia la ventana para intentar despejar su turbulenta mente.

– ¿Otra vez insomnio? –

La voz profunda y madura de su enorme amigo rompió el silencio y sus pensamientos.

– Qué más da… – Respondió él, de manera fría y tajante como ya era su costumbre.

– Los niños deben dormir o no crecerán, K´ – El hombre de enorme tamaño se burló un poco del más joven.

– Idiota – El muchacho de piel morena y cabellos plateados tomó su chaqueta y se fue del lugar.

Máxima observó como su amigo maldecía por lo bajo y se alejaba en medio de la oscuridad. Suspiró resignado y se quedó inmóvil en su posición.

∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ

La ciudad de Nueva York se encontraba bajo el manto de la noche para cuando él recuperó la consciencia.

Sólo había estado dormido un par de horas y ya se sentía de nuevo con energías. Se estiró sacando la pereza de su cuerpo y miró por la ventana que daba a la enorme ciudad, mientras masajeaba su cuello y suspiraba.

– Creo que ya debo de regresar –

Se vistió y decidió bajar al vestíbulo, era hora de partir.

∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ

El recepcionista del hotel la escudriñó un poco sorprendido, pero la chica ni se inmutó por la mirada descarada que estaba recibiendo. Realmente ya le importaban muy poco ese tipo de personas. Mai pagó la cuenta y devolvió la llave de su habitación.

– ¿Están todos listos? – Preguntó Joe, el luchador de kick-boxing bajaba de las escaleras cargando su equipaje.

– Aún faltan Terry y Andy – Respondió la chica, mientras se sentaba en uno de los asientos del lugar.

– Bah, y así quieren que uno se apure. De Terry no me sorprende pero de Andy… –

– Jaja, de hecho, la que se sorprende de que tú estés listo soy yo –

– ¿De qué hablas? Yo soy responsable – se defendió el luchador.

– Disculpen la demora – El menor de los Bogard saludó antes de que se iniciara una discusión típica de ese par.

– ¡Andy! – La joven castaña se abalanzó sobre el rubio, abrazándolo efusivamente.

– Hey, ¿Dónde estabas? – preguntó Joe, sin tomar en cuenta la asfixia de la que era presa su compañero.

– Lo siento – contestó una vez que se logró zafar de la chica – Recibí una llamada urgente de Corea –

– ¿Cómo? – Mai parpadeó un par de veces – ¿De quién? ¿De Kim? –

Andy cambió su expresión a una más seria – Sí, parece ser que se han presentado algunos eventos inusuales –

Joe le miró desconfiado – Explícate –

– Bueno, es que Kim sólo me dijo que tuviéramos cuidado. Parece que alguien está atacando a los luchadores que han participado en el KOF –

– Vaya… eso suena interesante –

Los tres peleadores se giraron cuando escucharon a Terry. El hombre de larga cabellera dorada caminó hasta ellos sin ningún tipo de prisa.

– No me parece interesante, creo que deberíamos preocuparnos – La kunoichi (ninja mujer) se cruzó de brazos – No es la primera vez que nos involucramos en algo peligroso –

– Desde que nos dedicamos a esto, estamos rodeados de peligros – Terry pasó de largo con su maleta sobre su hombro – Ya deberían estar acostumbrados –

Andy frunció su ceño mientras veía a su hermano caminar. Sin ninguna otra palabra, tomó la mano de Mai y su equipaje y siguió a Terry.

Era cierto. Su vida como peleadores únicamente les traía problemas, golpes, heridas y, de vez en cuando, una visita al hospital. Pero no era una vida que les desagradara.

Pero, el hecho de que alguien atacara a peleadores de clase mundial y los dejara al borde de la muerte, era algo humillante.

∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ

Comenzaba a hacer frío.

La noche se tornaba más fresca conforme la madrugada se acercaba.

Ese clima no le era del todo indiferente, el frío era parte de su vida. Y le gustara o no, debía aprender a vivir con él.

Sus pies desnudos tocaron el suelo y al instante su piel sintió la baja temperatura. Sin importarle en lo más mínimo, se dirigió hacia la nevera y robó unos dulces de esta.

Afuera todo estaba en silencio, únicamente podía ver arboles de copas altas y las estrellas del firmamento sobre ellos.

