Hola! Jeje este es un nuevo fic que estoy haciendo con mi querida bitx Deimey Otaku Girl, es UN FIC TRANVERSAL oyeron, TRANSVERSAL, es decir, yo estoy relatando la historia desde el punto de vista de ella y ella desde mi punto de vista –en un fic aparte que pueden buscar bajo el mismo nombre que este pero en la cuenta de ella X3- jeje es una historia alocada, con personajes alocados que interpretan mi persona- en el fic de ella, y ella en este fic. Espero es guste y por favor comenten!!

"Mi compañera… Mi mejor amiga"

"Deimey la chica rubia que en tiempo pasados se me asignó de compañera de equipo, y luego el destino la convirtió en mi mejor amiga. Y ahora después de tanto tiempo y siendo lo que por hoy soy, es la única que me cree, y que todavía está a mi lado…"

-Lejos y a altas horas de la noche, en la aldea de la Nube, una joven rubia salía por las puertas principales de su villa. Su misión era clara, y no se podía permitir fallar. Si lo hacía, la vida de su mejor amiga correría peligro. Lo que estaba haciendo era arriesgado, lo sabía; sabía que ante cualquier error, le quitarían su título ninja de por vida. Con suerte la matarían también por alta traición. Pero… debía mantenerse, no podía faltar a su promesa. Si salía exitosa, lograría salvar a su amiga, y con algo de fe también lograría el perdón de ambas.

Al partir, vestía una blusa negra con cuello en "v" mangas más abajo de los codos y una malla para la comodidad. Una enagua azul cubría sus piernas y sus botas ninjas protegían sus pies. Su larga cabellera rubia estaba atada en un moño decorado con palitos, en los cuales uno relucía una extraña placa… En su brazo derecho relucía el protector se su aldea, brillante y liso cual diamante.

En la oscuridad de la noche, y sin que nadie la viera, salió de su aldea antes de que alguien notara su ausencia. Saltó el borde de la muralla y sigilosamente se escabulló entre los árboles, en su camino de partida. Para su mala racha, se encontró de lleno con un chunnin de su aldea, que la reconoció inmediatamente.

-¿Qué haces…

Pero el shinobi no tuvo tiempo de completar su frase. Rápida como una centella, desenvainó su katana y la deslizó limpiamente por la garganta del joven. Su sangre brotó a montones y recorrió su cuerpo como lava caliente. Pronto la tez del joven perdió todo color, y se derrumbó de rodillas hasta quedar tendido el suelo. La kunoichi limpio su katana y la envainó, sus piró profundo y comenzó a alejarse de allí.

-No es el único que tendrá que morir…- murmuró ella para sí con su rostro sombrío.

Caminando un poco más, aprovechando que había aminorado su marcha, sacó de la mochila que cargaba un pergamino, sellado con una firma falsa, y la ató a la pata del halcón que furtivamente había sustraído. Le encomendó se dirigiera a Konoha y así el ave desplegó sus alas y cruzó el cielo oscuro.

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-Gracias por venir, Kakashi- dijo Tsunade sama desde su escritorio.

-Siempre a sus órdenes- se inclinó el shinobi- dígame, podría saber para que me ha llamado.

- Sí, temprano esta mañana recibimos un mensaje proveniente de la aldea de la Cascada. Nos informan que una jounin de allí viene en camino para tratar un asunto importante para el cual requiere se nuestra ayuda.

- Y adivino mi misión es servir de escolta a la señorita cuando llegue aquí y durante su estadía, ¿o me equivoco?

-Exactamente, también la ayudarás a relacionarse con los otros shinobis para que pueda realizar las diligencias a las que viene.

-¿Y podría saber a qué hora llega?

-Según el documento, en una hora. ¿Alguna otra duda?

- No señora.

-Entonces puedes retirarte.

-¡Hai!

Kakashi salió de la oficina de la Hokage, y no pudo evitar que su mente de hombre intentara dibujar como se veía la chica a la que haría de acompañante.

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Deimey se encontraba caminando el ultimo trecho del camino vía a Konoha. Ya era de mañana y no había descansado en toda la noche. No durmió ni se detuvo en su marcha en ningún momento, todo por el hecho de llegar lo mas pronto posible a Konoha y comenzar todos los proceso necesarios.

Caminaba lentamente , con sus ojos decididos, mas bajo ellos comenzaba a asombrarse unas pequeñas ojeras por el cansancio. Ansiaba con todas sus ganas llegar a aquella distante aldea y tumbarse en la cama de un motel, el primero que encontrara y dormir todo el día; aunque sabia que no podía hacerlo , tenía mucho trabajo por hacer y poco tiempo para ella si quería tener la máxime de oportunidades de recuperar a su amiga…completa y sana.

Al cabo de unos cinco minutos, se encontró por fin, la señalización de que solo faltaba un kilómetro para llegar a las puertas principales de aquella aldea en el país del fuego. De hecho, en el horizonte ya podían verse monumentales y perpetuosas las puertas e Konoha. Una tímida sonrisa se dibujó en su rostro y un destello de esperanza recorría su tez blanca. Anhelaba con toda su alma poder solucionar todo antes de que las cosas se agravaran más, poder ser la misma de antes, poder contar con su compañera de siempre, poder volver a ser libre.

