Título: Sólo a él.

Pareja: Jean-Jacques Leroy/Yuri Plisetsky

Capítulos: Uno.

Estado: terminado.

Yuri! on Ice no me pertenece, pero la historia y la idea sí. Espero que puedan disfrutarla tanto como yo al escribirla. Me gustaría leer sus opiniones. También, muchas gracias por leer y darle una oportunidad.


Sólo a él


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Esto no tenía sentido. Yuri no terminaba de entenderlo.

Chistó, empujando a todas las personas de ese lugar hasta escabullirse a una esquina que se encontraba relativamente vacía. Maldición, pensó, la música fuerte hacía doler sus oídos, y la muchedumbre de gente era tan grande que aún hundido en una esquina, era golpeado sin querer por personas que bailaban. Revisando su teléfono por última vez, desistió, no contestó ninguno de sus mensajes. Lo bloqueó con enojo, sintiendo como un tipo chocaba contra él.

Sólo a JJ podría ocurrírsele dar un concierto un día antes de una competencia.

Suspiró, bajando la mirada cuando sintió que sus mejillas comenzaban a tomar color. Y solo a ti, pensó, se te ocurre venir a verlo. Se colocó su capucha, justo a tiempo. Las luces del lugar se prendieron y se escuchó una queja colectiva de toda la muchedumbre. Un hombre, de unos veintitantos años, subió al escenario y se apoderó del micrófono.

– ¡Por fin…– dijo, a Yuri el grito que pegó le pareció innecesario. –…lo que estaban esperando todos!

La gente enloqueció, chocaron contra él siete veces, y Yuri comenzó a idear un plan para escapar de ese asqueroso lugar. Pero la gente se había acercado más al escenario y a la esquina donde se había refugiado, impidiéndole totalmente el paso. Maldijo una y mil veces, dentro de su cabeza.

¡…Jean-Jacques Leroy!

Tuvo que cubrir sus oídos por los gritos de las niñas, y casi perdió el equilibrio cuando chocaron mucho más contra él; sin darse cuenta, terminó en medio de toda la muchedumbre. ¿¡Qué mierda!? Miró hacia todos lados, y aún sentía que lo empujaban. Maldición. Quería irse a casa…

Entonces, JJ subió al escenario; y él, sintió como si su propia respiración se hubiera detenido.

Los reflectores apuntaron sólo a él, y a aquella sonrisa deslumbrante. Sus piernas flaquearon y se dejó llevar por la multitud. Se veía tan bien… suspiró, sintiendo como sus mejillas se sonrojaban. Y entonces, empezó a cantar. Su voz resonó por los parlantes acompañada de una dulce melodía.

Y esta canción… – dijo, Yuri sintió que su corazón se detuvo cuando sus miradas se cruzaron. –… es sólo para ti.

Eh. Le guiñó el ojo, y la banda comenzó a tocar, las chicas a gritar y los chicos a saltar. Yuri se cubrió su boca con ambas manos, sin despegar sus ojos de Leroy; y él, él lo miraba. Sólo a Yuri. Sólo a él. Su corazón latió con fuerza, y fue ahí que sus ojos siguieron la mirada de Leroy. No, se dijo. Lo miró, miró sus ojos, miró su sonrisa; y entonces, giró su cabeza hacia la derecha.

No lo miraba a él.

Su mirada era sólo para una mujer morena, que le miraba con un brillo en los ojos que no tenía comparación, sonriendo de forma genuina y llevándose las manos al rostro de la emoción. Por un momento, todo alrededor de Yuri se volvió negro y sólo pudo distinguir a JJ y a esa chica, que se miraban como si fuera lo único que existía en su mundo.

Y entonces, sonrió.

Empujó a toda la multitud, no importó cuantos insultos recibió, no se detuvo hasta que salió de aquel lugar y el frío exterior le golpeó el rostro. Fue entonces cuando se sintió estúpido.

Sólo a mí, pensó, se me ocurre enamorarme de él.