Esta vez, Foxy y Diana habían encontrado un lugar bastante apartado de todo.

– ¡Aumm! – Un bostezo se escapó de su boca.

Era tarde, no tenía por qué estar fuera de su cama, así que de manera sigilosa regresó a su cuarto con los dulces que le quedaban y volvió a meterse entre las sabanas, dejando que el calor de estás la envolviera.

Y por un momento, antes de volver a dormirse, Kula se preguntó si aquella persona estaría bien y a salvo, igual que ella.

Oyasumi (Buenas noches)… K´…–

∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ

El lugar estaba totalmente desolado.

No era para nada raro que ellos estuvieran en sitios como ese, donde nadie hablara su idioma y hubiera escasez de personas o en lugares tan grandes que al caminar por un par de calles era fácil perderse. Su vida no era cómoda, pero si querían continuar con su lucha debían esconderse, porque un muerto no podía ganar batallas.

K´ odiaba huir. Si por él fuera, le gritaría al mundo que seguía con vida y que estaba dispuesto a enfrentarse con quien se le pusiera enfrente, pero había frenado esos impulsos gracias a que Máxima lo detenía.

De no ser por su amigo, seguramente él ya hubiera sido asesinado por NESTS. Maldita la hora en que esos desgraciados arruinaron su vida y la de su hermana.

Su hermana… su único familiar, él se sentía extraño pronunciando esas palabras que guardaban un enorme significado, pues ella era la única prueba de que alguna vez había tenido un pasado y una vida normal.

Ahora que lo pensaba, tenía ya bastante tiempo que no sabía mucho de ella.

Whip había regresado a South Town hacía algún tiempo, porque los Ikari Warriors necesitaban de su ayuda y ella no podía negarse a cumplir con su deber, además, le había prometido que anularía cualquier represaría que aún tuvieran contra él y Máxima. Eso no le importaba demasiado, pero al menos, con ella allá, podía estar informado acerca de los movimientos que NESTS pudiera hacer.

Esos bastardos, pensar en ellos le hacían sentir una infinita rabia. No les bastaba haber arruinado su vida, también involucraban a otros y los marcaban para siempre, como Kula y K9999.

K´ estaba satisfecho al saber que era considerado una amenaza y que NESTS se tomaba la molestia de querer deshacerse de él. Pero estaba furioso por la forma en que jugaban con las vidas de otros y por la manera en que manipulaban el destino de personas inocentes, cuyo único error en la vida había sido ser seleccionados para experimentar.

Él por lo menos, había conseguido separar a Kula de las garras de aquella oscura organización, por lo menos había rescatado a alguien de seguir siendo manipulado. Debía admitirlo, su única preocupación al conocer a esa inocente niña, había sido alejarla de aquella red de asesinatos y mentiras, aunque ella en un principio lo había querido eliminar.

Sacudió su cabeza un poco, alejando el fantasma del pasado de sus pensamientos.

Lo importante ahora, era sobrevivir, hasta que él y sus compañeros pudieran salir de nuevo y pelear por ser libres algún día. Pero aún no era seguro que los descubrieran, porque NESTS los seguía buscando desesperadamente para aniquilarlos.

La única manera en la que podían aparecer de nuevo era en otro torneo.

Si su memoria no fallaba, la fecha en la que generalmente se realizaba el KOF se estaba acercando, esa sería su única oportunidad de limpiar su nombre y cumplir con su venganza. Así que debía ser paciente y esperar a que le llegara una invitación.

Aunque la paciencia lo torturara.

El sol estaba saliendo para cuando dejó de meditar. K´ observó a su alrededor de manera indiferente, tal vez era hora de regresar donde Máxima. El hombre de enorme tamaño solía ponerse pesado si tardaba demasiado en regresar, así que tomó de nuevo el sendero por el que había caminado en la madrugada.

∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ

Era tarde. Si llegaba unos minutos más atrasado, seguro recibiría un castigo.