-Ya falta poco, ya falta poco – se decía en su agotamiento – un paso más, y otro y otro, y pronto llegaré…ya falta poco

Solo la esperanza de reencontrarse con ella, encontrarse normalmente, sin tener que esconderse ni tener que despedirse a los pocos minutos, solo eso era lo que la hacia seguir en tan descabellada travesía.

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-Mmmm, una hora exacta, y aquí estoy – suspiró Kakashi, mirando se reloj.

El shinobi de la máscara estaba plantado en las puertas de su amada aldea viendo el sol brillar y esperando la llegada de la anunciada kunoichi.

Su mente seguía tratando de adivinar como se vería…Sería joven o una anciana.

-Se me eriza la piel con pensar que se parezca a Chiyo-basama – rió Kakashi.

Los minutos siguieron pasando lentos y aburridos, las nubes seguían su lento curso y las hojas se movían al son del viento. El shinobi profirió un sonoro bostezo, y procedió a sacar su adorado libro, el "Icha Icha Paradise" y prosiguió su ociosa lectura. Por lo visto un buen rato allí esperando , ya que solo a lo lejos, se veía una silueta aproximándose lentamente.

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Ya a escasos metros de las puertas, la chica se detuvo un instante. Se tomó un minuto a solas ordenaba todas las ideas en su cabeza. La ponía un poco nerviosa saber que una escolta la acompañaría donde fuese, y este sería un ninja experimentado que fácilmente descubriría su nerviosismo. Por eso prefirió darse su tiempo para calmarse, tomar un poco de aire para bajar la sonrisa de su cara y prepararse mentalmente para hablar con un perfecto desconocido. Finalmente, se decidió a avanzar, hasta hallarse bajo el lumbral de las puertas de Konoha.

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El sol brillaba en lo alto del cielo azul cuando por fin sus miradas se encontraron. Al inicio se dieron un espacio de uno veinte metros, observándose; estudiándose minuciosamente el uno al otro.

Sorprendido estaba el Hatake al ver aquellos curiosos ojos oscuros de la chica que tenia enfrente. En realidad se esperaba a alguien muy diferente. Alguien tal vez un poco mayor, más recia; pero lo que tenía en frente era una altiva joven que perfectamente podría confundirse con uno de sus ex alumnos . Su pose tenía un pícara pinta de muchacha en plenitud de su vida. La vertiginosa combinación de negro y azul de pies a cabeza tenía un extraño efecto en ella. La hacía ver más blanca de lo que era, pero eso lo lograba intrigarlo más. Una curiosa sensación recorría su pecho; era lógico sentir curiosidad o por lo menos para un hombre lo era.

-"Bueno por lo menos no es una anciana decrépita" – se pensó el ninja que copia.

En tanto, la rubia veía sin recato alguno al shinobi. Sinceramente esperaba a alguien con pinta terrible, escalofriante. Alguien tal vez con un perfil más amenazador que el de aquel hombre; cuya mirada se veía tranquila y hasta juguetona, y su pelo daba realce a toda la fachada. Aquel shinobi llevaba más de la mitad de su rostro tapado, y esto le generaba un misterio terrible al alma de la chica ¿qué habría debajo de la máscara? Hubiera dado lo que sea por averiguar en ese instante, pero controló su impulso; no creía que fuera correcto preguntar. Luego dirigió al cuerpo del ninja. Alto, fornido, cuadrado, era un paisaje perfecto para la vista femenina.

-"Mmmm, es bastante atractivo" –pensó la kunoichi.

Pasados unos minutos, la joven decidió entrar definitivamente a la aldea. Entró y firmó los papeles que Kotetzu le tendió y luego se encaminó a ponerse en frente del shinobi que la estaba esperando. Se miraron un momento los dos a los ojos, hasta que él fue el que decidió romper el silencio.

-Me presento, soy Hatake Kakashi – se inclinó él.

-Deimey, gusto en conocerle – sonrió ella

-Espero que su viaje halla sido agradable.

-En lo que cupo fue agradable – dijo ella recordando amargamente como había matado al chunnin de su aldea.

-Bueno, yo seré el responsable de que su estadía sea lo más agradable posible…

-"Contigo cerca cualquiera tendría una estadía agradable" – pensó en tanto la rubia.

-También haré lo necesario para que pueda realizar sus diligencias.

-Se lo agradezco mucho, no sabe lo importante que es realizar todo esto rápido.

-No se preocupe; haré todo lo que este en mis manos.

-Gracias nuevamente.

-¿Puedo decirle algo sin ofenderla?

-Por supuesto, adelante

-Es usted mucho más joven de lo que imaginé.

-Mucho me lo han dicho, je je.

-Bueno, como sea. Estoy a su servicio.

-No sabe como le agradezco. Esto es muy importante… - "para mí" terminó ella en su mente.

-Solo me queda decirle, bienvenida a la aldea de Konoha