– Bah, como si no me hubieran castigado siempre por lo mismo –

El pasillo de ese molesto lugar estaba demasiado largo, ¿Quién sería el idiota que había pensado en construir algo tan inútil? Después de todo, no era su culpa que nadie le hubiera querido decir nada, los idiotas que le habían tocado eran unos imbéciles que por más que los golpearas no soltaban ni el más mínimo quejido. Por eso es que siempre llegaba tarde y además sin nada.

Dudaba seriamente que alguien tuviera tan pésima suerte como la suya.

La puerta del cuarto principal se abrió de par en par. Suspiró antes de dar un paso hacia delante.

Todo estaba completamente igual que la última vez, hacía un mes aproximadamente, era desagradable para él, no sólo por la poca luz que se filtraba, si no también por el concentrado olor de cigarro que impregnaba el aire del lugar. A pesar de distinguir muy poco, conocía de memoria el camino, una vez que hubo avanzado unos metros se detuvo, esperando escuchar la voz de la persona que le causaba un temor colosal.

– Has llegado tarde… como siempre lo haces –

Claramente sintió un escalofrío recorrer su espalda. El sólo hecho de escuchar su voz asfixiaba a cualquiera.

– Lo lamento mucho, señoría… – tragó saliva antes de continuar – Pero una vez más… el peleador que me fue asignado no dijo nada de valor –

– Parece que no has tenido mucha suerte… ¿No es así, Hebi? – De entre las sombras una figura tercera apareció.

El nombrado bufó molesto – ¿Todavía estás con vida? – Preguntó con ironía.

La mujer que acababa de aparecer le dedicó una sonrisa forzada – Al menos, yo sí cumplo a tiempo con mi trabajo – le restregó con orgullo.

– Perra –

– Suficiente – La pasiva voz estaba cargada de una poderosa energía.

Hebi y la mujer que acababa de llegar guardaron silencio inmediatamente.

– Disculpe mi comportamiento – se disculpó la chica.

– Déjalo así, Tora – La poderosa presencia se encontraba sentada cómodamente en un amplio sillón, de su boca salían de vez en cuando bocanadas de humo blanco y en su mano derecha sostenía un cigarrillo cuya punta se encendía más cada cierto tiempo.

La suavidad de su voz delataba que era una mujer, sin embargo, la asfixiante aura que emitía ponía en duda su origen humano.

– Mi señora – Hebi colocó una de sus rodillas en el suelo – Estoy ansioso porque se me asigne un nuevo objetivo –

– Está bien – contestó ella al tiempo que aparecía una pantalla en la pared de al lado – Esta vez no te tocará una mujer –

Un sonido de desaprobación salió de su garganta, Hebi disfrutaba que sus objetivos fueran mujeres. Tora le miró con asco.

– Su nombre es Chang, se encuentra en Corea, esta vez date prisa –

– Mmmm… es un gordo horrible – Se quejó y, sin más que decir, el hombre hizo una reverencia y desapareció del lugar.

Tora se mantuvo en silencio por unos minutos, hasta que se giró y miró interrogante a su dirigente – Mi señora, ¿A cuántos más vamos a atacar? –

– Ya faltan pocos, pronto obtendremos lo que buscamos… – La mujer se puso de pie y cuando lo hizo su larga cabellera cayó hacia el suelo – Para suerte de nosotros, no todos los peleadores son honorables… existen varios que están dispuestos a decirnos algo a cambio de su miserable existencia – Su mirada oscura se clavó en la pantalla.

La imagen que mostraba era un mosaico llenó de fotografías, de las cuales varias se encontraban oscurecidas. Cada foto mostraba el rostro de un peleador, todos con algo en común, habían participado por lo menos una vez en el The King of Fighters.

– Ve por tu siguiente objetivo, Tora –

La joven inclinó su cabeza – Wakata (entendido) – Y dicho esto, se esfumó como lo había hecho Hebi instantes atrás.

∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ

El trinar de las aves que habitaban en el bosque era un sonido que se estaba acostumbrando a escuchar. La joven de blanca piel y mirada rojiza escuchaba en silencio los diferentes sonidos, sintiéndose arrullada por la hermosa tonada.

Desde la ventana de la cabaña, Diana miraba a su pequeña protegida sentada bajó un enorme árbol. Un suspiro lleno de preocupación salió de su boca.

– ¿Es qué me perdí de algo? – Cuestionó Foxy, quien tenía rato intentando cocinar algo para la cena – Has llevado esa expresión amarga todo el día –

– Es Kula… – respondió Diana – Mantenerla aislada puede ser más perjudicial que benéfico para ella –

– Está mejor así – la otra guardiana detuvo sus tareas – Déjala que disfrute un poco de la vida, se lo merece –

– No es por eso – la pelinegra se cruzó de brazos – Es que tengo un mal presentimiento – intercambió una mirada con su compañera – Algo no anda bien –

– Odio que digas esas cosas –

Diana se mantuvo cabizbaja un rato. Kula era muy importante para ella y para Foxy, ya que a pesar de haber abandonado a NESTS, ellas continuaron cuidando a la joven como sus guardianas. Le tenían un gran aprecio y se preocupaban por su bienestar.

Por esa razón, Diana no iba a permitir que nada le pasara. Y estaba segura que algo fuera de lo normal se estaba avecinado.

– Escuche rumores… – Diana rompió el silencio –... alguien peligroso está cazando a los luchadores –

– ¿Cómo? – Foxy por poco deja caer un sartén.

– Le he avisado a nuestros aliados… tal vez ellos sepan algo más –

∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ

– Me parece que tu mal humor ha ido en aumento –

Fue la divertida respuesta que Máxima le dio a K´. El joven peliblanco ignoró el comentario ofensivo que acababa de recibir.

– Creo que ya es hora de cambiar de escondite – el hombre mayor ajustaba el cañón en su mano tranquilamente.

K´ levantó una ceja, ¿Se le había fundido un transistor a Máxima? Encontrar el lugar donde estaban ahora había sido casi imposible, estaba loco si quería irse así como así – ¿Y a dónde iríamos, genio?–

– Recibí un mensaje de Diana – respondió con calma.

Los ojos de K´ se abrieron por la enorme sorpresa, de manera impulsiva se levantó de su cómoda posición – ¡¿Cómo que recibiste un mensaje?! ¿A qué hora? ¡Jamás me dices las cosas importantes! –

Máxima contuvo una carcajada, esperaba ese tipo de reacción por parte del moreno – Tranquilo, me llegó esta mañana pero… como no estabas aquí, no te lo había dicho –

– Kuso… – el peliblanco metió sus manos en los bolsillos de su pantalón.

– Parece que está ocurriendo algo interesante – el castaño continuó – Quiere que investigue algo por ella... –

– Mmmm – El chico parecía desinteresado.

– También me dijo que tuviéramos cuidado – Mientras hablaba, Máxima no podía evitar que una sonrisa maliciosa se dibujara en sus labios.

– ¿Y? – K´ miraba el techo como si fuera lo más interesante del mundo.

– Dice que alguien está eliminando luchadores, podría ser NESTS – El mayor observaba cada expresión de su amigo.

– Mmm, no me sorprendería – el moreno no parecía poner mucha atención – ¿Es todo lo que te dijo? – preguntó con frialdad.

Máxima amplió su sonrisa, aún le faltaban muchos años a K´ antes de poder ocultarle algo – Sí, eso fue todo – contestó muy seguro.

– Ya veo – Por un momento fugaz, hubo un deje de decepción en la cara de K´. El peliblanco le dio la espalda dispuesto a marcharse de nuevo.

Máxima luchó por no reírse a todo pulmón de su amigo, parecía un niño con esa actitud – Ah, lo olvidaba… – fingió indiferencia –… la pequeña Kula está bien – dijo al fin con una gran sonrisa.

Los hombros de K´ se tensaron un poco.

– Cuando termine de investigar, podríamos ir a verlas ¿no crees? –

– Como quieras – el hombre más joven volvió a responder sin interés.

Máxima se quedó solo una vez más, terminó de ajustar el arma de su mano y se dispuso a comenzar a investigar lo que sucedía, después de todo no le sería tan difícil, pero antes de empezar su labor, observó la figura de K´ perderse por el camino.

– Supongo que ahora, tu mal humor disminuirá –

∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ

Pateó una y otra vez con una fuerza descomunal.

Un par de golpes más y luego una combinación de puños y patadas terminaron derribando el enorme costal que colgaba del techo.

El bulto cayó en el suelo, derramando parte de su contenido. Luego de eso colocó sus brazos en sus costados y relajó su postura mientras exhalaba el aire.

– Ese fue un buen golpe –

Ryo Sakazaki entró en el dojo. La joven que había estado entrenando secó el sudor de su frente cuando lo miró.

Arigatou, onii-chan (Gracias, hermano) –

Yuri sonrió por el cumplido, era muy difícil obtener un alarde de su hermano mayor. La joven castaña estiró sus brazos y se acercó a su hermano, mientras este recogía el bulto. Ambos lo levantaron.

Nee, onii-chan (oye, hermano) falta poco ¿no es así? –

– Sí – Ryo parecía estar muy serio.

– Pero… ¿Y esa cara? – preguntó la muchacha.

– Nuestro padre está tardando más de lo normal en recuperarse – el rubio endureció sus expresiones.

Yuri bajó su mirada, también estaba preocupada por su padre.

Unos días atrás, durante un entrenamiento, su padre se lesionó la espalda al intentar desarrollar una nueva técnica. Desde entonces se encontraba en cama y parecía no mejorar, al menos no como siempre lo hacía.

La menor odiaba admitirlo, pero su padre ya no tenía la edad, ni las energías necesarias para continuar con ese ritmo de vida.

Ryo estaba consciente de que, si su padre continuaba así, él iba a heredar la escuela Kyokugenryu mucho antes de lo esperado, y entonces le cedería a Yuri el derecho de reemplazarlo a él si algo le pasaba. La idea no le agradaba en lo más mínimo, porque él no quería esa vida para su hermana.

Los hermanos Sakazaki se miraron un momento.

– Estará bien – Yuri le sonrió a su hermano para intentar subirle los ánimos – Tiene más vida que tú y yo juntos –

– No puedo discutir eso – Ryo comentó divertido.

– Por ahora debemos concentrarnos, el torneo está a la vuelta de la esquina – La castaña golpeó la espalda de su hermano.

– Tienes razón – Ryo se talló la parte adolorida – Creo que deberíamos llamar a Robert – dijo con suspicacia – Apuesto a que te mueres por verlo – señaló mientras codeaba a su hermana y movía sus cejas.

Yuri enrojeció como un tomate – ¡BAKA! (¡Tonto!)–

PLASSSSS! Cachetada marca Yuri.

– ¡¿Estás loca?! – Ryo gritó desde el suelo con su mejilla hinchada.

Su hermana tenía sus manos hechas puños bajo su barbilla y se movía de manera graciosa con su cara roja.

– Mujeres ¬¬U –

Un pequeño "crack" se escuchó, llamando la atención de ambos. Los hermanos se giraron sorprendidos hacia donde se había escuchado. De la pared, un pergamino colgado se había partido a la mitad y había caído al suelo.

Eso era un mal presagio.

∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ

– ¡Terminé! – Gritó Foxy entusiasmada – ¡Por fin pude cocinar algo! –

– ¡Itadakimasu! (¡Que aproveche!) – Kula tomó una enorme cucharada de su plato y se la comió de un bocado.

Foxy le miró esperanzada y con enormes ojos, esperando saber qué tal le había quedado – ¿Y bien? ¿Cómo está? –

La joven de rubios cabellos masticó un poco – Mmmm… sabe horrible – dijo sonriente – Foxy-san, no debería cocinar ^^ –

– T-T Kula-chan… –

– Si sabes que siempre pasará lo mismo, deberías desistir – Diana entró en la cocina.

– ¿Diana-san, iremos al pueblo? – preguntó Kula.

La pelinegra asintió cansadamente, no le gustaba salir de su escondite pero era necesario abastecerse de víveres.

– Foxy, te quedas a cargo. Regresaremos antes del anochecer –

∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ

El pueblo de aquellas montañas era un lugar muy sereno.

Las primeras estrellas de la noche comenzaban a aparecer y al ser un lugar tan retirado, las calles se iluminaban por sencillos faros, pocas personas transitaban y lo único que mantenía comunicado a sus habitantes con el mundo exterior era la radio. Por eso Diana se sentía segura en ese lugar, pues siempre veía las mismas caras.

Kula se acercó hacia uno de los puestos donde vendían sus golosinas preferidas. La joven de ojos rojizos escogió unos cuantos dulces y se los pagó al vendedor.

Cuando puso el dinero en las manos del hombre, un enorme destello en el cielo la cegó por un momento.

– ¿Qué fue eso? ¿Un relámpago? – preguntó el tendero.

Kula miró hacia el firmamento. Sus ojos brillaron.

– No… – La bolsa de sus dulces cayó al suelo.

– ¿Qué pasa? – Diana se acercó a ella.

Los cabellos rubios de Kula se tornaron a un azul claro.

– ¿Kula? –

–Algo está mal – susurró la chica, y de manera veloz comenzó a correr rumbo al bosque, donde el destello había desaparecido.

– ¡Kula! –

∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ

Era ya de noche para cuando se dio cuenta de su precaria condición. ¿Cómo había sido tan idiota y perderse?

Y vaya lugar para que le pasara eso, el bosque de esa montaña si que estaba espeso, apenas podía ver el sendero con su linterna. Pero estaba seguro de que debía haber un pueblo por ahí, al menos que su mapa estuviera mal.

– ¿Por qué decidí entrenar en estos lugares tan apartados? – Kensou lanzó un chillido.

Cuando estaba a punto de sentarse a descansar un rato, un destello cegador cruzó el cielo, dejándolo aturdido por unos segundos, después de eso escuchó un enorme golpe y el retumbar de la tierra llegó hasta sus pies.

– ¿Qué…? –

– ¿Eres Kensou, el peleador con poderes psíquicos? – preguntó una sombra.

El muchacho se puso en posición de ataque – Je… podría ser –

– Entonces te propongo un trato… – La linterna de Kensou iluminó el cuerpo del ente, mostrando su cara –… tu vida a cambio de una respuesta –

∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ

Las ramas de los arboles golpearon contra ella muchas veces. Kula corrió lo más rápido que pudo. Las rocas le impedían moverse con suficiente libertad y no podía ver bien por donde avanzaba. Hacía rato que había dejado el pueblo atrás y había dejado de escuchar a Diana llamándola.

Era como si algo la atrajera.

Pronto pudo distinguir como algunas luces salían de entre los árboles y reconoció el sonido de golpes en la lejanía. Sin lugar a dudas se estaba llevando a cabo una batalla. Cuando se acercó lo suficiente, se escondió tras unos arbustos, y lo que vio desde allí la dejó paralizada.

– Te lo preguntaré por última vez, niño… ¿Dónde se encuentran las Llaves? –

Kensou escupió sangre mientras intentaba ponerse de pie – Ya te lo dije, no sé de qué estás hablando… y aunque lo supiera… no te diría nada –

La mujer hizo una mueca de disgusto, su mano izquierda se iluminó – El negarte sólo te traerá la muerte… soy generosa… dime donde están las Llaves del fuego y del hielo –

– Vete al diablo –

SPLASSSS!

– ¡AHAAAAA! –

Kula se tapó la boca evitando emitir un gemido. La mujer había hecho un enorme corte en el torso del Psycho soldier.

– Mi paciencia se acabó… ¡MUERE! –

– ¡DIAMOND EDGE! –

Del suelo aparecieron enormes picos hechos de hielo.

Uno tras otro, la mujer no tuvo tiempo siquiera de reaccionar, el poder le dio de lleno, congelándole el cuerpo y dejándola inmóvil. Kensou aprovechó el momento para darle el golpe final. Un golpe fuerte y certero, y la mujer cayó inconsciente al suelo.

El muchacho completamente débil, buscó con la mirada a su salvador, pero antes de que algo pasara, perdió el conocimiento y se derrumbó desmayado en la tierra.

∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ ∑Ħ

K´ sintió una corriente helada atravesar su piel.

Detuvo su caminar y como acto reflejo miró hacia el cielo. Sus puños se contrajeron y algunas flamas escaparon de sus manos…

¿Acaso ella…?

No, era imposible.

Pero una extraña sensación invadió su pecho y lo llenó de intranquilidad.

– Kula… –

Continuará…

Hola, hace mucho que no subo un fic jeje nnU

Gracias por leer mi historia.